El Hombre Multiorgásmico (31 page)

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Authors: Mantak Chia & Douglas Abrams Arava

BOOK: El Hombre Multiorgásmico
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Si has tenido experiencias negativas en el sexo coercitivo o consensual, puede que tengas cicatrices que te causen problemas sexuales y emocionales. Si éste es tu caso, quizá desees buscar la ayuda profesional de un terapeuta o consejero sexual. Pero también hay cosas que puedes hacer por ti mismo para centrarte en el placer del presente en lugar de hacerlo en el dolor del pasado.

Estar presente en el propio cuerpo es un reto para cualquiera que haya experimentado traumas sexuales. Prestar cuidadosa atención a las sensaciones corporales, tanto positivas como negativas, es mucho mejor que permitir que los pensamientos divaguen o se «eleven por encima» del cuerpo, lo que te convierte en un observador en lugar de en un participante. Los ejercicios de Respiración Abdominal y la Cuenta del Siglo, descritos en el capítulo 3, te ayudarán a mejorar la concentración. El sonido, sea en forma de mantras o gemidos, es otro elemento que ayuda a limpiar la mente de distracciones, y los refuerzos positivos también te ayudarán a estar presente. Recuérdate todas las veces que necesites dónde estás, con quién estás y lo bien que te sientes. Cuando surjan viejos sentimientos, generalmente es mejor detenerse y compartir lo que sucede con la compañera.

Si no te sientes cómodo comentando tus traumas sexuales con tu compañera, como puede suceder en el caso de una compañera nueva, debes decirle qué es lo que deseas que haga a continuación. Si hace algo incómodo o con lo que no te sientas bien, díselo, pero es preferible señalar lo que deseas en lugar de criticar lo que esté haciendo. Si no tienes muchas ganas de hacer el amor, propónle un abrazo, un masaje, o quedaos meditando y mirándoos a los ojos. También puedes sugerir la meditación del contacto que está especialmente indicada para restablecer la intimidad cuando ha sido alterada de alguna forma.

Con la meditación del contacto retomas la conexión con tu cuerpo y compartes con tu compañera las partes de él que deseas compartir. Probablemente comprobarás que ella responde bien a la sugerencia de tomárselo con calma y desarrollar más la sensación de intimidad antes de volver al contacto sexual. Si tu cuerpo y tu mente no están muy presentes tendrás muy poca energía sexual que compartir con tu compañera, ninguno de los dos os beneficiaréis mucho del coito y el placer será mínimo. Si os lo tomáis con calma y os acariciáis por todo el cuerpo, podréis acumular energía sexual y tener una experiencia que sea al mismo tiempo apasionada y significativa. Como hemos mencionado, los taoístas reconocieron hace mucho tiempo que el sexo tiene un gran poder para sanar y para dañar, por tanto utilízalo sabia y amorosamente.

EJERCICIO 18
MEDITACIÓN DEL CONTACTO

  1. Sentaos uno frente al otro con las piernas cruzadas o sobre los talones. Las luces deben ser tenues; es preferible usar velas.
  2. Usando ambas manos, comienza a tocarte el cuerpo de la cabeza hacia los pies. (Evita las partes del cuerpo que no quieres que tu compañera te toque y, en general, evita los genitales o déjalos para el final.)
  3. Tu compañera debe seguir tus manos con las suyas, tocándote en cada lugar en el que tú te acabes de tocar.
  4. Cambia y haz que tu compañera use sus manos para presentarte su cuerpo, siguiéndola tú con las tuyas.
  5. Abrazaos y sentid mutuamente vuestra respiración.
CAPÍTULO NUEVE
Hacer el Amor Durante Toda una Vida

En el taoísmo se considera que nuestros cuerpos son el microcosmos del mundo natural, por tanto debemos tener en cuenta que cambiamos (y nuestra sexualidad cambia) con las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno. Pero los maestros taoístas fueron capaces de revivir las estaciones por segunda vez, de experimentar una segunda primavera en la ancianidad. Estando dedicados a la búsqueda de la inmortalidad, descubrieron que el kung fu sexual era una verdadera fuente de juventud. Evidentemente, los estudios modernos muestran que una vida sexual activa es esencial para contrarrestar los efectos del envejecimiento y conservar la salud. Ahora exploraremos cómo la sexualidad nos puede ayudar a vivir más tiempo y qué conocimientos específicos debemos tener para entender nuestros cambios sexuales.

Sexo y Envejecimiento

Nunca se es demasiado
joven
para leer sobre sexo y envejecimiento. En Occidente, tendemos a pensar que el envejecimiento es algo que ocurre en un estadio avanzado de la vida, pero el proceso de envejecimiento comienza en el nacimiento, y nuestra sexualidad va cambiando cada pocos años. Como dijo Kinsey: «El sexagenario (u octogenario) que repentinamente se interesa por los problemas del envejecimiento lleva casi toda una vida de retraso respecto al punto donde entró en ese proceso»
[1]
. Cuanto antes leas esta sección, tanto mejor para ti.

Asimismo, nunca se es demasiado
viejo
para leer este capítulo porque, según el Tao, el sexo es una actividad que es posible y deseable mantener hasta el día que morimos. En Occidente, cuando los hombres mayores se interesan por el sexo se les considera lascivos o «viejos verdes». El Tao nunca tuvo este prejuicio; por el contrario, se consideraba que el sexo era más importante para la salud y longevidad de los ancianos y ancianas, los llamados
adultos tardíos
. Los chinos no son los únicos que tienen esta creencia. Una encuesta intercultural ha demostrado que el sexo es de vital importancia para los hombres mayores en el 70 por ciento de las culturas y para las mujeres mayores en el 80 por ciento de ellas
[2]
.

Más cerca de nosotros, una encuesta realizada por una revista del consumidor demostró que la realidad sexual de los ancianos es muy diferente de los estereotipos culturales: entre los entrevistados, más del 80 por ciento de los hombres casados y el 75 por ciento de los solteros de más de setenta años seguía activo a nivel sexual. El 58 por ciento seguía teniendo encuentros sexuales al menos una vez a la semana, el 75 por ciento declaraba «disfrutar mucho del sexo» y el 43 por ciento todavía se masturbaba
[3]
.

Asimismo, no debes suponer que el apetito sexual de tu compañera disminuye después de la menopausia: muchas mujeres afirman que, en realidad, su interés por el sexo aumenta después de ella, lo que puede ser debido a cambios en los niveles hormonales.

En Occidente glorificamos la sexualidad masculina adolescente y localizamos el punto más alto del poder sexual masculino a la edad de dieciocho años, momento a partir del cual decae de forma constante. En palabras de un sexólogo: «El pene adolescente está en su poder máximo. Desde la adolescencia hasta el final de la vida hay una disminución gradual». El problema procede de una falta de entendimiento general del poder sexual en Occidente. En términos de potencia es verdad que la capacidad de producir esperma llega a su punto álgido a comienzos de la edad adulta, pero eso sólo es importante si nos preocupa la reproducción. En la mujer, la fertilidad y la facilidad para parir también son máximas a comienzos de la edad adulta.

Sin embargo, en términos de placer más que de potencia, la habilidad del hombre para satisfacer a su compañera y a sí mismo no hace sino aumentar a medida que adquiere más experiencia y control. Aunque el hombre no tenga una erección instantánea ni pueda disparar su eyaculación tan lejos como cuando era adolescente, estos cambios no ponen en cuestión su habilidad como amante. Los taoístas sabían que a medida que el hombre se aleja de la febril sexualidad adolescente, caracterizada por la eyaculación rápida, su experiencia del kung fu sexual y el placer de su compañera no hacen sino aumentar.

CAMBIOS CORPORALES

A medida que nos hacemos mayores hay una serie de cambios fisiológicos inevitables. Por ejemplo, si tienes más de cincuenta años, probablemente necesitarás más estimulación directa en los genitales para conseguir una erección que cuando eras joven: esto no se debe a que tu apetito sexual o tu atracción hacia tu compañera hayan disminuido, sino a que tu fisiología cambia con la edad. Asimismo, es probable que tengas una erección menos firme y con un ángulo mayor que cuando eras joven. Además, si eyaculas, la fuerza de la eyaculación será menor y necesitarás más tiempo para recuperarte.

Esta reducción de la fuerza física y del vigor sexual no son diferentes de los cambios que experimentas en cualquier otra actividad física a medida que envejeces. No puedes esperar correr tan rápido ni llegar tan lejos a los sesenta años como a los veinte. Pero hay una diferencia entre el sexo y el deporte en lo que se refiere a la edad: en realidad, tu habilidad en la cama puede aumentar con los años. Los hombres mayores pueden mantener la erección durante más tiempo que cuando eran jóvenes (aunque si se pierde la erección por la razón que sea, será más difícil de recuperar). Esto hace que sea más fácil satisfacer a tu compañera, hacerte multiorgásmico y evitar la eyaculación. Según los datos de un reciente estudio realizado por Dunn y Trost, la mitad de los hombres estudiados se habían hecho multiorgásmicos después de los treinta y cinco años. Un número significativo de ellos se había hecho multiorgásmico en edades comprendidas entre los cuarenta y cinco y los cincuenta y cinco años. Y los hombres mayores que habían aprendido a ser multiorgásmicos, todos ellos de más de cincuenta, seguían siendo multiorgásmicos y estaban en plenas facultades
[4]
.

La mayor parte de la literatura occidental también sugiere que la intensidad de la experiencia sexual disminuye a medida que el hombre envejece. Según el Tao, no tiene por qué ser así. Los taoístas no miden la intensidad sexual por el número de contracciones genitales, que disminuyen con la edad. Para ellos la energía sexual es un asunto de todo el cuerpo, por lo que juzgan la intensidad sexual según la capacidad del hombre para cultivar y hacer circular su energía sexual, capacidad que aumenta con la experiencia. Sin duda, tu sexualidad cambiará con el tiempo y puede que pierdas parte del frenesí juvenil, pero los refinados placeres de la madurez son igualmente deliciosos, si no más.

TU CUERPO Y EL SEXO

Esperamos que hayas comprendido que el hombre maduro no tiene por qué deslizarse por la pendiente de la inadecuación sexual. Sin embargo, te resultará mucho más fácil ascender a las cumbres del placer si observas las necesidades básicas de tu cuerpo. En primer lugar, la salud y el ejercicio regular son esenciales. Una razón por la que la vida sexual de mucha gente se marchita con la edad es que sus cuerpos se debilitan o enferman. La sabiduría oriental y los estudios fisiológicos occidentales han llegado a la conclusión de que el ejercicio no sólo mejora la capacidad sexual sino que aumenta el deseo sexual y la potencia de los orgasmos. El abdomen, las caderas, los glúteos y los muslos son músculos grandes particularmente importantes, como también lo es el pequeño músculo PC descrito anteriormente. Es esencial mantener estos músculos fuertes para conservar la vitalidad sexual. La natación, el «footing» y otros deportes occidentales son excelentes maneras de conservar la salud (siempre que no se abuse de ellos), pero el contacto sexual regular es tan importante o más. La frase «
Si no lo usas lo perderás
» describe con precisión el envejecimiento del cuerpo masculino.

Según el Tao, gran cantidad de energía sexual se escapa por el ano y los glúteos. Intenta apretar los glúteos y te darás cuenta de la enorme capacidad que tiene este músculo para contener la energía y enviarla hacia la columna. Los médicos taoístas consideraban que la fuerza del esfínter anal de una persona es una importante señal de su nivel de salud. Un esfínter flojo y débil es señal de mala salud; un esfínter tenso y fuerte es señal de buena salud. Puedes fortalecer el ano y los glúteos utilizando el ejercicio que te proponemos a continuación, que además te ayudará a aliviar el estrés, energetizará tu cuerpo y desarrollará el control sexual. También te ayudará a energetizar la próstata y las glándulas de Cowper, y hará circular la sangre fortaleciendo tus erecciones. Además ayuda a curar las hemorroides.

EJERCICIO 19
FORTALECER EL ANO

  1. Espira completamente por la nariz y después bombea y empuja hacia arriba con los músculos del ano y los glúteos durante unos segundos. (Apretarás y relajarás estos músculos repetidamente.)
  2. Inspira lentamente y relájate.
  3. Repite los pasos 1 y 2 nueve, dieciocho o treinta y seis veces, o hasta empezar a sentir calor en el ano y los genitales. Esta energía puede extenderse gradualmente hasta la cabeza y después bajar hasta el ombligo, o puedes aspirarla conscientemente hasta el coxis y el sacro y después hacerla ascender por la columna hasta la cabeza siguiendo la órbita microcósmica. Descansa y haz girar la energía dentro de la cabeza dieciocho o treinta y seis veces. Si tienes demasiada energía, acuérdate de tocarte el paladar con la lengua para permitir que baje hasta el ombligo (ver capítulo 3).

ENVEJECIMIENTO Y EYACULACIÓN

A estas alturas ya debería ser evidente que por donde perdemos más energía es a través del pene cuando eyaculamos. Como comentamos en el capítulo 3, hacer el amor sin eyacular es todavía más importante para los hombres mayores, ya que cada eyaculación deja el cuerpo un poco más agotado.

Mencionamos anteriormente que el anciano médico chino Sun Ssu-miao recomendaba que los hombres de cuarenta años no eyacularan más de una vez cada diez días, los de cincuenta no más de una vez cada veinte días y que los hombres de sesenta años no lo hicieran. Estos son los máximos recomendados; si puedes transformar la energía sexual aspirándola, cuanto menos eyacules tanto mejor. Quizá te resulte difícil no eyacular al empezar a practicar el kung fu sexual, pero una vez que experimentes el placer de los orgasmos sin eyaculación y comprendas los beneficios que suponen para la salud, te sentirás muy motivado a aprender rápidamente. Todavía mejor, si comienzas desde joven, tus ganas de eyacular disminuirán enseguida y cuando te hagas mayor apenas te interesará hacerlo.

Las frecuencias recomendadas por Sun Ssu-miao sólo son orientativas, puedes limitarte a disminuir el número de eyaculaciones cada varios años. Esto te permitirá mantener la frecuencia de las eyaculaciones alineada con tu creciente necesidad de conservar el esperma. Es interesante señalar que incluso Masters y Johnson reconocen que los hombres no necesitan eyacular cada vez que hacen el amor, en especial cuando alcanzan la edad de cincuenta años. Si un hombre reconoce este importante punto, concluyeron, «es potencialmente un compañero sexual muy efectivo»
[5]
. Una vez más, es importante que no te obsesiones con no eyacular y que no te reprendas cuando lo hagas. Si eyaculas, relájate y disfruta.

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