Read La Muerte de Artemio Cruz Online

Authors: Carlos Fuentes

Tags: #Cuento, Relato

La Muerte de Artemio Cruz (31 page)

BOOK: La Muerte de Artemio Cruz
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—… no sabes qué ejercicios espirituales está dando el padre Martínez…

—mírala: quién lo diría; dicen que fueron…

—tuve que correrla…

—… Luis llega tan cansado que sólo le dan ganas…

—no, Jaime, no le gusta…

—se puso muy alzada .

—de ver un rato la tele .

—ya no se puede con las criadas de hoy…

—amantes hace como veinte años…

—… ¿cómo se le va a dar el voto a esta bola de indios?

—y la mujer sola en su casa; nunca…

—son cuestiones de alta política; recibimos la .

—que el PRI siga eligiendo de dedo y ya…

—consigna del señor Presidente en la Cámara .

—yo sí me atrevo…

—Laura; creo que se llama Laura…

—trabajamos unos cuantos…

—si se vuelve a mencionar el
ineometax…

—para treinta millones de zánganos…

—yo de plano me llevo mis ahorros a Suiza…

—.. .los comunistas sólo entienden…

—no, Jaime, nadie debe molestarlo…

—va a ser un negocio de fábula…

—a macanazos…

—se invierten cien millones…

—es un Dalí precioso…

—y los recuperaremos en un par de años…

—… me lo mandaron los agentes de mi galería…

—o menos…

—en Nueva York. ..

—vivió muchos años en Francia; decepciones , dicen…

—vamos a reunirnos las puras señoras…

—París es la ciudad luz por antonomasia…

—para divertirnos solas…

—si quieres, salimos mañana a Acapulco…

—de la risa; las ruedas de la industria suiza…

—… me llamó el embajador americano para advertirme…

—… se mueven gracias a los diez mil millones de dólares…

—… Laura; Laura Riviere; volvió a casarse allá…

—en la avioneta…

—que los latinoamericanos tenemos depositados…

—… que ningún país está a salvo de la subversión…

—cómo no, si lo leí en
Excélsior…

—te diré: baila divino…

—Roma es la ciudad eterna por excelencia…

—pero no tiene ni un quinto…

—yo hice mi lana fletándome duro…

—ay tú, si se siente la divina envuelta en huevo .

—¿por qué voy a pagarle impuestos a un gobierno de rateros… ?

—.. .le dicen la momia, la momia de Coyoacán…

— Darling,
un modista sensacional…

—¿créditos para la agricultura?…

—te digo que en
el put siempre
falla…

—pobre Catalina…

—¿y luego quién controla las sequías y las heladas?…

—… no hay vueltas que darle: sin inversiones americanas…

—dicen que fue su gran pasión, pero…

—Madrid, divino; Sevilla, precioso…

—nunca saldremos del hoyo…

—pero como México…

—pudieron más las conveniencias, ¿te enteras? ..

—… recupero cuarenta centavos de cada peso…

—nos dan su dinero y su
know-how…

—desde antes de prestarlo .

—y todavía nos quejamos ..

—fue hace veintitantos años…

—de acuerdo: caciques, líderes venales y todo lo que quieras…

—… me decoró todo en blanco y oro, ipadrísimo!

—… pero el buen político no trata de reformar la realidad…

—el señor Presidente me honra con su amistad .

—sino de aprovecharla y trabajar con ella…

—… por los negocios que tiene con Juan Felipe, de plano…

—… hace miles de obras de caridad, pero nunca habla de ellas…

—yo no más le dije: no hay de qué…

—todos nos debemos favores, ¿qué no?

—¡qué diera por dejarlo!. ..

—de plano me cortaba, ¡pobre Catalina!. ..

—.. .les regateó pero en menos de diez mil dólares…

—… Laura; creo que le dicen Laura; creo que fue muy guapa…

—… pero qué quieres, así es una de débil…

Los alejaba, los acercaba: la marea del baile y la conversación. Sólo ahora, esta joven de sonrisa abierta y pelo rubio se colocó en cuclillas al lado del viejo, balanceó la copa de champaña con una mano, tomó el brazo del sillón con la otra… El joven preguntó si no lo distanciaría y el viejo le dijo: —No ha hecho usted otra cosa durante toda la noche, señor Ceballos… y no miró al joven… siguió con la mirada fija en el centro del bullicio… una regla no escrita… los invitados no debían acercársele, salvo para elogiar la casa y la cena apresuradamente… respetar su distancia… impune… agradecer la hospitalidad con la diversión… escena y butaca… no se daba cuenta… obviamente el joven Ceballos no se daba cuenta… —¿Sabe? Lo admiro… él hurgó en la bolsa del saco y extrajo un paquete arrugado de cigarrillos lo encendió lentamente… sin mirar al joven que decía que sólo un rey podía mirar con el desprecio con que él los miró cuando… y él le preguntó si era la primera vez que asistía a…. y el joven respondió que sí… —¿Su suegro no le?… —Cómo no… —Entonces… —Esas reglas fueron hechas sin consultarme, don Artemio… no se resistió… con los ojos lánguidos… volutas de humo… dio la cara a Jaime y el joven le miró sin pestañear… picardía en la mirada… juego de los labios y las quijadas… del viejo… del joven… se reconoció, ah… le desconcertó, ah… —¿Qué cosa, señor Ceballos?… qué cosa sacrificó… —No le entiendo… no le entendía, decía que no le entendía exhaló una risa por las ventanas de la nariz —La herida que nos causa traicionarnos, amigo… ¿Con quién piensa que está hablando? ¿Se le ocurre que yo me engaño… ? Jaime le acercó el cenicero… ah, cruzaron el río a caballo, aquella mañana… —¿ en una justificación .. .?… observaba sin ser observado… —Seguramente su suegro y otras personas con las que usted trata… cruzaron el río, esa mañana… —… que nuestra riqueza se justifica, que hemos trabajado para alcanzarla… —… nuestra recompensa, ¿eh?.. le preguntó si irían juntos, hasta el mar… —¿Sabe usted por qué estoy por encima de toda esta gentecita… y la domino?… Jaime le acercó un cenicero; hizo un gesto con el cigarrillo consumido… salió del vado con el torso desnudo… —Ah, usted se acercó, yo no lo llamé Jaime entrecerró los ojos y bebió de la copa —¿Pierde sus ilusiones? .. Ella repetía, «Dios mío, no merezco esto", levantando el espejo,' preguntándose si eso es lo que él vería cuando regresara… —Pobre Catalina… —Porque no me engaño… distinguirán en la otra ribera un espectro de tierra, un espectro, sí. .. —¿Qué le parece esta fiesta?…
vacilón, qué rico vacilón, cha cha cha
Olía a plátano. Cocuya… —No me importa él apretó las espuelas; dio el rostro y sonrió… —… mis cuadros, mis vinos, mis cómodas y las domino igual que a ustedes… —¿Le parece… ?… recordaste tu juventud por él y por estos lugares… —El poder vale en sí mismo, eso es lo que sé, y para tenerlo hay que hacer todo… pero no quisiste decirle cuánto significaba para ti porque quizá hubieras forzado su afecto… —… como lo he hecho yo y su suegro y todos esos que bailan allí enfrente… esa mañana lo esperaba con alegría

—… como lo tendrá que hacer usted, si quiere…

—Colaborar con usted, don Artemio, ver si en una de sus empresas, pueda usted… el brazo levantado del muchacho indicó hacia el Oriente, por donde sale el sol, hacia la laguna… —Generalmente, esto se arregla de otra manera… los caballos corrieron lentamente, separando las hierbas ancladas, agitando las crines, levantando una espuma deshecha… — el suegro me llama e insinúa que el yerno es….se vieron a los ojos, sonrieron… —Pero ya ve, yo tengo otros ideales… al mar libre, al mar abierto, hacia donde corrió Lorenzo, ágil, hacia las olas que le estallaron alrededor de la cintura… —Aceptó las cosas como son; se hizo realista… —Sí, eso es. Igual que usted, don Artemio… le preguntó si nunca pensaba en lo que hay del otro lado del mar; la tierra se parece toda, sólo el mar es distinto….—¡Igual que yo!… Le dijo que había islas… — ¿luchó en la Revolución, expuso el pellejo, estuvo a punto de ser fusilado?… el mar sabía a cerveza amarga, olía a melón, membrillo, fresa… —¿Eh?… —No… yo… —Sale un barco dentro de diez días. Ya tomé pasaje… —Llega usted al final del banquete, amigo. Apresúrese a recoger las migajas… —¿Tú no harías lo mismo, papá?… —… arriba durante cuarenta años porque fuimos bautizados con la gloria de ésa… —Sí… —… pero ¿usted? ¿Cree que eso se hereda? ¿Con qué cosa van a prolongar… ? —Ahora hay ese frente. Creo que es el único que queda… —Sí… —… ¿nuestro poder? —Voy a irme… —Ustedes nos enseñaron cómo —¡Bah! llegó usted tarde, le digo… lo esperaba con alegría, esa mañana… —Que traten de engañarlo los demás; yo nunca me he engañado; por eso estoy aquí… cruzaron el río, a caballo… —… apresúrese .. ; hártese… porque' se lo está llevando… le preguntó si irían juntos, hasta el mar… —A mí qué me importa… el mar vigilado por el vuelo bajo de las gaviotas… —Me moriré y me dará risa… el mar que sólo asomaba su lengua cansada sobre la playa… —… y me dará risa pensar… hacia las olas que le estallaron alrededor de la cintura… —… mantener vivo un mundo para el que no tienen tamaños el viejo acercó la cabeza al oído de Ceballos….el mar que sabe a cerveza amarga… —¿Quiere que le confiese una cosa?… el mar que huele a melón y guayaba… pegó secamente con el dedo índice sobre la copa del joven… los pescadores que arrastraban sus redes hacia la arena… —… el verdadero poder nace siempre de la rebeldía… —¿Creer? No sé. Tú me trajiste aquí, me enseñaste todas estas cosas… —y usted… ustedes… Con los diez dedos abiertos, bajo el cielo encapotado, de cara al mar abierto… —… y ustedes… ya no tienen lo que hace falta…

Volvió a mirar hacia el salón.

—Entonces —murmuró Jaime—, ¿puedo pasar a verlo… uno de estos días?

—Hable con Padilla. Buenas noches.

El reloj del salón sonó tres veces. El viejo suspiró y chicoteó las correas de los perros adormecidos, que pararon las orejas y se incorporaron al tiempo que él, apoyándose en los brazos del sillón, se levantaba con esfuerzo y la música cesaba.

Atravesó el salón entre los murmullos de gratitud y las cabezas ladeadas de los invitados. Lilia se abrió paso,

—Con permiso…

Y tomó el brazo rígido. Él con la cabeza levantada (Laura, Laura); ella con la mirada baja y curiosa, recorrieron el paso abierto entre los invitados, entre las tallas suntuosas, las taraceas opulentas, las molduras de yeso y oro, las cajoneras de hueso y carey, las chapas y aldabas, los cofres con cuarterones y bocallaves de hierro, los olorosos escaños de ayacahuite, las sillerías de coro, los copetes y faldones barrocos, los respaldos combados, los travesaños torneados, los mascarones policromos, los tachones de bronce, los cueros labrados, las patas cabriolas de garra y bola, las casullas de hilo de plata, los sillones de damasco, los sofás de terciopelo, los cilindros y las ánforas, los tableros biselados, los tapetes de merino, los óleos cuarteados, bajo los cristales de los candiles, las vigas calurosas, hasta llegar al primer peldaño de la escalera. Entonces él acarició la mano de Lilia y la mujer lo ayudó a subir, tomándolo del codo, agachándose para sostenerlo mejor. Sonrió:

—¿No te cansaste mucho?

Él negó con la cabeza y volvió a acariciar la mano.

Yo he despertado… otra vez… pero esta vez… sí… en este automóvil, en esta carroza… no… no sé… corre sin hacer ruido… ésta no debe ser todavía la conciencia verdadera… por más que abra los ojos no puedo distinguirlos… objetos, personas… huevos blancos y luminosos que ruedan frente a mis ojos… pared de leche que me separa del mundo… de las cosas que se pueden tocar y de las voces ajenas… estoy separado… muero… me separo… no, un ataque… un ataque puede venirle a un viejo de mi edad… muerte no, separación no… no lo quiero decir… quiero preguntarlo… pero lo digo… si hiciera un esfuerzo… sí… ya escucho los ruidos superpuestos de la sirena… es la ambulancia… de la sirena y de mi propia garganta… mi garganta estrecha y cerrada… la saliva me gotea por ella… hacia un pozo sin fondo… separarse… ¿testamento?… ah, no se preocupen… existe un papel escrito, timbrado, levantado ante notario… no olvido a nadie… ¿para qué iba a olvidarlos, a odiarlos… ?… ¿no les habría dado placer pensar que hasta el último momento pensé en ustedes para burlarme?… ah, qué risa, ah, qué burla… no .. : los recuerdo con la indiferencia de un trámite frío… les parcelo esta riqueza que atribuirán en público a mi esfuerzo a mi tesón… a mi sentido de responsabilidad a mis cualidades personales… háganlo… siéntanse tranquilos… olviden que esa riqueza la gané, la expuse, la gané… darlo todo a cambio de nada… ¿no es verdad?… ¿cómo se llamará darlo todo a cambio de todo?… pónganle el nombre que gusten… regresaron, no se dieron por vencidos… sí, lo pienso y sonrío… me burlo de mí mismo, me burlo de ustedes… me burlo de mi vida… ¿no es mi privilegio? .. ¿no es éste el único momento para hacerlo? .. no podía burlarme mientras vivía… ahora sí… mi privilegio… les dejaré el testamento… les legaré esos nombres muertos… Regina… Tobías… Páez… Gonzalo… Zagal… Laura, Laura….Lorenzo… para que no me olviden… separado….puedo pensarlo y preguntarme a mí mismo sin saberlo… porque estas últimas ideas… eso lo sé… pienso, disimulo… corren ajenas a mi voluntad, ah, sí… como si el cerebro, el cerebro… pregunta… la respuesta me llega antes que la pregunta probablemente… las dos son la misma cosa….vivir es otra separación…con aquel mulato, junto a la choza y el río…con Catalina, si hubiéramos hablado… en aquella prisión, aquella madrugada… no cruces el mar, no hay islas, no es cierto, te engañé… con el maestro… ¿Esteban?… ¿Sebastián?… no recuerdo… me enseñó tantas cosas… no recuerdo… lo dejé y me fui al Norte ah, sí… sí. .. sí. .. sí, la vida habría sido distinta pero sólo eso… distinta… no la vida de este hombre agonizante… no, agonizante no… les digo que no no no… un ataque un viejo, un ataque… convalecencia, eso es sino otra… sino la de otro… distinta… pero también separada… ay decepción… ni vida ni muerte… ay decepción… en la tierra del hombre… vida escondida… muerte escondida… plazo fatal .. sin sentido… Dios mío… ah, ése puede ser el último negocio… ¿quién me pone las manos sobre los hombros?…creer en Dios… sí, buena inversión, cómo no….¿quién me obliga a recostarme, como si hubiese querido levantarme de aquí?… ¿hay otra posibilidad de creer que se sigue siendo aun cuando no se crea en ella?… Dios, Dios, Dios… basta repetir mil veces una palabra para que pierda todo sentido y no sea sino un rosario… de sílabas… huecas… Dios,

Dios… qué secos mis labios Dios, Dios… ilumina a los que se quedan….hazlos pensar en mí de vez… en cuando… haz que mi memoria… no se pierda… pienso… pero no los veo bien… no los veo… hombres y mujeres en duelo… se rompe ese huevo negro .. _de mi mirada y veo… que siguen viviendo… regresan a sus trabajos… ocios… intrigas… sin recordar… al pobre muerto que escucha las paletadas de tierra mojada sobre el rostro… el avance sinuoso sinuoso sinuoso… sí… lujurioso.. de esos gusanos… la garganta… me gotea como un mar… una voz perdida que quiere resucitar… resucitar… seguir viviendo continuar la vida donde la cortó la otra… muerte… no… volver a empezar desde el principio… resucitar….volver a nacer… resucitar… volver a decidir….resucitar… volver a escoger… no qué hielo en las sienes… qué uñas… azules…qué estómago… hinchado… qué náuseas de mierda… no te mueras sin razón… no no ah viejas… viejas impotentes… que han tenido todos… los objetos de la riqueza y la cabeza… de la mediocridad… si al menos hubieran comprendido para qué sirven… cómo se usan… estas cosas… ni eso mientras yo lo tuve todo… ¿me oyen? .. todo lo que se compra y… todo lo que no se compra tuve a Regina… ¿me oyen?… amé a Regina se llamaba Regina y me amó… me amó sin dinero… me siguió me dio la vida… allá abajo… Regina, Regina… cómo te amo… cómo te amo hoy… sin necesidad de tenerte cerca… cómo me llenas el pecho de esta satisfacción… cálida… cómo… me inundas… de tu viejo perfume… olvidado, Regina… te recordé… ¿viste? .. ve bien… antes te recordé… pude recordarte… tal como eres… como me quieres… como te amé en el mundo… que nadie nos puede arrebatar… Regina, a ti y a mí… que traigo y conservo… protegiéndolo con las dos manos… como… si fuera un fuego… pequeño y vivo… que tú me regalaste tú me diste… tú me diste… yo habré quitado pero a ti te di… ay, ojos negros; ay, carne oscura y olorosa, ay labios negros, ay amor oscuro que no puedo tocar, nombrar, repetir: ay tus manos, Regina… tus manos sobre mi cuello y… el olvido de tus encuentros… el olvido… de todo lo que existió… fuera de ti y de mí… ay, Regina… sin pensar… sin hablar… siento en los muslos oscuros… de la abundancia sin tiempo… ay mi orgullo irrepetible… el orgullo de haberte amado… reto sin respuesta… ¿qué puede decirnos el mundo… Regina… qué pudo añadir a eso… qué razón pudo hablarle… a la locura… de querernos?… ¿qué?… paloma, clavel, convólvulo, espuma, trébol, clave, arca, estrella, fantasma, carne: ¿cómo te nombraré… amor… cómo te acercaré… nuevamente a mi aliento… cómo te suplicaré….la entrega…cómo te acariciaré las mejillas cómo te besaré… los lóbulos….cómo te respiraré… entre las piernas… cómo diré… tus ojos… cómo tocaré… tu sabor… cómo abandonaré… la soledad… de mí mismo… para perderme en… la soledad… de los dos… cómo repetiré… que te quiero… cómo desterraré… tu recuerdo esperar tu regreso?… Regina, Regina… esa punzada vuelve, Regina, estoy despertando… de ese medio sueño al que me indujo el calmante… estoy despertando… con el dolor… en el centro… de mis entrañas, Regina, dame la mano, no me abandones, no quiero despertar sin encontrarte a mi lado, mi amor, Laura, mi mujer adorada, mi recuerdo salvador, mi falda de percal, Regina, me duele, mi ternura irrepetible, mi naricita respingada, me duele, Regina, me doy cuenta de que me duele: Regina, ven para que sobreviva otra vez; Regina, cambia otra vez tu vida por la mía; Regina, muérete de nuevo para que yo viva; Regina. Soldado. Regina. Abrácenme. Lorenzo. Lilia. Laura. Catalina. Abrácenme. No. Qué hielo en las sienes… Cerebro, no te mueras… razón….quiero encontrarla… quiero… quiero… tierra….país… te amé… quise regresar… razón de la sinrazón… contemplar desde un lugar muy alto la vida vivida y no ver nada… y si no veo nada… para qué morir… por qué morir… por qué morir sufriendo… por qué no seguir viviendo… la vida muerta… por qué pasar… de la nada viva a la nada muerta… se agota… se agota jadeante… el ladrido de la sirena…jauría… se detiene…la ambulancia… cansado….más cansado no… tierra… entra otra luz a mis ojos… otra voz…

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