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Authors: Conny Méndez

Tags: #Autoayuda, Esoterismo.

Metafísica 4 en 1 Vol.1 (22 page)

BOOK: Metafísica 4 en 1 Vol.1
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En cada plano existen adelantados que ya están casi a punto de ascender al próximo plano de conciencia, y que ya vislumbran, o presienten las condiciones superiores. Entre los animales hay perros, caballos, etc., de los cuales se dice, “le falta poco para hablar”. Entre los hombres surge un Jesús, por ejemplo, que condesciende en regresar a un plano inferior con el propósito de enseñar a adelantar.

Nosotros estamos ya entre-planos, viviendo y aprendiendo las condiciones del plano Mental, al cual nos estamos graduando. Se dice de nosotros que estamos desarrollando “la conciencia espiritual”, o sea, que nos estamos haciendo conscientes de cosas insospechadas por la gran mayoría que vive en “la conciencia material”.

Por esto es que la gran mayoría rechaza la idea de que los Platillos Voladores puedan ser naves espaciales dirigidas por superhombres, que vienen a escrutarnos, tal como nosotros nos detendríamos a escrutar a una pajarita en su nido empollando sus huevecitos. No nos quieren mal. Sólo nos curiosean. Como es abajo es arriba.

El principio de vibración

Este es el Tercer Principio hermético. Su lema es:

“TODO ESTÁ EN MOVIMIENTO, TODO VIBRA”
.

Empecemos por pensar en la hélice de un avión. Cuando está inmóvil vemos las astas; dos remos de madera fijos a un eje. De pronto se ponen en movimiento, van acelerando y al ratito no vemos nada! Se vuelven transparentes. Esto es lo que ocurre con la alta frecuencia. Por esto mismo es que no vemos a los espíritus desencarnados. Ellos viven aquí en medio de nosotros pero en una frecuencia de vibración indiferente a la de nuestros cuerpos de carne y hueso. En cambio la inmovilidad de una roca, que también se mueve en su propia frecuencia de vibración, es porque su rata vibratoria es excesivamente lenta.

El pensamiento positivo vibra a una frecuencia altísima. Sus colores brillantes, claros, luminosos. El pensamiento negativo vibra lentamente y sus colores son opacos. Cuanto más negativos, tanto más sombríos y tanto más bajo el “tono” de su sonido.

El pensamiento positivo, como la mente que está polarizada en plano positivo, no puede ser dominado por una vibración baja, a menos que haya algún concepto o idea negativa “agarrada” por alguna parte en el individuo. O a menos que el individuo permita que su pensamiento se vuelva negativo. Jesús dijo: “El dios de este mundo viene a mí y no encuentra nada en mí para asirse”. El dios de este mundo es el polo negativo que es lo que impera en la mayoría de las mentes.

El polo positivo, ya lo hemos establecido, es de alta vibración. El polo negativo, de baja vibración. Los sonidos bajos son de vibración lenta. Los sonidos altos, de alta vibración. Los colores oscuros son de bajas frecuencias. Y los colores brillantes de alta frecuencia.

Todo lo que es materia está siempre en movimiento circular. Girando en contorno a algo más grande como los planetas que giran alrededor del sol. Este es el patrón universal para todo lo material.

Los herméticos han enseñado siempre el movimiento vibratorio de la luz, el calor, el magnetismo, la cohesión que es el principio de la atracción molecular que llamamos comúnmente “Amor”, lo mismo que ese gran misterio llamado “la gravitación” o “gravedad”.

Hoy todo el mundo conoce la relación entre el movimiento y el sonido, aunque aún no se ha estudiado en nuestro plano terreno, o sea que aún nadie lo considera de gran importancia. ¿Quién no ha percibido el zumbido de un abanico eléctrico girando a máxima velocidad? La rotación va produciendo diferentes sonidos musicales. Un avión que pasa emite un sonido musical del cual se desprenden varios otros tonos. Estos se llaman “armónicos” como es sabido por los músicos.

Cuando se golpea una nota musical cualquiera, digamos en un piano, repercuten otras dos notas en octavas más altas. Los tonos que suenan son una tercera y una quinta nota del tono golpeado. Esta combinación armónica se llama “el acorde Mayor”, por lo general.

El oído humano no percibe los sonidos que pasan de cierta frecuencia. Cuando algo gira emitiendo un sonido que va en aumento de velocidad, pasada la frecuencia imperceptible para el humano se comienza a ver grados de color, empezando por el rojo oscuro. A medida que aumenta la velocidad el color se va haciendo más brillante, luego pasa al naranja, luego al amarillo, de allí al verde, al azul, al añil y al fin al violeta. Si la velocidad aumenta se vuelve blanco, y de allí en adelante suceden los rayos llamados “equis” (X), luego electricidad y finalmente el magnetismo. Más adelante estaremos en planos mentales y espirituales. Einstein decía que mientras más estudiaba la electricidad más cerca se encontraba del espíritu. Para los humanos estas cosas son aún inexplicables. Pertenecen a los planos sutiles donde residen nuestros cuerpos Astral, Etérico, Emocional, Mental y Espiritual. Los estados de ánimo vibran y lanzan al espacio esas vibraciones en sonidos y en colores. Todos los estados mentales se lanzan al exterior del cuerpo que los crea, van golpeando cuerpos afines como hacen los instrumentos musicales, y estas vibraciones afectan en bien o en mal a otras mentes, aumentando los estados emocionales y mentales que están a tono con ellas. Por ejemplo, si alguien se encoleriza, lanza vibraciones de ira, las cuales son atraídas magnéticamente por otro que está también encolerizado, se aumentan unas a otras. El estado emocional va empeorando y se puede llegar hasta el crimen cuando las personas afectadas no tienen el hábito de controlarse.

Los pensamientos e ideas respecto a Dios, sobre los Maestros de Sabiduría, sobre el Yo Superior o sobre todo lo noble y puro tienen vibraciones altísimas. Estas elevan cualquier vibración menor, pudiendo curar enfermedades, resolver problemas, etc.

El principio de polaridad

LEMA:

“TODO ES DUAL. TODO TIENE DOS POLOS, TODO SU PAR DE OPUESTOS, LOS SEMEJANTES Y LOS ANTAGÓNICOS SON LO MISMO. LOS OPUESTOS SON IDÉNTICOS EN SU NATURALEZA PERO DIFERENTES EN GRADO. LOS EXTREMOS SE TOCAN. TODAS LAS PARADOJAS PUEDEN RECONCILIARSE”.

Este Cuarto Gran Principio hermético encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas tienen dos aspectos, dos polos, que son un par de opuestos con innumerables grados entre ambos extremos. Aquellas antiguas y eternas paradojas que han confundido las mentes como: “Todo es y no es, al mismo tiempo”. “La tesis y la antítesis son idénticas en naturaleza”, y “Los extremos se tocan”, quedan explicadas si se medita este Principio.

La Ley de Polaridad explica que lo que existe entre cosas diametralmente opuestas es solamente cuestión de grados, y afirma que todo par de opuestos puede reconciliarse mediante la aplicación de esta Ley. Vamos a examinar este Principio en los diferentes planos.

En el plano físico encontramos que el calor y el frío son de idéntica naturaleza, siendo la diferencia sólo cuestión de grados. El termómetro indica los grados de temperatura, siendo el polo inferior el llamado frío y el superior calor. Entre estos dos hay muchos grados de calor y frío, y de esos grados el superior es más caliente, en relación con el inferior, que es más frío. No hay absolutamente un tipo fijo. Todo es cuestión de relación y grados. No hay ningún sitio en el termómetro en donde cese el calor y comience el frío. Absolutamente. Todo se reduce a vibraciones más o menos elevadas o bajas. Las propias palabras “elevado” y “bajo” que estamos usando no son más que dos polos de una misma cosa. Son relativos.

Así sucede igualmente con el Este y el Oeste. Si viajamos alrededor del mundo en dirección Oriente, llegamos a un punto que se llama Occidente. Marchamos lo suficiente para el Norte, y pronto nos encontramos viajando hacia el Sur.

El mismo Principio se manifiesta en la luz y la oscuridad, las que en resumen son la misma cosa. ¿Dónde termina la oscuridad? ¿Dónde empieza la luz? ¿Cuál es la diferencia entre grande y pequeño? ¿Cuál entre duro y blando? ¿Entre blanco y negro? ¿Entre positivo y negativo? La escala musical es lo mismo Partiendo de Si, llegamos a encontrar el Si.

El mismo Principio opera en idéntica manera en el Plano Mental. El Amor y el Odio son considerados como diametralmente opuestos e irreconciliables; pero si aplicamos el Principio de Polaridad encontramos que no existe ni un amor absoluto ni un odio absoluto diferentes uno de otro; los dos no son sino términos aplicados a los dos polos de una misma cosa. Empezando en cualquier punto de la escala encontramos más amor y menos odio si ascendemos por ella, o menos amor y más odio si descendemos por ella. Hay muchos grados de amor y de odio, y existe también un punto medio donde el agrado y desagrado se mezclan en tal forma, que es imposible distinguirlos. El valor y el miedo quedan también bajo la misma regla. Los pares de opuestos existen en todo. Donde encontramos una cosa encontramos también su opuesto.

Esto último es lo que permite transmutar un estado mental en otro, siguiendo las líneas de polaridad. Las cosas diferentes no pueden transmutarse unas a otras, pero sí las de igual clase. Por ejemplo, el Amor no puede transmutarse en Este u Oeste, pero sí puede tornarse en Odio, e igualmente el Odio, cambiando su polaridad puede tornarse en Amor. El valor puede transmutarse en miedo y viceversa. Las cosas duras pueden tornarse en blandas, y así sucesivamente, efectuándose siempre la transmutación entre cosas de la misma clase, pero de grado diferente. Tratándose de un hombre cobarde, si se elevan sus vibraciones mentales a lo largo de la línea miedo-valor, se llenará de valentía y despreciará el peligro. Igualmente lo perezoso puede hacerse activo y enérgico, polarizándose simplemente a lo largo de la línea pereza-diligencia.

Una vez entendido el Principio de Polaridad se ve inmediatamente que los cambios mentales que deseamos ver en nuestros enemigos, amigos, nuestros hijos, empleados, etc., son posibles aplicando la Ley. Es como producir un deslizamiento a lo largo de una escala, a saber, no se trata de transmutar una cosa en otra completamente diferente, sino de reducirla a un simple cambio de grado de la misma cosa. Los estados mentales pertenecen a innumerables clases, cada una de las cuales tiene su opuesto, y a lo largo de su propia línea es posible la transmutación.

El Espíritu y la Materia son polos de la misma cosa, siendo los estados intermedios, o planos, cuestión de grados vibratorios solamente. Estos dos polos, en todo lo que existe, se clasifican ellos mismos por su grado vibratorio, o sea su frecuencia, en positivos y negativos. Así, el Amor es positivo, el odio es negativo. La Fe es positiva, el miedo es negativo. La actividad es positiva con relación a la inercia. El color blanco es positivo contra el negro negativo. La Verdad es positiva, la mentira negativa. La prosperidad es positiva, la carencia negativa. Lo superior es positivo, lo inferior negativo. Debemos recordar que la tendencia de la Naturaleza es en dirección a la actividad dominante del polo positivo.

Además del cambio de polo de nuestros propios estados mentales mediante el arte de la Polarización, el fenómeno de la influencia mental en sus múltiples fases demuestra que el principio puede extenderse hasta abarcar las influencias mentales; esto es, que
LOS ESTADOS MENTALES PUEDEN PRODUCIRSE POR INDUCCIÓN DE LOS DEMÁS. ES, PUES, POSIBLE POLARIZAR UN AMBIENTE, UNA SITUACIÓN.
La mayoría de los resultados obtenidos mediante los tratamientos mentales se obtienen aplicando este Principio.

Nosotros los estudiantes de Metafísica, jamás empleamos este Principio en otro sentido que el del Bien, pues como se verá más adelante, en el Principio del Ritmo y el de Causa y Efecto, que son las leyes del Bumerang,
LO QUE HAGAMOS HACIA OTROS SE NOS DEVUELVE EN IDÉNTICA FORMA, TARDE O TEMPRANO.

La práctica de este Principio nos permite comprender mejor nuestros propios estados mentales, así como los de los demás, y nos cerciora de que
ESOS ESTADOS SON PURAMENTE CUESTIÓN DE GRADOS, PUDIENDO ELEVAR LAS VIBRACIONES INFERIORES A VOLUNTAD, CAMBIANDO LA POLARIDAD Y HACIÉNDONOS DUEÑOS DE ESOS GRADOS EN LUGAR DE SUS ESCLAVOS.

Esta Ley nos permite ayudar a otros inteligentemente, polarizando situaciones. Por ejemplo: Ya tú sabes saludar, reconocer y despertar el Cristo en tus semejantes. Es simplemente recordando que el Yo Superior, el YO SOY, la Verdad del prójimo es Perfección. En el lenguaje de la Nueva Era se llama “El Concepto Inmaculado”. Cuanto más emplees esta práctica, tanto más se te olvidarán los defectos que hayas visto, o que veías, en los demás. Llegará el momento en que no te afectarán en lo más mínimo, porque te sentirás en perfecta seguridad de que ese prójimo y hermano sólo está manifestando una mentira que con sólo saberlo tú, elevas su rata vibratoria hacia el positivo, su Verdad.

Las frecuencias vibratorias de un metafísico entrenado, a menudo logran transformar un ambiente en que él penetra, simplemente con su presencia. Sólo con la vista de sus ojos, de su sonrisa, de su paz y su alegría polariza los estados mentales. Con unas cuantas palabras positivas transmuta conceptos ajenos negativos imperantes en el ambiente, porque
cambia el humor
de los presentes, se llenan de esperanza donde antes estaban desesperantes. En este sentido, el poder de Jesús era tan grande que al ver curar a los enfermos a su paso, por eso les decía: “No volváis a pecar”. El grado de realización que tenga el estudiante, el practicante, al reconocer el Concepto Inmaculado en los demás, por encima o a pesar de la apariencia que estén manifestando, cura completamente o mejora la condición. Todo depende de su propia fe. (Recuerda que fe es conocimiento).

El metafísico sabe que la enfermedad es una apariencia producida por una forma mental, creación del individuo. Es ignorancia y credulidad. Sabe que la Verdad eterna es VIDA. Sabe que se está manifestando una enfermedad porque aquel hermano está
creyendo
en realidad de la forma mental que él ha creado. (El Evangelio dice que está “embrujado” por su propia creación). Vamos a decir que es CREENCIA en la PERMANENCIA de su propia creación que está viviendo. De acuerdo con el Principio que estamos estudiando, sabemos ya que es posible POLARIZAR, transmutar la creación propia, deslizando la mente hacia arriba, por la línea del positivo, pensando salud y vida. La Vida es VIDA, no puede convertirse en MUERTE. Se puede pensar en muerte y producirla, pero al pensar en Vida se transmuta la muerte en vida. La vida es indestructible. Está previsto que ella misma si las mentes humanas no le cierran el paso con sus falsas creencias, falsas pero que nadie se inmiscuye en el libre albedrío, que le permite a las mentes humanas creer lo que ellas quieran creer.
CONTRA LO QUE TÚ ESCOJAS NO PUEDE NADIE SINO TÚ MISMO.
Si prefieres situarte en el polo negativo tendrás todo lo que a él pertenece. Si prefieres el polo positivo tendrás todo lo que a él pertenece.

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