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Authors: James Wesley Rawles

Tags: #Ciencia Ficción

Patriotas (10 page)

BOOK: Patriotas
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Trasel se conformó con mantener al día las habilidades militares propias de los Marines. Como no tenía trabajo y estudiaba tan solo durante la mitad del día, Jeff tenía tiempo para participar anualmente en algunas misiones. Habitualmente hacía dos giras al año, y en vez de la semana obligatoria, él estaba dos. Además, hacía algunos días adicionales de entrenamiento en su unidad, en los que llevaba a cabo tareas administrativas y ponía al día toda la información de inteligencia. Finalmente, consiguió el rango de sargento.

Jeff le dio un toque paramilitar a la organización. Durante su ejercicio como coordinador táctico del grupo, Jeff insistió en que todos los miembros hiciesen ejercicio físico y en que, al igual que hacían las unidades militares de tamaño reducido, el grupo llevase a cabo maniobras de entrenamiento cada dos meses. A partir de «las marchas tácticas», Jeff enseñó al grupo cómo desplazarse en silencio a través de los matorrales, los códigos de señales con manos y brazos, cómo mantener un intervalo apropiado entre los distintos integrantes de una patrulla a pie, etcétera. Bajo la tutela de Trasel, el grupo aprendió cómo hacer patrullas nocturnas, zonas de fuego defensivo, entrenamiento para entrar en acción de forma inmediata, establecer puestos de observación y escucha, y organizar turnos, incursiones y emboscadas. En estos días de marcha sobre el terreno, los miembros del grupo se alimentaban de excedentes de comida del ejército, raciones de combate MRE,
Meal Ready to Eat,
o lo que es lo mismo, «comida lista para comer». Jeff a menudo bromeaba diciendo que ni era comida, ni estaba lista ni se podía comer: tres mentiras por el precio de una.

A la mayoría de los integrantes del grupo, incluidas las mujeres, les gustaban los ejercicios de entrenamiento. Aunque resulte curioso, uno de los que más entusiasmo demostraba era Kevin Lendel. Muy a menudo, Kevin se presentaba voluntario para hacer de punta en las patrullas. Normalmente iba con su escopeta de repetición y llevaba una cinta blanca pegada al extremo del cañón para que se le viera mejor cuando había poca luz. Kevin demostró que era un hombre punta excelente. Tenía un oído muy bueno, una capacidad de visión nocturna sobresaliente y un curioso sexto sentido para las posibles emboscadas. Le gustaba la posición de punta y muy pronto se ganó el respeto de todos sus compañeros, incluido Trasel, el superguerrero. Anteriormente, Trasel albergaba sus dudas acerca de cómo reaccionaría Kevin ante una situación límite. Sin embargo, después de ver cómo se desenvolvía en los entrenamientos, Jeff confiaba tanto como los demás en las capacidades de Kevin y en su sangre fría.

Los entrenamientos no llamaron nunca la atención de las fuerzas del orden, ya que los hacían siempre vestidos de civiles y sin armas. Cuando alguien les preguntaba, contestaban que eran un club de excursionistas. Mike Nelson, que era agente de policía de Chicago, había preparado una historia falsa «de sesiones de entrenamiento del departamento de operaciones especiales», pero nunca le hizo falta utilizarla, ni siquiera tuvo que llegar a mostrar su placa. Cuando llevaban a cabo las patrullas de entrenamiento con armas iban con mucho cuidado, utilizaban munición de fogueo e iban siempre vestidos de civiles; este tipo de patrullas solo las hacían en regiones remotas de la península de Michigan. La regla principal era: «Si vamos armados, nada de ropa de camuflaje. Si no llevamos armas, sí podemos llevar uniformes de camuflaje».

Algunas de las costumbres de Jeff incomodaban al resto de los integrantes del grupo. La queja más extendida era su habitual falta de puntualidad. De vez en cuando, además, se saltaba alguna de las reuniones o alguna de las otras citas. Cuando el resto le pedía explicaciones, se encogía de hombros y contestaba con un simple «lo siento». Jeff tenía muchos amigos para ir a tomar cervezas y varias amantes, con lo que muy a menudo no encontraba el tiempo necesario para asistir a las reuniones. Otra de las cosas negativas de Jeff era que levantaba la voz con facilidad y que tenía tendencia a reprobar a sus compañeros por faltas relativamente sin importancia.

Jeff Trasel fue miembro del grupo durante tan solo tres años. En la última reunión a la que asistió, en 2006, anunció que dejaba el grupo porque estaba aburrido y porque aquello no conducía a ninguna parte. Cuando se le pidió que profundizara más en sus quejas, él se negó, se levantó y se marchó del apartamento de Nelson.

Con la excepción de Trasel, el grupo original siguió intacto cuando los Gray activaron el refugio en Idaho durante el desplome del mercado de valores. Habían pasado varios años y el grupo funcionaba de forma parecida a una familia, todos y cada uno de sus integrantes sabían que podían confiar sus vidas en los demás, y tal y como se imaginaban que se pondrían las cosas, sabían también que aquello era seguramente lo que iban a tener que hacer.

4. La preparación

«Qué maravilloso es el intervalo entre la concepción de una gran empresa y su ejecución. Cuántos terrores vanos; cuánta falta de resolución; la vida está en juego, pero algo más importante lo está también: el honor.»

Johann Christoph Friedrich von Schiller

Durante sus primeros cinco años de andadura, el grupo pasó por distintas fases en su preparación y entrenamiento. Los atentados del 11 de septiembre inspiraron su formación, pero los sucesos derivados del huracán Katrina, en el año 2005, hicieron que su interés aumentase sustancialmente.

Las sesiones de entrenamiento nunca eran iguales. El entrenamiento era un concepto ambiguo que tenía unos límites muy eclécticos. Abarcaba desde pasar la tarde aprendiendo cómo preparar fruta en conserva hasta hacer prácticas nocturnas de tiro usando miras de tritio, o llevar a cabo un ejercicio de suturar heridas con un cochinillo sin vida. Los «fines de semana del cubo» eran unas sesiones de entrenamiento que tenían tres días de duración y que estaban diseñadas para enseñar la importancia del orden de prioridades. Todos tenían que llevar la comida y el material de camping que necesitaran utilizando tan solo un cubo de plástico con capacidad para dieciocho litros de líquido. Después del 11 de septiembre, se celebraban dos reuniones al mes durante el invierno y una durante el verano. Al menos una de esas dos reuniones se dedicaba al entrenamiento. Los miembros del grupo, cuyos recursos habían aumentado considerablemente gracias a sus trabajos a tiempo completo, se embarcaron en un organizado ataque de consumismo.

Las compras comenzaron con un fusil de combate, una escopeta de caza con los cañones modificados, una pistola automática de calibre.45 y un rifle de calibre.22 para hacer prácticas de tiro y algo de caza menor. Luego empezaron con la parafernalia para darle apoyo a esas armas: munición, docenas de cargadores, equipos de limpieza y puesta a punto, recambios, fundas y un cinturón militar de combate LC-1 con espacio para la cantimplora y los cargadores. A continuación, los miembros tenían que comprarse un saco de dormir para el frío que fuese de buena calidad y una tienda de campaña ligera que pudiese servir para cualquier época del año. Todas estas compras debían hacerse siguiendo los parámetros establecidos por el grupo.

Los primeros desacuerdos en torno a establecer estos parámetros llegaron cuando hubo que seleccionar el uniforme de campaña. Algunos de los integrantes eran de la opinión de que con los uniformes de camuflaje lo único que conseguirían sería llamar la atención. Finalmente, después de que Jeff Trasel apuntara que esta indumentaria serviría para que pudiesen identificarse a distancia en cualquier situación, se tomó la decisión de que la ropa de camuflaje era algo imprescindible. Trasel dijo también que de esa manera le resultaría más difícil a cualquier persona ajena al grupo poder colarse sin ser visto dentro del perímetro de la zona de refugio. Por esa misma época en que el grupo establecía qué uniforme debía llevar, el ejército de Estados Unidos ya hacía tiempo que había sacado el uniforme de campaña (BDU) de camuflaje en el bosque en sustitución de los viejos uniformes de color verde oliva. La aparición en 2005 de los uniformes de combate del ejército (ACU) no supuso una gran novedad, ya que el modelo de camuflaje del BDU estaba ya muy extendido.

En vez de comprar uniformes de camuflaje modelo BDU o ACU en el mercado de stocks, el grupo de Todd decidió utilizar los uniformes y las chaquetas británicas de campaña DPM, que estaban por aquel entonces disponibles en el mercado a precios muy asequibles. La razón de elegir los DPM era que habían salido a la venta tantos BDU que ese modelo se había convertido en algo omnipresente. Kevin Lendel apuntó de forma contundente que si el grupo llevaba uniformes de tipo BDU, sería vulnerable aún a la incursión de extraños dentro del perímetro de seguridad. Sería mejor ir camuflado, pero con un modelo distinto del que llevaba la mayoría de la gente en Estados Unidos. La única desventaja de decidirse por los DPM fue la pérdida de valor del dólar frente a las divisas extranjeras en los primeros años del nuevo siglo. Justo antes del colapso, el precio de un juego completo de DPM había subido hasta alcanzar los noventa dólares. Todd hubiese preferido que hubieran optado por un modelo de camuflaje civil de marcas como Realtree o Advantage. En esa época también tenían otra opción: decantarse por alguno de los uniformes de los países del antiguo bloque soviético que habían aparecido en el mercado. Cualquiera que hubiesen elegido habría resultado más barato que pagar el coste de los cada vez más caros DPM.

La segunda cuestión donde surgió el desacuerdo, y que no acabó nunca de zanjarse, fue decidir qué fusil llevarían. La mayoría de los miembros eran conscientes del potencial del poderoso cartucho 7,62 x 51 de la OTAN (también conocido como.308 Winchester), y querían que esa fuese su munición, ya fuese con el Springfield M1A (una versión civil del M14 que usaba el ejército) o con el fusil alemán HK91. Otros, principalmente las mujeres y los que eran de menor estatura, como T. K., querían que la munición elegida fuese el 5,56 de la OTAN (conocido también como.223 Remington). Había un buen número de fusiles de buena calidad que usaban estas balas, entre ellos el Colt AR-15 (una versión semiautomática del M16 del ejército) y su pariente cercano, el Colt CAR-15, llamado después M4, que tenía el cañón más corto. Otras dos buenas alternativas eran el Ruger Mini-14 y el Armalite AR-180. Una de las muchas razones que se adujeron para elegir los.223 era que como pesaban menos se podía llevar mayor número de cartuchos que si se elegían los.308. Esta diferencia sería especialmente importante en las patrullas que recorrieran largas distancias.

La discusión en torno a elegir un fusil semiautomático para el grupo ocupó tres reuniones enteras. Dan Fong formuló entonces la pregunta clave:

—¿Para qué necesitamos establecer un fusil estándar para todos? Solo necesitamos establecer los cartuchos. Luego cada uno puede organizarse como quiera.

—Cuando estemos de patrulla y nos veamos envueltos en un tiroteo —replicó Jeff Trasel con tono de reprimenda—, sin duda algunos se quedarán sin munición antes de que quieran darse cuenta. Cuando esto pase, cuando os estéis pidiendo a gritos munición unos a otros, seguro que nadie quiere estar preocupándose por si el cargador de uno encaja bien en el arma del otro. Esa es la razón por la que necesitamos, sin ninguna duda, establecer el mismo fusil para todos. Poder intercambiarse munición es el factor clave, pero tampoco hay que perder de vista la necesidad de tener que intercambiar alguna pieza o algún repuesto.

Como el asunto no tenía visos de resolverse, Todd se plantó y decidió que se establecería «un sistema dual». Los miembros del grupo que prefiriesen cartuchos.223 podrían tenerlos, pero deberían llevar un AR-15 o bien un CAR-15, ya que ambos usaban los mismos cargadores y las piezas de recambio más importantes eran compatibles. Los que se decantasen por los.308 (que eran, principalmente, los miembros más corpulentos) se comprarían un Heckler und Koch modelo 91. Fin de la discusión. Los que ya tuviesen algún fusil que no fuera alguno de estos, podían conservarlo, y los que quisiesen comprarse algún otro, podrían hacerlo, pero tenían que comprar también uno de los fusiles normativos y al menos diez cargadores de repuesto. Más adelante, a todos los fusiles semiautomáticos establecidos para el grupo habría que incorporarles un visor nocturno de tritio radioactivo.

Por suerte, las discusiones para ponerse de acuerdo en la escopeta, pistola y rifle de calibre.22 no fueron tan acaloradas ni se extendieron tanto en el tiempo. El grupo decidió establecer la escopeta Remington modelo 870 de calibre.12, la pistola automática Colt.45 y la carabina Ruger modelo 10/22 para prácticas de tiro y caza menor.

Cuando surgió el asunto de qué modelo de.45 automática debían elegir, se decidió que sería suficiente con que fuese «cualquier modelo, ya se tratase de la Government, la Gold Cup o la Commander, siempre que la hubiese fabricado Colt o Kimber», ya que todas utilizaban el mismo tipo de cargadores y prácticamente todas las piezas eran intercambiables. Al final, casi todos compraron el modelo Gold Cup con miras graduables. La mayoría adquirió el modelo estándar de fábrica y le añadieron luego algunos cargadores, retenes de correderas y miras de tritio de Trijicon. Después de que una de las frágiles alzas de la Gold Cup fallara, los que tenían Gold Cups las extrajeron y las cambiaron por una pieza más resistente que la que venía de fábrica.

En la época en que el grupo se estaba pertrechando, la tendencia hacia las armas de acero inoxidable estaba en pleno apogeo. La mayoría de los integrantes del grupo, o bien compraron armas de este tipo desde el principio, o bien se pasaron a ellas más adelante. En algunos casos, vendieron sus viejas.45 de acero; en otros, decidieron conservarlas para usar las piezas de repuesto o para hacer trueque con ellas. Kevin Lendel se gastó más dinero que los demás al pasar a acero inoxidable. Se gastó una de las pagas extra en comprarse un modelo especial de fábrica que la tienda Colt llamó la Special Combat Government. Salió de fábrica con mira tipo Bo-Mar, un nuevo seguro de pulgar y un seguro de empuñadura denominado «cola de castor». Kevin le añadió cachas de goma Pachmayr y un retén de corredera. En total, invirtió más de mil dólares en la pistola.

Dan Fong consiguió que los demás vendieran todos los cargadores de siete balas y compraran cargadores de ocho balas de tipo.45 ACR Los nuevos cargadores contenían una bala adicional. A veintiocho dólares cada uno, los nuevos cargadores no salían nada baratos, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los miembros del grupo tenían ocho o más cargadores para cada una de sus.45.

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