YonquiEsmeradamente sintonizado con
la canción de un pez
estaba en la cocina
a medio camino de la locura
soñando con la España
de Hemingway.
Hace bochorno, como se suele decir,
no puedo respirar,
he cagado y
he leído las páginas de deportes,
he abierto la nevera,
he visto un trozo de carne
morada
y la he vuelto a dejar
allí.
El lugar en el que encontrar el centro
es en el límite
ese repiqueteo en el cielo
no es más que una cañería
que vibra.
Cosas terribles avanzan por las
paredes; flores de cáncer crecen
en el porche; a mi gato blanco
le arrancaron un ojo
y sólo quedan 7 días
de carreras
de la temporada veraniega.
La bailarina nunca llegó del
Club Normandy
y Jimmy no trajo a la
furcia,
pero hay una postal desde
Arkansas
y un impreso retornable de Food King:
10 días gratis en Hawai,
todo lo que hay que hacer
es rellenarlo
pero no quiero ir a
Hawai
quiero la furcia con ojos de pelícano
ombligo de bronce
y
corazón de marfil.
Saco el trozo de carne
morada,
lo echo a la
sartén.
Entonces suena el teléfono.
Caigo sobre una rodilla
y ruedo bajo
la mesa. Allí me quedo
hasta que deja de sonar.
Después me levanto y
pongo
la radio.
No me extraña que Hemingway fuera
un borracho, ¡maldita España!
Yo tampoco puedo
soportarla.
Hace un bochorno
tan grande.
Abraza la oscuridadSentado en un dormitorio oscuro con 3 yonquis,
mujeres.
Hay bolsas de papel marrón con basura
por todas partes.
Es la una y media de la tarde.
Hablan de manicomios,
de hospitales,
están esperando una dosis
ninguna de ellas trabaja.
Todo es subsidio y cupones de comida y
Centro Médico de California.
Los hombres son objetos que sirven
para conseguir la dosis.
Es la una y media de la tarde
fuera crecen plantas pequeñas
sus niños todavía están en la escuela.
Ellas fuman cigarrillos
y aburridas dan sorbos de cerveza
tequila
que he comprado yo.
Estoy sentado con ellas
y espero mi dosis:
soy un yonqui de la poesía.
A Ezra le arrastraron por las calles
en una jaula de madera.
Blake creía en Dios.
Villon fue un ladrón.
Lorca chupaba pollas.
T. S. Eliot trabajaba de cajero en una ventanilla,
la mayoría de los poetas son cisnes,
son garzas.
Estoy sentado con 3 yonquis
a la una y media de la tarde.
El humo es una meada ascendente.
Espero.
La muerte es el Jumbo de la nada.
Una de las mujeres dice que le gusta
mi camisa amarilla.
Creo en la violencia natural.
Aquello era parte de eso.
Hoy los mirlos están alborotadosLa confusión es el dios
la locura es el dios
la paz permanente de la vida
es la paz permanente de la muerte.
La agonía puede matar
o puede
sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser.
No olvides las aceras,
las putas,
la traición,
el gusano en la manzana,
los bares,
las cárceles,
los suicidios de los amantes.
Aquí en Estados Unidos
hemos asesinado a un
presidente y a su hermano,
otro presidente
ha tenido que dejar el cargo.
La gente que cree en la política
es como la gente que cree en dios:
sorben aire con
pajitas
torcidas.
No hay dios
no hay política
no hay paz
no hay amor
no hay control
no hay planes.
Mantente alejado de dios
permanece
angustiado
deslízate.
A solas con todo el mundoMás solo que un huerto seco y agotado
puesto sobre la tierra
para uso y abuso.
Abatido como un ex boxeador que vende
periódicos en la esquina.
Deshecho en lágrimas como
una corista que se ha hecho vieja
y recibe su último cheque.
Un pañuelo vendrá bien su señoría,
vuestra merced.
Hoy los mirlos están alborotados
como
las uñas encarnadas
en una noche
en la celda…
vino gemido vino,
los mirlos corretean y
revolotean
repitiendo
melodías y castañuelas españolas.
Y cualquier parte no está en
ninguna parte…
es un sueño peor que
las tortillas o una rueda pinchada:
por qué continuamos
con la cabeza y
los bolsillos llenos de
polvo
como un niño malo que acaban de expulsar
del colegio…
dígamelo
usted que fue un héroe en alguna
revolución
usted que enseña a los niños
usted que bebe con calma
usted que posee grandes casas
y pasea por jardines
usted que ha matado a un hombre y posee una
bella esposa
dígamelo usted
por qué ardo como un
viejo vertedero
seco.
Podríamos mantener una correspondencia
interesante.
Tendríamos ocupado al cartero.
Y las mariposas y las hormigas y los puentes y
los cementerios
las constructoras de cohetes y los perros y los mecánicos
de coches
continuarían
un poco más.
Hasta que nos quedásemos sin sellos
y/o
ideas.
No se avergüence de
nada; supongo que Dios pensó en todo
incluso
en las cerraduras
de las puertas.
Garras del paraísoLa carne cubre el hueso
y dentro le ponen
un cerebro y
a veces un alma,
y las mujeres arrojan
jarrones contra las paredes
y los hombres beben
demasiado y nadie encuentra al otro
pero siguen
buscando
de cama
en cama.
La carne cubre
el hueso y la
carne busca
algo más que
carne.
No hay ninguna
posibilidad:
estamos todos atrapados
por un destino
singular.
Nadie encuentra jamás
al otro.
Los tugurios se llenan
los vertederos se llenan
los manicomios se llenan
los hospitales se llenan
las tumbas se llenan
nada más se llena.
Aire y luz y tiempo y espacioMariposa de madera
sonrisa de bicarbonato
mosca de serrín…
me gusta mi barriga
y el tipo de la tienda de vinos
me llama
«Señor Schlutz».
Los cajeros del hipódromo
gritan
«¡EL POETA SABE!»
cuando cobro mis apuestas
las damas
que entran y salen de la cama
dicen que me aman
cuando paso a su lado con
blancos pies mojados.
Albatros con ojos borrachos
calzoncillos sucios de Popeye
chinches de París,
he salvado las barricadas
he dominado
el automóvil
la resaca
las lágrimas
pero conozco
el destino final
como cualquier colegial que ve
cómo el tráfico aplasta
al gato al pasar.
Mi cráneo tiene una hendidura de
pulgada y media justo en la
bóveda.
La mayor parte de mis dientes está
delante,
me mareo a oleadas en los supermercados
escupo sangre cuando bebo
whisky
y me entra una pena
que llega a hacerse
dolor
cuando pienso en todas las
buenas mujeres que he conocido
y que se han diluido
desvanecido
entre trivialidades:
viajes a Pasadena,
picnic con los niños,
tapones de pasta de dientes
por el desagüe.
No hay nada que hacer
sino beber
apostar a los caballos
apostar a los poemas
cuando las jovencitas
se hacen mujeres
y las ametralladoras
apuntan hacia mí
agachado
tras muros más delgados
que los párpados.
No hay más defensa
que todos los errores
cometidos.
Entretanto
me ducho
contesto el teléfono
hago huevos duros
estudio el movimiento y el deterioro
y me siento tan bien
como cualquiera
mientras paseo al sol.
Cómo ser un gran escritor“Sabes, yo tenía una familia, un trabajo, algo
siempre estaba
en el medio
pero ahora
vendí mi casa, encontré este
lugar, un estudio amplio, deberías ver el espacio y
la LUZ,
por primera vez en mi vida voy a tener un lugar
y el tiempo para
CREAR”.
No, nene, si vas a crear
vas a crear trabajando
16 horas por día en una mina de carbón
o
vas a crear en una piecita con 3 chicos
mientras estás
desocupado,
vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de
tu cuerpo,
vas a crear ciego
mutilado
loco,
vas a crear con un gato trepando por tu
espalda mientras
la ciudad entera tiembla en terremotos, bombardeos,
inundaciones y fuego.
Nene, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con esto
y no crean nada,
excepto quizás una vida más larga para encontrar
nuevas excusas.
Elogio al infierno de una damaTienes que tirarte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
Aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
Y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
No te exijas.
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
Y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
Quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé
paciente, el tiempo es la cruz de todos.
Más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
Quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.
Agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
Haz de eso una pelea de peso pesado.
Haz como el toro en la primer embestida.
Y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoyevski, Hamsun.
Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza…
entonces no estás listo
toma más cerveza.
Hay tiempo.
Y si no hay,
está bien
igual.
El día que me deshice de un fajo de billetesAlgunos perros que duermen a la noche
deben soñar con huesos
y yo recuerdo tus huesos
en la carne
o mejor
en ese vestido verde oscuro
y esos zapatos de taco alto
negros y brillantes,
siempre puteabas cuando
estabas borracha,
tu pelo se resbalaba de tu oreja
querías explotar
de lo que te atrapaba:
recuerdos podridos de un
pasado
podrido, y
al final
escapaste
muriendo,
dejándome con el
presente
podrido.
Hace 28 años
que estás muerta
y sin embargo te recuerdo
mejor que a cualquiera
de las otras
fuiste la única
que comprendió
la futilidad del
arreglo con la vida.
Las demás sólo estaban
incómodas con
segmentos triviales,
criticaban
absurdamente
lo pequeñito:
Jane, te
asesinaron por saber
demasiado.
Vaya un trago
por tus huesos
con los que
este viejo perro
sueña
todavía.
Y le dije puedes quedarte con tus tías y tus tíos ricos
y con tus abuelos y con tus padres
y su jodido petróleo
y sus siete lagos
y sus pavos salvajes
y sus búfalos
y con todo el estado de Texas,
queriendo decir las cacerías de cuervos
y tus paseos de los sábados por la noche
y tu biblioteca de tres al cuarto
y tus municipales encorvados
y tus artistas maricas
puedes quedarte con todo eso
y tus periódicos semanales
y tus famosos tornados
y tus sucias inundaciones
y todos tus gatos maullantes
y tu suscripción al
Time
,y trágatelos, nena,
trágatelos.
Puedo manejar un pico y una pala de nuevo (creo)
y puedo conseguir
25 billetes por un combate a 4 asaltos (quizá)
claro que tengo 38 años,
pero un poco de tinte puede taparme
las canas;
y aún puedo escribir un poema (a veces),
no lo olvides
, e inclusosi no me pagan,
es mejor que esperar la muerte y el petróleo,
y disparar a los pavos salvajes,
y esperar que el mundo
comience.
Muy bien, mendigo, me dijo, lárgate.
¿Qué?, dije yo.
Lárgate. Esta ha sido tu
última rabieta.
Estoy harta de tus malditas rabietas.
Siempre te comportas como un
personaje de una obra de O’Neill.
Pero yo soy diferente, nena,
no puedo
evitarlo.
Eres diferente, de acuerdo,
y ¡qué diferente, Dios mío!
No des un
portazo
al irte.
Pero, nena, ¡
amotu dinero!
¡Ni una sola vez has dicho
que me amaras a mi!
¿Qué querías
un mentiroso o un
amante?
Tú no eres ninguna de las dos cosas,
¡fuera, mendigo,
fuera!
…Pero, nena…
vuelve a O’Neill.
Fui hacia la puerta,
la cerré suavemente y me fui
pensando: lo que ellos quieren
es un indio de madera
que diga sí y no
y que aguante las llamas y
no arme demasiado jaleo;
pero te estás
haciendo viejo, chico;
la próxima vez
no enseñes
tus cartas.