Cincuenta sombras de Grey (23 page)

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Authors: E. L. James

Tags: #Erótico, #Romántico

BOOK: Cincuenta sombras de Grey
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APÉNDICE 3

Límites tolerables.

A discutir y acordar por ambas partes:

¿Acepta la Sumisa lo siguiente?

• Masturbación.

• Penetración vaginal.

• Cunnilingus.

• Fisting vaginal.

• Felación.

• Penetración anal.

• Ingestión de semen.

• Fisting anal.

¿Acepta la Sumisa lo siguiente?

• Vibradores.

• Consoladores.

• Tapones anales.

• Otros juguetes vaginales/anales.

¿Acepta la Sumisa lo siguiente?

• Bondage con cuerda.

• Bondage con cinta adhesiva.

• Bondage con muñequeras.

• Otros tipos de bondage de cuero.

• Bondage con esposas y grilletes.

¿Acepta la Sumisa los siguientes tipos de bondage?

• Manos al frente.

• Muñecas con tobillos.

• Tobillos.

• A objetos, muebles, etc.

• Codos.

• Barras rígidas.

• Manos a la espalda.

• Suspensión.

• Rodillas.

¿Acepta la Sumisa que se le venden los ojos?

¿Acepta la Sumisa que se la amordace?

¿Cuánto dolor está dispuesta a experimentar la Sumisa?

1 equivale a que le gusta mucho y 5, a que le disgusta mucho:

1—2—3—4—5.

¿Acepta la Sumisa las siguientes formas de dolor/castigo/disciplina?

• Azotes.

• Azotes con pala.

• Latigazos.

• Azotes con vara.

• Mordiscos.

• Pinzas para pezones.

• Pinzas genitales.

• Hielo.

• Cera caliente.

• Otros tipos/métodos de dolor.

Dios mío. Ni siquiera tengo fuerzas para echar un vistazo a la lista de los alimentos. Trago saliva y tengo la boca seca. Vuelvo a leerlo.

Me da vueltas la cabeza. ¿Cómo voy a aceptar todo esto? Y al parecer es en mi beneficio, para que explore mi sensualidad y mis límites de forma segura… ¡Por favor! Es de risa. Servirlo y obedecerlo en todo. ¡En todo! Muevo la cabeza sin terminar de creérmelo. En realidad, ¿los votos del matrimonio no utilizan palabras como… obediencia? Me desconcierta. ¿Todavía dicen eso las parejas? Solo tres meses… ¿Por eso ha habido tantas? ¿No se las queda mucho tiempo? ¿O ellas tuvieron bastante con tres meses? ¿Todos los fines de semana? Es demasiado. No podré ver a Kate ni a los amigos que pueda hacer en mi nuevo trabajo, suponiendo que encuentre trabajo. Quizá debería reservarme un fin de semana al mes para mí. Quizá cuando tenga la regla… Parece… práctico. ¡Es mi dueño! ¡Tendré que hacer lo que le plazca! Dios mío.

Me estremezco al pensar en que me azote o me pegue. Probablemente los azotes no sean tan graves, aunque sí humillantes. ¿Y atarme? Bueno, ya me ha atado las manos. Fue… bueno, fue excitante, muy excitante, así que quizá tampoco sea tan grave. No me prestará a otro Amo… Maldita sea, por supuesto que no. Sería totalmente inaceptable. ¿Por qué me tomo siquiera la molestia de pensar en todo esto?

No puedo mirarlo a los ojos. ¡Qué raro! Es la única manera de tener alguna posibilidad de saber lo que está pensando. Pero ¿a quién intento engañar? Nunca sé lo que está pensando, pero me gusta mirarle a los ojos. Son bonitos, cautivadores, inteligentes, profundos y oscuros, con secretos de dominación. Pienso en su mirada ardiente, aprieto los muslos y me estremezco.

Y no puedo tocarlo. Bueno, esto no me sorprende. Y esas estúpidas normas… No, no, no puedo. Me cubro la cara con las manos. No es manera de mantener una relación. Necesito dormir un poco. Estoy agotada. Las travesuras físicas que he hecho en las últimas veinticuatro horas han sido francamente agotadoras. Y mentalmente… Oh, es demasiado. Como diría José, una auténtica jodienda mental. Quizá por la mañana no me parezca una broma de mal gusto.

Me levanto y me cambio rápidamente. Quizá debería pedirle prestado a Kate su pijama rosa de franela. Necesito el contacto de algo mimoso y tranquilizador. Voy al baño a lavarme los dientes en camiseta y pantalones cortos de pijama.

Me miro en el espejo del baño. No puedes estar planteándotelo en serio… Mi subconsciente parece cuerda y racional, no mordaz, como suele ser. La diosa que llevo dentro no deja de dar saltitos y palmas como una niña de cinco años. Por favor, di que sí… si no, acabaremos solas con un montón de gatos y tus novelas por única compañía.

El único hombre que me ha atraído, y llega con un maldito contrato, un látigo y un sinfín de puntos y cláusulas. Bueno, al menos he conseguido lo que quería este fin de semana. La diosa que llevo dentro deja de saltar y sonríe con serenidad. ¡Oh, sí…!, articula con los labios asintiendo con aire de suficiencia. Me ruborizo al recordar sus manos y su boca sobre mí, su cuerpo dentro del mío. Cierro los ojos y siento en lo más hondo la exquisita tensión de mis músculos. Quiero hacerlo una y otra vez. Quizá si solo me quedo con el sexo… ¿lo aceptaría? Me temo que no.

¿Soy sumisa? Quizá lo parezco. Quizá le di esa impresión en la entrevista. Soy tímida, sí… pero ¿sumisa? Dejo que Kate me avasalle… ¿Es lo mismo? Y esos límites tolerables… Alucino, aunque me tranquiliza saber que tenemos que discutirlos.

Vuelvo a mi habitación. Es demasiado en lo que pensar. Necesito aclararme, planteármelo por la mañana, cuando esté fresca. Guardo los transgresores documentos en el bolso. Mañana… mañana será otro día. Me meto en la cama, apago la luz y me tumbo mirando al techo. Ojalá no lo hubiera conocido nunca. La diosa que llevo dentro cabecea. Las dos sabemos que es mentira. Nunca me había sentido tan viva.

Cierro los ojos y me sumerjo en un sueño profundo en el que de vez en cuando veo camas de cuatro postes, grilletes e intensos ojos grises.

A la mañana siguiente Kate me despierta.

—Ana, llevo llamándote un buen rato. ¿Te has desmayado?

Mis ojos se niegan a abrirse. No solo se ha levantado, sino que ha salido a correr. Echo un vistazo al despertador. Las ocho de la mañana. Vaya, he dormido más de nueve horas.

—¿Qué pasa? —balbuceo medio dormida.

—Ha llegado un tipo con un paquete para ti. Tienes que firmar.

—¿Qué?

—Vamos. Es grande. Parece interesante.

Da unos saltitos entusiasmada y vuelve al comedor. Salgo de la cama y cojo la bata, que está colgada en la puerta. En el comedor hay un chico elegante con coleta y una caja grande en las manos.

—Hola —murmuro.

—Te prepararé un té —me dice Kate metiéndose en la cocina.

—¿La señorita Steele?

E inmediatamente sé quién me manda el paquete.

—Sí —le contesto con recelo.

—Traigo un paquete para usted, pero tengo que instalarlo y enseñarle a utilizarlo.

—¿En serio? ¿A estas horas?

—Yo cumplo órdenes, señora.

Me dedica una sonrisa encantadora pero expeditiva, como diciendo que no le venga con chorradas.

¿Acaba de llamarme «señora»? ¿He envejecido diez años en una noche? De ser así, es culpa del contrato. Frunzo los labios disgustada.

—De acuerdo, ¿qué es?

—Un MacBook Pro.

—Cómo no —digo poniendo los ojos en blanco.

—Todavía no está en las tiendas, señora. Es lo último de Apple.

¿Por qué no me sorprende? Suspiro ruidosamente.

—Colóquelo ahí, en la mesa del comedor.

Voy a la cocina a reunirme con Kate.

—¿Qué es? —me pregunta con los ojos brillantes.

Se ha hecho una coleta. También ella ha dormido bien.

—Un portátil de Christian.

—¿Por qué te manda un portátil? Sabes que puedes utilizar el mío.

No para lo que él tiene en mente.

—Bueno, es solo un préstamo. Quería que lo probara.

Mi excusa parece poco convincente, pero Kate asiente. Vaya… He mentido a Katherine Kavanagh. Una novedad. Me pasa mi taza de té.

El portátil es brillante, plateado y bastante bonito, con una pantalla grandísima. A Christian Grey le gustan las cosas a gran escala… Pienso en donde vive, en su casa.

—Lleva el último
OS
y todo un paquete de programas, más un disco duro de 1,5 terabytes, así que tendrá mucho espacio, 32 gigas de RAM… ¿Para qué va a utilizarlo?

—Bueno… para mandar e-mails.

—¡E-mails! —exclama pasmado, alzando las cejas con una ligera mirada demente.

—Y quizá navegar por internet… —añado encogiéndome de hombros, como disculpándome.

Suspira.

—Bueno, tiene rúter inalámbrico
N
, y lo he instalado con las especificaciones de su cuenta. Este cacharro está preparado para funcionar prácticamente en todo el mundo —me explica mirándolo con cierto deseo.

—¿Mi cuenta?

—Su nueva dirección de e-mail.

¿Tengo dirección de e-mail?

Pulsa un icono de la pantalla y sigue hablándome, pero yo ni caso. No entiendo una palabra de lo que dice y, para ser sincera, no me interesa. Dime solo cómo encenderlo y apagarlo… Lo demás ya lo descubriré. Al fin y al cabo, llevo cuatro años utilizando el de Kate. Kate silba impresionada en cuanto lo ve.

—Es tecnología de última generación —me dice alzando las cejas—. A la mayoría de las mujeres les regalan flores o alguna joya —me provoca intentando no sonreír.

Le pongo mala cara, pero no puedo aguantar seria. A las dos nos da un ataque de risa, y el tipo del ordenador nos mira perplejo, con la boca abierta. Termina y me pide que firme el albarán de entrega.

Mientras Kate lo acompaña a la puerta, me siento con mi taza de té, abro el programa de correo y descubro que está esperándome un e-mail de Christian. El corazón me da un brinco. Tengo un correo electrónico de Christian Grey. Lo abro, nerviosa.

De:
Christian Grey.

Fecha:
22 de mayo de 2011 23:15.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
Su nuevo ordenador.

Querida señorita Steele:

Confío en que haya dormido bien. Espero que haga buen uso de este portátil, como comentamos.

Estoy impaciente por cenar con usted el miércoles.

Hasta entonces, estaré encantado de contestar a cualquier pregunta vía e-mail, si lo desea.

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

Pulso «Responder».

De:
Anastasia Steele.

Fecha:
23 de mayo de 2011 08:20.

Para:
Christian Grey.

Asunto:
Tu nuevo ordenador (en préstamo.)

He dormido muy bien, gracias… por alguna extraña razón… Señor.

Creí entender que el ordenador era en préstamo, es decir, no es mío.

Ana.

Su respuesta llega casi al momento.

De:
Christian Grey.

Fecha:
23 de mayo de 2011 08:22.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
Su nuevo ordenador (en préstamo).

El ordenador es en préstamo. Indefinidamente, señorita Steele.

Observo en su tono que ha leído la documentación que le di.

¿Tiene alguna pregunta?

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

No puedo evitar sonreír.

De:
Anastasia Steele.

Fecha:
23 de mayo de 2011 08:25.

Para:
Christian Grey.

Asunto:
Mentes inquisitivas.

Tengo muchas preguntas, pero no me parece adecuado hacértelas vía e-mail, y algunos tenemos que trabajar para ganarnos la vida.

No quiero ni necesito un ordenador indefinidamente.

Hasta luego. Que tengas un buen día… Señor.

Ana.

Su respuesta vuelve a ser instantánea y hace que sonría.

De:
Christian Grey.

Fecha:
23 de mayo de 2011 08:26.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
Tu nuevo ordenador (de nuevo en préstamo).

Hasta luego, nena.

P.D.: Yo también trabajo para ganarme la vida.

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

Cierro el ordenador sonriendo como una idiota. ¿Cómo puedo resistirme al juguetón Christian? Voy a llegar tarde al trabajo. Bueno, es mi última semana… Seguramente el señor y la señora Clayton harán un poco la vista gorda. Corro a la ducha sin poder quitarme la sonrisa de oreja a oreja. ¡Me ha escrito e-mails! Me siento como una niña aturdida. Y todas las angustias por el contrato desaparecen. Mientras me lavo el pelo, intento pensar en lo que podría preguntarle por e-mail, aunque seguramente estas cosas es mejor hablarlas. Supongamos que alguien hackea su cuenta… Me ruborizo solo de pensarlo. Me visto rápidamente, me despido a gritos de Kate y salgo para trabajar mi última semana en Clayton’s.

José me llama a las once.

—Hola, ¿vamos a tomar un café?

Su tono es el del José de siempre, mi amigo José, no un… ¿cómo lo llamó Christian? Un pretendiente. Uf.

—Claro. Estoy en el trabajo. ¿Puedes pasarte por aquí, digamos, a las doce?

—Vale, nos vemos a las doce.

Cuelga y yo vuelvo a reponer las brochas y a pensar en Christian Grey y su contrato.

José es puntual. Entra en la tienda dando saltitos vacilantes como un cachorro de ojos oscuros.

—Ana.

En cuanto esboza su deslumbrante sonrisa hispanoamericana, se me pasa el enfado.

—Hola, José. —Lo abrazo—. Me muero de hambre. Voy a decirle a la señora Clayton que salgo a comer.

De camino a la cafetería, cojo a José del brazo. Me alegra mucho que actúe con… normalidad, como un amigo al que conozco y al que entiendo.

—Ana —murmura—, ¿de verdad me has perdonado?

—José, sabes que nunca podré estar mucho tiempo enfadada contigo.

Sonríe.

Estoy impaciente por llegar a casa para ver si tengo un e-mail de Christian, y quizá pueda empezar mi investigación. Kate ha salido, así que enciendo el nuevo ordenador y abro el programa de correo. Por supuesto, en la bandeja de entrada tengo un e-mail de Christian. Casi salto de la silla de alegría.

De:
Christian Grey.

Fecha:
23 de mayo de 2011 17:24.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
Trabajar para ganarse la vida.

Querida señorita Steele:

Espero que haya tenido un buen día en el trabajo.

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

Pulso «Responder».

De:
Anastasia Steele.

Fecha:
23 de mayo de 2011 17:48.

Para:
Christian Grey.

Asunto:
Trabajar para ganarse la vida.

Señor… He tenido un día excelente en el trabajo.

Gracias.

Ana.

De:
Christian Grey.

Fecha:
23 de mayo de 2011 17:50.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
¡A trabajar!

Señorita Steele:

Me alegro mucho de que haya tenido un día excelente.

Mientras escribe e-mails no está investigando.

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

De:
Anastasia Steele.

Fecha:
23 de mayo de 2011 17:53.

Para:
Christian Grey.

Asunto:
Pesado.

Señor Grey: deja de mandarme e-mails y podré empezar a hacer los deberes. Me gustaría sacar otro sobresaliente.

Ana.

Me abrazo a mí misma.

De:
Christian Grey.

Fecha:
23 de mayo de 2011 17:55.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
Impaciente.

Señorita Steele:

Deje de escribirme e-mails… y haga los deberes.

Me gustaría ponerle otro sobresaliente.

El primero fue muy merecido. ;)

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

Christian Grey acaba de enviarme un guiño… Madre mía. Abro el Google.

De:
Anastasia Steele.

Fecha:
23 de mayo de 2011 17:59.

Para:
Christian Grey.

Asunto:
Investigación en internet.

Señor Grey:

¿Qué me sugieres que ponga en el buscador?

Ana.

De:
Christian Grey.

Fecha:
23 de mayo de 2011 18:02.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
Investigación en internet.

Señorita Steele:

Empiece siempre con la Wikipedia.

No quiero más e-mails a menos que tenga preguntas.

¿Entendido?

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

De:
Anastasia Steele.

Fecha:
23 de mayo de 2011 18:04.

Para:
Christian Grey.

Asunto:
¡Autoritario!

Sí… señor.

Eres muy autoritario.

Ana.

De:
Christian Grey.

Fecha:
23 de mayo de 2011 18:06.

Para:
Anastasia Steele.

Asunto:
Controlando

Anastasia, no te imaginas cuánto.

Bueno, quizá ahora te haces una ligera idea.

Haz los deberes.

Christian Grey.

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

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