Su último libro lo tituló «El idioma gentil». Publicado en 1905, pretende ser una exaltación del idioma italiano.
Después, aunque ya no verá la luz ningún otro libro suyo, colabora con varios escritos para «El grito del Pueblo», prestigiosa revista de su época.
Hijo de su tiempo
Durante casi todo el siglo XIX, Europa era un continente marcado por las guerras. Anexiones de territorios, guerras de independencia, y batallas entre Estados para afianzar su poderío económico o militar, configuraban el panorama europeo. La península italiana no era una excepción. Dividida en multitud de reinos, habían empezado las guerras que culminarían en la unificación de todos para formar el Estado italiano actual.
En estos años de gran belicosidad nace De Amicis. Pasados los primeros días de la infancia y adolescencia, se embarca en la guerra para luchar por la unidad de su patria. Son años de grandes batallas y participa en ellas.
Posteriormente, una vez que la unidad se ha conseguido, De Amicis deja el mundo de las armas para pasar al de las letras. Estos años de paz los pasa escribiendo.
Luego vendrían los conflictos entre la burguesía y el proletariado. Llega la ideología socialista y deja en nuestro autor una profunda huella; rápidamente se incluye en el nuevo movimiento y es elegido diputado socialista en las elecciones al Parlamento de Turín, en el año 1898.
Todo ello son motivos más que suficientes para afirmar que De Amicis fue un fiel hijo de su tiempo.
En 1899 un suceso desagradable le marca para siempre. Su hijo Furio se suicida. Desde entonces esta desgracia le sumerge en la más aguda tristeza y preocupación. A partir de aquel momento compartirá el resto de sus días con su otro hijo, Hugo.
Se recluye en la soledad del hogar hasta el año 1908. En Bordighera, el 10 de marzo de aquel año, fallece uno de los escritores italianos más queridos por su público, que le demostró su cariño incluso después de la muerte.