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Authors: J.R.R. Tolkien

Tags: #Fantasía

Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media (62 page)

BOOK: Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media
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Sigue un comentario acerca de la custodia de los Tres Anillos de los Elfos en el que se dice que Círdan dio el Anillo Rojo a Gandalf cuando éste llegó del Mar por primera vez («porque Círdan veía más lejos y con mayor profundidad que nadie en la Tierra Media»).

El texto sobre los Istari que acabamos de citar, pues, cuenta muchas cosas acerca de ellos y sus orígenes que no aparece en
El Señor de los Anillos
(y también contiene algunas observaciones incidentales de gran interés sobre los Valar, su continuo interés por la Tierra Media y el reconocimiento de haber cometido un error que no puede comentarse aquí). Sumamente notables son la descripción de los Istari «como miembros de su propia elevada orden» (la orden de los Valar) y las afirmaciones acerca de su encarnación física.
[5]
Pero cabe también observar algunas cosas más: la llegada de los Istari a la Tierra Media en diversas ocasiones; cómo Círdan advirtió que Gandalf era el más grande de ellos; que Saruman sabía que Gandalf tenía el Anillo Rojo y sintió celos; que Radagast no se mantuvo fiel a su misión; que los otros dos «Magos Azules», sin nombre, fueron con Saruman al Este, pero, a diferencia de Saruman, nunca volvieron a las Tierras del Oeste; el número de los miembros de la orden de los Istari (ignorado, se dice aquí, aunque «los principales» de los que fueron al Norte de la Tierra Media eran cinco); la explicación de los nombres de Gandalf y Radagast, y la palabra sindarin ithron, plural ithryn.

El pasaje sobre los Istari en «De los Anillos del Poder» (en
El Silmarillion
) está sin duda estrechamente relacionado con lo que se dice en el Apéndice B de
El Señor de los Anillos
que acaba de citarse, incluso en la redacción; pero incluye esta afirmación, que concuerda con el ensayo sobre los Istari:

Curunír era el mayor y fue el primero en llegar, y después de él vinieron Mithrandir y Radagast, y otros de los Istari que fueron al Este de la Tierra Media y que no tienen cabida en estas historias.

La mayor parte de los escritos restantes acerca de los Istari (como grupo) desdichadamente no son más que notas apresuradas, a menudo ilegibles. De gran interés es, sin embargo, un esbozo muy apresurado de narración donde se cuenta un concilio de los Valar, convocado, parece, por Manwë («¿quizá acudió a Eru en busca de consejo?»), en el que se decidió enviar a tres emisarios a la Tierra Media. —¿Quiénes irán? Porque han de ser poderosos, pares de Sauron, pero no han de ejercitar ningún poder, y vestirse de carne para tratar así con igualdad a Elfos y Hombres y ganarse la confianza de todos. Pero esto los haría peligrar, pues disminuirían en sabiduría y en conocimiento, y los confundirían los temores, los cuidados y las fatigas de la carne. —Sólo dos se adelantaron: Curumo, que fue elegido por Aulë, y Alatar, que fue enviado por Oromë. Entonces Manwë preguntó dónde se encontraba Olórin. Y Olórin, que estaba vestido de gris, y recién llegado de un viaje se había sentado en el extremo del concilio, preguntó qué quería Manwë de él. Manwë contestó que deseaba que Olórin fuera como tercer mensajero a la Tierra Media (y se observa entre paréntesis que «Olórin era un enamorado de los Eldar que quedaban», aparentemente para explicar la elección de Manwë). Pero Olórin se declaró demasiado débil para la misión, y afirmó que temía a Sauron. Entonces Manwë dijo que ésa era la razón justamente por la que debía ir y ordenó a Olórin (siguen palabras ininteligibles que parecen contener la palabra «tercero»). Pero entonces Varda levantó la cabeza y dijo:— No como el tercero. —Y Curumo lo recordó.

La nota termina con la afirmación de que Curumo [Saruman] se llevó a Aiwendil [Radagast] porque Yavanna se lo pidió, y que Alatar escogió a Pallando como amigo.
[6]

En otra página con apuntes que claramente pertenecen al mismo período se dice que «Curumo debió llevar consigo a Aiwendil para complacer a Yavanna, esposa de Aulë». Hay también allí unos cuadros esbozados que relacionan el nombre de los Istari con el de los Valar: Olórin con Manwë y Varda, Curumo con Aulë, Aiwendil con Yavanna, Alatar con Oromë y Pallando también con Oromë (esto sustituye la correspondencia de Pallando con Mandos y Nienna).

La significación de estas relaciones entre los Istari y los Valar es, claramente, a la luz de la breve narración que se acaba de citar, que cada Istar fue escogido por cada Vala por sus características innatas, quizás incluso por pertenecer a la «gente» de ese Vala, en el mismo sentido en que se dice de Sauron en las Valaquenta (
El Silmarillion
) que «se le contó al principio entre los Maiar de Aulë, y fue siempre una figura poderosa en las tradiciones de ese pueblo». Es, pues, muy notable que Aulë escogiera a Curumo (Saruman). No hay ni atisbo de explicación de por qué el evidente deseo de Yavanna de que se incluyera entre los Istari a uno que amara particularmente sus creaciones, sólo pudiera satisfacerse imponiendo la compañía de Radagast a Saruman; mientras que lo sugerido en el texto sobre los Istari, esto es, que su enamoramiento de las criaturas silvestres de la Tierra Media fue la causa de que descuidara la misión para la que había sido enviado, no concuerda quizá perfectamente con la idea de haber sido el escogido de Yavanna. Además, tanto según el borrador sobre los Istari como según De Los Anillos del Poder, Saruman fue el primero en llegar, y llegó solo. Por otra parte, es posible ver una sugerencia de la historia de la compañía impuesta de Radagast en el extremo desprecio que le manifiesta Saruman, tal como lo relata Gandalf en el Concilio de Elrond:

«—¡Radagast el Pardo! —rió Saruman, y ya no siguió ocultando su desprecio—. ¡Radagast el Domador de Pájaros! ¡Radagast el Simple! ¡Radagast el Necio! Aunque tuvo bastante tino para desempeñar el papel que yo le marqué.»

Mientras que en el texto sobre los Istari se dice que los dos que fueron al Este no tenían más nombre que Ithryn Luin, «los Magos Azules» (queriendo decir, claro está, que no tenían nombre en la Tierra Media), aquí se los llama Alatar y Pallando y se los asocia con Oromë, aunque no hay ningún indicio del porqué de esta relación. Podría ser quizá (aunque esto no es más que mera conjetura) que, de entre los Valar, Oromë fuera el que mejor conocía las regiones más apartadas de la Tierra Media, y que los Magos Azules tuvieran por destino ir a ellas y en ellas quedarse.

Más allá del hecho de que estas notas sobre la elección de los Istari datan de una época posterior a la redacción final de
El Señor de los Anillos
, no encuentro prueba alguna de su relación, en cuanto al tiempo en que fue escrito, con el texto sobre los Istari.
[7]

No sé de otros escritos acerca de los Istari, salvo algunas notas muy en borrador y en parte ininteligibles que, por cierto, son muy posteriores a todo lo que precede y que quizá daten de 1972:

Debemos suponer que [los Istari] eran todos Maiar, es decir, personas de orden «angélico», aunque no necesariamente de la misma jerarquía. Los Maiar eran «espíritus», pero capaces de autoencarnarse, y podían adoptar formas «humanas» (especialmente élficas). Se dijo de Saruman (el mismo Gandalf lo hizo) que era el principal de los Istari, esto es, de estatura valinóreana más elevada que la de los demás. Gandalf era evidentemente el que lo seguía. A Radagast se lo presenta como persona de mucho menos poder y conocimiento. De los otros dos nada se dice en la obra publicada, salvo la referencia a los Cinco Magos en el altercado entre Gandalf y Saruman [
Las Dos Torres
, III, 10]. Ahora bien, estos Maiar fueron enviados por los Valar en un momento crucial de la historia de la Tierra Media para apoyar la resistencia de los Elfos del Oeste, cuyo poder se desvanecía, y de los Hombres incorruptos del Oeste, mucho menos numerosos que los del Este y el Sur. Puede verse que cada cual era libre de hacer lo que le pareciera adecuado en la misión; que no recibían órdenes ni debían actuar juntos como un pequeño núcleo de poder y sabiduría; y que cada cual tenía diferentes poderes e inclinaciones y que los Valar los escogieron teniendo esto en cuenta.

Otros escritos se refieren exclusivamente a Gandalf (Olórin, Mithrandir). En el reverso de la página aislada que contiene la narración de la elección de los Istari por los Valar, aparece la siguiente y muy notable nota:

Elendil y Gil-galad eran compañeros; pero ésta fue «la Última Alianza» entre Elfos y Hombres. En la derrota final de Sauron los Elfos no intervinieron efectivamente en el sitio de la acción. Legolas fue quizás el que hizo menos cosas de los Nueve Caminantes. Galadriel, la más grande de los Eldar que sobrevivían en la Tierra Media, era poderosa sobre todo en sabiduría y bondad, como directora o consejera en la lucha, invencible en resistencia (especialmente de mente y espíritu), pero incapaz de acción punitiva. En su escala se había vuelto como Manwë en relación con la acción total general. Manwë, sin embargo, aun después de la Caída de Númenor y el quebrantamiento del viejo mundo, incluso en la Tercera Edad, cuando el Reino Bendecido había sido retirado de los «Círculos del Mundo», no fue aun entonces un mero observador. Era evidentemente de Valinor de donde venían los emisarios llamados los Istari (o Magos), y entre ellos, Gandalf que fue el director y el coordinador tanto del ataque como de la defensa.

¿Quién era «Gandalf»? Se dijo en tiempos posteriores (cuando otra vez una sombra maligna despertó en el Reino) que muchos de los «fieles» de esa época creían que «Gandalf» era la última manifestación del mismo Manwë, antes de que se retirara para siempre a la torre de vigilancia de Taniquetil. (Que Gandalf dijera que su nombre «en el Oeste» había sido Olórin equivalía, de acuerdo con esta creencia, a reconocer que su identidad ficticia era un mero nombre supuesto). Yo (claro está) no conozco la verdad, pero si la conociera, sería un error mostrarme más explícito que el mismo Gandalf. Pero no creo que fuera así. Manwë no descenderá de la Montaña hasta la Dagor Dagorath y la llegada del Fin, cuando Melkor retorne.
[8]
Para eliminar a Morgoth envió a su heraldo Eönwë. Para derrotar a Sauron, ¿no enviaría entonces a un espíritu menor (aunque poderoso) del pueblo angélico, un coevo e igual de Sauron, sin duda, en sus orígenes, pero nada más? Olórin era su nombre. Pero de Olórin nunca sabremos más que lo revelado en Gandalf.

A esto siguen dieciséis líneas de un poema en versos aliterados:

¿Quieres conocer la historia / por mucho tiempo secreta

de los Cinco que vinieron / desde un remoto país?

Sólo uno regresó. / Los otros nunca de nuevo

bajo el dominio del Hombre / andarán la Tierra Media

hasta que sobrevengan Dagor Dagorath / y el Día del Juicio Final.

¿Lo habéis oído bien? / ¿El concilio oculto

de los Señores del Oeste / reunido en la tierra de Aman?

Se perdieron los largos caminos / que allí conducían,

y a los Hombres mortales / no habla Manwë.

Desde el Oeste-que-fue / un viento lo llevó cargado

a oídos del durmiente / en los silencios

de la sombra de la noche / cuando llegan las nuevas

de tierras olvidadas / y de edades perdidas

por encima de océanos de años / al pensamiento que indaga.

No a todos ha olvidado / el Rey Mayor.

A Sauron vio / como una amenaza lenta…

Hay mucho en estas líneas que se relaciona con el tema más general de la preocupación de Manwë y los Valar por el destino de la Tierra Media después de la Caída de Númenor, lo que por fuerza ha de quedar fuera de los límites de este libro.

Tras las palabras «Pero de Olórin nunca sabremos más que lo revelado en Gandalf», mi padre agregó un tiempo después:

Salvo que Olórin es un nombre alto-élfico y, por tanto, debieron dárselo los Eldar en Valinor o es una «traducción» que resultaba significativa para ellos. En cualesquiera de los casos, tanto si es un nombre dado por otros o asumido por su propio portador, ¿cuál es su significado? Olor es una palabra que a menudo se traduce como «sueño», pero no se refiere a los llamados «sueños» humanos, o a la gran mayoría de éstos, y ciertamente no a los sueños que se tienen mientras se duerme. Para los Eldar designaba también las imágenes vivaces de la memoria y de la imaginación: se refería de hecho a la clara visión, en la mente, de cosas no físicamente presentes en relación con el cuerpo. Y no sólo se refería a ideas, sino a su plena plasmación con formas y detalles particulares.

Una nota etimológica aislada explica la significación de manera similar:

olo-s: visión, «fantasía»: nombre élfico común para designar la «construcción de la mente» que no (pre)existe realmente en Eä al margen del proceso de construcción, y que sólo es atribuible a los Eldar susceptibles de ser convertidos por el Arte (Karmë) en seres visibles y sensibles. Olos se aplica a las bellas construcciones que tienen exclusivamente un fin artístico (esto es, que no tienen por fin el engaño ni la adquisición de poder).

Se mencionan palabras derivadas de esta raíz: quenya olos, «sueño, visión», plural, olozi/olori; ola- (impersonal), «soñar»; olosta, «soñador». Luego se hace una referencia a Olofantur, que fue antes el «verdadero» nombre de Lórien, el Vala que era «el amo de las visiones y los sueños» antes de que se cambiara en Irmo en
El Silmarillion
(como Nurufantur se transformó en Námo (Mandos): aunque el plural Fëanturi con que se de-signó a estos dos «hermanos» se conservó en las Valaquenta. Estas observaciones sobre olos, olor se relacionan claramente con el pasaje de las Valaquenta (
El Silmarillion
) donde se dice que Olórin vivía en Lórien, en Valinor, y que aunque amaba a los Elfos, andaba invisible entre ellos o adoptaba su forma, y no sabían de dónde les venían las bellas visiones que tenían o los impulsos de sabiduría que él ponía en sus corazones.

En una versión anterior de este pasaje se decía que Olórin era «consejero de Irmo» y que en el corazón de los que lo escuchaban despertaba pensamientos «de bellas cosas que no habían sido todavía, pero que podrían ser hechas para enriquecimiento de Arda».

Hay una larga nota para dilucidar el pasaje de
Las Dos Torres
, IV, 5, donde Faramir contó en Henneth Annûn que Gandalf había dicho:

Muchos son mis nombres en numerosos países. Mithrandir entre los Elfos, Tharkún para los Enanos; Olórin era en mi juventud en el Oeste que nadie recuerda,
[9]
Incánus en el Sur, Gandalf en el Norte; al Este nunca voy.

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