El jardín de Rama (66 page)

Read El jardín de Rama Online

Authors: Arthur C. Clarke & Gentry Lee

Tags: #Ciencia ficción

BOOK: El jardín de Rama
4.01Mb size Format: txt, pdf, ePub

Richard quedó perplejo cuando vio varias imágenes que mostraban diminutos melones maná dentro de los seres sésiles.
¿Por qué los mirmigatos ponían los huevos ahí adentro?
, se preguntó.
¿Por protección?

¿O es que estas misteriosas marañas son una especie de placenta pensante?

Una impresión definida que en Richard dejó la secuencia de imágenes fue la de que los sésiles eran, desde el punto de vista de la jerarquía, la especie dominante de las tres. Todas las imágenes sugerían que tanto los mirmigatos como los avianos le rendían homenaje a los seres en forma de maraña.
¿Es que, entonces, estas redes llevan a cabo toda la actividad pensante de importancia para los avianos y los mirmigatos?
, se preguntó Richard.
Qué increíbles relaciones simbióticas… ¿Cómo diablos habrán evolucionado?

En la secuencia total había varios miles de cuadros. Después de que se repitió dos veces, los filamentos se separaron de Richard y regresaron al ganglio gigante. En los días subsiguientes, Richard quedó solo. Los encuentros con su hospedante se limitaban a los necesarios para que Richard sobreviviera.

Cuando se formó un sendero en la maraña y Richard pudo ver la puerta a través de la cual había ingresado, hacía ya muchas semanas, creyó que lo iban a liberar. Sin embargo, su momentánea exaltación desapareció de inmediato. Ante el primer intento por moverse, la red sésil aumentó la tensión en todas las partes del cuerpo.

Entonces, ¿cuál es el propósito del sendero?
Mientras Richard miraba, tres mirmigatos entraron desde el pasillo. El ser que estaba en el medio tenía dos extremidades rotas y los segmentos traseros estaban aplastados, como si un coche o camión pesados le hubieran pasado por encima. Los dos compañeros transportaron al mirmigato lesionado al interior de la maraña y después se fueron. En cuestión de segundos, el sésil se empezó a enredar en torno del recién llegado.

Richard estaba a unos dos metros del mirmigato lesionado. La región que había entre él y el ser herido se vació de todo filamento y apelmazamiento. Nunca antes Richard había visto tal espacio hueco dentro del sésil.
Así que mi educación continúa
, meditó.
¿Qué es lo que se supone que debo aprender ahora, que los sésiles son los médicos de los mirmigatos, así como los mirmigatos son los médicos de los avianos?

La maraña no se limitó a las parles lesionadas del mirmigato. De hecho, durante un largo período de vigilia, Richard observó a la red envolver por completo al ser, dentro de un capullo muy apretado. Al mismo tiempo, el ganglio grande que estaba en la inmediata vecindad de Richard se desplazó hacia el capullo.

Más tarde, después de una siesta, Richard advirtió que el ganglio había vuelto al lado de él. El capullo que había del otro lado de la oquedad ya casi había terminado de desenredarse. El ritmo de las pulsaciones de Richard se duplicó cuando el capullo desapareció por completo y no quedaron vestigios del mirmigato.

Richard no tuvo mucho tiempo para preguntarse qué le había pasado al mirmigato. En cuestión de minutos, los filamentos del ganglio grande se le unieron otra vez al cráneo y en el interior del cerebro se volvió a representar otro espectáculo de imágenes. En la primera, Richard vio a cinco soldados humanos acampando en la orilla del foso que había dentro del hábitat aviano. Estaban comiendo. Al lado de ellos había un despliegue impresionante de armas, entre las que figuraban dos ametralladoras.

Las imágenes que vinieron después mostraban seres humanos atacando el segundo hábitat. Dos de las primeras escenas fueron particularmente horripilantes. En la primera, una cría de aviano había sido decapitada en pleno vuelo y estaba cayendo a tierra. Un grupo de seres humanos satisfechos se felicitaban entre sí, en la parte inferior izquierda del mismo fotograma. La segunda imagen mostraba un gran agujero cuadrado en uno de los sectores de pradera de la región verde. Dentro del agujero se podían ver los restos de varios avianos muertos. Un ser humano, con una carretilla que contenía otro par de cadáveres de avianos, se acercaba desde la izquierda a la fosa colectiva.

Richard estaba horrorizado por lo que estaba viendo.
¿Qué son estas imágenes?
, se preguntó,
¿y por qué las estoy viendo ahora?
Rápidamente repasó todos los acontecimientos recientes que se produjeron en el mundo sésil. Llegó a la conclusión, con estupor, de que el mirmigato lesionado debía de haber
visto
todo lo que le estaban mostrando ahora a Richard, y que el ser maraña había extraído las imágenes de la mente del mirmigato y las había transferido al cerebro de Richard.

Una vez que entendió lo que estaba viendo, Richard prestó más atención a las imágenes en sí. Se sentía completamente enfurecido por la invasión y la matanza que veía. En una de las imágenes posteriores, se mostraba a tres soldados humanos atacando un complejo de hábitat avianos, dentro del cilindro marrón… No había sobrevivientes.

Estos pobres seres están condenados
, se dijo Richard a sí mismo,
y deben de saberlo

Súbitamente lágrimas brotaron de los ojos de Richard y una profunda tristeza, la más profunda que hubiera sentido jamás, acompañó a su comprensión de que miembros de su propia especie estaban exterminando a los avianos en forma sistemática.

¡No, no!
, gritó en silencio.
¡Deténganse, oh, por favor, deténganse! ¿No se dan cuenta de lo que están haciendo? Estos avianos también confirman el milagro de los compuestos químicos elevados al nivel de la conciencia. Son como nosotros. Son nuestros hermanos
.

En los segundos siguientes, las diversas interacciones de Richard con los seres parecidos a pájaros le inundaron la memoria y desplazaron las imágenes implantadas.
Salvaron mi vida
, pensó, mientras su mente se concentraba en el vuelo hecho mucho tiempo atrás sobre el Mar Cilíndrico,
sin el menor beneficio para sí mismos. ¿Qué ser humano
, se dijo con amargura,
habría actuado así por un aviano?

Rara vez había sollozado en su vida. Pero la congoja que sentía por los avianos lo superó. Mientras lloraba, todas sus experiencias desde que ingresó en el hábitat aviano desfilaron por su mente. Recordó, en especial, el repentino cambio en la forma en que lo trataron y la subsiguiente transferencia al dominio de los mirmigatos.
Después vino la visita guiada y mi final ubicación aquí… Es obvio que tuvieron tratando de comunicarse conmigo… ¿Pero, por qué?

En ese momento, Richard, experimentó una Epifanía de tal intensidad que las lágrimas volvieron a afluir velozmente a sus ojos.

Porque están desesperados
, se contestó.
Me están implorando ayuda
.

6

Una vez más, en el interior del sésil se produjo una enorme oquedad. Richard observaba cuidadosamente cómo treinta ganglios pequeños se unían, conformando una esfera con un diámetro de alrededor de cincuenta centímetros, del otro lado de la zona hueca. Un filamento desusadamente grueso conectaba cada uno de los ganglios con el centro de la esfera. Al principio, Richard no pudo descubrir nada dentro de la esfera. Sin embargo, después de que los ganglios se desplazaron a otra posición vio allí, donde había estado la esfera, un diminuto objeto verde que tenía centenares de filamentos infinitesimales que lo fijaban al resto de la maraña.

Ese objeto crecía muy lentamente. Los ganglios ya habían terminado de desplazarse a tres nuevas posiciones, repitiendo la misma configuración esférica cada vez, antes de que Richard reconociera que lo que crecía en el sésil era un melón maná. Quedó atónito. No entendía cómo el mirmigato desaparecido podía haber dejado detrás de sí huevos a los que les había tomado tanto tiempo evolucionar.
Y en ese momento deben de haber sido nada más que unas pocas células. Embriones muy pequeños de alguna manera criados aquí

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la revelación de que estos nuevos melones maná se estaban desarrollando en una región del sésil que estaba a casi veinte metros del sitio en el que se había formado el capullo alrededor del mirmigato.
¿Así que este ser en forma de maraña transportó los huevos de un lugar a otro? ¿Y después los conservó durante semanas?

La mente lógica de Richard empezaba a rechazar la hipótesis de que el desaparecido mirmigato directamente hubiera puesto huevos. En forma lenta, pero segura, desarrolló una explicación alternativa para lo que había observado que sugería una biología más compleja que cualquiera que hubiera visto jamás en la Tierra.
¿Y si
, se preguntó,
los melones maná, los mirmigatos y la maraña sésil son todas manifestaciones de lo que podríamos denominar como la misma especie?

Pasmado por las ramificaciones de este sencillo pensamiento, Richard pasó dos largos períodos de vigilia repasando todo lo que había visto dentro del segundo hábitat Mientras contemplaba los cuatro melones maná que crecían frente a él, del otro lado de la oquedad, Richard imaginó un ciclo de metamorfosis en el que de los melones maná nacían los mirmigatos que, a su vez, morían y agregaban nuevo material a la red sésil, que después ponía los huevos de melón maná que empezaban el proceso otra vez. Nada existía, en lo que había observado, que no encajara con esta explicación. Pero el cerebro de Richard explotaba con miles de preguntas, no sólo relativas a
cómo
este intrincado conjunto de metamorfosis tuvo lugar, sino también a
porqué
esta especie había evolucionado produciendo un ser tan complejo.

La mayor parte de los estudios académicos de Richard habían sido en campos a los que, con orgullo, denominaba de “ciencia concreta”. Matemática y física habían sido los elementos primordiales de su educación. Mientras se esforzaba por entender el posible ciclo de vida del ser en el que había estado viviendo durante muchas semanas, Richard quedó perplejo ante su propia ignorancia. Deseaba haber aprendido mucho más sobre biología.
¿Cómo los puedo ayudar
, se preguntaba,
si ni siguiera sé por dónde empezar?

Mucho después, Richard se preguntaría si durante el tiempo que había permanecido dentro del sésil, este ser no sólo había aprendido a leerle la memoria sino también a interpretarle los pensamientos. Los visitantes de Richard llegaron pocos días después. Una vez más, un sendero se formó en el sésil, entre la posición de Richard y la entrada original. Cuatro mirmigatos idénticos recorrieron el sendero y le hicieron ademanes a Richard para que los siguiera. Llevaban su ropa. Cuando Richard hizo el esfuerzo para moverse, su hospedante alienígena no trató de retenerlo. Sentía las piernas vacilantes, pero, después de vestirse, logró seguir a los mirmigatos de vuelta al corredor que se adentraba en lo profundo del cilindro marrón.

Era evidente que hacía poco que habían modificado la gran cámara. El vasto mural de las paredes todavía no estaba completo. De hecho, al mismo tiempo que el profesor mirmigato de Richard señalaba puntos específicos de la pintura que ya habían terminado, artistas mirmigatos todavía trabajaban en el resto del mural. Durante las primeras lecciones de Richard en el salón, un grupo numeroso de estos seres estaba dedicado a hacer bocetos o a pintar las demás secciones.

Sólo con una visita a la cámara del mural, Richard pudo determinar el propósito de la pintura. Habían creado toda la sala para brindarle información sobre cómo podía ayudar a que la especie alienígena sobreviviera. Estaba claro que esos extraterrestres sabían que estaban a punto de ser invadidos y destruidos por los seres humanos. Las pinturas de la sala eran el intento que hacían para proporcionarle a Richard los datos que podría necesitar para salvarlos… pero, ¿podría aprender lo suficiente sólo mirando las ilustraciones?

El trabajo artístico era brillante. De vez en cuando, Richard suspendía la actividad del hemisferio izquierdo del cerebro, que intentaba interpretar los mensajes de las pinturas, para que el derecho pudiera apreciar el talento de los artistas mirmigatos. Los seres trabajaban erguidos, las dos extremidades traseras apoyadas en el piso y las cuatro delanteras operaban juntas para instrumentar el boceto o la pintura. Hablaban entre ellos, aparentemente, haciéndose preguntas, pero no hacían tanto ruido como para perturbar a Richard que estaba en el otro lado de la cámara.

Toda la primera mita del mural era un manual sobre biología alienígena. Demostraba que la comprensión fundamental de Richard sobre el extraño ser era correcta. Había más de cien pinturas individuales en la secuencia principal, de las cuales dos docenas mostraban diferentes etapas en el desarrollo de los embriones de mirmigato, con lo que se ampliaba de manera considerable el conocimiento que Richard había deducido de las esculturas en la catedral de los mirmigatos. Los paneles primarios que explicaban la evolución embriológica seguían una recta alrededor de las paredes de la cámara. Por arriba y por abajo de estas pinturas de la secuencia principal había viñetas de apoyo o complementarias, la mayoría de las cuales estaba más allá del entendimiento de Richard.

Por ejemplo: había un cuarteto de pinturas de apoyo dispuesto en torno a la ilustración de un melón maná al que hacía poco se había extraído de una maraña sésil. Sin embargo, en su interior todavía no había empezado la actividad de desarrollo de un mirmigato. Richard estaba seguro de que estas cuatro ilustraciones adicionales estaban tratando de suministrarle información específica sobre las condiciones ambientales necesarias para que empezara el proceso de gestación. Sin embargo, los artistas mirmigato habían usado escenas de su planeta natal, ilustrando las condiciones deseables mediante paisajes de nieblas, lagos, flora y fauna nativas, para comunicar los datos. Richard se limitó a mover la cabeza, cuando el profesor mirmigato señaló estas pinturas.

Un diagrama trazado a través de la secuencia principal empleaba soles y lunas para especificar escalas de tiempo. Por la disposición, Richard entendió que el lapso de vida de la manifestación como mirmigato de la especie era muy breve, en comparación con el período de vida de tos sésiles. No pudo, sin embargo, comprender ninguna otra cosa de lo que el diagrama trataba de transmitir.

También estaba confundido en cuanto a las relaciones numéricas que había entre las diferentes manifestaciones de la especie. Era claro que cada melón maná producía un solo mirmigato (no se mostraban ejemplos de mellizos), y que un sésil podía generar muchos melones maná. Pero, ¿cuál era la relación cuantitativa sésiles-mirmigatos? En una de las viñetas, un gran sésil era presentado con una docena de mirmigatos diferentes en su interior, cada uno en una fase diferente de formación del capullo. ¿Qué se suponía que indicaba eso?

Other books

The White Queen by Philippa Gregory
Room For One by Cooper West
The Elementals by Saundra Mitchell
Five Alarm Lust by Elise Whyles
The Pursuit of Lucy Banning by Olivia Newport
The Plague Dogs by Richard Adams
Point and Shoot by Swierczynski, Duane