El nuevo pensamiento (37 page)

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Authors: Conny Méndez

Tags: #Autoayuda, Esoterismo.

BOOK: El nuevo pensamiento
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Así es como se establece (como lo expresa la Biblia) pues no hay nada que se oponga a lo DECRETADO POR DIOS.

No podrán jamás mejorar las condiciones de aquel que desea la perfección, mientras siga reconociendo un poder contrario al de Dios, o que hay algo dentro o fuera de sí mismo que pueda impedir que se exprese la Perfección de Dios. El mero conocimiento de alguna condición que pueda expresar menos que Dios, implica la elección deliberada de una condición imperfecta, y eso es lo que se llama la CAÍDA DEL HOMBRE. Este es deliberado e intencional por que él es libre en todo momento de pensar lo que le de la gana de pensar. Y a propósito no requiere más energía pensar la Perfección que pensar en la imperfección.

Tú eres el creador localizado para diseñar y crear la perfección en tu mundo y tu sitio del Universo. Si deseas expresar la Perfección y el Dominio, debes saber y reconocer únicamente la Ley del Uno. El Uno existe y controla completamente en todas partes del Universo. Tú eres la vida autoconsciente. Tú eres la única Suprema Presencia de la Gran Llama de Amor y Luz. Tú eres, únicamente eres el que escoge y decreta las cualidades y las formas que deseas vaciar en tu vida, pues eres el único energizador de tu mundo y todo lo que contiene. Cuando tú piensas o sientes, una parte de tu energía vital sale a sostener tu creación. Saca pues de tu cabeza toda duda y temor de que pueda no cumplirse aquello que estás deseando o visualizando. Si acatas tales pensamientos que después de todo no son sino emanaciones humanas y que no contienen la Perfección, lograrán entrar a tu conciencia, reemplazándola instantáneamente por el pleno reconocimiento de que tu Ser y tu Mundo son la VIDA DE DIOS, El Uno. De allí en adelante, no te preocupes más, excepto cuando te pongas a visualizar. No declares un tiempo o momento determinado para la realización. No existe sino el ahora. EL MOMENTO INMEDIATO. Toma esta disciplina, úsala y te verás manifestando un poder en acción sin resistencia alguna que pueda fallar, ni jamás ha fallado.

Recuerda siempre que tú eres DIOS VISUALIZANDO. Tú eres la INTELIGENCIA DIVINA dirigiendo. Tú eres el PODER DE DIOS IMPULSANDO. Tu sustancia es la SUSTANCIA DE DIOS en acción. Cuando tú realizas esto, y lo contemplas a menudo, todo el Universo acude a cumplir tu deseo, tu mandato, tu cuadro, ya que es todo constructivo y de acuerdo con el Plan Divino Original de la Vida Auto-consciente. Si el lado humano nuestro se pone verdaderamente de acuerdo con el Plan Divino y lo acepta, no puede existir tardanza ni fracaso, ya que toda energía posee la cualidad inherente de la perfección dentro de ella, y acude a servir a su Creador. La Perfección es la única predestinación que existe.

Cuando tu deseo o tu realización son constructivos, tú eres Dios contemplando su propio proyecto. Cuando Dios ve, es un Decreto irrevocable o un mandato de aparecer. En la creación de este sistema de mundos Dios dijo: "HÁGASE LA LUZ" y la luz apareció. NO TARDÓ EÓNES EN CREARSE LA LUZ. El mismo Dios magno está en ti ahora, cuando tu ves y hablas, es SU ATRIBUTO DE VISIÓN Y VOZ lo que está actuando en ti y a través de ti.

Si tú logras comprender lo que esto significa, puedes ordenar en el nombre de SU PLENO PODER Y AUTORIDAD, ya que tú eres SU CONCIENCIA VITAL. Es únicamente la conciencia del ser en tu vida, lo que puede ordenar, visualizar o desear un PLAN PERFECTO. Todo proyecto o plan es suyo. De manera que tú sabes que Dios está actuando, mandando: "QUE ESTO SEA CUMPLIDO AHORA" y se cumple.

Iniciación humana y solar
Alice A. Bailey

Reglas para aspirantes

Existen ciertos aforismos y mandatos que el solicitante a la iniciación debe estudiar y obedecer. Hay una gran diferencia entre los términos "aspirante al sendero" y "solicitante a la iniciación". El que aspira al discipulado y se esfuerza por llegar a él no está comprometido, de ninguna manera, a adoptar la misma actitud y disciplina específica que el solicitante a la iniciación y puede emplear el tiempo que quiera en hollar el sendero de probación. Quien busca la iniciación está en distinta posición, y, presentada la solicitud, debe disciplinar su vida bajo normas definidas y seguir un régimen estricto, optativo para el discípulo.

A continuación se dan catorce reglas extraídas de una serie de instrucciones recopiladas para quienes ansían recibir la primera iniciación.

Regla Uno

Que el discípulo investigue dentro de la profunda caverna del corazón. Si allí arde intensamente el fuego, dando calor a su hermano, pero no a sí mismo, ha llegado el momento de solicitar autorización para presentarse ante el portal.

Cuando el amor a todos los seres, sin tener en cuenta quiénes son, comienza a ser una realidad en el corazón del discípulo y, al mismo tiempo, el amor a si mismo no existe, indica que se está acercando al Portal de la Iniciación y puede prestar los juramentos preliminares necesarios, antes de que su Maestro entregue su nombre como solicitante a la iniciación. Si no le importa el sufrimiento y el dolor del yo inferior, si le resulta indiferente ser feliz o no, si el único propósito de su vida es servir y salvar al mundo y si las necesidades del prójimo son para él de mayor importancia que las propias, recién entonces el fuego del amor irradia de su ser y el mundo podrá sentirse confortado ante sus pies. Este amor debe ser una manifestación probada y práctica y no sólo una teoría ni simplemente un ideal impracticable y un sentimiento grato, sino algo surgido de las experiencias y pruebas de la vida, de tal modo que el primer impulso de la vida sea el autosacrificio y la inmolación de la naturaleza inferior.

Regla Dos

Cuando la solicitud ha sido presentada en triple forma, que el discípulo la retire y olvide que la ha presentado.

En esto reside una de las pruebas iniciales. El discípulo debe adoptar la actitud mental de no importarle recibir o no la iniciación. No debe tener ningún móvil egoísta. Sólo las solicitudes que llegan al Maestro mediante la energía engendrada por móviles puros y altruistas son trasmitidas por El al ángel que lleva los registros de la Jerarquía; sólo recibirán respuesta a sus demandas los discípulos que ansían la iniciación porque confiere un mayor poder, para ayudar y bendecir. Quienes carecen de interés por la iniciación no recibirán respaldo esotérico, y los que por egoísmo o curiosidad, ansían participar en los misterios, no atravesarán el portal y permanecerán afuera llamando. Quienes están dispuestos a servir y se sienten abrumados por las necesidades del mundo y se les ha despertado el sentido de la responsabilidad personal, han cumplido con la ley, llaman y reciben respuesta, solicitan y son reconocidos; ellos demandan mayor poder para ayudar, y esta demanda es oída por Aquellos que silenciosamente esperan.

Regla Tres

Triple debe ser el llamado, tomando mucho tiempo su enunciación. Que el discípulo emita su llamado a través del desierto, sobre los mares y a través de los fuegos que lo separan del Portal oculto y velado.

Bajo esta simbología el discípulo recibe el siguiente mandato: que el desierto de la vida del plano tísico florezca como la rosa, para que puedan surgir sonidos y perfumes del jardín de la vida inferior y una vibración muy intensa cruce el espacio intermedio entre el jardín y el portal; que aquiete las turbulentas aguas de la vida emocional, para que en su límpida y tranquila superficie se refleje ese portal y la vida interior refleje la vida espiritual de la divinidad interna; que a través de la ígnea hoguera purifique móviles, palabras y pensamientos, resortes principales de la actividad originada en el plano mental. Cuando son controlados, coordinados y utilizados, aunque a veces inconscientemente, estos tres aspectos del ego en manifestación, el Dios interno, entonces se oirá la voz del discípulo demandando la apertura del portal. Cuando la vida interior del plano físico se ha fertilizado, lo emocional estabilizado y lo mental transmutado, nada impedirá que se abra el portal para que entre el discípulo. Sólo la vibración sincronizada con lo que está del otro lado de la puerta, determina su apertura, y cuando la clave de la vida del discípulo se sintoniza con la de la Jerarquía, se abrirán las puertas una tras otra y nada podrá impedirlo.

Regla Cuatro

Que el Discípulo se ocupe de evocar el fuego, nutrir las vidas menores y mantener así girando la rueda.

Este es un mandato para recordar al discípulo su responsabilidad hacia sus numerosas vidas inferiores, que en su totalidad constituyen su triple cuerpo de manifestación. Así es posible la evolución, y cada vida en los diferentes reinos de la naturaleza, cumplirá consciente o inconscientemente su función de energetizar correctamente aquello que es para ella lo que el Sol para el planeta. Así el desenvolvimiento del plan logoico proseguirá con mayor precisión. El reino de Dios es interno y el deber de ese oculto Regidor interno es dual; primero hacia esas vidas que forman los cuerpos físico, astral y mental, y, segundo, hacia el macrocosmos del cual el microcosmos es sólo una parte infinitesimal.

Regla Cinco

Que el aspirante procure que el Ángel solar atenúe la luz de los ángeles lunares, permaneciendo como única luminaria en el cielo microcósmico.

Para cumplir este mandato, todo aspirante debe hacer dos cosas: primero, estudiar su origen, comprender su propia sicología, esotéricamente entendidos, y llegar a ser científicamente consciente de la naturaleza real del ego o Yo Superior, actuando en el cuerpo causal. Después debe cerciorarse en el plano físico, de su innata divinidad, por medio de los tres cuerpos inferiores, demostrando progresivamente su valor esencial. Segundo, estudiar la constitución del hombre, comprender el método de funcionamiento de la naturaleza inferior, darse cuenta de la interdependencia e interrelación de todos los seres vivientes y poner bajo control las vidas inferiores que componen los tres cuerpos de manifestación. Así, el Señor solar, Realidad interna, Hijo del Padre y Pensador en su propio plano, se convierte en intermediario entre lo que es terrenal y lo que tiene su hogar dentro del Sol. Dos versículos de la Biblia cristiana ocultan en su fondo algo de esta idea, y a los estudiantes occidentales les será útil meditar sobre ellos: "Los reinos de este mundo se han convertido en el reino de Nuestro Señor y de Su Cristo". "Oh Señor, Dios Nuestro, otros señores además de Ti han tenido dominio sobre nosotros; pero sólo por Ti nosotros mencionaremos Tu nombre". El último versículo es particularmente interesante, porque demuestra la omisión del sonido inferior y la fuerza creadora de aquello que es de origen superior.

Regla Seis

Los fuegos purificadores arden tenuemente cuando el tercero es sacrificado al cuarto. Por lo tanto, que el discípulo se abstenga de quitar la vida y que nutra lo más inferior con el producto del segundo.

Esta regla puede aplicarse a la conocida norma de que el discípulo debe ser estrictamente vegetariano. La naturaleza inferior se embota y densifica y la llama interna no puede brillar cuando se incluye la carne en la dieta. Esta regla es rígida e inviolable para los solicitantes. Los aspirantes pueden o no consumir carne, según prefieran, pero en cierta etapa del sendero es esencial la abstención de cualquier tipo de carne y es necesario vigilar con estricta atención la dieta. El discípulo debe limitarse a las verduras, cereales, frutas y legumbres, pues sólo así será capaz de construir el tipo de cuerpo físico que pueda resistir la entrada del hombre real que ha permanecido ante el Iniciador en sus vehículos sutiles. Si no hiciera esto y pudiera recibir la Iniciación sin haberse preparado de este modo, el cuerpo físico sería destruido por la energía que fluye a través de centros recientemente estimulados y surgirían graves peligros para el cerebro, la columna vertebral y el corazón.

No pueden dictarse reglas rígidas o ascéticas, excepto la regla inicial de prohibición absoluta —para todos los que solicitan iniciación— de carnes, pescados, licores y el uso del tabaco. Para quienes puedan soportarla, es mejor eliminar de la dieta los huevos y el queso, aunque esto no es en modo alguno obligatorio; pero para quienes están desarrollando facultades síquicas de cualquier tipo, es aconsejable abstenerse de consumir huevos y moderarse en el queso. La leche y la manteca entran en diferentes categorías, y la mayoría de los Iniciados y solicitantes consideran necesario incluirlas en la dieta. Pocos pueden subsistir y retener todas sus energías físicas con la dieta vegetariana, pero allí está encerrado el ideal, y como bien se sabe, éste rara vez se logra en el actual período de transición.

A este respecto conviene recalcar dos cosas: primero, la necesidad del sentido común en el solicitante, factor del cual se carece frecuentemente, los estudiantes deberían recordar que los fanáticos desequilibrados no son miembros deseables para la Jerarquía. El equilibrio, el justo sentido de proporción, la debida consideración de las condiciones del medio ambiente y un sensato sentido común, es lo que caracteriza al auténtico esoterista. Cuando existe el verdadero sentido del buen humor, muchos peligros pueden evitarse. Segundo, el reconocimiento del factor tiempo y la capacidad de efectuar lentamente los cambios en la dieta y en los hábitos de toda la vida.

En la naturaleza todo progresa lentamente, y los solicitantes deben aprender la verdad oculta de la frase: "Apresúrate despacio". El proceso de eliminación gradual es generalmente el sendero de la sabiduría, y este período eliminatorio —bajo condiciones ideales, que raras veces existen— debe abarcar la etapa que llamamos del aspirante, para que cuando el hombre se convierta en un solicitante a la iniciación, haya realizado la necesaria preparatoria purificación de la dieta.

Regla Siete

Que el discípulo dirija su atención a la enunciación de esos sonidos que repercuten en el aula donde deambula el Maestro. Que no emita las notas menores que inician la vibración dentro de las aulas de maya.

El discípulo que desea pasar los Portales de la Iniciación, no lo conseguirá hasta conocer el poder del lenguaje y del silencio. Esto tiene una significación más amplia y profunda de lo que parece, porque cuando se interpreta correctamente, entraña la clave de la manifestación, el indicio de los ciclos mayores y la revelación del propósito que subyace en el pralaya. Cuando el hombre comprenda la significación de la palabra hablada y utilice el silencio de los altos lugares, para producir determinados efectos en algún plano, podrá ser admitido en los reinos donde cada sonido y cada palabra pronunciada producen potentes resultados en algún tipo de materia, siendo energetizada por dos factores predominantes: a) una voluntad poderosa, científicamente aplicada, b) un móvil correcto, purificado en los fuegos.

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