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Authors: Guillermo Ferrara

Tags: #Aventuras, Histórico, Intriga

El Secreto de Adán (21 page)

BOOK: El Secreto de Adán
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—¡Sí! —gritó Alexia—, tiene que haber algo dentro de este mapa, algo que tú tienes que resolver y que mi padre no sabía.

—Lo que no comprendo —respondió Adán, que sentía que su adrenalina se movía por sus venas a máxima velocidad— es ¿qué tiene que ver este mapa o dibujo o lo que sea con las profecías mayas o con la Atlántida?

—No lo sé —respondió Alexia—. ¿Pero qué puedes ver tú de nuevo en él?

Adán se quedó pensativo y en silencio.

Extrayendo una nueva energía de su cansado cuerpo, se giró hacia ella con el mapa en la mano sin necesidad de seguir observándolo.

El sexólogo activó sus conocimientos.

—En algunas religiones —dijo con voz serena— y prácticas espirituales de Oriente no se ve este símbolo de Adán y Eva como la representación que asociamos a la iglesia.

—Explícate.

—En Oriente todo tiene su simbolismo pero en sentido interno.

Los ojos de Alexia mostraban inquietud.

—¿Cómo?

—He estudiado todas las religiones, caminos filosóficos y escuelas espirituales y existe un camino científico de Oriente, el tantrismo, que da un significado particular para estos símbolos. El tantra es una ciencia que integra la sexualidad y que tiene más de 5,000 años.

—¿Y qué explicación le da?

Adán pasó su mano por sus rizos y se dispuso a recordar aquello.

—El árbol del bien y del mal, o el árbol de la ciencia del conocimiento, en realidad no es un árbol.

El rostro de Alexia mostraba sorpresa.

—¿Qué dices?

—El árbol es la representación de la columna humana, desde el sacro hasta la coronilla, lo que representa de las raíces hasta lo sagrado que hay en el ser humano. En Oriente llaman
chakras
a los puntos de energía localizados a lo largo de la columna vertebral. Estos
chakras
son los motores psicoenergéticos que activan las glándulas del sistema endócrino.

Alexia asimilaba esas explicaciones, Eduard estaba sentado en un sofá prestando atención en la distancia.

—La columna es importante para las ciencias de Oriente y el tantrismo, ya que allí se encuentra la serpiente.

—¿La serpiente? —preguntó ella, sorprendida.

—Ellos simbolizan a la energía sexual con la serpiente, como muchas otras tradiciones. Pero con una connotación distinta a lo que lo conocemos en Occidente.

Alexia elevó las cejas, curiosa.

—¿En qué se diferencia?

—La serpiente tal como la conocemos es la que supuestamente tentó a Eva para que no comiera del fruto prohibido, la manzana. En Oriente la serpiente representa la energía sexual, la pulsión natural de vida que hay dentro de cada uno, ellos la llaman Kundalini.

—¿Entonces el árbol es la columna humana y la serpiente la representación de la energía sexual?

Adán asintió.

—Sigo sin entender —dijo Eduard.

—El símbolo no termina allí, en realidad recién empieza. Antes también deberías saber que la serpiente aparece en varias culturas, como por ejemplo entre los aztecas para designar a
Quetzalcóatl
o entre los mayas a
Kukulkan
, representados con una serpiente, ya que su nombre significa "serpiente alada". Y en la actualidad, el caduceo de Mercurio de la medicina tiene dos serpientes enroscadas subiendo por el bastón central, que se convierten en dos alas. Un símbolo que hemos visto cientos de veces en los documentos médicos.

Eduard se mantuvo pensativo.

Adán agregó:

—La serpiente siempre tuvo connotaciones positivas en casi todas las culturas. Griegos, egipcios, mayas, hindúes. Ellos sabían que la serpiente de fuego era la energía creadora del sexo y estaba dentro de cada cuerpo.

—En la Biblia, la serpiente es negativa, en realidad es la representación del diablo que tienta a Eva y con ello a todas las mujeres —dijo Eduard, dirigiéndole una mirada a Alexia.

—No, no, te equivocas. Déjame recordar —dijo Adán, llevando sus ojos hacia el techo. Recitó con voz suave—: La serpiente dijo a la mujer, ciertamente no moriréis, pues los
Elohim
saben que el día que comiereis de él vuestros ojos serán abiertos y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal.

—¿Dónde figura eso? —preguntó el catalán sorprendido.

—En el Génesis 3—afirmó Adán—. Además de la serpiente, el símbolo de la manzana, o sea el fruto, representa, dentro del tantrismo, al primer
chakra
, que es un círculo de energía de unos cinco centímetros de diámetro y de color rojo.

—¿Los
chakras
tienen colores? —preguntó Eduard aún más sorprendido.

—Sí. Y sonidos y otros rasgos. Pero centrémonos en esto. En la manzana o el
chakra
sexual, que está en la zona sacra o sagrada, y que en este dibujo que tenía Aquiles es el área donde lo tiene la mujer. Se dice que esa energía de vida con forma de serpiente está dentro del primer
chakra
y que sale a recorrer o ascender la columna para estimular los seis
chakras
restantes para así subir hasta el área de la glándula pineal, incluso más arriba, hasta la coronilla.

—¿La coronilla? ¿Lo alto de la cabeza?

—Sí. La zona que seguramente has visto muchas veces en dibujos y figuras de santos con un aura o círculo en su cabeza. De allí que el símbolo de los griegos de reconocer a los vencedores sea una corona de laureles, a los reyes y reinas siempre se los "coronó" en la cabeza.

—La coronación a lo sublime —agregó Alexia.

—Exacto. La coronación simbolizaba antiguamente la elevación a lo máximo.

—¿Y dentro del tantrismo esa coronación era sexual? No entiendo —dijo Alexia.

—Existen unas milenarias técnicas secretas para subir la energía sexual por la columna a nivel energético y hacerla ascender para potenciar al individuo y coronarlo directamente en la conexión con la divinidad que hay en él. Las técnicas se basan en transformar la energía del orgasmo en poder espiritual, el hombre a través de la retención del semen y la mujer dejando que su orgasmo la llene de luz.

—¿Y de esta forma los antiguos encontraban la elevación? —dijo Alexia.

Adán asintió con confianza.

—Más que eso. Descubrían el estado de inmortalidad de la conciencia. No hace falta decir que las religiones, desde el judaísmo, el islam y, sobre todo, la iglesia cristiana han buscado indirectamente a través del concepto del pecado y la culpa que la mujer se vuelva fría y anorgásmica, o salvaje descontrolada y el hombre eyaculador precoz instintivo. De esa forma.

Alexia terminó la frase.

—… no habría un contacto directo con lo divino —dijo con una pequeña sonrisa cómplice.

—El símbolo es sexual, está claro, pero ¿la media luna y el punto o la semilla, qué representa? —preguntó Eduard que se mostraba ahora mucho más interesado.

—La media luna es la fuerza femenina y el punto la gota de semen masculino. En este camino místico —prosiguió diciendo Adán—, son importantes tres cosas: la respiración, el dominio de la mente y, como te dije antes, la retención del semen para que la materia prima de la energía sexual no se desgaste y suba por la columna; no desde el punto de vista físico, sino energéticamente, alimentando al árbol, que vendría a ser la representación de tí mismo, de tu cuerpo, con todos los frutos que son tu potencial latente.

—¿El potencial latente? —preguntó Alexia que intuía la respuesta.

—Sí. En al tantrismo se cree que al retener el semen esa energía magnética crea una electricidad que viaja por el sistema nervioso y activa la energía psicoespiritual, el cerebro y el ADN.

—¿Retener el semen? —preguntó Eduard confundido—. Yo tenía entendido que era malo. Recordó que su padre, un devoto catalán y católico, le repitió en su adolescencia: semen retenum, venenum est. Retener el semen era veneno. —Te equivocas, Eduard. Para los orientales es la materia prima de la vida, es sagrada y no debe desperdiciarse, igual que la sangre. Incluso piensan que la frase "de ese fruto no comeréis", que se menciona en la Biblia, no se refería a la manzana sino al semen.

—No entiendo —dijo Eduard.

—La traducción correcta sería: "de ese fruto no comeréis en vano, sino sólo cuando queráis crecer y multiplicaos".

—O sea, ¿sólo se usaría la eyaculación en el momento de la procreación?

—En este camino sí.

Alexia estaba pensativa.

Adán continuó su exposición.

—Sabrás muy bien que cuando tienes una eyaculación quedas vacío, cansado y con sueño. Caes del "paraíso" en el que estabas. En cambio, para estas culturas, la elevación de la materia prima seminal es literalmente la simiente para crear vida dentro tuyo. El estado paradisiaco, según los orientales, es la expansión de la conciencia con tal magnitud que puedes sentir la conexión conciente con La Fuente, el Todo. Se cree que varias culturas, como los atlantes y los antiguos egipcios, mayas e hindúes practicaban este tipo de sexualidad alquímica. Cuando Jesús le menciona a Nicodemo que tiene que volver a nacer para entrar en el Reino, se refiere a un nuevo nacimiento interno, a través de la alquimia sexual de los tántricos. En Oriente lo llaman renacimiento espiritual.

Alexia se sumió en sus pensamientos. Recordó cómo su último amante la dejaba vacía espiritualmente al eyacular rápidamente. No había ninguna conexión. Ésa era una de las causas por las que se encontraba otra vez soltera.

—Me es difícil de asimilar —el catalán se mostraba muy escéptico.

Adán quería ir más allá.

—Te sorprenderá saber que hay una teoría que dice que Jesús estuvo en Oriente, precisamente en la India, estudiando estas teorías y practicándolas en su adolescencia.

—¿Dices que Jesús tuvo sexo? —Eduard sentía que le saltaban los resortes de sus creencias.

Adán llevó más leña al fuego.

—La teoría dice que Jesús no sólo tuvo sexo, sino que a través de diversas iniciaciones, algunas relativas a la sexualidad, se convirtió del simple hombre mortal llamado Jesús, en Krestos, que literalmente significa en griego antiguo "ungido en fuego". Allí habría encontrado el camino o la iniciación a la eternidad dentro de sí mismo, que en el dibujo se representa con el Auroboro, el dragón que se recicla a sí mismo y la cruz Ankh que une el falo y la vagina. También se dijo que Jesús se iluminó espiritualmente de esa forma con María Magdalena. Hay que recordar que antiguamente a la energía sexual se la representaba con el fuego.

"Ungido en fuego."

—Haré otro dibujo para que lo comprendan mejor. Adán tomó su estilográfica y buscó una hoja en blanco entre los papeles de la mesa del arqueólogo.

Todos hicieron una pausa, como hilvanando los pensamientos. Aquello era un extraño símbolo esotérico.

Adán dibujó dos imágenes de una mujer y un hombre en la clásica postura de meditación con los
chakras
y un aura en lo alto de la cabeza y al lado otra del caduceo de Mercurio. La cara de Eduard era de absoluta sorpresa. Él recordaba muchos de los antiguos santos y profetas con una lengua de fuego sobre la cabeza pero nunca imaginó que sería por transmutar la energía sexual.

—No puedo creer que Jesús pudo haber tenido sexo.

Adán se alzó de hombros.

—Las creencias son un óxido, Eduard. Le oxidan la inteligencia a la gente. Las mentes deben ser como los paracaídas, tienen que estar abiertas para que funcionen.

—¿Qué son esos círculos en la columna?

—Los
chakras
—respondió Adán—, los centros de energía que activan las glándulas. La energía sexual viaja desde el sexo al cerebro potenciando el sistema nervioso y el poder espiritual en lo alto de la cabeza. Por ello se habla de una coronación a través del fuego sexual trasmutado en poder espiritual. Literalmente, la energía del sexo es el combustible de la espiritualidad y la expansión de la conciencia.

—Pero.

Adán lo interrumpió.

—Antiguamente la castidad no era la ausencia de sexo sino la realización del sexo de forma esotérica y alquímica. No sólo en Occidente sino en los pueblos de Oriente. De allí que Jesús viajara para aprenderlo. Hay muchos documentos que dicen que no sólo en Oriente aprendió todas aquellas técnicas sino también con los esenios. Los gnósticos también difunden y contemplan el uso y la transmutación de la energía sexual.

Adán estaba dispuesto a ir más lejos con aquella explicación, parecía que estaba desovillando un conocimiento que tenía que encajar con lo que les estaba pasando.

—Y no olviden que el mismo Jesús lo cita de su propia boca, registrado en el evangelio de Tomás, 22:
Cuando tú alcances a unir hombre y hembra en uno, entonces, tú entrarás en el reino
.

A Eduard la cara se le puso pálida.

Adán esbozó una sonrisa sutil.

—Ése fue el motivo por el cual la iglesia condenó tanto el sexo. Porque era peligroso ya que si una persona se podía convertir en iluminado espiritual y contactar con Dios dentro de sí mismo a través de la energía elevada, transmutada y superpotenciada del sexo, ¿para qué necesitaría intermediarios? ¡Todo el mundo estaría transmutando el sexo en amor cósmico libremente!

La sola idea en la mente represora de Eduard le producía náuseas.

—Adán, incluso creo que la cita del evangelio de Tomás es más extensa, ¿verdad? —preguntó Alexia.

Adán movió la cabeza, afirmándolo.

—No sé si la recordaré —Adán tenía una memoria de elefante para citas y frases célebres—:
Cuando hagáis de los dos uno, y hagáis el interior como el exterior y el exterior como el interior, y lo de arriba como lo de abajo, y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina, entonces entraréis en el Reino
.

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