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Authors: Guillermo Ferrara

Tags: #Aventuras, Histórico, Intriga

El Secreto de Adán (9 page)

BOOK: El Secreto de Adán
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—Creo que encontré algo que escribió tu padre que puede servirnos.

—Comienza —dijo ella—, yo te escucho aunque seguiré buscando su computadora portátil ya que no puedo encontrarla.

—Leeré lo que se encuentra subrayado en cada página. La séptima profecía maya nos habla del momento en que el sistema solar, en su giro cíclico de 5,125 años, sale de la "noche galáctica" para entrar al "amanecer de la galaxia". El 21 de diciembre de 2012, la luz emitida desde el centro de la galaxia sincronizará al Sol y a todos los seres vivos. La energía de la lluvia cósmica trasmitida por Hunab Kú —el Ser Supremo— progresivamente activará las funciones vitales y espirituales de origen divino en los seres que estén en una frecuencia de vibración alta. Esto podría ampliar la conciencia de todos los hombres, generando una nueva realidad individual, colectiva y universal. Los seres tienen la posibilidad de estar conectados entre sí, como un Todo, y darían nacimiento a un nuevo orden galáctico.

Y debajo, el arqueólogo había apuntado:

Si dicha profecía se cumpliese, una de las consecuencias que pueden preverse es que podríamos acceder conscientemente a una transformación interna capaz de generar realidades de otra índole.

Los seres humanos tendrían la oportunidad de hacer un cambio y superar sus límites, lo que provocaría que surgiera un nuevo sentido: la comunicación por medio del pensamiento.

Aquello que los mayas predijeron, actualmente lo avala la NASA. El sistema solar pasará en 2012 por una zona de la galaxia conocida como "cinturón fotónico", esto traerá consigo movimientos planetarios. Por esto, deduzco que los seres humanos recibirán una lluvia de fotones, lo que hará posible el despertar de una nueva conciencia entre nosotros, todos podríamos comprender que somos parte de un mismo organismo gigantesco. Lo que la física cuántica llama "campo unificado".

Por este pasaje cósmico, los seres humanos que lleven la energía vital y la frecuencia de vibración interior del miedo hacia el amor, podrán sentir la conexión y la paz interna, para captar y expresarse a través de la telepatía. Así florecerá el nuevo sentido: la percepción interna que los atlantes y mayas tenían activa.

Para lograr esto, se cree que los mayas les colocaban a sus niños, desde pequeños, una piedra de copal en medio de la frente. El olor de la resina los obligaba a llevar la atención hacia el denominado "tercer ojo", el ojo de la conciencia, nuestra facultad de ver y percibir más allá de lo físico. También les colocaban una especie de tablilla en la cabeza para que creciese con forma ovalada en la parte posterior del cerebelo y así se activara por completo el potencial oculto extrasensorial.

La voz de Adán cobró fuerza y Alexia dejó lo que estaba haciendo para observarlo. El fin de este ciclo en el calendario maya, que termina el 21 de diciembre 2012, nos sugiere que vendrán cambios de enorme magnitud. Ellos sabían que la actividad del Sol es determinante para el funcionamiento de la Tierra y que cualquier variación en éste afectará a todo lo que ocurra en la Tierra. Para establecer sus cálculos sobre las manchas solares y la vinculación existente entre estas manchas y el aumento de la temperatura, los mayas se basaron en el ciclo de Venus, un planeta fácilmente observable desde la Tierra, dejando constancia de ello en el reconocido Código de Dresden. Cada 117 giros de Venus, el Sol sufre fuertes alteraciones, aparecen erupciones, vientos solares y manchas en el astro.

La NASA también ha certificado como válidos estos cálculos sobre la Tierra, el Sol, las estrellas y el resto de los planetas. Supongo que el cumplimiento de esta profecía transformaría al individuo y, como consecuencia de su genética, colocaría a la humanidad con posibilidades de expandirse por toda la galaxia. Recuerdo a mi amigo Carl Sagan, quien comentaba que si no se hubiera quemado la biblioteca de Alejandría, ahora estaríamos viajando por las estrellas.

Los seres que reciban en armonía esta "lluvia de fotones o lluvia cósmica" entrarán en una nueva época de unidad espiritual y aprendizaje, donde la comunicación interna hará que las experiencias, los recuerdos individuales y conocimientos adquiridos estén disponibles sin egoísmos para todos los demás, tal como se cree que los atlantes hacían. Sería como una red holística mental, una especie de "internet de la conciencia" que multiplicaría la velocidad de los descubrimientos y crearía vínculos nunca antes imaginados.

Podríamos comprender que somos parte integral de un único organismo ilimitado y nos conectaríamos con la Tierra, con nuestro Sol y con la galaxia entera.

A partir del suceso cósmico del 21 de diciembre de 2012, puede preverse que las relaciones estarán basadas en la unidad espiritual, pues el hombre sentirá a otros seres como parte de sí mismo, lo que los mayas llamaban In Lakesh, Yo soy otro tú. El descubrimiento de un origen cósmico común.

De ser viable el cambio de conciencia, creo que viviremos para las ocupaciones artísticas y espirituales, el contacto con otras realidades, y éstas ocuparán la mente humana, eliminando miles de años fundados en la falsa creencia de la dualidad y la separación entre los hombres que adoraron a un dios lejano que juzga y castiga.

La excelencia y el desarrollo espiritual serían el resultado de personas iniciadas que ya expandieron su comprensión existencial. Aunque supongo que este cambio no sería fácil, habría primero un gran movimiento mundial, el orden llegaría luego del caos y la confusión, y el planeta se sacudiría intensamente mediante sismos.

Mis investigaciones también me indican que hay muchas posibilidades de que el Sol se ponga rojo debido al impacto en su corona de la lluvia cósmica, lo que en astrofísica se conoce como "tormentas solares"; también ocurriría un cambio en los polos magnéticos de la Tierra. Por otro lado, en escritos místicos y en la misma Biblia se sugiere la posibilidad de que haya nuevamente, como se cree que sucedió hace milenios, tres días de oscuridad durante el tránsito planetario. Estimo que estos trascendentes cambios harán un proceso que dependerá de la transmutación individual para poder hacer efectivo el cambio colectivo.

Por ello, me temo que, desafortunadamente, no todo el mundo podría acceder a esta nueva realidad. Si son más contundentes, estas llamas solares podrían afectar los campos electromagnéticos de la Tierra trayendo un cambio y un desajuste en todos nuestros sistemas, que están basados en esto: financiero, informático, radares, aviones. Incluso los humanos: inmunológico, nervioso, emocional, etcétera.

Así que debemos estar más alertas que nunca, estos cambios pueden traer éxtasis o dolor. Estoy seguro de que, ante tal dimensión de transformación, la humanidad deberá elegir entre seguir como una nueva raza, formando un nuevo orden cósmico o ajustarse a las consecuencias de no hacerlo.

—¿Qué piensas? —preguntó Alexia.

Adán bebió un sorbo de agua, tenía la boca seca.

—Prometedor y alarmante al mismo tiempo, aunque.

Alexia estaba cada vez más impaciente ante su silencio.

—¿Aunque?

—¿Piensas en las consecuencias que se generarían si algo así se cumpliese? —preguntó Adán.

—Sí. Y creo que finalmente mi padre podrá demostrar que los antiguos mayas fueron sobrevivientes del hundimiento de la Atlántida, a partir de que tanto los atlantes como los mayas debieron haber vivido en un estado de conciencia expandida —dijo Alexia mientras acomodaba una enorme pila de papeles.

Adán sabía que no eran coincidencias, que incluso una antigua ciudad azteca llevaba el nombre de Aztlán, hoy llamada Mexcaltitlán, una isla circular. De hecho, la palabra
aztecatl
significaba "procedente de Aztlán", posiblemente los atlantes.

—Tu padre sugiere que volveríamos a la vida evolucionada en la que vivieron los atlantes.

—Puede ser, Adán, los ciclos de la evolución se repiten. Además, los atlantes estaban en comunión con la energía de La Fuente, el centro de la galaxia, Hunab Kú como la llamaban los mayas.

Los padres de Adán y Alexia siempre sostuvieron que las antiguas culturas adoraban la divinidad como una fuente femenina, la diosa, a la que habían venerado pero que, con el advenimiento del patriarcado y su poder represor, sumado a las religiones que veían sólo el principio masculino, habían cerrado el contacto directo con la divinidad femenina.

Adán había estudiado las religiones e incluso sabía que el famoso vidente Edgar Cayce, un hombre de la magnitud de Nostradamus, había predicho que la Atlántida retornaría.

Alexia estaba encendida y reflexionó en voz alta.

—La humanidad ha sufrido mucho por perder el contacto directo con el Origen. Ojalá sea el tiempo de retomar el contacto.

—Ninguna energía se pierde, todo se transforma —respondió Adán citando las palabras del gran sabio Hermes Trimegisto en
El Kybalión
.

Alexia asintió.

—Dime, Adán, ¿supones que el cambio de conciencia y energía se hará de un día para otro? —Alexia tenía una pizca de escepticismo respecto a que todo fuese tan a rajatabla.

"Quién puede saber esos misterios.", pensó Adán.

—Hay algo que ya sabes y que estás olvidando —remarcó mirando al sexólogo.

—¿A qué te refieres?

Ella guardó silencio y lo miró con los ojos vívidos, como si le pudiera transmitir con la mente lo que iba a decirle.

—¿Te refieres a las posibles catástrofes?

Ambos sabían que, antes que los mayas, había una teoría profética en la Biblia que mencionaba claramente que un cuerpo estelar podría impactar con la Tierra; lo llamaba Ajenjo. También recordaron que las profecías de Nostradamus alertaban sobre un meteorito que podría acercarse a la Tierra en esas fechas.

—Tu padre nos informa que los mayas y los atlantes ya tenían los poderes de evolución, los que, se supone, vienen despertándose en algunas personas y se intensificarán más este año.

Alexia se puso de pie y giró en seco quitándose los tacones para subirse a una silla y se estiró para buscar más papeles en un estante alto, en la parte oculta del librero.

No era el momento más idóneo, pero Adán no pudo dejar de repasar con sus ojos el cuerpo de su amiga, desde la punta de sus pies hasta su ensortijada melena.

—El caos entre la gente también puede ser una catástrofe —dijo Alexia, intentando evadirse de esos pensamientos—. Imagina la confusión en una persona ortodoxa a la que le mueven los cimientos de sus creencias con pruebas de algo más fuerte, sagrado y real.

—La gran mayoría se confundirá aún más, seguramente.

Adán había experimentado lo que era sentir un cambio positivo en la conciencia, una expansión en la percepción.

—Si la gente empezara a ver esto equivocadamente como si el fin del tiempo se acercara y encima con una posible destrucción del planeta.

Adán reflexionó sobre las consecuencias.

—Piensa un momento —retomó ella—, si los individuos logramos percibir todo lo que existe como una gran trama de unidad, entonces la resurrección, el miedo, el dolor por la pérdida de seres queridos y los intermediarios entre la energía cósmica y el ser humano dejarían de tener poder y sentido.

—Creo que nos estamos adelantando —dijo Adán, con la mente más puesta en saber dónde estaría Aquiles y qué había descubierto sobre el origen del hombre que en las profecías—. Vamos paso a paso, Alexia —agregó Adán con calma, ya que era quien estaba más sereno—; si queremos encontrar a tu padre debemos tener paciencia para tener todas las piezas del rompecabezas.

11

La temperatura continuaba en aumento en el estudio de Aquiles. Ambos estaban aturdidos ante tanta información, pero seguían sin hallar ninguna pista que esclareciera lo que sucedió con el arqueólogo. Alexia se encontraba en la computadora de su padre mientras que Adán hurgaba en los documentos y libros de la biblioteca secreta, repasaba informes, estudios, descubrimientos y apuntes tratando de indagar la razón del secuestro.

—¿Ves algo nuevo, Alexia? —le preguntó mientras seguía absorto en la búsqueda de algún dato revelador.

Ella no respondió, sudaba rodeada de papeles, afiches, recortes de periódicos y carpetas. Después de horas de búsqueda, agobiados por el calor, la tensión y el desorden, el cansancio empezaba a hacer mella en ambos.

—Escucha esto —le dijo Adán con vehemencia—. Está escrito por tu padre. El historiador Maiquel Creno, en su libro Arqueología prohibida, mencionó que "en los últimos ciento cincuenta años algunos arqueólogos y antropólogos han enterrado tantas evidencias como las que han desenterrado", literalmente. Y el doctor Richard Thomson, filósofo de la ciencia, sostenía que "básicamente estamos ante lo que llamamos un filtro del conocimiento, éste es un rasgo fundamental de la naturaleza humana, la gente tiende a filtrar cosas que no convienen. Cuando los científicos del gobierno de turno ven que algo no se ajusta al paradigma aceptado, tienden a eliminarlo. No se enseña, no se discute y la gente ni siquiera se entera de ello". La arqueóloga Jean­ Steen Mackintyre hizo temblar al mundo científico al afirmar que, en 1996, había descubierto en México antiquísimas herramientas de piedra y huesos humanos. Esto era un peligro que podía tirar la teoría según la cual el ser humano tenía pocos milenios en la Tierra. Para ello, mi colega sometió los huesos a una serie de pruebas científicas, y cuando los dataron descubrieron la escalofriante cifra de doscientos cincuenta mil años. Ella contó en entrevistas que se puso muy feliz por el hallazgo —había conseguido hechos científicos trascendentes que todos quisiéramos tener—, pero no sospechó que eso arruinaría su carrera por completo, ya que la quitaron del sistema, cerraron las excavaciones y le retiraron los permisos de trabajo. Es el funcionamiento habitual dentro de la comunidad científica —impulsada por fuertes presiones e intereses del gobierno de turno de cada país, más el Gobierno Secreto y la iglesia—: cuando una de nuestras teorías no encaja con la teoría dominante, no se da información, no se sigue adelante, y esto es una de las grandes formas de sujetar a la humanidad para que no conozca su verdadero origen. El equipo de científicos oficiales pasaba por alto estos descubrimientos. Ocultaban información y a todo aquel que quisiera seguir investigando lo quitaban del medio, literalmente.

A pesar de que los gobiernos y la comunidad científica ortodoxa ejercen presiones y represión, algunos colegas e investigadores como el palestino Zecharia Sitchin, Robert Bauval, Gregg Braden, David Icke, José Argüelles, por citar algunos, habían podido publicar varios libros reveladores escapándose al sistema de control. Algunas de estas pruebas que vinculaban a América con África y Asia, desde muchos siglos atrás habían sido investigadas por otros colegas como la doctora Irina Balabanova, quien encontró restos de cocaína y nicotina en momias de Egipto. Fue tildada de delirante, fantasiosa y agredida en cientos de cartas, ya que estas plantas sólo existían en América y se creía que los continentes Oriental y Occidental no habían establecido contacto entre sí antes de los viajes de Cristóbal Colón. Aunque se comprobó luego, en cientos de momias, que aquel descubrimiento era verdad. Más pruebas las dio el antropólogo noruego Thor Heiredar, en 1947 y luego en 1970, al construir una balsa rudimentaria y viajar desde Perú a la Polinesia en ciento un días, subsistiendo de lo que pescaba y sólo con lo mínimo indispensable. Así demostró una vez más a los historiadores que el océano Atlántico podría ser atravesado por otras civilizaciones anteriores. Entre los investigadores que buscamos el auténtico origen de la especie se han ensayado hipótesis y desvelado teorías sobre descubrimientos de civilizaciones anteriores y superiores a la actual, en Bolivia, Egipto y México, que databan entre doce y diecisiete mil años, tirando por tierra la idea de la iglesia católica sobre el origen del primer Adán.

BOOK: El Secreto de Adán
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