Fragmentos de una enseñanza desconocida (79 page)

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Authors: P. D. Ouspensky

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

BOOK: Fragmentos de una enseñanza desconocida
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"He comprendido que esto es verdad y que no hay otra verdad. Usted sabe que desde hace mucho tiempo veo que todos nosotros, sin excepción, somos como náufragos, perdidos en una isla desierta, pero sin darnos cuenta de ello todavía. Pero los que están aquí si lo saben. Los otros, allí en la vida, piensan todavía que un navío llegará mañana para recogerlos, y que todo volverá a ser como en los viejos tiempos. Pero los que están aquí saben que ya nunca volverán los viejos tiempos. Me siento feliz de poder estar aquí."

Poco después de mi regreso a Londres, me enteré de su muerte. G. había sido muy bueno con ella. La había autorizado a quedarse, aunque era claro que no podía vivir, y naturalmente, por eso recibió con intereses, su plena paga de mentiras y calumnias.

Durante el año 1923 viajé a menudo a Fontainebleau. Poco después de su apertura, el Instituto había atraído la atención de los periodistas, y por un mes o dos, la prensa francesa e inglesa se ocupó mucho de él. G. y sus alumnos eran llamados los "filósofos del bosque", fueron entrevistados, sus fotografías publicadas, etc.

En esta época, es decir a partir de 1922, G. parecía preocupado sobre todo por desarrollar ciertos métodos para el estudio del ritmo y de la plástica. No dejó nunca de trabajar en su ballet, introduciendo en él danzas de derviches, de sufís y aires que había oído hacía mucho tiempo en Asia. En gran parte todo esto era nuevo y lleno de interés. Era la primera vez, sin duda alguna, que se presentaban en Europa las danzas y la música de los derviches. Y este espectáculo produjo una impresión muy grande sobre todos los que pudieron asistir.

En el Prieuré se seguían igualmente con mucha intensidad ejercicios mentales para el desarrollo de la memoria, de la atención y de la imaginación, relacionados al estudio de la "imitación de los fenómenos psíquicos". En fin, para cada uno había toda una serie de trabajos obligatorios en la casa, bajo la forma de quehaceres que demandaban esfuerzos muy grandes, por la rapidez exigida en el trabajo y diversas otras condiciones.

Entre las conversaciones de este período he retenido sobre todo la que G. consagró a los métodos de respiración, y aunque haya pasado inadvertido entre todo lo que se hacía entonces, mostraba la posibilidad de ver la cuestión bajo un punto de vista totalmente nuevo.

—La meta, decía G., es el dominio del organismo y la sujeción de sus funciones conscientes e inconscientes a la voluntad. Los ejercicios que llevan a esto en línea directa comienzan por la respiración. Sin el dominio de la respiración, nada se puede dominar. Sin embargo, esto no es tarea fácil.

"Deben comprender que hay tres clases de respiración. Una es normal. La segunda artificial. La tercera es la respiración ayudada por movimientos. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que la respiración normal se hace inconscientemente; se efectúa bajo el control del centro motor. En cuanto a la respiración artificial, ¿en qué consiste? Si por ejemplo un hombre se dice que contará diez al aspirar y diez al espirar, o que inspirará por la ventana derecha de la nariz y espirará por la izquierda —su respiración se efectúa bajo control del aparato formatorio. Y es diferente en sí misma porque el centro motor y el aparato formatorio actúan a través de diferentes grupos de músculos. El grupo de músculos a través del cual actúa el centro motor no es accesible, ni está subordinado al aparato formatorio. En el caso de una detención momentánea del centro motor, el aparato formatorio puede influir sin embargo sobre un grupo de músculos, con cuya ayuda puede desencadenar el mecanismo de la respiración. Pero, claro está, su trabajo no igualará al del centro motor, y no puede durar largo rato. Ustedes han leído los manuales de «respiración yogui», también han leído o tal vez han oído hablar de los métodos especiales de respiración en uso en los monasterios ortodoxos donde se practica la «oración mental». Siempre es la misma cosa. La respiración que se efectúa a partir del aparato formatorio no es normal, es artificial. La idea es la siguiente: si un hombre, en frecuentes repeticiones, prosigue esta clase de respiración durante un tiempo suficientemente largo bajo el control de su aparato formatorio, el centro motor, que durante este tiempo permanece ocioso, puede cansarse de no hacer nada y comenzar entonces a trabajar «imitando» al aparato formatorio. Y en efecto, así ocurre a veces. Pero para que esto se produzca deben reunirse numerosas condiciones: ayunos y oraciones, vigilias agotadoras y toda clase de tareas extenuantes para el cuerpo. Nada de esto es posible si se trata al cuerpo con consideración. ¿Creen tal vez que no hay ejercicios físicos en los monasterios ortodoxos? Traten entonces de hacer cien prosternaciones según todas las reglas. Quedarán con los riñones más doloridos que después de cualquier gimnasia.

"Todo esto no tiene sino una sola meta: que los músculos convenientes se hagan cargo de la respiración, haciéndola pasar al centro motor. Y como ya lo he dicho, esto es a veces posible. Pero siempre hay el riesgo de que el centro motor pierda el hábito de trabajar correctamente, y puesto que el aparato formatorio necesita detenerse a veces, por ejemplo durante el sueño, y el centro motor no lo desea, la máquina puede entonces encontrarse en una situación lamentable. Hasta se puede morir por una detención de la respiración. El desarreglo de las funciones de la máquina debido a los ejercicios respiratorios, es casi inevitable para aquellos que tratan de ejercitarse solos, a través de libros, sin estar dirigidos convenientemente. Muchas personas que me habían venido a ver en anteriores ocasiones en Moscú, tenían completamente descompuestas sus máquinas por ejercicios de la así llamada respiración «yogui», aprendidos en libros. Los libros que recomiendan tales ejercicios son muy peligrosos.

"Los aficionados nunca podrán hacer pasar el control de la respiración del aparato formatorio al centro motor. Para que se pueda efectuar esta transferencia se debe conducir el funcionamiento del organismo al más alto grado de intensidad, pero un hombre nunca puede llegar a esto por sí solo.

"Sin embargo, como acabo de decir, hay una tercera clase de respiración —la respiración por los movimientos. Pero ésta necesita un conocimiento muy grande de la máquina humana, y este método no se puede seguir sino en las escuelas dirigidas por maestros muy sabios. En comparación, todos los otros métodos son cosas de aficionados, en los cuales uno no puede confiar.

"La idea esencial es que ciertos movimientos, ciertas posturas, pueden provocar a voluntad cualquier clase de respiración, conservando siempre en esta respiración un carácter
normal,
sin nada artificial. Aquí la dificultad está en saber qué movimientos y qué posturas provocarán cierta clase de respiración,
y en qué clase de hombres.
Este último punto es particularmente importante, porque desde este punto de vista los hombres se dividen en cierto número de tipos, y para llegar a la misma respiración cada tipo tiene sus propios movimientos definidos; por el contrario, los mismos movimientos acarrean diferentes respiraciones según los tipos. Un hombre que sepa qué movimiento provocará en él tal o cual clase de respiración, es ya capaz de controlar su organismo, y puede a su antojo, en cualquier momento, poner en movimiento tal o cual centro, o por el contrario, detener tal o cual función. Claro está que el conocimiento de estos movimientos y la capacidad de controlarlos tienen sus grados, como todas las cosas en este mundo. La ciencia de los hombres difiere no menos que el uso que hace de ella. Mientras tanto, lo que importa es comprender el principio.

"La comprensión de este principio es indispensable, sobre todo para el estudio de la división de los centros. Ya hemos hablado de esto más de una vez. Recuerden: cada centro está dividido en tres partes, según la división inicial de los centros en «intelectual», «emocional» y «motor». Sobre la misma base, cada una de estas tres partes está a su vez dividida en tres. Además, cada centro está dividido desde su formación, en dos sectores: positivo y negativo. Y en todas las partes de los centros, hay grupos de «rollos» asociados unos con otros, según las diversas orientaciones. Esto es lo que explica las diferencias entre los hombres —lo que llaman la «individualidad». Naturalmente no hay rastros de verdadera individualidad en todo esto, sino solamente diferencias de «rollos» y de «asociaciones»."

La conversación se había llevado a cabo en el gran pabellón del jardín que G. había decorado a la manera de un
tekkeh
derviche.

Habiéndonos explicado el significado de las diversas clases de respiración, G. comenzó a dividir a los alumnos presentes en tres grupos, según su tipo. Eran alrededor de cuarenta. La idea de G. era mostrar cómo los mismos movimientos según el tipo, provocan diferentes "momentos de respiración", por ejemplo, inspiración en unos, espiración en otros; y cómo diferentes movimientos y posturas pueden determinar un solo y mismo período de respiración: inspiración, retención del aliento, y espiración.

Pero esta experiencia se detuvo allí. Y G., por lo que sé, no la repitió jamás.

En esa época, G. me invitó varias veces a que fuera a vivir en el Prieuré. Esto me tentaba. Pero a despecho de todo mi interés, no llegaba a encontrar cuál sería mi lugar en su trabajo, y no comprendía su orientación. Al mismo tiempo, no dejaba de ver, como ya lo había visto en Essentuki en 1918, que había muchos elementos destructores en la organización de la misma obra, y que debía disgregarse.

En diciembre de 1923, G. organizó demostraciones de danzas de derviches, de movimientos rítmicos y de ejercicios variados, en el Teatro de Champs-Elysées.

Poco después, en los primeros días de 1924, G. partió para América con un número importante de sus alumnos, con la intención de organizar allí conferencias y demostraciones.

Estaba yo en el Prieuré el día de su partida. Y esta partida me recordó mucho la de Essentuki en 1918, y todo cuanto se relacionaba con ella.

A mi regreso a Londres, anuncié a quienes venían a mis conferencias que mi trabajo se desenvolvería en el porvenir de una manera por completo independiente,
como lo había empezado en Londres en 1921.

PIOTR DEMIANOVICH OUSPENSKY (Moscú, 1878 - Surrey, Inglaterra, 1947) fue el filósofo e investigador ruso que acogió la geometría euclidiana y no euclidiana en sus numerosos libros sobre la psicología y las dimensiones más elevadas de la existencia. Ouspensky estudió el sistema del maestro griego-armenio G. I. Gurdjieff directamente bajo sus supervisión desde 1915 hasta 1924, y sobre esta base preparó no sólo las conferencias que se recogen en este libro, sino también el más completo y preciso tratado acerca de las enseñanzas de Gurdjieff, publicado bajo el nombre de Fragmentos de una enseñanza desconocida.

En 1908 viajó por Turquía, Grecia y Egipto, y cuando regresó a Rusia abandonó Moscú para establecerse en San Petersburgo, donde comenzó a dar conferencias públicas sobre sus viajes y su continua búsqueda de lo milagroso. Fue seguramente el más emblemático alumno de Gurdjíeff, al cual conoció en Moscú, en la primavera de 1915. Sin embargo, a partir de 1918, la relación entre ambos fue menos intensa.

En 1920, debido a la Revolución rusa se vio obligado a refugiarse en Constantinopla, lugar en el que se reencontró con Gurdjíeff y organizó un grupo de estudios. Posteriormente se radicó en Inglaterra, donde escribió sus trabajos más importantes e intervino en la creación del Instituto Gurdjíeff. En 1924 tornó a trabajar independientemente de Gurdjíeff, coincidiendo con la partida de éste hacia América. La última vez que se vieron fue en París en 1930. Durante la Segunda Guerra Mundial se trasladó a EE.UU. En 1947 regresó a Inglaterra, falleciendo allí, en Surrey, el 2 de octubre de ese año. Existen testimonios de que entre los más asiduos asistentes a sus conferencias se hallaban figuras de la talla de Aldous Huxley, T. S. Eliot, Gerald Heard, Maurice Nicoll y otros escritores, periodistas y científicos famosos.

G. I. GURDJIEFF, nació en Alexandropol, 14 de enero de 1872, fue un maestro místico, filósofo, escritor y compositor armenio, quien se autodenominaba "un simple Maestro de Danzas".

Nacido a finales del siglo XIX en la Armenia rusa, su principal obra fue dar a conocer y transmitir las enseñanzas del Cuarto Camino en el mundo occidental. Una personalidad misteriosa y carismática, con un agudo sentido crítico, y una elevada cultura tradicional, acaparó la atención de muchos, guiándolos hacia una posible evolución espiritual y humanitaria. Falleció el 29 de octubre de 1949 en Fontainebleau, Francia.

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