D
urante los últimos diez años de su vida, a partir aproximadamente de 1782, Wolfgang Amadeus Mozart se interesó profundamente por los estilos de composición del contrapunto de Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Haendel. Se dedicó a estudiar los manuscritos de
El clave bien temperado
y
El arte de la fuga
, de Bach, obras didácticas pensadas para investigar sobre las posibilidades de los instrumentos y las formas musicales.
Con las técnicas de composición de Bach aún resonando en sus oídos, Mozart empezó a componer su
Réquiem
(1791), un tipo de misa que se celebra en los funerales. Su coro de apertura, así como las corales completas de
Lacrimosa
y
Confutatis
, contienen pasajes oscuros y de un gran poder que se mezclan con arreglos con leves toques de fuga que nos hacen pensar sin dudarlo en Bach. La compleja estructura del
Réquiem
demuestra hasta qué punto Mozart se implicó emocionalmente en esta pieza, y sugiere que exploró el lado más oscuro de su propia naturaleza para producirla. Las circunstancias en las que se creó fueron todo lo macabras que cabría esperar.
Mozart recibió el encargo de escribir esta pieza de un extraño con atuendo gris que se presentó en su casa de Viena en julio de 1791. Tras la muerte del compositor se descubrió que el extraño en cuestión era un músico
amateur
llamado Franz von Walsegg, que quería que Mozart compusiese la obra de manera que luego él pudiese firmarla y hacerla pasar como propia. Ajeno a este fraude, Mozart dijo en sus cartas que se sentía hechizado por este patrón misterioso, e invirtió mucho más tiempo del habitual en el
Réquiem
. Para empezar, su estado de salud ya estaba muy debilitado, probablemente debido a sus malos hábitos alimenticios y al estilo de vida desenfrenado que llevaba. Después de un viaje a Praga para dirigir el estreno de su última ópera,
La clemencia de Tito
, Mozart falleció tras su último día de trabajo en el
Réquiem
, una pieza que sería, finalmente, su propia misa funeraria.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1.
Un pupilo de Mozart llamado Franz Süssmayr juró que finalizaría el
Réquiem,
y lo hizo a partir de los fragmentos de partituras que Mozart había escrito al inicio de la sección final de
Lacrimosa.
2.
En la película de Peter Shaffer sobre la vida de Mozart,
Amadeus,
el compañero del músico, Antonio Salieri, un compositor italiano que estaba constantemente compitiendo con él para lograr contratos, aparece como el extraño enmascarado que encargó a Mozart la pieza. Es un recurso dramático brillante, pero se trata de ficción histórica.
3.
El 4 de diciembre de 1791, la noche anterior a la muerte de Mozart, el compositor hizo llamar a unos cantantes amigos suyos para que ensayaran algunas secciones del
Réquiem
al pie de su cama.
Sábado, día 6
SEMANA 21
FILOSOFÍA
D
esde Aristóteles, todos los filósofos han intentado comprender la naturaleza del tiempo. Tras la publicación del trabajo sobre este tema de Isaac Newton (1642-1727) son muchos los que creen que el tiempo está compuesto de muchas partes. En otras palabras, hay «tiempos» individuales. Para estos filósofos decir que un acontecimiento ha tenido lugar en un momento determinado es lo mismo que decir que ese acontecimiento ha llenado esa parte o unidad de tiempo.
Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) no estaba de acuerdo con las conclusiones de Newton. Para Leibniz, había acontecimientos que tenían lugar antes, después o de forma simultánea los unos respecto de los otros. El tiempo no es más que el medio que utilizamos para organizar estas relaciones en nuestras mentes. No es algo adicional ni distinto de las cosas que entran en estas relaciones.
Al contrario que Leibniz, el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804) defendía que el tiempo no es ni algo que existe por sí mismo ni un orden en las relaciones entre las cosas que existen por sí mismas. Kant insistía en que el tiempo no es más que el medio que utilizan nuestras mentes para organizar las experiencias que vivimos. Para Kant, aquellas cosas que existen por sí mismas, fuera de nuestra mente y de forma» independiente de nosotros, no pueden estar en el tiempo.
Otro ámbito de la investigación filosófica es cómo experimentan los seres humanos el tiempo. Como dice la expresión, «el tiempo fluye». ¿Pero realmente lo hace? Cuando afirmamos «ahora es el presente», independientemente del momento en el que lo digamos es cierto. En otras palabras, el presente es simplemente
cuando
estamos. Algunos filósofos creen en esta teoría porque defienden que tanto usted como yo somos especiales: vivimos en el presente. Según estos filósofos el tiempo sí fluye: primero es pasado, luego es presente y finalmente es futuro.
Otros filósofos defienden que el «ahora» es como el «aquí»; «aquí» no se refiere a ningún sitio en particular, simplemente es el lugar en el que resultas estar cuando lo dices. Estos filósofos creen que ni usted ni yo somos especiales. El tiempo no fluye. Simplemente está compuesto de varias partes, al igual que el espacio. Vivimos en una parte del tiempo que para nosotros es el presente, del mismo modo que nuestra ubicación física es nuestro «aquí».
OTROS DATOS DE INTERÉS
1.
Hay filósofos que creen que todos los tiempos, el pasado, el presente y el futuro, existen de forma simultánea. Según ellos, hay dinosaurios, hombres de las cavernas y pájaros dodos, sólo que simplemente no están donde nosotros existimos.
Domingo, día 7
SEMANA 21
RELIGIÓN
A
proximadamente en el año 30 d. C., Jesús de Nazaret estaba furioso porque consideraba que la impureza se había apoderado de la religión judía oficial. En el Templo de Jerusalén, mercaderes y cambistas habían colocado sus puestos en lo que se suponía que era el lugar más sagrado del mundo. Acompañado de sus seguidores, Jesús se dirigió al templo en el día de la Pascua judía y comenzó a volcar mesas y a causar un verdadero alboroto.
Como respuesta, Caifás, el alto sacerdote del sanedrín (la corte suprema judía), lo detuvo bajo los cargos de blasfemia. Se cree que Caifás consiguió arrestar a Jesús porque uno de sus apóstoles lo traicionó y lo identificó, en concreto Judas Iscariote. Cuando Jesús se negó a cooperar, el sanedrín lo llevó ante el prefecto romano, Poncio Pilatos.
Poncio Pilatos condenó a Jesucristo a morir crucificado. La razón por la que recibió un castigo tan duro ha sido motivo de muchos debates. La teoría que goza de una mayor aceptación es que Pilatos tomó esta decisión o bien por miedo a que Jesús pudiese fomentar una rebelión política o simplemente por brutalidad.
Independientemente de cómo se tomara la decisión, Pilatos dio la orden de ejecutar a Jesús denominándolo «rey de los judíos». Jesús fue obligado a llevar su cruz (que probablemente pesaba más de 45 kilos) durante el camino desde la prisión hasta el Calvario, el lugar de la ejecución. Aunque a menudo se representa a Jesús llevando toda la cruz, lo más probable es que portara únicamente el travesano horizontal, mientras que el vertical estaba siempre fijo al suelo en el lugar de las ejecuciones. El Calvario estaba situado en algún punto a las afueras de Jerusalén y probablemente se trataba de un cementerio que utilizaban los romanos para enterrar rápidamente a sus víctimas.
Mientras Jesús estaba clavado en la cruz, José de Arimatea se acercó a él y, utilizando el mismo cáliz del que Cristo bebió durante la última cena, recogió algunas gotas de su sangre. Este cáliz se conoce como el santo grial. Tras la muerte de Jesús, José recogió su cuerpo y lo enterró en su propia tumba.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1.
En los años posteriores a la crucifixión, Poncio Pilatos fue destituido de su cargo debido a su excesiva brutalidad.
2.
La Iglesia católica no condenó oficialmente la idea de que los judíos asesinaron a Jesús hasta el Concilio Vaticano 11, en 1965.
3.
A pesar de que hay quienes defienden que durante el Imperio romano se crucificaron a miles de personas, sólo se han descubierto los restos de un cuerpo con signos de haber sufrido este tormento. A la mayoría de las víctimas simplemente se las dejaba en la cruz hasta que se descomponían.
Lunes, día 1
SEMANA 22
HISTORIA
E
l zar Pedro el Grande (1672-1725) gobernó Rusia de 1682 a 1725, convirtiendo la nación en la mayor potencia mundial durante esos 43 años de reinado. Gobernó como monarca absoluto, siguiendo el modelo del rey francés Luis XIV. Incluso construyó un extraordinario palacio en su capital, San Petersburgo, con la intención de superar al de Versalles.
Antes de la llegada de Pedro al trono, Rusia no era ni europea ni asiática. Los rusos eran cristianos. Este país de crecimiento descontrolado, más grande que toda Europa junta, tenía frontera con los antiguos imperios asiáticos de China y Persia. La mayor parte del territorio ruso había estado bajo el poder del antiguo Imperio mongol.
Pedro llevó a Rusia hacia el ámbito europeo. Trasladó la capital de Moscú a San Petersburgo, una ciudad que fundó en el mar Báltico. Buscó estrechar lazos con los países europeos, adoptó costumbres europeas en la vestimenta y fue el primer líder ruso que visitó Occidente. Pedro reorganizó el ejército y el gobierno rusos y los adaptó a los estándares europeos.