Daaalí (6 page)

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Authors: Albert Boadella

Tags: #Teatro

BOOK: Daaalí
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(GALA se ciñe la capa. DALÍ coge a GALA por las caderas y acerca la oreja al culo. GALA se agacha. Se oye la obertura de la ópera «Tannhaüser» de Wagner).

DALÍ—
¡Eureka!.. ¡Gala!.. ¡Eres tú!..
(GALA camina por el piano agachándose a cada impulso musical.)
No eres el producto de mi especie de locura a lo Calderón de la Barca. Gala, dame una prueba de tu amor. ¡ Escúpeme!
(GALA lo hace.)
¡Ah!.. Esto es lava que purifica mi cuerpo mediocre y putrefacto.
(GALA ha bajado del piano y se dirige a la derecha para irse.)
Gala... Gala, Gala, Gala... les espardenyes, les espardenyes.

(DALÍ encima del piano levanta la pierna derecha. Se inmoviliza. GALA le ata la alpargata. Por la izquierda entra DALÍ NIÑO.)

DALÍ NIÑO—
(A GALA, levantando la pierna izquierda.)
Mare, corda-me-la.

(GALA va hacia DALÍ NIÑO y le ata el zapato amorosamente. Le acaricia la cabeza. DALÍ NIÑO le da un beso rápido en los labios. Se miran. Una mirada cómplice. DALÍ NIÑO se marcha corriendo por la izquierda. GALA vuelve hacia DALÍ y acaba de abrocharle la alpargata. Se sitúa enfrente. El panecillo de Viena de la tela negra se va difuminando lentamente hasta desaparecer.)

DALÍ— Meri, Gala. Sin ti viviría en una barraca y estaría cubierto de piojos y sería uno más de los cinco mil millones de esclavos que habitan el planeta. Tú eres el equilibrio clásico de mi vida150.

(Por la izquierda entra el FOTÓGRAFO.)

FOTÓGRAFO—
¡Marqués!

(El «PAPARAZZI» hace una fotografía. Flash. Por la tela negra se reproduce el flash e inmediatamente después puede observarse una fotografía de DALÍ y GALA auténticos.)

FOTÓGRAFO—
(Marchándose por la izquierda.)
Merci.

(La fotografía se difumina hasta desaparecer. Al mismo tiempo, la música deja de oírse.)

DALÍ—
Siempre... siempre mi verdadera recompensa.
(Impulsivamente DALÍ coge por el cuello a GALA, ahogándola.)
¡Gala! ¡Enséñame tu preciosa lengua, que es como si Dalí volviera a nacer de las entrañas de su madre!
(GALA, sin respiración, va sacando la lengua.)
Allez, allez, sortez, sortez mon petit Dalí, sortez sans traumatisme...
(Enloquecido, simula coger la lengua con dos dedos y deja a GALA, que cae al suelo.)
... sans traumatisme whith any kline of traumatisme, I believe on papillon. ¡Gala, dame música!

GALA—
(Aún en el suelo.)
Oui, oui mon petit cochon...

DALÍ—
Oui, oui et oui je suis un cochon, ¡plus ultra!
(GALA se levanta y se ajusta la capa. Se marcha por la derecha agachándose para soltar ventosidades musicales. Suena el tema «Canzona. Music for the funeral of queen Mary» de Henry Purcell).

DALÍ—
(Detrás de GALA.)
Give me music, Gala! One more time, please!..

(Mientras GALA se va marchando, por la izquierda entra un nuevo personaje. Silba fuerte para llamar la atención. Lleva una nariz roja de payaso y gafas de leer. Va vestido con unos pantalones azules que le llegan a la pantorrilla, una chaqueta muy ancha a cuadros blancos y negros cerrada con un gran botón rojo, calcetines gruesos rojos, unos zapatos enormes y un sombrero estilo Napoleón que lleva grabada la inicial de su nombre: una K de Kandinsky. Es el pintor ruso vestido de payaso. Lleva en sus manos una gran madera con un papel sujetado con unas pinzas.)

DALÍ—
(Dirigiéndose hacia KANDINSKY y moviendo rápidamente las manos como si quisiera borrar la visión que ha estado viviendo hasta ahora y volver a empezar una nueva.)
... More, more music, Gala! More, music, Gala!

(GALA se ha ido por la derecha. La ENFERMERA se halla al lado del teclado del piano. DALÍ ha llegado al lado de KANDINSKY. Cruza los brazos y se acerca las muñecas al cuello. Se mantiene inmóvil y abstraído. La música deja de oírse. DALÍ ha provocado otra situación.)

Cuadro 13

Una master class

KANDINSKY—
(A DALÍ.)
¡Ya estoy aquí!
(No hay respuesta.)
¿No me conoce?.. ¡Ah!, ¿no me reconoce? Oiga, pero si y o salgo en todos los libros de arte y estoy en todos los museos. ¡Pero míreme bien, hombre, míreme bien! ¡Que no ve que soy el gran pintor ruso Ka...

DALÍ—
Ka.

KANDINSKY—
Ka.

DALÍ—
Ka.

KANDINSKY—
Ka.

DALÍ—
Ca-ca.

KANDINSKY—
¡No, no, no, no, no! Kaka, no, ¿eh? ¡Kan-dins-ky!

(DALÍ se mete las manos en el bolsillo de la túnica y saca un papel.)

DALÍ—
Ka-Ka-Ka... andinsky.

KANDINSKY—
Sí.

DALÍ—
Es una quimera.

KANDINSKY—
Y ¿por qué?

DALÍ—
Porque, naturalmente, no podrá existir nunca un pintor ruso.

KANDINSKY—
¡Uy, uy, uy, uy, uy!

DALÍ—
¡Eh! No se queje, no se queje, porque siempre hay alguien peor. En este caso concreto me refiero al mamarracho de Mondrian.

(Por la derecha entra el pintor MONDRIAN. También lleva una nariz roja de payaso y unas gafas. Viste pantalón rojo muy ancho y una bata de colegio con un gran cuello blanco donde lleva atado un lazo. Lleva puesta una gran boina estilo pintor parisino. Tiene las dos cejas maquilladas como un payaso sabio. Como KANDINSKY, también va provisto de una madera con un papel blanco sujetado con unas pinzas.)

MONDRIAN—
¡Piet!

DALÍ—
¡Niet!

MONDRIAN—
¡Piet!

DALÍ—
¡Niet!

MONDRIAN—
¡Piet!

DALÍ—
¡Niet!

MONDRIAN—
¡Piet Mondrian!

DALÍ—
¡Pet Mondrian!... ¡A la fila!

KANDINSKY—
(A MONDRIAN.)
Sí, ponte detrás, guapo.

(MONDRIAN no se coloca detrás de KANDINSKY sino delante. Por la derecha entra TAPIOLES con una nariz roja de payaso y unas grandes gafas de pasta negra. Viste con un ceñido vestido rojo que le llega hasta los tobillos. De un imperdible le cuelga una medalla, que no es más que la tapa de una lata de conservas. Lleva unos calcetines con los colores del Barca que le sirven de zapatos. También, como los otros, lleva una madera con un papel blanco con unas pinzas. Anda y se tropieza. Está a punto de caerse.)

DALÍ—
Nunca en mi vida había visto a un prototipo de payaso más malo que usted.

TAPIOLES—
(Presentándose.)
Tapioles. Antonio Tapioles...

DALÍ—
(Consultando el papel.)
Es tan insignificante, que ni tan siquiera aparece en la lista.

TAPIOLES—
Es que estoy matriculado a distancia.

DALÍ—
¡Mucho mejor! ¡Perfecto! ¡Cuánta más distancia, años luz, entre usted y yo, pues mucho mejor! ¡A la fila!

KANDINSKY—
(A MONDRIAN porque no quiere que sea el primero de la fila.)
Ponte detrás.

MONDRIAN—
No.

TAPIOLES—
(Que piensa que se lo dice a él.)
No, aquí me gusta más.

(Se coloca en la fila de pintores por delante de KANDINSKY y detrás de MONDRIAN.)

DALÍ—
Vamos a ver...
(Pasa lista.)
¡Paul Klee!

KANDINSKY—
Tiene paperas.

DALÍ—
¡Matisse!

MONDRIAN—
¡Está en el lavabo!

DALÍ—
¡Rothko!

TAPIOLES—
Se ha quedado en blanco.

DALÍ—
¡Henry Moore!

KANDINSKY—
Se le ha caído una piedra en la cabeza y está en la mutua.

DALÍ—
¡Alexandre Calder!

MONDRIAN—
Se ha desequilibrado y está con el psicólogo.

DALÍ— ¡
Vasarely!

TAPIOLES—
Se ha pinchado un ojo con el compás y se lo han llevado a la enfermería, al pobre.

DALÍ—
¡Chillida!

KANDINSKY—
Ete etá en el zulo.

DALÍ—
¡Kokoschka!

MONDRIAN—
Está en el pil-pil.

DALÍ—
¡Jackson Pollock!

MONDRIAN—
Tiene piojos.

POLLOCK—
(Entrando por el fondo de la derecha.)
¡No, no, no, no! Ya estoy curado. Mire, ¡me han pelado!

(POLLOCK lleva una nariz de payaso roja. Va vestido con un pantalón ancho de cuadros vivos, sujetados con unos tirantes. Viste una levita y una corbata ancha sobre el cuerpo desnudo. Lleva un sombrero de fieltro negro con cinta blanca. También porta una madera con un papel blanco sujeto con pinzas.)

DALÍ—
Pues póngase a la fila piojo con patas.
(POLLOCK corre nervioso hacia la fila y se sitúa detrás de KANDINSKY.)

DALÍ—
Queridos desastres, queridos desastres, como hoy estoy de muy buen humor, de muy buen humor, les he reunido aquí para impartirles una lección magistral, que será corta pero comprimida. Para ello, naturalmente, van a permitirme que me ponga mi uniforme de comandante invicto del ejército de las artes.

(Por la derecha ha entrado GALA. Va vestida ahora con una gran capa amarilla de terciopelo. Lleva un traje de payaso sabio de color azul con lentejuelas.)

TODOS—
¡Bueno!

(Ayudado por GALA, DALÍ se pone el traje de payaso sabio por encima de la túnica blanca.)

DALÍ—
Bueno, pues, como ustedes saben yo me llamo, yo me llamo... ¿Cómo me llamo? ¿Cómo me llamo? Yo ya sé cómo me llamo, pero ahora voy a reflexionar un poco porque soy un poco teatral. ¿Cómo me llamo? ¿Cómo me llamo? ¡Cómo me llamo!

TODOS—
¡Salvador!

DALÍ—
¿Cómo?

TODOS—
¡Salvador!

DALÍ—
¡Salvador! ¡Perfecto! Y tal y como indica mi nombre, he nacido para salvar a la pintura moderna y al arte contemporáneo de la pereza y del caos.

(Los cuatro pintores dejan caer las maderas al suelo. Ríen de lo que han oído. Mientras, se van dando golpecitos de amigos, pero los golpes acaban convirtiéndose en una pelea de empujones. DALÍ, vestido de payaso sabio, toca una campanilla. La pelea se detiene. Escuchan al maestro. GALA va a buscar el bastón inglés de DALÍ detrás del piano.)

DALÍ—
La primera lección consistirá en copiar, escrupulosamente, aquello que tengan ante sus ojos, que en esta ocasión tienen el honor de que sea mi esposa Gala.

(GALA da el bastón inglés a DALÍ.)

MONDRIAN—
(Impertinente.)
Maestro, ¿copiar o pintar?

TODOS—
(Aprobando a MONDRIAN.)
¡Bien!

(GALA se dirige al ángulo derecho del fondo del piano. Se sienta de espaldas.)

DALÍ—
Voy a responder de una manera magistral, sin embargo lapidaria. O sea, cuando Dalí hace una copia, sale un Dalí. Cuando la hace un tonto como usted, sale una tontería y... acabará suicidándose por el bien de la humanidad y de sus papás.

(MONDRIAN se avergüenza.)

TODOS—
(Aprobando a DALÍ y traicionando a MONDRIAN.)
¡Bien!

DALÍ—
¡Gala!

(GALA, sentada, se quita la capa y deja ver su torso desnudo. Todos los pintores, excepto TAPIOLES, se excitan. Corren hacia GALA. La corbata de POLLOCK se levanta como si estuviese en erección.)

POLLOCK—
¡Hala!

KANDINSKY—
¡Hostia!.. ¡Hostia, pero si está desnuda!

POLLOCK—
¡Eh, Tapiolas!, ¿no te excita la chavala?

MONDRIAN—
(Esperando respuesta.)
¿Eh?

TAPIOLES—
¡Soy omnipotente!

TODOS—
(Sorprendidos.)
¿Eh?

TAPIOLES—
Pictóricamente.

TODOS—
(Reconfortados.)
¡Ah!

(Sin que los pintores se den cuenta, GALA se cubre el cuerpo con la capa.)

POLLOCK—
(Percatándose de que GALA tiene nuevamente la capa puesta.)
Qué, qué, qué... ¿qué ha pasado?

KANDINSKY—
¡Coño, claro! Que se ha acabado el tiempo de peep-show. ¡Que hay que echar más monedas!

POLLOCK—
¿Y dónde está la ranura de la cabina?

KANDINSKY—
¡Y yo qué sé dónde está la ranura! ¡Pero hay que buscar la ranura!

(Todos la buscan por donde menos se espera.)

POLLOCK—
¡Hay que buscar la ranura! ¡Hay que buscar la ranura!

KANDINSKY—
¿Ranura, dónde estás?

POLLOCK—
¡Hay que buscar la ranura!

MONDRIAN—
¡Hay que buscar la ranura!

KANDINSKY—
¿Ranura?

POLLOCK—
¡Hay que buscar la ranura!

TAPIOLES—
Aquí.
(Doblándose el vestido y haciendo un bolsillo improvisado.)
Aquí está la ranura. ¡Aquí está la ranura!

KANDINSKY—
(A MONDRIAN.)
¿Tienes una moneda?

MONDRIAN—
(Metiendo una moneda en el falso bolsillo de TAPIOLES.)
¡Toma!

(Todos miran hacia GALA para ver si se ha quitado la capa roja. No es así.)

TAPIOLES—
¡Más! ¡Más monedas, más!

KANDINSKY—
¿Más monedas?

POLLOCK—
Mira, yo tengo una aquí. Mira.

(POLLOCK mete la moneda en el bolsillo de TAPIOLES. Comprueban. Ningún cambio en GALA.)

TAPIOLES—
¡Otra, otra!

KANDINSKY—
Espera, espera que yo tengo una grandota, grandota, dentro de este bolsillo. Mira, mira, mira. Toma.

(KANDINSKY mete la moneda en el falso bolsillo. GALA continúa con la capa puesta.)

TAPIOLES—
¡Más!

KANDINSKY—
(Desconfiado.)
¿Otra? ¿Hay que echar más monedas?

(TAPIOLES lo aprueba diciendo que sí con la cabeza.)

MONDRIAN—
¡No! ¡No funciona! ¡Hay que cambiar de Sex-Shop!

KANDINSKY—
¡Espera, a ver si encuentro...!

POLLOCK—
Yo tengo una, aquí, muuy pequeña...

(KANDINSKY y POLLOCK buscan en los bolsillos de sus pantalones. Mientras TAPIOLES, disimuladamente, se va marchando de espaldas sin que nadie se dé cuenta. Cuando KANDINSKY y POLLOCK han encontrado la moneda y la quieren meter en el bolsillo de TAPIOLES, se dan cuenta de que éste se dirige de puntillas hacia la salida de la izquierda.)

KANDINSKY—
¡Caramba, tú, el Tapiolas se las queda todas!

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