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Authors: Jens Lapidus

Dinero fácil (11 page)

BOOK: Dinero fácil
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Ella fue directa al grano:

—Nippe dice que tienes coca. ¿No vamos a poder probar un poquito?

En su interior le dio las gracias a Nippe. Esto era la apertura. Juega tus cartas bien ahora, no montes un número por esto.

Dijo:

—Claro, me queda un poco. Tráete a tu amiga Anna y nos vamos a Humlan un rato.

Se volvieron a coger de la mano, se apretujaron entre la muchedumbre. Pasaron el grupo de píjos, las tías con silicona, los tipos de la mafia yugoslava y los tíos de la Bolsa.

La música eurodisco seguía retumbando.

Se dirigieron hacia la salida. Estaba lleno de gente junto a las taquillas de la entrada. Jet-set Carl estaba en su sitio y supervisaba el movimiento por la taquilla. Pero su auténtico cometido, más importante, era abrazar, sonreír, presentar, charlar, reír, coquetear. Jet-set Carl controlaba. Jet-set Carl tenía estilo. El dinero entraba a espuertas. JW tomó nota mentalmente: es un buen contacto para el futuro.

JW se acercó. Se colocó con Sophie y su amiga Anna, cada una a un lado, y le ofreció la mano. Jet-set Carl levantó las cejas.

—Y tú eres...

JW preparado. Contestó:

—El amigo de Nippe Creutz, ya sabes.

JW vio en sus ojos que le reconocía. Pero quizá no era de verdad. Una de las más importantes habilidades de Jet-set Carl era hacer que la gente se sintiera bienvenida y recibida de manera agradable pese a que él no les recordara o no tuviera ni remota idea de quienes eran. Algunos lo llamaban falsedad. JW lo llamaba mentalidad para los negocios.

J W soltó algunas frases cortas preparadas con rapidez. Fueron respondidas con carcajadas. Carl se fijó en las chicas que flanqueaban a JW; había hecho lo correcto. Explicó que sólo iban a dar una vuelta pero que pensaban volver a entrar pronto. Carl asintió. JW hizo algunas bromas más. Conectaron, buen rollo. Jet-set Carl parecía contento.

JW se dijo a sí mismo: Lo has hecho muy bien, JW.

Salieron. Eran las dos. La cola era gigantesca, histérica, caótica. Avisó a un portero de que volverían enseguida. Humlan se abría ante ellos, aún verde oscuro pese a que ya empezaba a amanecer. El ruido de la cola se oía a lo lejos. Las chicas iban a tope. Se sentaron en un banco. Hicieron bromitas tontas. El aire era fresco, el sudor se secó. JW seguía parloteando, soltaba un cumplido tras otro, forzó la maquinaria de encantador al máximo. Se mostraba cercano, de su lado.

—Vaya, qué guapas estáis esta noche. ¿Habéis echado el ojo a algún chico guapo? Nippe está muy bien, ¿no? Puedo encargarme de colocártelo, Sophie.

Etcétera, etcétera. Sophie estaba brutalmente guapa. JW le tenía muchas ganas.

Él las conocía pero, en cierto modo, no. Las chicas pertenecían al grupo del internado Lundsberg, un colegio cuyo lema era conocimiento, tradición, unión. Todos llevaban el mismo nombre de pila que sus padres y los padres de éstos. JW estaba al tanto de casi todo por los chicos. Conocía la jerga y la etiqueta. Debería poder tener una oportunidad.

Anna se rió.

—¿No ibas a darnos algo a probar?

JW dijo:

—Por supuesto, casi me olvido.

No había querido forzar demasiado el asunto. Había esperado a que ellas preguntaran.

Sacó un estuche con un espejo, de tipo plegable. La bolsita para sellos estaba preparada en el bolsillo interior de la chaqueta. Hizo un montoncito y lo colocó con una cuchilla de afeitar; tres rayas delgadas. Mostró a las chicas un tubito de acero cepillado. Miró a su alrededor y les ofreció el tubo.

—Por favor. Servíos.

Un cuarto de hora más tarde entraron las chicas. El portero las recordaba, chicas como Sophie y Anna habrían entrado de todas las maneras; pasaron a través de la cola como Moisés a través del Mar Rojo.

JW se quedó en el parque, quería meterse un tirito más él solo.

Todo iba de puta madre. Las chicas parecían contentas. Colocadas, rebosantes de energía y llenas de espontaneidad. Era un buen principio. El primer paso de JW en el mundo de la coca. Con c, como
cash
{25}
.

Las cosas sólo podían ir a mejor.

El cielo estaba de color gris claro.

La rampa cubierta de cristal de la Biblioteca Real que bajaba hacia el almacén parecía brillar. JW solía sentarse ahí a estudiar cuando no lo hacía en casa. Allí había visto a Sophie en muchas ocasiones. Había aprendido a reconocer el claro sonido de sus tacones cuando iba de una clase a otra, había observado a sus amigas, había observado a cuáles saludaba. Y después de un tiempo resultó que él conocía a varios chicos y chicas de su grupo. Los círculos eran más pequeños de lo que se había pensado.

Cogió el estuche y sujetó el tubo en la mano.

Entonces lo vio.

El motor sonó como una central nuclear en pequeño cuando pisó retumbando por Sturegatan, como una línea a través de la noche de Estocolmo.

Un Ferrari amarillo.

Su primer pensamiento: el modelo parecía coincidir con el que había visto en las fotos de Camilla.

Su segundo pensamiento: difícilmente puede haber más de un coche como ése en Estocolmo.

El recuerdo de la hermana le invadió.

Tenía que saber.

¿Quién sería el dueño del coche?

* * *

TRIBUNAL DE ESTOCOLMO

SENTENCIA

Ministerio fiscal

Fiscal Markus Sjöberg
Fiscalía de Estocolmo

Denunciantes

1 - Joakim Berggren, 740816-0939
Vapengatan 5
12652 Hägersten

2 - Daniel Lappalainen, 801205-2175
Lundagatan 55
11727 Estocolmo

Acusados

1 - Patrik Sjöquist, 760417-0351
Rosenlundsgatan 28
11853 Estocolmo

2 - Mrado Slovovic, 670203-9115
Katarina Bangata 37
11639 Estocolmo

Defensor público

Abogado Martin Thomasson
Apartado de Correos 5467
12131 Estocolmo

DELITOS COMETIDOS

Agresión grave.

LEGISLACIÓN APLICABLE

Capítulo 3, sección 6 del Código Penal.

PENA:

Prisión; 3 años.

CARGOS DESESTIMADOS

Punto 2 de la acusación (Mrado Slovovic, agresión).

FUNDAMENTOS

Punto 1 de los cargos (Patrik Sjöquist; agresión grave)

Pruebas

El fiscal se ha remitido como
prueba escrita
a un informe médico relativo a las lesiones de Joakim Berggren. El informe hace referencia entre otras a una fractura del tabique nasal, mandíbula rota por dos sitios, una fractura en el pómulo derecho, abrasiones de la piel en cinco lugares, hematomas y tumefacción en mejillas y frente, hematoma alrededor del ojo derecho, tumefacción y heridas en los labios, pérdida de cuatro dientes en arco superior e inferior así como derrame cerebral, considerable edema cerebral y conmoción cerebral.

Como
prueba oral
el fiscal se ha remitido al testimonio del demandante, Joakim Berggren, al testimonio del testigo Peter Hållen, guardia de seguridad en el restaurante Kvarnen, así como al testimonio del testigo Christer Thräff, cliente del mencionado restaurante en el momento del suceso.

El denunciante Joakim Berggren ha relatado entre otras cosas lo siguiente. Los tres hombres, Patrik Sjöquist, Mrado Slovovic y Ratko Markewitsch llegaron al restaurante Kvarnen hacia la 1.20 del veintitrés de agosto de este año. El guardia que se encargaba de la cola de la entrada, Jimmy Andersson, informó a Berggren por medio del sistema de comunicación interno de que los tres hombres se habían comportado de forma amenazadora y habían solicitado hablar con la persona responsable del guardarropa. Jimmy Andersson optó por dejarles entrar. Berggren comprendió que los hombres pertenecían a la denominada mafia de los guardarropas, una parte de los bajos fondos organizados de Estocolmo que intenta ganar dinero con los guardarropas de diferentes restaurantes y bares. Por lo tanto les comunicó que el Kvarnen no estaba interesado. Pese a esto, les admitió en el restaurante. Los tres hombres se comportaron de forma agresiva. Patrik Sjöquist dijo entre otras cosas que se negaban a marcharse del local si no podían hablar con el responsable del guardarropa. Después de unos dos minutos, los hombres entraron en el local sin haber conseguido hablar con nadie en relación con el guardarropa. Berggren siguió trabajando en el guardarropa y en la entrada. Hacia las 3.00 se dirigió al aseo para orinar. Patrik Sjöquist entró en el baño. Enseguida entraron también los otros dos hombres. Berggren estaba de pie junto al urinario. Patrik Sjöquist se dirigió hasta él y le dio un cabezazo en el tabique nasal. Cree que le rompió la nariz. A continuación Patrik Sjöquist agarró a Berggren por el pelo y le golpeó la cabeza contra el borde del urinario. A continuación, Patrik Sjöquist golpeó de nuevo la cabeza de Berggren contra el canto del urinario al menos tres veces. Recuerda que Patrik Sjöquist gritaba: «Maricón de mierda» y «Esto es lo que les pasa a los que son como tú». Después, Berggren perdió el conocimiento.

Preguntado sobre los cargos, el acusado Patrik Sjöquist ha declarado lo siguiente. Joakim Berggren le amenazó y dijo que le iba a machacar «si volvía a poner un pie en el Kvarnen». El motivo de esto era que Patrik Sjöquist se había negado a dejar su chaqueta en el guardarropa. Cree que es por eso que Joakim Berggren piensa que pertenecía a alguna de las denominadas «mafias de los guardarropas». Más tarde fue al aseo a orinar. Una vez allí, Joakim Berggren le dio un empujón en el pecho. Intentó protegerse y se inició la pelea. No recuerda exactamente lo que sucedió pero sabe que recibió una serie de puñetazos y que fue él quien luchó contra Joakim Berggren. Se protegió contra los ataques de Joakim Berggren. Sin embargo admite haber golpeado a Joakim Berggren en la cara como máximo en tres ocasiones. El motivo de esto fue protegerse y actuó en defensa propia. No cree haber golpeado la cabeza de Joakim Berggren contra el urinario. Él no haría algo semejante. A continuación entraron dos personas corriendo en el aseo. Sjöquist no sabía que eran guardias de seguridad. Uno de ellos empezó a luchar contra Mrado Slovovic. Sjöquist no sabe por qué. Estaba bebido en el momento del suceso.

Criterios del tribunal

El guardia de seguridad Peter Hållen ha declarado entre otras cosas que vio a Patrik Sjöquist sujetando a Joakim Berggren por el cuello cuando entró en el aseo. También vio que Mrado Slovovic le hacía una llave a uno de los otros guardias, Daniel Lappalainen, y le agarró de la pierna. El cliente del restaurante Christer Thräff ha declarado que oyó que Patrik Sjöquist le gritaba a Joakim Berggren que iba a cobrar «hasta que aprendiera» así como que vio que Patrik Sjöquist le daba un cabezazo a Joakim Berggren. Los testimonios de los testigos resultan fidedignos. El tribunal considera además que el testimonio de Joakim Berggren es fidedigno. Por ejemplo, ha descrito detalles sobre lo que gritó Patrik Sjöquist. Su relato lo respaldan los informes médicos y las declaraciones de Peter Hållen y Christer Thräff.

Patrik Sjöquist no tiene ninguna lesión de la que haya constancia y no recibió atención médica tras el suceso. El testigo Christer Thräff ha relatado que fue Patrik Sjöquist quien dio un cabezazo a Joakim Berggren sin mediar provocación. Debido a esto, el tribunal considera que el relato de Patrik Sjöquist no es fidedigno.

En conjunto, el tribunal considera que Patrik Sjöquist ha causado lesiones a Joakim Berggren tal y como sostiene el fiscal. No se puede considerar que Patrik Sjöquist haya actuado en legítima defensa. La agresión ha sido excepcionalmente brutal y ha de juzgarse como grave al haber consistido en repetidos golpes en la cabeza con graves lesiones como consecuencia. El cargo queda demostrado y por lo tanto se admite. El delito se califica de lesiones graves.

Patrik Sjöquist aparece en siete ocasiones en el registro de antecedentes penales. El tribunal de Nacka fue el último y le condenó a cuatro meses de cárcel por agresión. Otras entradas del registro se refieren entre otros a otra condena por agresión así como condenas por amenazas, acoso racista, delito en relación con la legislación sobre tenencia de armas, delito en relación con dopaje e infracciones de tráfico. Según el Organismo de Prisiones y Libertad Condicional de Estocolmo, consta que Patrik Sjöquist lleva una vida ordenada. Trabaja como albañil y dedica gran parte de su tiempo al culturismo.

Sus ingresos anuales son de aproximadamente 200.000 coronas al año. No hay necesidad de vigilancia. Patrik Sjöquist ha accedido a realizar trabajos sociales. La pena establecida para tal delito es alta, por lo que no puede plantearse otra condena salvo prisión. Por lo tanto se fija una condena de cárcel; tres años.

Punto 1 de los cargos
(Mrado Slovovic; agresión)

Pruebas

El fiscal se ha remitido como
prueba oral
al interrogatorio con el demandante, el guardia de seguridad Daniel Lappalainen, así como al interrogatorio con el testigo Peter Hållen, guardia de seguridad.

Daniel Lappalainen ha relatado entre otras cosas lo siguiente. No sabe si llevaba puesta su placa de guardia de seguridad en el momento del suceso. Se dio cuenta de que «algo pasaba» en el aseo de caballeros. Cuando entró vio que Joakim Berggren estaba tirado en el suelo. Había sangre en la pared y en la cara de Joakim Berggren. Había varias personas en el interior del aseo. Les dijo a todos gritando que se quedaran dentro del aseo. Un hombre salió corriendo y pasó a su lado. Otro hombre, Mrado Slovovic, le agarró por la pierna de manera que perdió el equilibrio. Mrado Slovovic le agarró luego el pie. Le hizo mucho daño. Pensó que Mrado Slovovic iba a romperle el pie. A continuación, Mrado Slovovic le dijo que «el Kvarnen volverá a recibir una visita» y que «Joakim Berggren se había metido con los chicos equivocados». A continuación Mrado Slovovic y Patrik Sjöquist salieron del local.

El guardia de seguridad Peter Hållen ha manifestado lo mismo en el punto 1 de la acusación.

Al ser interrogado sobre los cargos, el acusado, Mrado Slovovic, ha manifestado lo siguiente. El guardia de seguridad Joakim Berggren había sido muy desagradable con su amigo Patrik Sjöquist previamente, esa misma noche. Cuando Mrado Slovovic entró en el aseo de caballeros vio que la situación era tumultuosa y que Joakim Berggren y Patrik Sjöquist se estaban peleando. Iba a separarlos cuando entraron dos hombres en el aseo. Mrado Slovovic no vio que eran guardias de seguridad. Uno de los hombres, Daniel Lappalainen, debió de pensar que Mrado Slovovic estaba involucrado en la pelea porque intentó derribarle con una llave. Mrado Slovovic se asustó mucho. Mrado Slovovic consiguió no obstante zafarse de Daniel Lappalainen. Puede que le agarrara el pie a Daniel Lappalainen para soltarse, pero no lo hizo con fuerza. Daniel Lappalainen no llevaba ninguna placa de seguridad y Mrado no sabía que era guardia de seguridad.

Criterios del tribunal

Los testimonios de Daniel Lappalainen y Mrado Slovovic no concuerdan sobre quién atacó a quién y si Mrado Slovovic agarró a Daniel Lappalainen del pie para defenderse o no. Ambos han proporcionado testimonios fidedignos. La versión de Daniel Lappalainen la respalda el testimonio de Peter Hållen con relación a cómo Mrado Slovovic derribó a Daniel con una llave. La versión de Mrado Slovovic la respalda que Patrik Sjöquist declarara que fue el guardia de seguridad quien empezó a luchar con Mrado Slovovic.

De acuerdo con la legislación sueca, el testimonio del acusado será la base de la evaluación del tribunal si el fiscal no lo refuta. En las actuales circunstancias se trata de la palabra de uno contra la del otro y ambas versiones tiene un cierto respaldo en lo que vieron las otras personas. También ha de señalarse que no hay ningún certificado médico que confirme que la pierna de Daniel Lappalainen haya sufrido lesiones. Sin embargo se considera irrefutable que la situación general en el interior del aseo del Kvarnen fue tumultuosa. En esta situación se inició una trifulca y pudo resultar confuso determinar quién atacó a quién. Se considera demostrado que Mrado Slovovic entró en el aseo con posterioridad a Patrik Sjöquist y por lo tanto puede haber interpretado la situación de manera diferente. Incluso si Mrado Slovovic hubiera lesionado la pierna de Daniel Lappalainen de la manera que se ha dicho, esto pudo haber sido como defensa, ya que Mrado Slovovic interpretó que estaba siendo atacado y por lo tanto actuó en lo que consideró legítima defensa, es decir, creyó que existía un peligro inminente de ser víctima de un acto delictivo. Tampoco se ha demostrado que Daniel Lappalainen llevara su placa de guardia de seguridad. La declaración de Mrado Slovovic sobre que no se dio cuenta de que Daniel Lappalainen era un guardia deberá por lo tanto ser tenida en consideración. En conjunto, el tribunal encuentra que el fiscal no ha conseguido acreditar el presunto delito. Por lo tanto se desestima el cargo.

CÓMO APELAR: véase la información adjunta (DV 400).

La apelación se elevará ante el tribunal de apelación y se presentará al tribunal en un plazo máximo de tres semanas a partir del día de hoy.

En nombre del tribunal,

TOR HJALMARSSON

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