El espíritu de las leyes (93 page)

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Authors: Montesquieu

Tags: #Clásico, #Filosofía, #Política

BOOK: El espíritu de las leyes
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CAPÍTULO XXXIV
Continuación de la misma materia

Cuando los feudos eran de por vida o amovibles, se regían casi exclusivamente por las leyes políticas; esto es causa de que en las leyes civiles de la época no se haga apenas mención de las feudales. Pero al hacerse hereditarios, pudieron donarse, venderse, o legarse, cayendo bajo la doble acción de las leyes políticas y de las civiles. Considerado el feudo como obligación del servicio militar, correspondía al derecho político; pero en lo que tenía de propiedad como las otras, correspondía al derecho civil. De esto provienen las leyes civiles sobre feudos.

Cuando éstos se hicieron hereditarios, las leyes concernientes al orden de sucesión tuvieron que ajustarse a la perpetuidad de los feudos. Y así fue, no obstante lo establecido por el derecho romano y la ley sálica. De aquí la regla del derecho francés: los bienes propios no suben
[106]
. Era necesario que el feudo estuviera servido, pero un abuelo o un hermano del del abuelo no habrían sido buenos vasallos del señor; así es, que aquella regla no se aplicaba al principio nada más que a los feudos
[107]
.

Al mismo tiempo, como los señores tenían que velar porque el feudo estuviera bien servido, exigieron que las hembras, llamadas a heredar un feudo (y creo que también los varones en algunos casos), no pudieran contraer nupcias sin consentimiento; de manera que los contratos matrimoniales de los nobles fueron juntamente disposiciones feudales y civiles. En tales actos, celebrados en presencia del señor, se estipularía lo necesario para la futura sucesión con la mira de que el feudo pudiera ser bien servido por los herederos: de este modo, solamente los nobles tuvieron al principio la libertad de disponer de las sucesiones venideras por contrato matrimonial.

Inútil será decir que el retracto de sangre, fundado en el antiguo derecho de los padres, misterio de la antigua jurisprudencia francesa y que no puedo dilucidar ahora, no pudo aplicarse a los feudos, sino cuando llegaron a ser hereditarios.

Italiam, Italiam…
[108]
. Termino el tratado de los feudados por donde lo comienzan los más de los autores.

MONTESQUIEU, filósofo y jurista, el barón de la Brède y de Montesquieu,
Charles Louis de Secondat
, nació en el castillo de la Brède, cerca de Burdeos, Francia en 1689. A pesar de la riqueza de su familia, durante los primeros años de su vida fue criado por una familia humilde. Educado en Burdeos, estudió historia y ciencia, para convertirse posteriormente en abogado. Tras el fallecimiento de su padre en 1713,
De Secondat
fue puesto al cuidado de su tío, Barón de Montesquieu. A partir de 1714 fue consejero del Parlamento de Burdeos. A la muerte de su tío en 1716 le sustituyó en la presidencia hasta su renuncia al cargo en 1726. Obtuvo la fama y el reconocimiento de sus contemporáneos en 1721, con la publicación de
Cartas Persas
, en las cuales criticó el estilo de vida y las libertades de la iglesia y de la aristocracia francesa. En 1728 ingresó en la Academia Francesa de Ciencias. Viajó por casi toda Europa, singularmente por Suiza, Holanda e Inglaterra. Al regreso de su viaje, en 1734, publicó
Consideraciones sobre las causas de la grandeza de los romanos y de su decadencia
. Pero su obra maestra,
El espíritu de las leyes
no vio la luz hasta el año 1748, después de trabajar en ella más de veinte años. Año y medio después de publicada, se habían hecho veintidós ediciones de esta obra, que tuvo resonancia universal. Posteriormente escribió su
Defensa del espíritu de las leyes
, el
Dialogo de Sila y Eucrates
y
Ensayo sobre el gusto
. Montesquieu falleció en 1755.

"Los hombres son todos iguales en el régimen republicano; son iguales en el gobierno despótico: en el primero porque ellos lo son todo; en el segundo, porque no son nada."

Montesquieu,

El espíritu de las leyes.

Notas

[1]
Véase el tomo II, pág. 301, de dicha publicación.
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[2]
La religión de Montesquieu es la misma de Polibio cuando éste habla favorablemente n lujo de la religión en la moralidad de los romanos, diciendo: "Hicieron bien los antiguos en esparcir entre el pueblo que había dioses".
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[3]
Del espíritu de Las leyes
<<

[4]
Joubert.
<<

[5]
Maupertuis.
<<

[1]
La ley
, dijo Plutarco,
es la reina de todos: mortales e inmortales
.
<<

[2]
Testigo el hombre salvaje que fue encontrado en las selvas de Hanover y llevado a Inglaterra durante el reinado de Jorge I.
<<

[3]
Intérprete y admirador del instinto social, Montesquieu no teme confesar que la lucha, el estado de guerra, comienza para el hombre desde que le constituye en sociedad. Pero de esta verdad tan desconsoladora, de la que Hobbes había abusado para celebrar la calma del despotismo, y Rousseau para alabar la independencia de la vida salvaje, el verdadero filósofo deduce la necesidad saludable de las leyes, que son un armisticio entre los Estados y un tratado de paz entre los ciudadanos
. (Villemain, Elogio de Montesquieu).
<<

[1]
El mismo Libanio da la razón de esta ley:
Era
, dice,
para impedir que los secretos de la República se divulgaran
.
<<

[2]
Véase lo que acerca de esto dice Montesquieu en las Consideraciones sobre las causas de la grandeza de los Romanos y de su decadencia.
<<

[3]
Véase lo que dice Aristóteles en su Política, libro IV.
<<

[4]
En Atenas se votaba levantando las manos.
<<

[5]
Los treinta tiranos de Atenas querían que los sufragios de los areopagistas fueran públicos, para manejarlos a su guisa explotándolos a su capricho. (Lisias, Oración contra Agorato).
<<

[6]
Véase Dionisio de Halicarnaso, libros IV y IX.
<<

[7]
Addison, Viaje a Italia.
<<

[8]
Al principio eran nombrados por los cónsules.
<<

[9]
Esto fue, precisamente, lo que derribó la República romana.
<<

[10]
Viajes de Tournefort.
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[11]
En Luca, todos los cargos públicos duran dos meses.
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[12]
Todo lo contrario: los Ingleses han legalizado y fortalecido el poder de los señores espirituales y temporales, y han aumentado el de los municipios
. (Nota de Voltaire).
<<

[13]
Fernando, rey de Aragón, no suprimió las órdenes de caballería, pero se hizo gran maestre de todas; con sólo esto alteró la constitución del reino.
<<

[1]
Esta distinción tiene importancia, y de ella sacaré más de una consecuencia: es la clave de una infinidad de leyes.
<<

[2]
Se ha argüido contra Montesquieu, como si él hubiera dicho que la virtud es propia de las Repúblicas y que las monarquías se rigen por el honor; pero él no ha dicho una cosa ni la otra. Lo que ha dicho es que mantiene los Estados lo que sirvió para fundarlos, y sabido es que la fundación de las Repúblicas ha sido siempre en épocas de virtud, así en los tiempos antiguos como en nuestro tiempo. Ved a los Romanos de la época del primer Bruto, a los Suizos del tiempo de Guillermo Tell, a los Holandeses de los días de Nassau, y en fin, a los Americanos de Washington. Cuando los hombres han parecido más grandes es cuando han merecido ser libres. En la gloriosa lucha de la libertad contra los abusos de los reyes es donde más han brillado el valor, el desinterés, la moderación. la fidelidad, todo lo que más admiramos en la historia. todo lo que enaltece a un pueblo en el juicio de la posteridad. No hay excepción en esta regla, fundada en la naturaleza de las cosas y en la constante uniformidad de los hechos observados. Todo gobierno es un orden, y no se establece orden alguno sino sobre la moral. Pues bien, el gobierno republicano depende principalmente de la moralidad y del carácter de la mayoría, como el gobierno realista depende eminentemente del carácter de uno solo, el del rey o el del ministro que gobierne. Si el carácter general no es bueno, la República será una cosa mala; como la monarquía será muy mala cosa y el reino es para mal si es malo el príncipe. Con esta diferencia: que los vicios del príncipe se van con él y pueden ser compensados por el sucesor, en tanto que la corrupción de una República nada la detiene. (Nota de La Harpe).
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[3]
Cromwell.
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[4]
Según Plutarco, en Pericles.
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[5]
Y resultó que había en la ciudad veintiún mil ciudadanos, diez mil extranjeros y cuatrocientos mil esclavos.
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[6]
Contaba, según Demóstenes, veinte mil ciudadanos.
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[7]
Habían hecho una ley para castigar con pena de la vida al que propusiera destinar a los usos de la guerra la plata de los teatros.
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[8]
Los Romanos, que hablaban de la fe púnica, se valieron de la astucia para engañar a los Cartagineses. En lucha franca y leal, jamás hubiera sido Roma vencedora de Cartago.
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[9]
Hablo de la virtud pública, que es la virtud moral en el sentido de que se dirige al bien general; apenas me refiero a las virtudes morales de orden privado, y nada absolutamente a las que se relacionan con las verdades reveladas. Se verá bien todo esto en el libro V, cap. II.
<<

[10]
No hay que servirse de gentes de baja extracción
, dice el testamento citado;
son demasiado austeras y escrupulosas
. He aquí las propias palabras del supuesto testamento, en su cap. IV:
Se puede afirmar que, entre dos personas de igual mérito, debe preferirse la más acomodada o menos pobre, pues es evidente que un magistrado pobre ha de tener un alma verdaderamente fuerte si no se deja alguna vez ablandar por consideración a sus propios intereses. La experiencia nos enseña que los ricos son menos propicios a concesiones indebidas que los otros, y que la pobreza obliga al funcionario pobre a cuidarse mucho de su bolsa
. (Nota de Voltaire).
<<

[11]
Lo de hombre de bien debe entenderse aquí en un sentido político.
<<

[12]
Se ha combatido mucho, por Voltaire más que por nadie, el sistema general del libro al establecer, como principio o base de los tres gobiernos conocidos en el mundo, la virtud en las Repúblicas, el honor en las monarquías y el temor en los Estados despóticos. Se está generalmente de acuerdo con el autor en cuanto a lo último, pero se discuten los dos primeros casos. Pienso que Montesquieu hubiera evitado algunas discusiones y muchas dificultades, si hubiera entrado en su plan el anticiparse a ciertas objeciones; pero es evidente que sólo se propuso dejar sentada la serie de sus ideas, y me lo explico. Su empresa era tan vasta, el término de ella debió parecerle tan distante, que acaso temiera llegar antes al término de su vida que al de su obra. Y en efecto, apenas sobrevivió a la última; la primera edición de El Espíritu de las leyes data de 1748 y él falleció en 1755. Si hubiera querido controversia, entablándola aunque sólo hubiera sido sobre las cuestiones principales, la obra le hubiera resultado desmedida; y era tan interesante para gloria del autor como para satisfacción del público el estrechar la obra para poder concluirla. (Nota de La Harpe).
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[13]
Como sucede a menudo en la aristocracia militar.
<<

[14]
Véase Rigault, Del imperio otomano.
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[15]
Véase la historia de esta revolución por el P. Dugerceau.
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[16]
Su gobierno era militar, que es una de las clases de gobierno despótico.
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[17]
Esta orden fue sin embargo revocada gracias a Ester. V. Libro de Ester, cap. XVI, v. 7.
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[1]
Yo he visto decirles (en la monarquía) a los hijos de los lacayos:
Señores príncipes, sed agradables al rey
. He oído decir que en la República de Venecia, los maestros recomiendan a los niños que amen la República; y en los serrallos de Marruecos y de Argel, se les grita sin cesar: ¡que viene el eunuco negro! (Voltaire).
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[2]
En el Lib. I de La Política.
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[3]
No se les enseñaba más, desde la cuna, que fábulas, alegorías, emblemas, las cuales se convertían en regla, pauta, pasión de toda su vida. Su valor no podía despreciar al dios Marte. En la edad juvenil de los amores no les extrañaban los emblemas de Venus y de las Gracias. El que brillaba entre los legisladores seguía creyendo en Mercurio, el dios de la elocuencia. Siempre se veía rodeado de dioses protectores. (Voltaire).
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