Física de lo imposible (49 page)

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Authors: Michio Kaku

Tags: #Divulgación Científica

BOOK: Física de lo imposible
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[31]
Cávelos, p. 240.

[32]
Cávelos, p. 240.

[33]
Philip Ross,
Scientific American
, septiembre de 2003.

[34]
Miguel Nicolelis y John Chapín,
Scientific American
, octubre de 2002.

[35]
Kyla Dunn,
Discover Magazine
, diciembre de 2006, p. 39.

[36]
Aristides A. G. Requicha, «Nanorobots»,
http://www.lmr.usc.edu/_lmr/publications/nanorobotics.

[37]
El profesor Penrose argumenta que debe de haber efectos cuánticos en el cerebro que hacen posible el pensamiento humano. Muchos científicos de la computación dirían que cada neurona del cerebro puede ser duplicada mediante una compleja serie de transistores; si es así, el cerebro puede reducirse a un dispositivo clásico. El cerebro es sumamente complicado, pero en esencia consiste en un grupo de neuronas cuyo comportamiento puede ser duplicado por transistores. Penrose discrepa. El afirma que hay estructuras en una célula, llamadas microtúbulos, que muestran comportamiento cuántico, de modo que el cerebro nunca puede reducirse a una simple colección de componentes electrónicos.

[38]
Kaku,
Visions
, p. 95.

[39]
Cávelos, p. 90.

[40]
Rodney Brooks,
New Scientist Magazine
, 18 de noviembre de 2006, p. 60.

[41]
Kaku,
Visions
, p. 61.

[42]
Kaku,
Visions
, p. 65.

[43]
Bill Gates,
Skeptic Magazine
, vol. 12, n.° 12, 2006, p. 35.

[44]
Bill Gates,
Scientific American,
enero de 2007, p. 63.

[45]
Scientific American
, enero de 2007, p. 58.

[46]
Susan Kruglinski, «TheTop 100 Science Stories of 2006»,
Discover Magazine
, p. 16.

[47]
Kaku,
Visions,
p. 76.

[48]
Kaku,
Visions,
p. 92.

[49]
Cávelos, p. 98.

[50]
Cávelos, p. 101.

[51]
Barrow,
Theories of Everything
, p. 149.

[52]
Sydney Brenner,
New Scientist Magazine
, 18 de noviembre de 2006, p. 35.

[53]
Kaku,
Visions
, 135.

[54]
Kaku,
Visions
, 188.

[55]
Así, nuestras creaciones mecánicas pueden ser en última instancia la clave para nuestra propia supervivencia a largo plazo. Como dice Marvin Minsky: «Los humanos no somos el final de la evolución, así que si podemos hacer una máquina que sea tan inteligente como una persona, probablemente también podemos hacer una que sea mucho más inteligente. No tiene sentido hacer solo otra persona. Lo que se quiere es hacer una que pueda hacer cosas que nosotros no podemos». Kruglinski, «The Top 100 Science Stories of 2006», p. 18.

[56]
La inmortalidad, por supuesto, es algo que la gente ha deseado desde que los humanos, únicos en el reino animal, empezamos a contemplar nuestra propia mortalidad. Hablando de la inmortalidad, Woody Allen dijo en cierta ocasión: «Yo no quiero conseguir la inmortalidad por mi obra. Quiero conseguirla por no morir. No quiero vivir en la memoria de mis compatriotas. Preferiría vivir en mi apartamento». Moravec, en particular, cree que en un futuro lejano nos fusionaremos con nuestras creaciones para crear un orden superior de inteligencia. Esto requeriría duplicar los 100.000 millones de neuronas que hay en nuestro cerebro, cada una de las cuales está conectada a su vez con quizá varios miles de otras neuronas. Cuando nos tendemos en la mesa de un quirófano, tenemos al lado un esqueleto robótico. Se realiza una cirugía de modo que cuando eliminamos una sola neurona, se crea una neurona de silicio duplicada en el esqueleto robótico. Con el paso del tiempo cada neurona de nuestro cuerpo se reemplaza por una neurona de silicio en el robot, de modo que somos conscientes durante la operación. Al final, nuestro cerebro entero se ha transferido al esqueleto robótico mientras hemos sido testigos de todo el suceso. Un día estamos moribundos en nuestro cuerpo decrépito. Al día siguiente nos encontramos dentro de cuerpos inmortales, con los mismos recuerdos y la misma personalidad, sin perder la conciencia.

[57]
Jason Stahl,
Discover Magazine
, «Top 100 Science Stories of 2006», diciembre de 2006, p. 80.

[58]
Cávelos, p. 13.

[59]
Cávelos, p. 12.

[60]
Ward y Brownlee, p. xiv.

[61]
Cávelos, p. 26.

[62]
En general, aunque las lenguas y culturas locales seguirán prosperando en diferentes regiones de la Tierra, surgirá una lengua y una cultura planetaria que se extenderá por los continentes. Esta cultura global y las culturas locales existirán simultáneamente. Esta situación existe ya con respecto a las élites de todas las sociedades.

Existen también fuerzas que se oponen a esta marcha hacia un sistema planetario. Están los terroristas que inconsciente e instintivamente comprenden que el progreso hacia una civilización planetaria es un progreso que hará de la tolerancia y pluralismo secular una pieza central de su cultura emergente, y esta perspectiva es una amenaza para la gente que se siente más cómoda viviendo en el último milenio.

[63]
Kaku, Hyperspace, p. 302.

[64]
Gilster, p. 242.

[65]
NASA,
http://science.nasa.gov
, 12 de abril de 1999.

[66]
Colé, p. 225.

[67]
Cávelos, p. 137.

[68]
Kaku,
Parallel Worlds
, p. 307.

[69]
Cávelos, p. 151.

[70]
Cávelos, p. 154.

[71]
Cávelos, p. 154.

[72]
Roach Motel
era una marca de trampa para cucarachas. Su anuncio, que se hizo famoso, decía: «Todas las cucarachas entran, pero ninguna sale». (N. del T.).

[73]
Kaku,
Parallel Worlds
, p. 121.

[74]
Cávelos, p. 145.

[75]
Hawking,p. 146.

[76]
Nahin,p.322.

[77]
Pickover, p. 10.

[78]
Nahin, p. ix.

[79]
Pickover, p. 130.

[80]
Kaku,
Parallel Worlds
, p. 142.

[81]
Nahin, p. 248.

[82]
Kaku,
Hyperspace
, p. 22.

[83]
Pais, p. 330.

[84]
Kaku,
Hyperspace
, p. 118.

[85]
MaxTegmark,
New Scientist Magazíne
, 18 de noviembre de 2006, p. 37.

[86]
Colé, p. 222.

[87]
Greene, p. 111.

[88]
Pero otra característica atractiva de la interpretación de los «muchos mundos» es que no se requiere ninguna hipótesis adicional distinta de la ecuación de ondas original. En esta imagen nunca tenemos que colapsar funciones de onda o hacer observaciones. La función de onda simplemente se divide por sí misma, automáticamente, sin ninguna intervención ni hipótesis externa. En este sentido, la teoría de los muchos mundos es conceptualmente más simple que todas las demás teorías, que requieren observadores externos, medidas, colapsos de ondas y todo lo demás.

Es cierto que nos cargamos con un número infinito de universos, pero la función de onda sigue la pista de ellos, sin hipótesis adicionales del exterior.

Una forma de entender por qué nuestro universo físico parece tan estable y seguro es invocar la decoherencia, es decir, que nos hemos desacoplado de todos estos universos paralelos. La decoherencia solo explica por qué nuestro universo, entre un conjunto infinito de universos, parece tan estable. La decoherencia se basa en la idea de que los universos pueden dividirse en muchos universos, pero que nuestro universo, gracias a interacciones con el entorno, se separa por completo de esos otros universos.

[89]
Kaku,
Parallel Worlds
, p. 169.

[90]
Asimov, p. 12.

[91]
Algunas personas han puesto objeciones, declarando que el cerebro humano, que representa quizá el objeto más complejo creado por la madre naturaleza en el sistema solar, viola la segunda ley. El cerebro humano, que consta de más de 100.000 millones de neuronas, no tiene rival en complejidad en nada que haya a menos de 40 billones de kilómetros de la Tierra, la distancia a la estrella más próxima. Pero, ¿cómo puede ser compatible esta enorme reducción en entropía con la segunda ley?, preguntan. La propia evolución parece violar la segunda ley. La respuesta a esto es que el decrecimiento en entropía creado por la aparición de organismos superiores, incluidos los humanos, se da a expensas de un aumento de la entropía total en otros lugares. El decrecimiento en entropía creado por la evolución está más que compensado por el aumento de la entropía en el entorno, es decir, de la entropía de la luz solar que incide en la Tierra. La creación del cerebro humano mediante la evolución reduce la entropía, pero esto está más que compensado por el caos que creamos (por ejemplo, la contaminación, las pérdidas térmicas, el calentamiento global, etc).

[92]
Tesla, sin embargo, fue también una figura trágica; probablemente fue estafado en los derechos de muchas de sus patentes e invenciones que prepararon el camino para la llegada de la radio, la televisión y la revolución de las telecomunicaciones. (Los físicos, sin embargo, hemos garantizado que el nombre de Tesla no se olvidará. Hemos llamado a la unidad del campo magnético con su nombre. Un tesla es igual a 10.000 gauss, o aproximadamente 20.000 veces el campo magnético de la Tierra).

Hoy él está casi olvidado, salvo que sus afirmaciones más excéntricas se han convertido en materia de chismes y leyendas urbanas. Tesla creía que podía comunicar con vida en Marte, resolver la teoría del campo unificado que Einstein dejó inacabada, cortar la Tierra por la mitad como una manzana y desarrollar un rayo mortífero que podría destruir 10.000 aviones a una distancia de 350 kilómetros. (El FBI tomó tan en serio su afirmación de un rayo mortal que se hizo con muchas de sus notas y equipos de laboratorio tras su muerte, algunos de las cuales siguen estando hoy en un almacén secreto).

Tesla alcanzó el punto álgido de su fama en 1931, cuando apareció en la primera página de la revista
Time
. Normalmente deslumbraba al público liberando enormes descargas eléctricas, que contenían millones de voltios de energía eléctrica, y con ello captaba a la audiencia. La ruina de Tesla, sin embargo, fue producto de un total descuido de sus financias y asuntos legales. Enfrentado a la batería de abogados que representaban a los gigantes eléctricos que entonces surgían, Tesla perdió el control de sus patentes más importantes. También empezó a mostrar signos de lo que hoy se denomina trastorno obsesivo-compulsivo, y se obsesionó con el número tres. Más tarde tuvo un comportamiento paranoide: vivía en la miseria en el hotel New Yorker, por miedo a ser envenenado por sus enemigos, y siempre huyendo de sus acreedores. Murió en 1943 en la pobreza absoluta a los ochenta y seis años.

[93]
EARTH-SHAKING FIRES FROM THE WORLD'S CENTER ROAR: / AROUND «NEW CITY» IS THE EARTH A-QUIVER / TWO NOBLES LONG SHALL WAGE A FRUITLESS WAR / THE NYMPH OF SPRINGS POUR FORTH A NEW, RED RIVER.

[94]
Barrow,
Impossibility,
p. 47.

[95]
Barrow,
Impossibility
, p. 209.

[96]
Pickover, p. 192.

[97]
Barrow,
Impossibility
, p. 250.

[98]
Rocky Kolb,
New Scientist Magazine
, 18 de noviembre de 2006, p. 44.

[99]
Hawking, p. 136.

[100]
Barrow,
Impossibility
, p. 143.

[101]
Max Tegmark,
New Scientist Magazine
, 18 de noviembre de 2006, p. 37.

[102]
La razón para esto es que cuando tomamos la teoría de la gravedad de Einstein y añadimos correcciones cuánticas, estas correcciones, en lugar de ser pequeñas, son infinitas. Con los años los físicos han ideado varios trucos para eliminar estos términos infinitos, pero todos fallan en una teoría cuántica de la gravedad. Pero en teoría de cuerdas estas correcciones desaparecen exactamente por varias razones. En primer lugar, la teoría de cuerdas tiene una simetría, llamada supersimetría, que cancela muchos de estos términos divergentes. La teoría de cuerdas también tiene un corte, la longitud de la cuerda, que ayuda a controlar estos infinitos.

El origen de estos infinitos se remonta en realidad a la teoría clásica. La ley de la inversa del cuadrado de Newton dice que la fuerza entre dos partículas se hace infinita cuando la distancia de separación tiende a cero. Este infinito, que aparece incluso en la teoría de Newton, se traslada a la teoría cuántica. Pero la teoría de cuerdas tiene un corte, la longitud de la cuerda, o la longitud de Planck, que nos permite controlar estas divergencias.

[103]
Alexander Vilenkin,
New Scientist Magazine
, 18 de noviembre de 2006, p. 51.

[104]
Barrow,
Impossibility
, p. 219.

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