Authors: Leandro Palencia
En los años cincuenta, cuando todos se rendían al mito Monroe, Crawford comenzó a atacarla públicamente al no considerarla una "dama". También se dice que hubo un componente sexual en su intensa relación con su profesora de arte dramático Natasha Lytess, quien la ayudó especialmente con las peculiaridades de su dicción. Se asegura que fueron amantes ocasionales. Monroe nunca lo confirmó, aunque sí que Lytess «Estaba enamorada de mí y quería que yo la amara». Lytess tampoco fue más concluyente en sus memorias: «Un día la abracé y le dije: "Quiero amarte". Y recuerdo que me miró y contestó: "Mientras trabajes conmigo, no debes amarme Natasha"». O, «La verdad es que mi vida y mis sentimientos estaban en sus manos». Se conocieron en abril de 1948 cuando Columbia Pictures la asignó a Monroe para prepararla en su primer papel secundario,
Ladies of the Choras
(Phil Karlson, 1948). Desde
La jungla de asfalto
(John Huston, 1950) Lytess se dedicó en exclusiva a su pupila, hasta
La tentación vive arriba
(Billy Wilder, 1955), justo los años que convirtieron a Monroe en el mayor de los
sex symbols.
Cuando Monroe consiguió que Fox la contratara añadió a Lytess como su profesora privada. En otoño de 1950 se fue a vivir a su casa y en diciembre de 1950 viajaron juntas a Tijuana. A principios de 1951 Monroe volvía a vivir sola, aunque a finales de ese año regresaba con Lytess mientras se rodaba
Niebla en el alma
(Roy Ward Baker, 1952). Tal era su dependencia que tuvieron que expulsar a Lytess del plato de
Los caballeros las prefieren rubias
(Howard Hawks, 1953), porque Monroe estaba más pendiente de su aprobación que del director. La relación terminó de forma abrupta. Según explicó Monroe a su criada Lena Pepitone: «Dejé a Natasha, aunque estuviera mal. No era como un chico. No quería pasar sólo un buen rato y ya está. Tenía muchos celos de los hombres con los que me veía, celos de todo. Actuaba como si fuera mi marido. Era una estupenda profesora, pero aquello arruinó nuestra relación. Le tenía miedo y tuve que dejarla». Lee Strasberg, del
Actor's Studio,
se convirtió en su nuevo gurú. Las relaciones lésbicas de Monroe no terminaron ahí. Una semana después de que comenzara el proceso de separación con su rudo segundo marido Joe DiMaggio (1954), éste irrumpió en el piso de ella y parece que la sorprendió haciendo el amor con una mujer, causa principal de que el divorcio fuera irreversible. También hay rumores de que Monroe vivió una noche de pasión con una actriz de
striptease.
Y Brigitte Bardot escribió en sus memorias que había sido seducida por Monroe en el aseo de señoras durante una recepción de la Reina Isabel II en 1952. Según su psicoanalista, el Dr. Ralph Greenson, Monroe tenía fobia a la homosexualidad y sin darse cuenta se introducía en situaciones que tenían un colorido homosexual. En todo caso, muchos de sus amigos lo fueron, como Truman Capote, Montgomery Clift o su masajista Ralph Roberts. Éste aparece como conductor de ambulancias en
Vidas rebeldes
(John Huston, 1961).
Agries Robertson Moorehead
6 de diciembre de 1900 en Clinton (EE.UU.) — 30 de abril de 1974 en Rochester (EE.UU.)
Cuando murió los rumores sobre su lesbianismo se hicieron más fuertes, quizá alentados por la circunspección con la que había mantenido su vida privada. Según Todd Fisher, su madre Debbie Reynolds tuvo una larga relación de amor con ella. Y el actor gay Paul Lynde —su coprotagonista en la
sitcom "Embrujada"
(1964-1972), por la que Moorehead fue más conocida— aseguró que «Todo el mundo sabía que Agnes fue lesbiana» o que «era una "bollera" a tiempo completo en Hollywood». Y recordaba la anécdota de cuando ella pilló a uno de sus maridos en una infidelidad y Moorehead le gritó que si él podía regocijarse con una chica ella también podía hacer lo propio con otra. Algunos entienden "Embrujada" como una alegoría del armario pues trata de alguien —una bruja buena— que no puede revelar a los demás quién es para evitar la incomprensión o el rechazo. Otro de los coprotagonistas, Dick Sargent (1930-1994), "el segundo Darrin", también era gay. Hasta el 11 de octubre de 1991, el Día Nacional de la Desarmarización, no hizo lo propio y entonces abrazó el activismo como una «nueva misión en mi vida». Lo cierto es que a Moorehead la encantaba estar rodeada de gays, desde su asistente personal a estrellas como Rock Hudson o César Romero, y que sus personajes duros eran muy apreciados por las
drag queens
por su interpretación enfática y nerviosa. Patricia White analizó los variopintos papeles que encarnó, concluyendo que tales roles estaban muy alejados de la mujer típica: oficialas,
madams,
superintendentas en prisiones femeninas, esposas malhumoradas y/o cotillas o solteras (histéricas, monjas, gobernantas, chicas de compañía, etc.). Su físico no la hacía creíble en papeles sentimentales. Según White, tales personajes no denotaban "asexualidad" sino "masculinidad", lo cual se podía atribuir a las lesbianas o al menos a un cuestionamiento de la identidad heterosexual. Y según Robin Wood, Moorehead fue la mayor encarnación de la "histérica", aquélla que la cultura patriarcal frustró sus deseos para convertirla en la "solterona", una pobre mujer sin vida buscando la comprensión e indulgencia de quienes la trataban, sino es que la perciben como desequilibrada o demente. Esto se comprueba bien en su papel de la tía Fanny en
El cuarto mandamiento
(Orson Welles, 1942), donde está sexualmente reprimida, físicamente atormentada, decepcionada por el amor y su extraordinaria energía sin cabida en un mundo gobernado por los hombres. Moorehead era conocida como
The Lavendar Lady
por su amor al color violeta, color con el que desde finales del siglo XIX se identificaban los homosexuales y especialmente las lesbianas estadounidenses de los años treinta. Junto con el rosa, este color se asocia a los homosexuales en la era moderna.
Hija de un pastor protestante, devota cristiana, estudió en el mismo instituto de Ohio que lo hizo el austronauta John Glenn. Trabaja cinco años como profesora para costearse los estudios de teatro, donde coincide con Rosalind Russell. Allí también conoce a su primer marido, con el que prácticamente no convivió y del que se divorció en 1952. Su segundo matrimonio, con un hombre 20 años menor, sólo duró uno. Gracias a su imponente registro vocal se inicia en la radio con Welles, quien la introduce en el teatro y en el cine (
Ciudadano Kane,
1941). Moorehead aparece en más de 60 películas y fue nominada cuatro veces a los Oscar. La última vez que lo perdió declaró «Supongo que permaneceré como la novia el resto de mi vida». Fue la primera mujer en copresentar la edición de los Oscar (junto a Dick Powell) en 1948. Otros de sus memorables papeles fueron la arpía en
La senda tenebrosa
(Delmer Daves, 1947) o la elegante sofisticada en
Sólo el cielo lo sabe
(Douglas Sirk, 1956). E intervino en el clásico lesbiano
Sin remisión
(John Cromwell, 1950) como una enérgica pero cariñosa celadora. Las películas carcelarias han propiciado una excusa para explotar el sensacionalismo lésbico a quienes consideran perversas y sádicas, un efecto de la prisión, además de presentarlas como un problema y entre rejas, equiparando lesbianismo con actividad criminal. Esta prestigiosa cinta de Cromwell está protagonizada por Eleanor Parker y Moorehead le aconseja que se busque "«un buen hombre» que la mantenga cuando cumpla su condena. La película denuncia como las deshumanizadas instituciones crean temibles delincuentes. Hope Emerson hace de matrona sádica y lunática que tiene debilidad por las presas bonitas, acabando asesinada a puñaladas, papel por el que fue nominada al Oscar. Pero hay otros personajes lesbianos, como la lasciva Kitty (Betty Garde), quien confiesa que cuando una lleva mucho tiempo encarcelada ya no piensa en chicos (¿pasas a pensar en chicas?). Elvira (Lee Patrick) es dentro de la prisión la némesis de Kitty y quiere que Parker se una a su banda. Pero ésta es reluctante y la espeta que «si le dije que no a Kitty no voy a decirte a ti que sí».
Friedrich Wilhelm Plumpe
28 de diciembre de 1888 en Bieiefeld (Alem.) —11 de marzo de 1931 en Santa Bárbara (EE.UU.)
Ya ha quedado demostrado que la causa del accidente automovilístico que le costó la vida no fue precipitado por la supuesta felación que le estaba practicando a su chófer filipino de 14 años mientras éste conducía —un hecho totalmente falso-, pero aún sigue persistiendo el chisme. Por el "escándalo", sólo once personas asistieron a su funeral, entre ellas el actor bisexual Emil Jannings, el director Fritz Lang y Greta Garbo. Ésta encargó una máscara de escayola del yaciente, la cual conservó sobre una mesa durante sus años en Hollywood. En Berlín, Murnau se movía por círculos artísticos donde la homosexualidad era aceptada como algo natural, pero en Hollywood su orientación sexual siempre fue la causa de muchos rumores. Muy pocos desconocían que a la hora de preparar el reparto de sus películas Murnau favorecía a los homosexuales —ni Charles Farrell ni Janet Gaynor, matrimonio blanco a los que dirigió en tres ocasiones, fueron a su sepelio-, ni que presuntamente los chaperas fueran invitados frecuentes de su casa en Los Angeles. Lo cierto es que Murnau era un gay armarizado con tal miedo de expresar su sexualidad que le creó numerosas inhibiciones. Según David, el hijo de Robert Flaherty, Murnau «era un hombre de casi gustos monásticos». En sus películas se pueden ver personajes llenos de conflictos interiores en un mundo que les considera como extraños y que protagonizan amores prohibidos y desafortunados, tal como le pasaría a un homosexual. Georges Sadoul le reprochaba que fuera incapaz de rodar pasiones normales. El arte, la soledad, el romanticismo y la tragedia se mezclan en su obra. Según Lotte Eisner en
La pantalla demoníaca
(1988) todas las películas de Murnau «llevan la huella de su dolorosa complejidad íntima, de esa lucha que se libraba en él contra un mundo al que era desesperadamente extraño».
Es el gran director del período expresionista alemán, que reelabora en un realismo lírico. Narrador de historias sencillas a través de una brillante composición visual y de unos incisivos movimientos de cámara que a menudo traspasaban los límites entre el sueño y la realidad. Antes de embarcarse como cineasta lo intenta como historiador de arte, lo cual explicaría lo pictórico de sus imágenes y la primacía que da a lo visual. Estudió con Max Reinhardt. En la Primera Guerra Mundial sirve como piloto de combate y su avión se estrella en Suiza en 1917. Allí compila y edita, para el embajador alemán, material para documentales propagandísticos. Su primera película,
Der Knabe in Blau
(1919), puede ser leída como gay, pues se basaba en el cuadro de Thomas Gainsborough "Muchacho vestido de azul", que por aquel entonces era el favorito en esos círculos. Desde la época del grupo artístico expresionista "El jinete azul" Murnau estaba unido al pintor Franc Marc. Según Eisner, «Murnau vivió permanentemente bajo la amenaza de un código penal de extremado rigor para con los homosexuales». En 1926 el estudio de William Fox le llama a Hollywood. De sus 21 películas anteriores apenas perdura nada salvo en estado fragmentario.
Der Januskopf
(1920) se basa en Jekyll y Hyde y según Elaine Showalter, el heterosexual Jekyll intentaba reprimir al homosexual Mr. Hyde. En
Nosferatu, el vampiro
(1922) acentúa los aspectos homoeróticos de la novela de Bram Stoker. La cual, como la anterior de Robert Louis Stevenson, no poseía los derechos para versionar. Se trata de la primera obra maestra del cine de terror, en la que los encuadres pictóricos y las interpretaciones amaneradas contribuyen a remitir a un mundo fantástico y amenazador. Richard Dyer ha indicado que la imaginería que se adopta en la representación de la pareja Orlok/Harper guarda relación con la del viejo depredador grotescamente afeminado que seduce y pervierte al joven normal y sano. El Conde camina encogido y mira con intensidad al muchacho —quien se presenta como un objeto sexual— y al que le practica una "felación" cuando chupa ansioso la sangre que mana tras un corte accidental. Así, el vampirismo funcionaría como una metáfora de la homosexualidad.
El último
(1924) es una película protagonizada por Jannings sin intertítulos, una novedad, aunque la innovación real fuera el uso de la cámara y sus fluidos movimientos. En Murnau el espacio es siempre un ámbito para el desarraigo.
Fausto
(1926) se basa en la obra de los rumoreados bisexuales Christopher Marlowe y Johann Wolfgang Goethe, la película más cara hecha en Alemania durante esa época por la recreación medieval de sus majestuosas localizaciones y el elaborado vestuario. Ya en EE.UU rueda
Amanecer
(1927), protagonizada por Farrell y Gaynor, y para ello construye el plato más grande del mundo hasta esa fecha. Esta hermosa obra, sobre el amor amenazado de una pareja, fue un éxito crítico pero no popular y eso hizo que sus siguientes películas fueran supervisadas. Las divergencias que van surgiendo con Fox le llevan a Murnau a replantearse su carrera y se asocia con el documentalista Robert Flaherty para hacer
Tabú
(1931), pero al final la acaba produciendo y dirigiendo él solo en Bora-Bora —una isla del Pacífico Sur— con una fuerte carga homoerótica, lejos del sentimiento de culpabilidad de la moral europea. Algunos la consideran su mejor obra. Una semana antes de la
premiére
tuvo el famoso accidente de coche. En
La sombra del vampiro
(E. Elias Merhige, 2000), sobre el rodaje de
Nosferatu, el vampiro,
John Malkovich representa a Murnau como un esteta obsesionado por su arte y no hay ninguna alusión a su inclinación sexual.