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Authors: Napoleon Hill

Tags: #Autoayuda

Piense y hágase rico (19 page)

BOOK: Piense y hágase rico
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La indecisión es un hábito que suele aparecer en la juventud. El hábito adquiere permanencia a medida que el joven pasa por la escuela, el instituto e incluso la universidad sin una definición de propósito. El hábito de la indecisión acompaña al estudiante cuando inicia el trabajo que elige hacer..., si es que lo elige. En general, el joven que acaba de terminar sus estudios busca cualquier trabajo. Acepta el primero que se le ofrece, porque ha caído en el hábito de la indecisión. Noventa y ocho de cada cien personas que trabajan en la actualidad a cambio de un salario ocupan los puestos en los que están porque les faltó la firmeza de decisión necesaria para planificar el alcanzar un puesto determinado, así como el conocimiento acerca de cómo elegir al patrono.

La firmeza de decisión exige siempre valor, y, a veces, incluso mucho valor. Los cincuenta y seis hombres que firmaron la Declaración de Independencia pusieron sus vidas en juego cuando decidieron estampar sus firmas en aquel documento. La persona que toma la firme decisión de conseguir un puesto de trabajo determinado, y de que la vida le pague el precio que pide, no pone en juego su vida con esa decisión; lo único que se juega es su libertad económica. La independencia financiera, la riqueza, un negocio deseable o un buen puesto profesional no se encuentran al alcance de la persona que descuida o rechaza la expectativa, la planificación y la exigencia de esas mismas cosas. El que desea obtener riquezas, con el mismo espíritu con el que Samuel Adams deseó obtener la libertad para las colonias, seguro que terminará por acumular una gran fortuna.

9: Perseverancia
El esfuerzo sostenido necesario para mover la fe.

El octavo paso hacia la riqueza

La perseverancia es un factor esencial para el procedimiento de transformar el deseo en su equivalente monetario. El fundamento de la perseverancia es la fuerza de voluntad.

Cuando la fuerza de voluntad y el deseo se combinan adecuadamente, forman una asociación irresistible. En general, los hombres que acumulan grandes fortunas son conocidos como fríos, a veces como despiadados incluso. A menudo son mal interpretados. Lo que tienen es fuerza de voluntad, que ellos combinan con la perseverancia, utilizando ambas cosas para apoyar sus deseos y asegurarse así el logro de sus objetivos.

La gran mayoría de la gente está preparada para echar por la borda sus objetivos y propósitos, abandonándolos a la primera señal de oposición o desventura. Unos pocos continúan, a pesar de todas las oposiciones, hasta que los alcanzan.

Es posible que no exista ninguna connotación heroica en el concepto de
perseverancia
, pero esa cualidad es para el carácter de un hombre lo que el carbón para el acero.

En general, la formación de una gran fortuna implica la puesta en práctica de los trece factores de esta filosofía. Todos aquellos que acumulan dinero tienen que comprender estos principios, han de aplicarlos con perseverancia.

Su test de perseverancia.

Si usted está siguiendo lo que se dice en este libro con la intención de aplicar los conocimientos que comunica, su primera prueba en cuanto a su nivel de perseverancia se la encontrará cuando empiece a seguir los seis pasos descritos en el segundo capítulo. A menos que usted sea una de las dos personas de cada cien que ya poseen un objetivo marcado que se esfuerza por alcanzar, así como un plan definido para conseguirlo, puede leer las instrucciones y continuar después con su rutina diaria, sin llegar a cumplir nunca esas instrucciones.

La falta de perseverancia es una de las grandes causas del fracaso. Es más, la experiencia con miles de personas ha demostrado que la falta de perseverancia es una debilidad común a la mayoría de las personas. Se trata de una debilidad que puede superarse mediante el esfuerzo. La facilidad con la que se venza la falta de perseverancia dependerá por completo de la intensidad del deseo de cada cual.

El punto de partida de todo logro es el deseo. Téngalo en cuenta constantemente. Unos deseos débiles llevan unos resultados débiles consigo, del mismo modo que un fuego pequeño produce muy poco calor. Si le parece que le falta perseverancia, remédielo construyendo en su interior un fuego mucho más fuerte por debajo de sus deseos.

Continúe leyendo hasta el final, y luego vuelva al capítulo dos, y empiece de inmediato a llevar a cabo las instrucciones que allí se dan en relación con los seis pasos. La avidez con la que siga esas instrucciones indicarán con claridad lo mucho, o lo poco, que desea acumular dinero. Si descubre que se siente indiferente, le aseguro que no ha adquirido todavía la
conciencia del dinero
que debe poseer, antes de poder estar seguro de acumular una fortuna.

Las fortunas gravitan hacia los hombres cuyas mentes han sido preparadas para atraerlas con la misma seguridad con que el agua gravita hacia el océano.

Si llega a la conclusión de que su perseverancia es débil, centre su atención en las instrucciones contenidas en el capítulo sobre el poder; rodéese de un
equipo de trabajo
, y podrá desarrollar la perseverancia a través de los esfuerzos cooperativos de los miembros de ese grupo de personas. Encontrará más instrucciones para el aumento de la perseverancia en los capítulos sobre la autosugestión y la mente subconsciente.

Siga las instrucciones perfiladas en esos capítulos hasta que la naturaleza del hábito transmita a su mente subconsciente una imagen clara del objeto de su deseo. A partir de ese punto, ya no se verá obstaculizado por la falta de perseverancia.

Su mente subconsciente actúa continuamente, tanto si usted está despierto como si duerme.

¿Tiende usted a la
conciencia del dinero
ó a la conciencia de la pobreza?

No le serán de ningún valor los esfuerzos espasmódicos u ocasionales para aplicar las reglas. Si desea obtener resultados, tiene que aplicar todas las reglas hasta que esa aplicación se haya convertido en un hábito fijo. De ninguna otra forma podrá desarrollar la necesaria
conciencia del dinero
.

La pobreza es atraída hacia la persona cuya mente es favorable a ella, mientras que el dinero es atraído hacia la que se ha preparado deliberadamente para atraerlo, y según las mismas leyes. La conciencia de la pobreza se apoderará de la mente que no se ocupe de la conciencia del dinero. Una conciencia de la pobreza se desarrolla sin aplicación consciente de hábitos favorables a la misma. La conciencia del dinero, en cambio, se ha de crear, a menos que uno haya nacido con ella.

Comprenda el completo significado de las afirmaciones que se hacen en el párrafo anterior, y habrá entendido la importancia de la perseverancia en la acumulación de una fortuna. Si no existe perseverancia, se verá derrotado, incluso antes de que haya empezado. Con la perseverancia, seguro que ganará.

Si alguna vez ha experimentado una pesadilla, se dará cuenta del valor de la perseverancia. Se encuentra usted en la cama, medio despierto, con la sensación de estar a punto de ahogarse. No se siente capaz de volverse de lado, ni de mover un solo músculo. Se da cuenta de que tiene que recuperar el control de su cuerpo. A través de un esfuerzo perseverante de fuerza de voluntad, se las arregla al fin para mover los dedos de una mano. Mientras continúa con el movimiento de los dedos, extiende su control a los músculos de un brazo, hasta que puede levantarlo. Luego, de la misma manera, consigue el control del otro brazo. A continuación logra controlar los músculos de una pierna, y luego de la otra. Por último, y con un supremo esfuerzo de voluntad, recupera el control completo de su sistema muscular, y entonces logra escapar de su pesadilla. El truco se ha efectuado paso a paso.

Cómo librarse de la inercia mental.

Es posible que le sea necesario
librarse
de su inercia mental. Debe hacerlo mediante un procedimiento similar, con movimientos lentos al principio, para luego aumentar poco a poco su velocidad, hasta recuperar un control completo sobre su voluntad. Sea perseverante, sin que importe la lentitud con que se mueva al principio. Con la perseverancia llegará el éxito.

Si selecciona con cuidado a su
equipo de trabajo
, encontrará en él a una persona por lo menos que le ayudará en el desarrollo de la perseverancia.

Algunos hombres que han acumulado grandes fortunas lo hicieron impulsados por la necesidad. Desarrollaron el hábito de la perseverancia porque fueron impulsados por las circunstancias y tuvieron que llegar a ser perseverantes.

Quienes han cultivado el hábito de la perseverancia parecen disfrutar de una especie de seguro contra el fracaso. No importan las veces que se vean derrotados; siempre terminan por subir el último peldaño de la escalera. A veces parece como si existiera un guía oculto cuya tarea consistiera en poner a prueba a los hombres por medio de toda clase de experiencias descorazonadoras. Aquellos que, después de la derrota, se levantan y siguen intentando llegar, terminan por lograrlo; entonces, el mundo entero grita:

¡Bravo! ¡Sabía que lo conseguirías!
. El guía oculto no permite que nadie disfrute de grandes logros sin pasar por la prueba de la perseverancia. Quienes no la superan tampoco llegan a donde quieren llegar.

Aquellos que la superan se ven recompensados por su perseverancia. Como compensación a ella, reciben la consecución del objetivo que hubieran esta do persiguiendo. ¡Pero eso no es todo! También reciben algo mucho más importante que la compensación material: el conocimiento de que
cada fracaso lleva consigo la semilla de una ventaja equivalente
.

Elévese por encima de sus fracasos.

Hay excepciones a esta regla; unas pocas personas conocen por experiencia lo sana que es la perseverancia. Son las personas que han aceptado la derrota sólo como algo temporal. Son las personas cuyos deseos se aplican de un modo tan perseverante, que la derrota acaba por transformarse en victoria. Los que estamos observando lo que ocurre en la vida vemos a un número abrumadoramente grande de personas desmoronadas por la derrota, que ya no vuelven a levantarse nunca. Vemos a los pocos que aceptan el castigo de la derrota como una urgencia de hacer un esfuerzo aún mayor. Estos últimos, por fortuna, nunca aprenden a aceptar los reveses de la vida. Pero lo que no vemos, lo que la mayoría de nosotros ni siquiera sospecha que exista, es el poder, silencioso pero irresistible, que acude al rescate de aquellos que siguen luchando frente al desánimo. Si hablamos de ese poder, lo denominamos perseverancia, y lo dejamos tal cual. Pero hay algo que todos debemos saber: si no se posee perseverancia, no se alcanza éxito notable alguno en ningún campo de actividad.

En el momento de escribir estas líneas, levanto la cabeza de mi trabajo y veo ante mí, a menos de una manzana de distancia, el grande y misterioso Broadway, el
Cementerio de las esperanzas muertas
y la
Puerta delantera de la oportunidad
. A Broadway han acudido personas procedentes de todo el mundo en busca de fama, fortuna, poder, amor, o todo aquello que los seres humanos consideran éxito. De vez en cuando, mientras alguien abandona la larga procesión de buscadores, el inundo recibe la noticia de que otra persona ha logrado triunfar en Broadway. Pero Broadway no se conquista ni con facilidad ni con rapidez. Reconoce el talento, sabe distinguir el genio y recompensa en dinero después de que uno se haya negado a abandonar.

Sólo entonces sabemos que esa persona ha descubierto el secreto de cómo conquistar Broadway. Y ese secreto estará siempre indisolublemente unido a una palabra: ¡perseverancia!

El secreto se narra en la lucha de Fannie Hurst, cuya perseverancia le permitió conquistar el Gran Camino Blanco. Ella llegó a Nueva York en 1915 para transformar sus escritos en riqueza. Aunque esa transformación no se produjo de inmediato, llegó. Durante cuatro años, la señorita Hurst conoció
las aceras de Nueva York
a través de una experiencia de primera mano. De día trabajaba y de noche confiaba. Cuando el futuro parecía negro, ella no se decía:
¡Muy bien, Broadway, tú ganas!
. Antes al contrario, pensaba:
Muy bien, Broadway, es posible que derrotes a algunos, pero no a mí. Yo te obligaré a que te entregues
.

Un editor (el del Saturday Evening Post) le envió su trigesimosexta nota de rechazo antes de que ella lograra romper el hielo y consiguiera que le publicaran una historia. El escritor mediocre, al igual que todas las personas mediocres, hubiese abandonado la tarea en cuanto hubiera recibido el primer rechazo. Ella recorrió las calles durante cuatro años, porque estaba decidida a ganar.

Luego llegó la recompensa. El hechizo se había roto; el guía invisible había puesto a prueba a Fannie Hurst y ella la había superado. A partir de ese momento, los editores recorrieron el camino hasta su puerta. El dinero llegó con tanta rapidez que ella apenas si tenía tiempo para contarlo. Más tarde, la industria cinematográfica la descubrió, y el dinero no llegó en un goteo, sino en oleadas.

Brevemente, acaba de leer una descripción de lo que la perseverancia es capaz de conseguir. Fannie Hurst no es ninguna excepción. Allí donde los hombres y las mujeres acumulan grandes riquezas, puede estar seguro de que antes han adquirido perseverancia. Broadway es capaz de dar una taza de café y un bocadillo a cualquier mendigo, pero exige perseverancia de aquellos que apuestan por lo alto.

Kate Smith dirá
amén
cuando lea esto. Durante años, ella cantó, sin dinero y sin recompensa, delante de todo micrófono que le ponían delante. Broadway le dijo:
Ven y consíguelo, si puedes tomarlo
. Ella lo tomó, hasta que un día feliz Broadway se cansó y dijo:
Ah, ¿de qué sirve? Nunca se sabe cuándo te vas a ir a otro lado, así que di tu precio y ponte a trabajar en serio
. La señorita Smith indicó su precio. Y era muy alto.

Usted puede entrenarse para ser perseverante.

La perseverancia es un estado mental y, en consecuencia, se puede cultivar. Como todos los estados mentales, la perseverancia se basa en causas definidas, entre las que se encuentran las siguientes:

  1. Definición de propósito
    . Saber lo que uno quiere es el primer paso, y quizás el más importante hacia el desarrollo de la perseverancia. Una motivación lo bastante fuerte nos fuerza a superar muchas dificultades.
  2. Deseo
    . Resulta comparativamente fácil adquirir y mantener la perseverancia en persecución del objeto de un deseo intenso.
  3. Confianza en sí mismo
    . Creer en la capacidad propia para llevar a cabo un plan le estimula a uno a conseguirlo con perseverancia. (Se puede desarrollar la confianza en sí mismo por medio del principio descrito en el capítulo sobre la autosugestión.) d) Definición de planes. Los planes organizados, aun cuando sean débiles y poco prácticos, estimulan la perseverancia.
  4. Conocimiento exacto
    . La perseverancia se ve estimulada por el hecho de saber que los planes de uno son sanos, y que están basados en la experiencia o en la observación;
    suponer
    en lugar de
    conocer
    destruye la perseverancia.
  5. Cooperación
    . La simpatía, la comprensión y la cooperación armoniosa con los demás tienden a desarrollar la perseverancia.
  6. Fuerza de voluntad
    . El hábito de concentrar los pensamientos propios en la construcción de planes destinados al logro de un propósito definido conduce a la perseverancia.
  7. Hábito
    . La perseverancia es el resultado directo del hábito. La mente absorbe y se convierte en una parte de las experiencias diarias de las que se alimenta. El temor, que es el peor de todos los enemigos, se puede curar con toda efectividad por la repetición forzada de actos de valor. Todo aquel que haya luchado en una guerra lo sabe muy bien.
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