Profecías (10 page)

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Authors: Michel de Nostradamus

Tags: #Ciencia Ficción, Otros

BOOK: Profecías
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VIII

Templos sacros del antiguo rito romano,

Rechazarán la sima de los fundamentos,

Tomando sus leyes primeras y humanas,

Rechazando, no todo, los cultos de los santos.

IX

Nueve años el macilento en paz se mantendrá,

Luego estallará en una sed muy sanguinaria,

Por él gran pueblo sin fe ni ley morirá,

Muerto por otro mucho más clemente.

X

Muy pronto todo será arreglado,

Esperamos un siglo bien siniestro:

El estado de las máscaras y de los solitarios bien cambiado;

Pocos encontrarán que a su rango quieran ser.

XI

El próximo hijo del mayor llegará,

Tan alto hasta el reino de los fuertes:

Su áspera gloria cada uno temerá,

Pero sus hijos del reino serán echados.

XII

Ojos cerrados, abiertos a la antigua fantasía,

La costumbre de los solitarios será aniquilada:

El gran monarca castigará su frenesí,

Robar de los templos el tesoro antes que nada.

XIII

El cuerpo sin alma no es ya en sacrificio,

Día de la muerte puesto en natividad:

El espíritu divino hará feliz al alma,

Contemplando al Verbo en su eternidad.

XIV

En Tours, Gien, ojearán ojos penetrantes,

Descubrirán de lejos la gran serena:

Ella y su séquito entrarán en el puerto,

Combates, empujad, potencia soberana.

XV

Un poco antes del monarca asesinado,

Cástor y Pólux en nave, astro con crines:

El bronce público por tierra y mar vaciado,

Pisa, Asti, Ferrara, Turín, tierra prohibida.

XVI

Nápoles, Palermo, Sicilia, Siracusa,

Nuevos tiranos, fulgurantes fuegos celestes:

Fuerza de Londres, Gante, Bruselas y Susa,

Gran hecatombe, triunfo festejar victoria.

XVII

El campo del templo de la virgen vestal,

No lejos de Ethen y los montes Pirineos:

El gran conducto es ocultado en el aguazal,

Norte arrojados ríos y viñas cruzadas.

XVIII

Nueva Lluvia, súbita, impetuosa,

Impedirá de súbito a los dos ejércitos:

Piedra, cielo, fuegos hacer la mar pedregosa,

La muerte de siete, tierra y mar súbitos.

XIX

Nuevos llegados lugar edificado sin defensa,

Ocupar el lugar hasta entonces inhabitable:

Tomar a placer prados, casas, campos y ciudades,

Hambre, peste, guerra, vastas tierras laborables.

XX

Hermanos y hermanos en varios lugares cautivos,

Desfilarán cerca del monarca:

Al contemplar con atención sus rasgos,

Poco agradable ver mentón, frente, nariz, las mar­cas.

XXI

El embajador enviado con una birreme,

Rechazado a medio camino por desconocidos:

A su refuerzo vendrán cuatro trirremes,

En Negroponte cargados de cuerdas y cadenas.

XXII

El campo Ascop de Europa partirá,

Acercándose a la Isla inundada:

El ejército de Artón falange doblegará,

Ombligo del mundo por gran voz subrogada.

XXIII

Palacios, pájaros, por pájaro abatidos,

Inmediatamente después de haber llegado el Prín­cipe

Muchas veces más allá del río enemigo rechazado,

Vuelo sostenido de pájaro capturado fuera.

XXIV

Bestias enfurecidas codiciosas de beber en los ríos,

Gran parte del campo será frente a Híster,

En jaula de hierro el jefe se desplazará,

Cuando nada observe el hijo Germánico.

XXV

La guardia extranjera traicionará fortaleza,

Esperanza y sombra de más estrecho maridaje:

Guardia completamente delusa encerrada en la prensa,

Loira, Saona, Ródano, Gar a muerte ultraje.

XXVI

Por el favor que haga la ciudad,

Al grande que pronto perderá el campo de batalla,

Huido de las filas Pau Tesino verterá,

Sangre, fuego, muertos, ahogados a hachazos.

XXVII

El divino verbo será desde el cielo herido,

Y no podrá proceder más adelante:

Del atacado el secreto es fulminado,

Se le pisoteará por encima y por delante.

XXVIII

El penúltimo con el sobrenombre del prófeta,

Tomará Diana por su día de descanso:

Lejos vagará por frenética testa,

Y librando a un gran pueblo de impuestos.

XXIX

El Oriental saldrá de su sede,

Pasar los montes Apeninos, ver la Galia:

Traspasará el cielo, las aguas y la nieve,

Y a cada uno golpeará con su vara.

XXX

Uno que los dioses infernales de Ambal,

Hará renacer, terror de los humanos:

Nunca más grande horror se contará,

De cuanto ocurrirá por Babel a los Romanos.

XXXI

En Campania el Casilino hará tanto,

Que no se verá más que campos inundados:

Y después de la lluvia muy intensa,

Fuera de los árboles no se verá nada verde.

XXXII

Leche sin ranas escurrirá en Dalmacia,

Conflicto dado, peste junto a Balennes

Grande será el grito en toda la Esclavonia,

Cuando nazca monstruo cerca y dentro Ravena.

XXXIII

Por el torrente que desciende de Verona,

Por entonces hasta el Po guiará su entrada:

Un gran naufragio y no menor en Garona,

Cuando los de Génova vayan a su encuentro.

XXXIV

La ira insensata del combate furioso,

Hará en la mesa de hermanos el hierro brillar:

Los separará y herido y curioso,

El fiero duelo vendrá a Francia perjudicar.

XXXV

En dos mansiones de noche el fuego prenderá,

Muchos dentro ahogados y quemados:.

Cerca de dos ríos uno sólo llegará:

Excepto el Arcq y Caper todos serán amortiguados.

XXXVI

Del gran profeta las cartas serán hurtadas,

Y entre las manos del tirano caerán,

Traicionar a su Rey serán sus empresas,

Pero sus rapiñas muy pronto le dañarán.

XXXVII

Del gran número que se le va a mandar,

Para socorrer al fuerte asediado.,

Peste y hambre a todos han de devorar,

Excepto setenta que serán salvados.

XXXVIII

Habrá gran número de condenados,

Cuando los Monarcas se havan conciliado:

Pero uno de ellos estará tan disgustado,

Que casi nunca se verán ya juntos.

XXXIX

Un año antes del conflicto Itálico,

Germanos, Galos, Españoles por el fuerte,

Será revuelta la casa de la república,

Donde, al poco, excluidos, irán sofocados a la muer­te.

XL

Poco después, sin excesivo intervalo,

Por mar y tierra será hecho gran tumulto.

Mucho mayor será pugna naval,

Fuegos, animales, que harán mayor insulto.

XLI

La gran estrella durante siete días arderá,

Nublado hará que dos soles aparezcan,

El fiero mastín toda la noche aullará,

Cuando gran Pontífice cambie de territorio.

XLII

Gallos, perros y, gatos de sangre quedarán ahítos,

Y de la herida del tirano hallado muerto,

En la cama de otro, piernas y brazos rotos,

Que no había podido morir de peor muerte.

XLIII

Durante la visible estrella cabelluda,

Los tres grandes príncipes se habrán enemistado:

Heridos por el cielo, paz, tierra temblante,

Pau, Timbre, diente, serpiente puesta en el borde.

XLIV

El águila impelida en torno a los pabellones,

Por otros pájaros de alrededor sera expulsada:

Cuando ruido de címbalos, flautas y esquilones,

Devuelvan el sentido a la insensata dama.

XLV

Demasiado el cielo llora a Andrógeno procreado,

Cerca del cielo sangre humana derramada:

Por muerte muy tardía gran pueblo recreado,

Tarde y temprano viene el socorro esperado.

XLVI

Después de gran discordia humana otra mayor se apresta

El gran motor los siglos renueva:

Lluvia, sangre, leche, hambre, hierro y peste,

En el cielo visto fuego, corriendo larga centella.

XLVII

El enemigo envejecido doliente muere envenenado,

Los soberanos por infinitos subyugados:

Piedras llover escondidas bajo el vello,

Para matar artículos en vano son alegados.

XLVIII

El gran ejército que pasará los montes,

Saturno en el arco giratorio del pez Marte:

Venenos escondidos en cabezas de salmones,

Su jefe suspendido de cuerda colgante.

XLIX

Los consejeros del primer monopolio,

Los conquistadores seducidos por la Melita:

Rodas, Bizancio para sus exponentes polos,

Tierra necesitarán los perseguidores en huida.

L

Cuando los de Hainault, de Gante y de Bruselas,

Vendrán ante el asedio de Langres,

Detrás de sus flancos habrá guerras crueles,

La lacra antigua será peor que enemigos.

LI

La sangre del justo en Londres escaseará,

Quemados por el rayo de veintitrés los seis,

La antigua dama caerá de su alto puesto,

De la misma secta muchos serán muertos.

LII

En varias noches la tierra temblará,

Hacia la primavera dos esfuerzos seguidos,

Corinto, Éfeso en los dos mares nadará,

Guerra desencadenada por dos valientes corajudos.

LIII

La gran peste de ciudad marítima,

No cesará hasta que muerte no sea vengada

Condenada sin crimen del justo sangre tomada,

De la gran dama por disimulo no ultrajada.

LIV

Por gente extranjera y lejana de los Romanos,

Su gran ciudad después de la tempestad gravemente turbada,

Hija sin excesivo diverso dominio,

Prisionero el jefe, terror de ser afectado.

LV

En el conflicto el grande que poco valia,

Al final hará algo maravilloso,

Mientras Hadria vea lo que necesitaba,

Durante el festín apuñala al orgulloso.

LVI

Que peste y espada no ha sabido adivinar

Muerte en el pozo, bóveda del cielo batida:

El abate morirá cuando vea que caen en ruina,

Los del naufragio deseosos de agarrarse al escollo.

LVII

Antes del conflicto el grande caerá,

El grande a muerte, muerte, muy repentina y sen­tida,

La Nave imperfecta, la mayor parte nadará,

Junto al río la tierra quedará de sangre teñida.

LVIII

Sin pie ni mano diente agudo y fuerte,

Por globo al fuerte de puerto y el mayor nacido,

Junto al portal desleal se transporta,

Sileno reluce, pequeño, grande conducido.

LIX

Flota gálica apoyada por gran guardia,

Del gran Neptuno y sus fuertes tridentes,

Ocupada Provenza para sostener gran banda,

Y Marte Narbón con dardos y venablos.

LX

La fe Púnica en Oriente rota

Gran Iud y Rosne, Loira y Tag, cambiarán,

Cuando el hambre del mulo sea saciada,

Ejército derrotado, sangre y cuerpos nadarán.

LXI

Euge, Támesis, Gironda y la Rochella,

¡Oh, sangre troyana muerta en el puerto de la fle­cha!

Tras el río en el fuerte apoyada la escala,

Dardos, fuego, gran mortandad en la brecha.

LXII

Mabus entonces muy pronto morirá, vendrá

De gentes y bestias terrible descalabro,

Luego, de pronto, se verá la venganza,

Cien, mano, sed, hambre, cuando corra el cometa.

LXIII

El Galo a Asón bien poco subyugará,

Pau, Marne y Sena se enfurecerán contra Perme,

Quien el gran muro contra ellos levante,

Del primero al último el mayor perderá la vida.

LXIV

Morir de hambre, de sed, gente Ginebrina,

Esperanza próxima vendrá a desfallecer,

Sobre puente temblante será ley Genovesa,

Flota en gran puerto no se puede acoger.

LXV

El parque inclinado gran calamidad,

Por la Hesperia a Insubria hará,

El fuego en la nave peste y cautividad,

Mercurio en el Arco Saturno morirá.

LXVI

De grandes peligros el cautivo escapado,

En poco tiempo el grande fortuna ha cambiado:

En palacio el pueblo es atrapado,

Por buen augurio la ciudad sitiada.

LXVII

El rubio de nariz ganchuda vendrá a ejecutar,

Por el duelo y expulsará fuera,

Los desterrados dentro restablecerá,

En los lugares marinos venciendo los más fuertes.

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