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Authors: Osho
El Sunday Times ha elegido a Osho como uno de los 1.000 Hacedores del Siglo Veinte. Y The Sunday Mid-Day (India), como una de las diez personas (junto con Gandhi, Nehru y Buda) que han modificado el destino de India. Su retiro de meditación en la India sigue siendo una meca para hombres y mujeres de todo el mundo que buscan una guía espiritual y una transformación. En estos fragmentos, cuidadosamente seleccionados, de sus numerosas conferencias sobre el tema de la meditación, Osho llega a cada uno de nosotros, incitándonos a recorrer el verdadero camino hacia la paz y la plenitud. Su alentadora compañía nos muestra que meditar significa ser creativo, conciente y libre. Osho enseñaba filosofía en la Universidad de Jabalpur antes de que se estableciera la comunidad de Poona, en India, que ha adquirido fama en todo el mundo como una meca para peregrinos que desan probar la meditación y la transformación. Sus enseñanzas han influido sobre millones de personas de todas las edades y de todos los estilos de vida.
Osho
¿Qué es la meditación?
Hacia el centro de tu ser
ePUB v1.0
Abraxas15.12.12
Título original: What is meditation
(Osho International Foundation 1995.)
(1999 by Lumen)
En el pasado, evidentemente, el mundo era muy diferente. Unas seis semanas de estímulos sensoriales de hace seiscientos años equivalen a la cantidad que hoy nos llega en un solo día. Recibir en un solo día seis semanas de estímulos e información implica una presión para aprender y adaptarse cuarenta veces más grande. El hombre moderno debe tener una capacidad de aprendizaje mayor de la que haya tenido nunca, pues ahora hay más para aprender. El hombre moderno tiene que capacitarse para adaptarse a situaciones nuevas todos los días, debido a lo rápido que cambia el mundo. Es un gran desafío. Un gran desafío, si es aceptado, contribuye en gran medida al desarrollo de la conciencia. Uno puede decir que el hombre moderno se vuelve completamente neurótico o que la gran presión lo transforma, de acuerdo con el punto de vista que uno asuma. Una cosa es segura: no hay forma de volver atrás. La estimulación sensorial continuará aumentando más y más. Recibiremos más y más información, y la vida seguirá cambiando a ritmos más y más veloces. Y tendremos que poder aprender, adaptarnos a cosas nuevas.
En el pasado, el hombre vivía en un mundo prácticamente estático. Todo estaba inmóvil. Cada uno debía dejar el mundo tal como su padre se lo había dejado a uno, sin modificarlo en absoluto. Como nada cambiaba, no era necesario aprender demasiado. Era suficiente con aprender un poco, entonces quedaban espacios en la mente de cada uno, espacios vacíos, que ayudaban a la gente a mantener la cordura.
Ahora, ya no hay espacios vacíos, salvo que uno los cree en forma deliberada. Hoy, la meditación es más necesaria que nunca. La meditación es tan necesaria que es casi una cuestión de vida o muerte. En el pasado, era un lujo: poca gente (un Buda, un Mahavira, un Krishna) se interesaba en ella. Otras personas eran naturalmente calladas, o naturalmente felices, sanas. No necesitaban pensar en la meditación; de alguna manera inconsciente, estaban meditando. La vida se movía tan silenciosa y lentamente que hasta los más estúpidos podían adaptarse a ella. Ahora, el cambio es tan tremendamente rápido, tiene una velocidad tal, que hasta los más inteligentes se sienten incapaces de adaptarse a él. Cada día, la vida es diferente, y tenemos que volver a aprender. Hay que aprender y volver a aprender una y otra vez. Ahora, no se puede dejar de aprender; el proceso de aprendizaje dura toda la vida. Hasta el momento mismo de morir, hay que seguir aprendiendo, pues es la única forma de mantener la cordura, evitando la neurosis. Y la presión es grande: cuarenta veces más grande.
¿Cómo aflojar esta presión? Es necesario entrar deliberadamente en momentos de meditación. Si una persona no medita al menos una hora por día, su neurosis no será accidental, sino generada por ella misma. Durante una hora, quien practique la meditación debe desaparecer del mundo y meterse en su propio ser. Durante una hora, debe estar tan aislado que nada llegue a él: ni un recuerdo, ni un pensamiento, ni una fantasía. Durante una hora, no debe haber contenido alguno en su conciencia. Esto lo rejuvenecerá y lo refrescará, liberará nuevas fuentes de energía en su interior; y el hombre volverá a estar en el mundo, más juvenil, más fresco, con mayor capacidad de aprendizaje, con más asombro en sus ojos y con más respeto en su interior. Nuevamente niño.
Osho, El secreto de los secretos.
La meditación no es algo propio de la mente, sino algo que está más allá de ella. Y el primer paso es asumir una actitud lúdica frente a la meditación. Si tomas la meditación como algo divertido, la mente no podrá destruir tu meditación. Si no lo haces, la transformará en otro viaje del yo y te tornará muy serio. Comenzarás a pensar: "Soy un gran meditador. Soy más sagrado que el resto de la gente, mientras que todo el mundo es terrenal, soy religioso, soy virtuoso." Es esto lo que les ha sucedido a miles de así llamados santos, moralistas, puritanos: solamente están jugando juegos del yo, sutiles juegos del yo.
Por eso quiero cortar esto de raíz desde el principio. Enfrenta la meditación con una actitud lúdica. Es una canción para ser cantada, una danza para ser danzada. Tómala como diversión y te sorprenderás: si puedes asumir en forma lúdica la meditación, ésta se desarrollará a pasos agigantados.
Pero tú no estás anhelando logro alguno. Simplemente, estás disfrutando de sentarte en silencio, gozando el mero acto de sentarte en silencio. No se trata de que estés a la espera de algún poder de yogui, siddhis
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, milagros. Todo eso no tiene sentido: es la misma tontería de antes, el mismo viejo truco, pero con nuevas palabras, en un nuevo plano... La vida como tal debe ser entendida como un chiste del cosmos. Entonces, de repente, te relajarás porque no hay nada por lo que tensionarse. Y, en esa misma relajación, algo empieza a cambiar en ti: hay un cambio radical, una transformación. Y las pequeñas cosas de la vida comienzan a cobrar un nuevo sentido, una nueva significación. Entonces, nada es pequeño, todo empieza a tomar un nuevo sabor, una nueva atmósfera. Uno empieza a sentir una especie de santidad por todas partes. Uno no se transforma en cristiano, no se transforma en hindú, no se transforma en mahometano. Uno simplemente se vuelve un amante de la vida. Uno aprende una sola cosa: cómo gozar de la vida.
Pero gozar de la vida es el camino hacia Dios. ¡Danza tu camino hacia Dios, ríe tu camino hacia Dios, canta tu camino hacia Dios! (1)
Hasta ahora, has vivido de determinada manera. ¿No te gustaría vivir de otro modo? Hasta ahora, has pensado
en cierta forma. ¿No te gustaría alguna nueva vislumbre en tu ser? Entonces, manténte alerta y no escuches a la mente. La mente representa al pasado que permanentemente intenta controlar tu presente y tu futuro. Es el pasado muerto que sigue controlando el presente vivo. Simplemente, toma conciencia de esto.
¿Pero cuál es la manera? ¿Cómo continúa haciéndolo la mente? La mente lo hace con su método. Dice: "Si no me prestas atención, no serás tan eficiente como yo. Si repites lo antiguo, puedes lograr mayor eficiencia, porque ya lo has hecho antes. Si emprendes algo nuevo, no puedes ser tan eficiente." La mente sigue hablando como un economista, como un experto en eficiencia. Sigue diciendo: "Esto es más fácil de hacer. ¿Por qué hacerlo de la forma dificultosa? Ésta es la vía que ofrece menor resistencia."
Recuerda: siempre que tengas dos opciones, dos alternativas, elige la nueva. Opta por la más difícil, aquella en la cual sea necesario un mayor conocimiento. A costa de la eficiencia, elige siempre el conocimiento, y generarás una situación en la cual se haga posible la meditación. Son solamente situaciones. La meditación tendrá lugar. No estoy afirmando que sólo creando estas situaciones se consiga la meditación, pero ellas son útiles.
Generarán en ti la situación necesaria, sin la cual no podría haber meditación. Sé menos eficiente pero más creativo. Deja que éste sea el motor. No te preocupes demasiado por los fines utilitarios. Más bien, recuerda siempre que no estás aquí, en la vida, para transformarte en una mercancía. No estás aquí para convertirte en una utilidad con escasa dignidad. No estás aquí nada más que para volverte más y más eficiente. Estás aquí para tornarte más y más vivo. Estás aquí para hacerte más y más inteligente. Estás aquí para volverte más y más feliz, exaltadamente feliz. Pero esto está totalmente alejado de los caminos de la mente. (2)
Cualquier cosa que hagas, hazla con profunda conciencia. Entonces, inclusive las cosas pequeñas se transforman en sagradas. Entonces, cocinar o limpiar se transforma en cosas sagradas; se hace culto de ellas. No se trata de qué es lo que haces, sino de cómo lo haces. Puedes limpiar el piso como un robot, un artefacto mecánico; tienes que limpiarlo, así que lo haces. Entonces, te pierdes algo hermoso. Así, malgastas esos momentos nada más que en limpiar el piso. Limpiar el piso podía haber sido una experiencia grandiosa. Te la perdiste. El suelo está limpio, pero algo que podía haber pasado en tu interior no ha pasado. Si hubieras tenido conciencia, tú también (y no sólo el piso) habrías sentido el efecto de una profunda purificación. Limpia el piso con plena conciencia, con el brillo del conocimiento. Trabaja, siéntate o camina, pero con un hilo conductor: ilumina más y más momentos de tu vida con la conciencia. Deja que la vela del conocimiento se encienda en cada momento, en cada acto. El efecto acumulativo de todos los momentos juntos los transforma en una gran fuente de luz. (3)
¿Qué es la meditación? ¿Es una técnica que se puede practicar? ¿Es un esfuerzo que tienes que hacer? ¿Es algo que la mente puede lograr? No. Todo lo que la mente es capaz de hacer no puede ser meditación. Se trata de algo que está más allá de la mente, y en ese terreno la mente resulta absolutamente inútil. La mente no puede acceder a la meditación. Donde termina la mente, comienza la meditación. Es necesario recordar esto, porque en nuestras vidas, hagamos lo que hagamos, lo hacemos a través de la mente; sea lo que sea lo que logramos, lo logramos a través de la mente. Y entonces, cuando nos volvemos hacia adentro, nuevamente empezamos a pensar en términos de técnicas, métodos, acciones, porque toda la experiencia de vida nos muestra que la mente puede lograrlo todo. Sí, a excepción de la meditación, la mente puede lograrlo todo. Todo lo ejecuta la mente, salvo la meditación. Porque la meditación no es un logro; es un estado previo: es tu naturaleza. No es necesario adquirirla; sólo es preciso reconocerla, sólo hay que recordarla. Está allí esperándote: basta con darte vuelta y está a tu disposición. Te ha estado acompañando desde siempre.
La meditación es tu naturaleza intrínseca: eres tú, es tu ser, no tiene nada que ver con tus acciones. No puedes tenerla y no puedes no tenerla. No puede ser poseída, pues no es una cosa. Eres tú mismo. Es tu ser. (4)
Cuando la gente viene y me pregunta "¿Cómo hago para meditar?", yo le respondo: "No es necesario preguntar cómo se medita. Pregunta cómo hacer para permanecer libre de ocupaciones. La meditación se produce espontáneamente. Sólo pregunta cómo tener tiempo libre de ocupaciones: eso es todo. En esto consiste todo el truco de la meditación: en cómo permanecer libre de ocupaciones. Entonces, no puedes hacer nada: la meditación habrá de florecer."