Sex code (44 page)

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Authors: Mario Luna

Tags: #Autoayuda

BOOK: Sex code
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Con la mirada puedes preguntar, acusar, culpar, desaprobar, despreciar, premiar, sonreír, burlarte, animar, atacar, defenderte o acariciar. De hecho, puedes hacer que una chica no pare de pensar en ti, que se ponga roja o incluso hacer que moje su ropa interior… simplemente mirándola.

Con la mirada puedes también comunicar Valor, Conexión y, desgraciadamente, también todo lo contrario.

Por cierto, tener unos ojos bonitos y llamativos nunca hace daño a nadie, pero no te obsesiones con ello si no es tu caso.

En realidad, es el poder que encierran los ojos detrás de ellos, lo que comunican, la fuerza y la entereza del espíritu de su dueño el que hace el trabajo. He visto hombres con ojos mediocres o incluso feos usar su mirada para ejercer efectos sobre las mujeres que rozan la magia. En otras palabras, los ojos son atractivos cuando se saben utilizar
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.

Pregúntate: ¿qué es lo que quiero proyectar? ¿En qué medida puedo hacerlo con la mirada?
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ESPACIO Y MAJESTUOSIDAD

Ocurre no solo en la nuestra, sino en todas las especies. Los Machos Alfa dominan más espacio y adoptan posturas, por así decirlo, más majestuosas. Así que, a partir de ahora, ocupa más espacio y sé más majestuoso.

Eso sí, quiero que entiendas que con esto no te estoy aconsejando que incurras en la grosería o la mala educación, ni que te vayas peleando en la calle con la gente por un palmo de suelo. En cuanto a la majestuosidad, hazlo también con sutileza, elegancia y naturalidad. Recuerda que tus posturas pueden ser elegantes y poderosas sin que parezca que tu esqueleto carece de articulaciones o que la mano de un gigante invisible está tirando hacia arriba de tu barbilla. Como en todo, si exageras puedes provocar el efecto contrario al que persigues, ofreciendo la temida DEV
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.

En la práctica, esto se traduce a cosas tan concretas como poner una pierna sobre la otra cuando te sientes, extender los brazos apoyándolos sobre respaldos o reposacodos, alzar la barbilla, caminar erguido y con los brazos ligeramente separados del tronco
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, no dejar caer los hombros, sacar pecho, etc.

Cuando estés de pie, separa un poco las piernas y, para quitar rigidez a la postura y dotarla de algo más de gracia, descansa ligeramente el peso de tu cuerpo sobre una de las caderas.

Creo que el principio es bastante sencillo y no necesita mayor aclaración.

AUSENCIA DE TICS, MUECAS Y POSTURAS, GESTOS DEFENSIVOS Y OTROS ELEMENTOS QUE DELATEN INSEGURIDAD
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Seguir los principios anteriores, pero continuar escudando nuestra falta de confianza en tics, muecas, posturas defensivas o cualquier clase de aspaviento, sería como sepultar todo el trabajo que hemos llevado a cabo.

Se trata de algo, no obstante, que casi todos hacemos o hemos hecho en mayor o menor medida
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.

Para evitarlas, es conveniente empezar por detectarlas. Examínate a fondo y sin piedad, o pide a una o varias personas dignas de confianza que te echen una mano.

Una vez conozcas todo aquello que haces de forma inconsciente pero que sabotea tu capacidad para tener una vida social más exitosa, trabaja por sustituir dichos hábitos por otros nuevos.

Porque al final solo se trata de eso: hábitos.

APROVECHA EL PODER DE LAS POSTURAS EVASIVAS
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¿Te ha ocurrido alguna vez que la chica que te gusta te ignore? ¿Sí? ¿Y qué me dices de cuando parece que está contigo solo a medias?

Vamos, cuando le hablas y en teoría te escucha pero, de alguna forma, tienes la clara impresión de que no tienes su atención completamente. Cuando está ocupada haciendo otra cosa a la vez, o mirando su móvil por ejemplo, o con cara de estar esperando algo interesante de un momento a otro y que no tiene nada que ver contigo. O cuando, simplemente, esa chica a la que no conoces y no dejas de mirar no parece caer en la cuenta de que existes.

Pues bien, ¿cómo te sientes en esos momentos? Y ¿te has fijado en sus posturas? Quiero que reflexiones sobre cómo te hacen sentir, porque se trata de un recurso del que tú también puedes aprovecharte.

Cuando te acercas a una mujer, por ejemplo, resulta muy efectivo hacerlo casi dándole tu espalda. Esto se conoce como «Ladeo». Pues bien, el Ladeo resulta mucho menos amenazante y no pone en entredicho tu Valor
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.

También es muy poderoso mantener una postura oblicua en las primeras fases, como si tuvieras tus reservas a la hora de abrirte. O servirte de lo que se conoce por «Recueste», inclinándote ligeramente hacia atrás. Estas son DAVs que muestran una total ausencia de necesidad a la vez que eliminan desconfianzas y recelos.

RIQUEZA DE GESTOS

Hay pocas cosas peores que el aburrimiento. El Aven debe cultivar su capacidad para tener en vilo no solo una mujer en concreto, sino audiencias enteras
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. Y debe poseer dicha destreza aun cuando haga un uso comedido de ella para no ser encasillado como showman o animador de tertulias.

La riqueza de gestos es una de esas cualidades que hace que la compañía de un artista jamás resulte aburrida. Si alguna vez has estado sobre un escenario, seguro que entiendes lo que digo.

Si no es así, realiza una inversión y regálate una noche en el teatro. Observa a los actores.

¿Qué hacen de sus posturas y de sus gestos? Por lo general, ¿permanecen estáticos con los brazos caídos o se pasean por el escenario
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? ¿Se sirven de los objetos como pequeños refuerzos? ¿Son pasivos o mantienen una actitud dinámica y cambiante? ¿Se olvidan totalmente de su lenguaje corporal o conciben este como un aspecto fundamental de su comunicación con el público? Creo que me entiendes
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.

SU FÍSICO Y APARIENCIA

Ya lo hemos apuntado. Tu cuerpo es como un enorme proyector de cuanto hay y ocurre dentro de él, y en particular de tu cerebro. Esta afirmación, sin embargo, va algo más allá de la comunicación no verbal. Incluye también tu aspecto físico
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.

En otras palabras, tu apariencia es también muy importante. Ofrece una gran cantidad de información e invita a llevar a cabo interpretaciones sobre ti.

¿Quieres que te lo repita?

Tu apariencia cuenta. Y puede, como es lógico, convertirse en una DAV o en una DEV.

Supongo que la noticia no coge de sorpresa. Ahora bien, lo que puede que sí te choque un poco más es lo que voy a decirte a continuación.

Tu físico depende de ti en más de un 80%.

«¿Es ahora cuando viene la triquiñuela?», te estarás preguntando. «Seguramente», te dirás, «ahora me hablará de cómo, si me visto bien, puedo lograr que más del 80% de mi cuerpo tenga buen aspecto, o una perogrullada parecida. Algo, en definitiva, que pueda sonar grandilocuente, pero que a la hora de la verdad no va a cambiar la percepción que las mujeres tienen de mi».

Sin embargo, aunque es verdad que la ropa cubre más del 80% de tu cuerpo, no es eso solo a lo que me estoy refiriendo.

Lo que quiero decirte, con total seriedad, es que en la mayoría de los casos cambiar la percepción que las mujeres tienen de nuestro físico se encuentra en nuestra mano. En grandísima medida.

En la mayoría de los casos, no hay hombres poco apuestos. Tan solo, hombres perezosos.

Hace tiempo, yo mismo era un escéptico en esta materia. Me guiaba por el lema: «La mona, aunque se vista de seda, mona se queda». De hecho, había conocido muchas mujeres que no llegaban a despertar mi atracción ni la de otros conocidos por muy arregladas o llamativas que vistiesen, así que consideraba natural que la misma ley se aplicase al caso del hombre.

Pero estaba equivocado.

Por un lado, muchas de esas mujeres es verdad que se habían arreglado y adornado, pero en la mayoría de los casos les faltaba gusto al hacerlo. Y, tras un análisis profundo, se acababan revelando como personas que no mostraban verdadero respeto y amor por su propio cuerpo.

Por otro descubrí que, si bien todos —con independencia de nuestro sexo— podemos hacernos más atractivos sin necesidad de pasar siempre por el quirófano, en el caso de los hombres este principio es aún más poderoso. Lo es pese a lo que parezcan sugerir nuestra cultura o las apariencias.

Puesto que el atractivo del hombre está menos basado en el físico que el de la mujer, apenas existen rasgos en la apariencia de este que no puedan de un modo u otro volverse en su favor.

Es ahora, después de haber operado cambios importantes en mi propio físico y tras haber presenciado transformaciones casi milagrosas, que comprendo el alcance de este poder. El enorme poder con el que la mayoría de hombres contamos a la hora de afectar sobre la percepción que los demás tienen de nuestro atractivo físico.

Desafortunadamente, este tema es una materia de estudio en sí misma. Se pueden dedicar a ella —y de hecho se han dedicado— libros enteros, así que yo solo voy a darte unos rápidos consejos. Mi objetivo es que comiences a dar pasos dentro de la buena dirección, de forma que a partir de ahora tu aspecto solo pueda mejorar.

Esta vía consta, por así decirlo, de dos carriles.

Por un lado, tu misión será corregir todo aquello que pueda, en estos momentos, estar saboteándote y haciéndote sexualmente menos deseable de forma directa, sin que apenas seas consciente de ello. En definitiva, todo aquello que suponga una clara DEV en tu físico.

Por otro, deberás instruirte sobre la clase de detalles relacionados con la percepción física de tu persona que pueden hacerte más interesante, agradable o atractivo
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. Es decir, con todas las posibles DAVs que podrías proyectar por medio de tu apariencia y que no estás aprovechando.

He aquí, pues, algunos principios de validez más o menos general en nuestro tiempo y dentro de lo que se entiende por «mundo occidental».

Primero hablaremos de cómo eliminar todo aquello que te hace repulsivo, alcanzando un deseado estado de neutralidad. A continuación, entraremos en detalles que pueden, potenciando tu atractivo natural, mejorar tu juego en el plano de la apariencia y el físico.

¿Preparado? Allá vamos.

LO QUE TE HACE REPULSIVO

Lo primero, ya hemos dicho que es librarte de todo aquello que puede estar saboteándote sin que lo sepas. En otras palabras, puede que no solo no seas demasiado atractivo, sino que haya cosas que te estén convirtiendo en un ser verdaderamente repulsivo.

Puede que estés sembrando el asfalto de DEVs cada vez que sales de tu casa.

Mi consejo es que no muestres ningún tipo de clemencia contigo mismo en este aspecto. Dedícate a revolver los trapos sucios hasta que des con aquellas cosas que podrían estar interponiéndose entre tú y tu éxito con las mujeres. Una vez eliminados todos estos obstáculos, podrás llegar a lo que se conoce por estado de neutralidad física.

Puede que en principio suene algo soso, pero te sorprendería lo que alcanzar simplemente dicho estado puede a veces hacer por muchos hombres.

Por cierto, el que ya hayas obtenido éxitos considerables con mujeres en el pasado no es un indicador fiable de la ausencia de elementos repulsivos en tu físico. La verdad es que muchas mujeres tienen una capacidad admirable para pasar por alto tales fallos, en especial cuando hay amor o afecto de por medio. Pero esto no quiere decir que esa parte de repulsividad sea precisamente la que más les excita de ti. Además, si tenemos en cuenta que la mayoría de los hombres tienen rasgos manifiestamente repulsivos, no resulta tan asombroso que una gran parte de mujeres haya aprendido a tolerarlos.

Sea como fuere, quiero dejarte algo bien claro: tu repulsividad no va a hacer que las mujeres acudan a ti en manada. Por mucho cariño que le tengas, líbrate de ella. Yo lo hice. Otros lo han hecho. ¿Por qué no vas a hacerlo tú?
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A continuación, te ofrezco una lista de algunos de aquellos rasgos que con frecuencia suelen hacernos bastante repulsivos desde el punto de vista sexual. No tengas ninguna clase de pudor en reconocerte que posees alguno de ellos si realmente es así
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.

FALTA DE HIGIENE EXTERNA

Es duro reconocerlo, pero aún en nuestros días descuidamos a veces nuestra higiene externa. Recuerda que hay pocas cosas tan desagradables desde el punto de vista sexual como dejar proliferar la porquería en nuestro cuerpo.

Prácticas como una o dos duchas diarias no pueden dejar de formar parte de tus hábitos. Además, conviene tener siempre los genitales, boca, uñas, cabello, prendas interiores, ropa y zapatos limpios más allá de toda duda. Si no lo haces estarás incurriendo en una de las peores formas de repulsividad: la cerdez.

FALTA DE HIGIENE INTERNA Y EJERCICIO

Esta es, con mucho, la falta de higiene más frecuente en nuestros días. Podemos cuidar mucho de nuestra limpieza externa, pero si nuestro cuerpo se encuentra sucio por dentro o en un estado de forma deplorable, esto se traducirá rápidamente en una caída en picado de nuestro atractivo natural.

No olvides que —adoptando uno de los clichés más horribles de nuestros días— cuando decides ser tú mismo, puedes elegir siempre entre ser tu peor mismo o tu mejor mismo.

Pues bien, tú mejor mismo está ejercitado, de modo que el cuerpo no se le va cayendo a trozos, y lleva una dieta sana y equilibrada. Recuerda que una salud mala o deficiente, además de atentar contra tu vida o su calidad, repercute también en tu humor y niveles de energía. Además, también lo hace en tu olor, tu sabor, tu tacto e incluso tu aspecto.

En otras palabras, tu cuerpo es un templo que, si aún no lo has hecho, debes ahora aprender a amar y respetar. Tanto por fuera como por dentro.

A partir de ahora, conviértete en un estudiante crónico de la salud y, en especial, del cultivo de la salud por vías naturales. Se trata de algo que solo puede ayudarte, tanto en esta como en innumerables otras áreas de tu vida.

MAL ALIENTO

Hazte un favor y pregunta ahora mismo a alguien de confianza si tienes mal aliento. Dile que no tenga miedo de herir tus sentimientos, que sabrás afrontar cualquier respuesta, y acto seguido échale tu respiración en plena cara.

¿Cuál ha sido el veredicto?

Si es favorable, alégrate, pero no te confíes. Sigue aplicando una devoción religiosa al cuidado de tu cuerpo y lleva siempre contigo un paquete de chicles, pastillitas creadoras de aliento fresco o caramelos mentolados sin azúcar por lo que pueda pasar. Si, como yo, eres un fanático de la salud natural, usa cosas como pastillas compuestas de extractos naturales de anís o regaliz.

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