«Creo que se está cociendo algo muy fuerte entre OBJETIVO y yo. ¿Conformes?» (RAIS).
«Francamente, creo que me gustaría ver a vuestra amiga de nuevo. ¿Todos de acuerdo?» (RAIS).
«Resolvamos nuestras diferencias» (RAIS)
Os lleváis a matar y no habéis dejado de meteros el uno con el otro, pero ahora vais a resolver vuestras diferencias de una vez por todas. Debéis encontrar un lugar tranquilo y solitario donde la sangre que vais a derramar no pueda escandalizar a nadie.
«Chicos, creo que he estado marginando un poco a vuestra amiga. Hacemos las paces y volvemos, ¿vale?» (RAIS).
Este es parecido al anterior, pero en su versión pacífica.
«Rutina de Lectura en Frío inconclusa» (RAIS)
Pongamos por caso que le has hecho El CUBO, y lo has interpretado… casi todo. Cuando estás a punto de llegar a la parte del caballo, le dices que se está haciendo tarde y te tienes que ir.
Si ella accede a que te vayas, puedes arreglar un encuentro para otro día, y esto te serviría como amarre. Si, por el contrario, no quiere que te vayas, puedes pedirle que te acompañe y hacérselo de camino a casa o en el siguiente lugar al que «debes» acudir.
«Chicos, creo que os voy a privar un momento de la compañía de OBJETIVO. Estamos ahí enfrente» (RAIS).
«Creo que vuestra amiga y yo nos hacemos tilín. Si alguien tiene algo que decir, que hable ahora o calle para siempre». (RAIS).
«Oye, ¿te importa que tome prestada a tu amiga un momentito?» (RAIS).
Si has pedido permiso al Set y este muestra su conformidad, puedes hacer que se sientan bien con comentarios tan sencillos como:
«Fantástico, enseguida volvemos…».
«Perfecto… ¿Nos dais un minutito? Me tengo que ir enseguida de todas formas».
Puedes empezar a necesitarlas en cualquier momento de la interacción. Te convendrá disponer de al menos una o dos.
El problema de esta rutina es que es totalmente personal, por lo que debes de crear una propia y enteramente a tu medida.
Cuando lo hagas, intenta lograr que posea tantos elementos de Valor y que aproveche tantos Interruptores Sexuales como sea razonablemente posible
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Solo a modo de ejemplo, te ofrezco una de las mías. Suelo utilizarla cuando de verdad quieren saber qué hago:
CRUCE DE SUEÑOS (RID+V+R+VUL)
«Mira, voy a contestarte, pero quiero que me entiendas. Para ello, antes quiero que me digas dos cosas. Una que te haya frustrado durante mucho tiempo y otra que sea como un sueño».
Cuando me lo dice, le pregunto: «¿Y cómo te sentirías si pudieras realizar tu sueño y, a la vez, ayudar a la gente que de verdad lo necesita a superar frustraciones como esa que tú has sufrido durante tanto tiempo?
»Pues bien, eso es lo que yo hago ahora.
»Puede que te suene gracioso, pero para mí es como un sueño, ¿sabes? Mira, la verdad es que yo he tenido suerte en la vida. He tenido trabajos interesantes, que me han dado la oportunidad de expandirme, crecer como ser humano y conocer cosas nuevas, y me siento enormemente agradecido por ello. Cuando era Comercial de Exportación, por ejemplo, podía viajar por el mundo, conocer gente diferente de todo lo que había visto y que me pagasen por ello.
»Pero esto es diferente.
»Llega un día en que sientes que has recibido demasiado, y que es el momento de ofrecer al mundo algo. Algo en retorno, ¿sabes? Y te puedo asegurar que no hay nada mejor. Antes me divertía trabajando, me resultaba excitante trabajar. Por supuesto, también he tenido trabajos aburridos, no te creas. Trabajos de esos en los que se te hace un mundo levantarte de la cama.
»Por eso me siento tan afortunado ahora. Porque nunca había experimentado lo que siento ahora cada mañana. ¿Tú sabes lo que es que te suene la alarma y cagarte en la puta porque sabes que desayunar, ducharte y arreglarte va a llevarte cierto tiempo? ¿Tú sabes lo que es morirse de ganas de empezar a trabajar? Francamente ¿cuánta gente puede decir eso?
»Y es que, ahora, estoy viviendo dos sueños a la vez. Por un lado, puedo escribir, proyectarme por medio de palabras, y que me paguen por ello. Por otro, puedo conectar con la gente a un nivel humano y profundo y puedo, si están dispuestos a ser sinceros consigo mismos y a esforzarse, ayudarlos a cambiar sus vidas. ¿No es esto magnífico?
»De pequeño siempre estaba escribiendo historias y me llevaba la mejor nota de la clase. Desde los dieciséis he mantenido un diario que en la fecha tiene ya más de tres mil páginas. A los veintitrés escribí mi primera novela y a los veinticuatro me publicaron mi primer ensayo.
»Pero, ¿sabes qué?
»Sentía que todo lo que hacía me llenaba a mí. Y, aunque a veces también servía para hacer que otras personas se evadieran durante unas horas de sus vidas, ¿sabes qué? Sentía que la comunicación estaba incompleta. No podía sentir a mis lectores, ni saber qué clase de personas eran, ni qué hacer para ayudarlos a evolucionar como seres humanos realmente y que ellos me ayudaran a hacerlo a mí.
»Y un día descubrí la clave.
»Pero para que lo entiendas, tengo que decirte que yo fui excepcionalmente tímido durante mi adolescencia. No sabía ser yo mismo, no tenía confianza y no tenía idea de comunicarme con las chicas. Pensaba que estaba condenado a ser así, de modo que no le daba muchas vueltas al asunto.
»Recuerdo por ejemplo a esta chica, Lorena. La conocía durante años y estaba total y perdidamente enamorado de ella. Un día estaba sin camiseta, tumbada sobre mí en el sofá de mi casa. Nos estábamos mordiendo el uno al otro, pero tan pronto como pensé que era el momento de besarla, el miedo y los nervios me bloquearon por completo y fui incapaz de hacerlo.
»Seis meses después estaba saliendo con un chico del instituto. Al poco se fue a vivir con él a Barcelona y nunca más volví a saber de ella. Durante ese tiempo, me sucedieron historias parecidas, y la causa siempre era la misma. Me había pasado de tímido o inepto.
»Sin embargo, durante mi larga estancia en Formentera e Ibiza cambió todo.
»Me enviaron a Formentera por razones de trabajo. Allí, entablé amistad con un grupo de italianos que eran endiabladamente buenos con las mujeres. Y, por alguna razón que aún desconozco, les caí bien y me ayudaron muchísimo. De algún modo, es como si hubiese entrado en contacto con una parte de mi mismo que antes no sabía que existía.
»Al cabo de dos años en aquellas islas, mi visión del mundo era completamente distinta.
»Ya no veía a las mujeres como seres extraños, sino como compañeros de viaje con los cuales podía fluir y ser natural. Podía tener sexo con ellas o no, pero aquella extraña sensación de incomodidad se había ido para siempre. Es como cuando de repente te das cuenta de que has dejado de tener la regla.
»No sé si me entiendes, pero podía comunicarme con ellas a otro nivel y disfrutar de su compañía de formas que pensaba que antes no existían. Además, sabía que podía salir cualquier noche, solo o acompañado, y conocer a quien me diera la gana.
»Entiéndeme, no creo en los seductores. Pero creo que cualquier persona puede demostrar a otra que tiene mucho que ofrecer si es capaz de entrar en contacto con esa parte de sí misma que la diferencia de las demás.
»Lo que ocurre es que mucha gente se avergüenza de esa parte precisamente porque es diferente. Y no se dan cuenta de que es lo más valioso que poseen y que, si lo comparten, pueden despertar un enorme interés y hacer que otros seres humanos se sientan atraídos hacia ellos.
»Aunque ese sencillo descubrimiento cambió mi vida, para mí el cambio fue tan natural que apenas me percataba. Solo caí en la cuenta de era distinto al reencontrarme con mis viejos amigos. Gente que había sido tan mala o peor que yo a la hora de relacionarse.
»Y, créeme: verlos interactuar con una mujer era como verlos cargando con un saco de cincuenta kilos a la espalda. Ese saco de cemento había estado ahí toda la vida, y yo también había cargado con él. Lo que pasa es que no lo había visto, ni en mí ni en mis amigos.
»Y ahora… ¿imaginas cómo me sentía? Quería decírselo a ellos, pero me sentía impotente, pues no lo veían. Quería coger unas tijeras y hacer una rasgadura en su saco, para que este se fuera vaciando. Como habían hecho los italianos conmigo.
»Una cosa estaba clara: ellos no iban a arrastrarme hacia su mundo de limitación. Así que yo tendría que arrastrarlos al mío.
»Poco a poco, les iba aconsejando cuando me preguntaban. Y, la verdad, sin darse cuenta ellos tampoco, sus vidas fueron cambiando. Les enviaba correos electrónicos y hasta llegué a escribir un documento de veinte páginas con consejos.
»Uno de ellos, Darío, me invitó pasar el mes de vacaciones en su apartamento de Tolouse para verme interactuar con sus amigas en vivo y en directo.
»—No te das cuenta —me dijo—, pero haces muchas cosas bien. Y lo mejor, eres capaz de explicarlo a otros que no tienen ni pajotera idea. Ligones y tíos que son buenos con las mujeres los hay a patadas por ahí. Pero siempre que le pregunto algo a alguien, no saben ni cómo explicarme lo que hacen… Pero tú eres distinto. Tú también fuiste tímido y sabes cómo se siente la gente a la que le cuesta relacionarse. Además, llevas años escribiendo. ¿Por qué no escribes un manual sobre el tema?
»Esto ocurrió a los diez días de estar allí. Nos pusimos a investigar sobre el tema y descubrimos que en Norteamérica había una sociedad secreta de tíos que intercambiaban consejos en inglés a través de Internet. Algunos de estos tíos, por cierto, eran terriblemente buenos.
»Entonces empecé a echar un vistazo a todo lo que decían. Los estudié y, combinando la información que sacaba con lo que yo ya tenía escrito, escribí un manual de unas cien páginas que llamé Sex Code.
»Pronto descubrimos que la sociedad era internacional y que había gente en España que también hacía eso. Puse mi libro a la venta en Internet y a dar consejos en los Foros.
»Con el tiempo, el grupo de gente fue creciendo, la gente empezaba a interesarse más por el libro, así que yo me plantee darle un enfoque profesional.
»Me tomé unos meses sabáticos y, ahora, Sex Code se ha convertido en un libro de más de setecientas páginas que estoy a punto de publicar. Seguimos participando en los Foros y queremos empezar a dar seminarios. La gente nos envía cada vez más correos pidiéndonos ayuda.
»Y oye, aún no vivimos de esto, pero al ritmo que va esperamos hacerlo pronto. A fin de cuentas, gracias a la ayuda de la Comunidad y mis amigos, Sex Code es el mejor libro que existe sobre la materia.
»¿No es maravilloso? Ahora cada mañana siento una oleada de vitalidad y energía que hace que salte de la cama y me brillen los ojos cuando abro las persianas. El mundo parece un lugar nuevo, y yo puedo trabajar escribiendo y ayudando a otras personas. Puedo ver y sentir a la gente para la que escribo. Puedo, por así decirlo, sentir cómo se vacían sus sacos de cemento.
»¿No te parece increíble?
»Quizás te resulte pueril, pero a mí sí me lo parece. Y todo empezó hace unos años, con un viaje de trabajo y unos diarios».
Como ves, trato de conectar al Objetivo con mi Identidad. La idea es que este pueda sentirse identificado con mi historia y que reviva el proceso como si le hubiese podido ocurrir a ella.
Explica cómo, partiendo de un lugar familiar para ella, llego a algo tan disparatado o extraño como mi situación actual. Así, después de haber recorrido el camino conmigo, lo ve como algo próximo y cercano.
Si le dijera simplemente: «Soy un tío que quiere ganarse la vida enseñando a otros a ligar y que ha escrito un libro de más de setecientas páginas para hacerlo»., probablemente me catalogaría de alguna forma poco adecuada. Además, sus Defensas se dispararían como misiles.
Al hacerlo de esta forma, muestro una faceta mucho más humana, quito peso al hecho de que paso tiempo pensando en cómo seducir a las mujeres y hago que esto parezca algo natural. La parte sobre mi pasado de Frusco es peligrosa y podría restarme Valor, pero yo intento enfocarlo como un ingrediente de Vulnerabilidad que dé credibilidad a la historia y no me haga parecer un cerdo sin escrúpulos. Se trata, con todo, de un momento delicado que hay que saber cómo abordarlo y enmarcarlo en el contexto adecuado.
Por lo demás, no te resultará darte cuenta de que en la historia he introducido diversos elementos de Valor y de Romance.
VERSIÓN SIMPLE (RID+V)
Esta rutina es un poco larga, por lo que si la chica no tiene tiempo para escucharla por completo, no muestra suficiente interés o la situación no lo permite, le ofrezco una versión reducida de la misma.
Su versión más simple, es algo como:
«Mira, lo que hago es algo que solo existe desde hace un par de años, así que no te extrañes si no lo entiendes. Resumiendo, se basa en escribir y en ayudar a la gente que lo necesita.
»Es el mejor trabajo del mundo y doy gracias a Dios todos los días por haberme elegido a mí para desempeñarlo».
Deja muchas cosas abiertas, por supuesto. Si el Objetivo o alguien insiste, le pregunto si tiene antes tiempo. «A fin de cuentas», le digo, «se trata de algo nuevo, así que si no te lo explico bien te vas a quedar igual. Si no tenemos tiempo, ya te lo explicaré cuando estemos más tranquilos».
Y me quedo tan ancho.
He dicho suficiente sobre mi Identidad para que esta resulte interesante y quieran saber más. Además, prefiero dejar una historia en el aire que dar la impresión de que intento cualificarme con ella, contándola a toda costa.
Las Frases o Mini Rutinas no solo pueden utilizarse para proyectar Valor. También las hay que pueden servirte durante tu Campaña de Romance.
Su ventaja es obvia: pueden reencauzar la interacción hacia el Romance de una forma rápida y eficaz. También son muy útiles para romper los esquemas del Objetivo, cuando este está a punto de encasillarte como ligón o como capullo arrogante, como consecuencia quizás de tu Campaña de Valor.
Como suele ocurrir con las frases, algunas es posible desarrollarlas hasta convertirse en Rutinas más largas. También pueden servirles de introducción a éstas, ya que logran despertar el interés.
«No. No analizo. Conecto. Es muy distinto. No puedes conectar sin entender. Y no te puedes comunicar sin conectar». (FR)
Cuando te dicen: «Hay que ver cómo analizas a la gente», o algo similar. Si el Objetivo piensa que la analizas, pueden activarse sus Defensas.