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Authors: Roberto Bolaño

Tags: #Poetry, #General, #Caribbean & Latin American

The Unknown University (48 page)

BOOK: The Unknown University
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Te regalaré un abismo, dijo ella,

pero de tan sutil manera que sólo lo percibirás

cuando hayan pasado muchos años

y estés lejos de México y de mí.

Cuando más lo necesites lo descubrirás,

y ése no será

el final feliz,

pero sí un instante de vacío y de felicidad.

Y tal vez entonces te acuerdes de mí,

aunque no mucho.

 

My gift to you will be an abyss, she said,

but it will be so subtle you’ll perceive it

only after many years have passed

and you are far from Mexico and me.

You’ll find it when you need it most,

and that won’t be

the happy ending,

but it will be an instant of emptiness and joy.

And maybe then you’ll remember me,

if only just a little.

 

LA FRANCESA

Una mujer inteligente

Una mujer hermosa

Conocía todas las variantes, todas las posibilidades

Lectora de los aforismos de Duchamp y de los relatos de Defoe

En general con un autocontrol envidiable

Salvo cuando se deprimía y se emborrachaba

Algo que podía durar dos o tres días

Una sucesión de burdeos y valiums

Que te ponía la carne de gallina

Entonces solía contarte las historias que le sucedieron

Entre los 15 y los 18

Una película de sexo y de terror

Cuerpos desnudos y negocios en los límites de la ley

Una actriz vocacional y al mismo tiempo una chica con
extraños
rasgos de avaricia

La conocí cuando acababa de cumplir los 25

En una época tranquila

Supongo que tenía miedo de la vejez y de la muerte

La vejez para ella eran los treinta años

La Guerra de los Treinta Años

Los treinta años de Cristo cuando empezó a predicar

Una edad como cualquier otra, le decía mientras cenábamos

A la luz de las velas

Contemplando el discurrir del río más literario del planeta

Pero para nosotros el prestigio estaba en otra parte

En las bandas poseídas por la lentitud, en los gestos exquisitamente
lentos del desarreglo nervioso

En las camas oscuras

En la multiplicación geométrica de las vitrinas vacías

Y en el hoyo de la realidad

Nuestro lujo

Nuestro absoluto

Nuestro Voltaire

Nuestra filosofía de dormitorio y tocador

Como decía, una muchacha inteligente

Con esa rara virtud previsora

(Rara para nosotros latinoamericanos)

Que es tan común en su patria

En donde hasta los asesinos tienen una cartilla de ahorros

Y ella no iba a ser menos

Una cartilla de ahorros y una foto de Tristán Cabral,

La nostalgia de lo no vivido

Mientras aquel prestigioso río arrastraba un sol moribundo

Y sobre sus mejillas rodaban lágrimas aparentemente gratuitas

No me quiero morir susurraba mientras se corría

En la perspicaz oscuridad del dormitorio

Y yo no sabía qué decir

En verdad no sabía qué decir

Salvo acariciarla y sostenerla mientras se movía

Arriba y abajo como la vida

Arriba y abajo como las poetas de Francia

Inocentes y castigadas

Hasta que volvía al planeta Tierra

Y de sus labios brotaban

Pasajes de la adolescencia que de improviso llenaban nuestra
habitación

Con duplicados que lloraban en las escaleras automáticas del metro

Con duplicados que hacían el amor con dos tipos a la vez mientras
afuera caía la lluvia

Sobre las bolsas de basura y sobre las pistolas abandonadas en las
bolsas de basura

La lluvia que todo lo lava

Menos la memoria y la razón

Vestidos, chaquetas de cuero, botas italianas, lencería para volverse
loco

Para volverla loca

Aparecían y desaparecían en nuestra habitación fosforescente y
pulsátil

Y trazos rápidos de otras aventuras menos íntimas

Fulguraban en sus ojos heridos como luciérnagas

Un amor que no iba a durar mucho

Pero que a la postre resultaría inolvidable

Eso dijo

Sentada junto a la ventana

Su rostro suspendido en el tiempo

Sus labios: los labios de una estatua

Un amor inolvidable

Bajo la lluvia

Bajo ese cielo erizado de antenas en donde convivían

Los artesonados del Siglo
XVII

Con las cagadas de palomas del Siglo
XX

Y en medio

Toda la inextinguible capacidad de provocar dolor

Invicta a través de los años

Invicta a través de los amores

Inolvidables

Eso dijo, sí

Un amor inolvidable

Y breve

¿Como un huracán?

No, un amor breve como el suspiro de una cabeza guillotinada

La cabeza de un rey o un conde bretón

Breve como la belleza

La belleza absoluta

La que contiene toda la grandeza y la miseria del mundo

Y que sólo es visible para quienes aman

 

LA FRANCESA

An intelligent woman

A beautiful woman

Knew all the variants, all the possibilities

Reader of Duchamp’s aphorisms and the stories of Defoe

In general possessing an enviable self-control

Except when she got depressed and got drunk

Something that could last two or three days

A succession of Bordeaux and Valium

That would give you goose bumps

Then she’d usually tell you what happened to her

Between the ages of 15 and 18

A pornographic horror film

Naked bodies and business deals that skirted the law

A vocational actress and at the same time a girl with strange strokes
of greed

I met her when she’d just turned 25

In a tranquil period

I suppose she feared old age and death

Old age for her was thirty

The Thirty Years’ War

Christ’s thirty years when he started to preach

An age like any other, I told her while we dined

By candlelight

Pondering the flow of the planet’s most literary river

But for us prestige lay elsewhere

In bands possessed by slowness, in exquisitely slow gestures of
nervous dishevelment

In dark beds

In the geometric multiplication of empty shop windows

And in the grave of reality

Our luxury

Our absolute

Our Voltaire

Our philosophy of the bedroom and boudoir

Like I said, an intelligent girl

With that rare virtue of foresight

(Rare for us Latin Americans)

So common in her country

Where even the assassins have bankbooks

And she wasn’t going to be any less

A bankbook and a photo of Tristan Cabral,

Nostalgia for the unlived

While that prestigious river trailed a dying sun

And down her cheeks rolled seemingly gratuitous tears

I don’t want to die, she whispered while coming

In the shrewd darkness of the bedroom

And I didn’t know what to say

I really didn’t know what to say

Except to caress her and support her while she moved

Up and down like life

Up and down like the poets of France

Innocent and punished

Until she returned to planet Earth

And from her lips sprouted

Passages from her adolescence that filled our bedroom on the spot

With copies crying on metro escalators

With copies making love to two guys at once while rain was falling
outside

Over garbage bags and over abandoned pistols in the garbage bags

Rain that washes everything

Except for memory and reason

Dresses, leather jackets, Italian boots, lingerie to drive you mad

To drive her mad

They appeared and disappeared in our phosphorescent, throbbing
bedroom

And quick strokes of other less intimate adventures

Flashed in her wounded eyes like fireflies

A love that wouldn’t last long

But that by dessert would have become unforgettable

That’s what she said

Seated by the window

Her face suspended in time

Her lips: a statue’s lips

An unforgettable love

Beneath the rain

Beneath that sky bristling with antennas in which

17th-century coffers coexist

With the shit of 20th-century pigeons

And in the middle

All the inextinguishable capacity to inflict pain

Undefeated through years

Undefeated through loves

Unforgettable

Yes, that’s what she said

An unforgettable love

And brief

Like a hurricane?

No, a love brief as the sigh of a guillotined head

The head of a king or Breton count

Brief like beauty

Absolute beauty

Which contains all the world’s majesty and misery

And is only visible to those who love

 

OJOS

Nunca te enamores de una jodida drogadicta:

Las primeras luces del día te sorprenderán

Con sangre en los nudillos y empapado de orines.

Ese meado cada vez más oscuro, cada vez

Más preocupante.
Como cuando en una isla griega

Ella se escondía entre las rocas o en un cuarto

De pensión en Barcelona, recitando a Ferrater

En catalán y de memoria mientras calentaba

La heroína en una cuchara que se doblaba

Como si el cabrón de Uri Geller estuviera

En la habitación vecina.
Nunca, nunca te encoñes

De una jodida puta suicida: al alba tu rostro

Se dividirá en figuras geométricas semejantes

A la muerte.
Inútil y con los bolsillos vacíos

Vagarás entre la luz cenicienta de la mañana

Y entonces el deseo, extinguido, te parecerá

Una broma que nadie se tomó la molestia

De explicarte, una frase vacía, una clave

Grabada en el aire.
Y luego el azur.
El jodido

Azur.
Y el recuerdo de sus piernas sobre tus

Hombros.
Su olor penetrante y extraño.
Su mano

Extendida esperando el dinero.
Ajena a las confesiones

Y a los gestos establecidos del amor.
Ajena al dictado

De la tribu.
Un brazo y unos pies pinchados

Una y otra vez: espejeantes en la raya que separaba

O que unía lo esperado de lo inesperado, el sueño

Y la pesadilla que se deslizaba por las baldosas

Como la orina cada vez más negra: whisky, coca-cola

Y finalmente un grito de miedo o de sorpresa, pero no

Una llamada de auxilio, no un gesto de amor,

Un jodido gesto de amor a la manera de Hollywood

O del Vaticano.
¿Y sus ojos, recuerdas sus ojos detrás

De aquella cabellera rubia?
¿Recuerdas sus dedos sucios
restregando

Esos ojos limpios, esos ojos que parecían mirarte desde otro

Tiempo?
¿Recuerdas esos ojos que te hacían llorar

De amor, retorcerte de amor en la cama sin hacer

O en el suelo, como si el mono lo tuvieras tú y no ella?

Ni siquiera deberías recordas esos ojos.
Ni un segundo.

Esos ojos como borrados que parecían seguir con interés

Los movimientos de una pasión que no era de este jodido planeta:

La verdadera belleza de los fuertes brillaba allí,

En sus pupilas dilatadas, en las palpitaciones de su

Corazón mientras la tarde se retiraba como en cámara rápida,

Y en nuestra pensión de mierda se oían de nuevo los ruidos,

Los vagidos de la noche, y sus ojos se cerraban.

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