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Authors: José Joaquín Fernández de Lizardi

Tags: #clásico, humor, aventuras

El Periquillo Sarniento (116 page)

BOOK: El Periquillo Sarniento
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[36]
Pillo, zaragate. De esta voz se derivan las
de que también usa el autor en distintas partes como
leperaje
,
leperuzca
, etc. E.
<<

[37]
Con algunas alteraciones se llama hoy
Imperial
. E.
<<

[38]
Los que con groserías incomodan
impudentemente a los que asisten a una diversión, o a
cualquiera otra concurrencia pública o privada. E.
<<

[39]
¡Oh Dios!, confirma lo que has obrado
en mí.
E.
<<

[40]
Estacar la zalea
: (frase
familiar.) Morir, con alusión a los borregos que después
de muertos son desollados y sus zaleas clavadas con estacas en el
suelo o en las paredes para secarse antes de curtirlas. Lo mismo
significa la otra frase vulgar:
Pelar su indigna rata.
E.
<<

[41]
Esta comparación con los caballos
apenas se puede pasar a Periquillo, si no es hablando de sí
mismo. E.
<<

[42]
Oídos que tal oyen
dice la
expresión familiar castellana; pero por el disparate de un
estudiante se ha hecho común decirse como en este lugar. E.
<<

[43]
En los primeros días del
cristianismo se usaban ya los cirios o hachas de cera; pero
anteriormente no se conocían, pues que ni en pinturas ni en
grabados o medallas se ve algo que se les parezca, y
candela
propiamente quiere decir luz. E.
<<

[44]
¡Bella providencia!, que hemos visto
imitada en México desde la peste de 1813, aboliéndose el
envejecido abuso de sepultarse los cadáveres en las iglesias, y
dándoles sepulcros en los campos santos suburbios, conforme a
las determinaciones de los Concilios. ¡Ojalá no se olvide, ni
haya sus infracciones toleradas o impunes!
<<

[45]
Esta costumbre remedan nuestras piras. Por
esto se hacen elevadas, se colman de luces, se adornan con jarras que
despiden aromas olorosos, se colocan los bustos de los difuntos en sus
cúpulas, y se ponen con las insignias de sus empleos.
<<

[46]
Todavía hay pueblos donde los indios
ponen a sus muertos un itacate, que es un envoltorio con cosas de
comer, y algunos realillos. En otros, a más de esto, les
esconden un papel lleno de disparates para el Eterno Padre, y sus
ofrendas son con igual superstición. En otro lugar diremos
quiénes sostienen estos abusos.
<<

[47]
[Páginas
pendientes de digitalizar; en breve serán publicadas en nuestra
Biblioteca (N. del E.)]. (Las páginas faltantes han sido
traídas de otra edición para completar la
maquetación en el presente ePub)
<<

[48]
Si hubiese exactitud en esta
expresión, podría decirse muy bien que las mortajas son
bienes espirituales. Pero no es así, y es otro el nombre con
que debe designarse lo que hay de abusivo en esta práctica. E.
<<

[49]
En la capital de México ya no se ve
tanto de esto; pero en los pueblos, villas y otras ciudades del reino,
aún observan religiosamente estos abusos.
<<

[50]
Esto se facilita más en las
contradanzas y
walses
, que no son otra cosa que lo que antes
se llamaba
alemanda
. La diferencia está en que
aquélla se bailaba espacio, y ésta retozando de prisa, y
entre la mucha polvareda se esconden o disimulan mejor las palabras,
las citas, los pellizcos, los abrazos, los besos, y algo peor que
callo por no ofender la modestia.
<<

[51]
Muchas veces se han visto cumplidas estas
maldiciones. Los hijos deben guardarse de merecerlas, y los padres de
proferirlas. Todo es malo.
<<

[52]
Crimen atroz, pero que no carece de
ejemplares.
<<

[53]
El padre Juan Martínez de la Parra,
de la compañía de Jesús.
<<

[54]
Hablamos aquí de los padres decentes
y bien nacidos, que obran de este modo, no de la gente vulgar que no
abriga ningunos sentimientos regulares, pues a éstos no los
corrige la crítica ni la persuasión. Estos
bárbaros que llevan al hijo a que los cuide cuando el
aguardiente los arroja por las calles; otros que los llevan al juego,
y aun juegan con ellos; otros en cuyas pocilgas jamás se oyen
sino maldiciones, juramentos, riñas y obscenidades, etc.;
éstos no sólo no pueden dar a sus hijos buena
educación ni buen ejemplo, porque son unos brutos racionales,
sino que por esta misma razón, siempre los imbuyen en sus
errores y preocupaciones, y con sus perversos ejemplos les forman un
corazón de demonios. Ésta es una triste verdad, pero
verdad que si se quisiera desmentir, hablaran en su favor las
pulquerías, tabernas, villarcitos, cárceles, y calles de
esta ciudad, que no están llenas de otra polilla que de estos
haraganes y viciosos. ¡Qué cosa tan grande fuera el hacerlos
útiles al estado y a sí mismos! ¿Qué providencias
más conducentes para el caso, que encargarse de sus hijos,
proporcionándoles por amor y por fuerza la buena
educación? ¿Y qué arbitrio, a mi parecer, más
fácil para ello que el proyecto de las escuelas gratuitas que
propuse en el tomo tercero do mi Pensador mexicano número 7, 8
y 9? Yo aseguro que practicado en todas sus partes, dentro de diez
años nuestra plebe no fuera tan necia, viciosa e inútil
como hoy. Esto sería hacer de las piedras hijos de
Abrahán.
<<

[55]
Jerem. 7. v. 18.
<<

[56]
Para el caso lo mismo es matarlos a
pesadumbres, que con veneno o un puñal. Todo es quitarles la
vida.
<<

[57]
Elogiadores.
<<

[58]
El fumar no es malo, es un vicio de los
tolerables, y aunque él por sí es muchas veces
pernicioso a la salud y gravoso a la bolsa, ya la costumbre lo tiene
favorecido; pero ¿el chupar delante de los padres? Tampoco es malo, es
tan lícito como delante de los que no lo son. Ningún
padre se escandalizará si ve que su hijo toma polvos en su
presencia; mas con todo eso, la misma costumbre que sufre que se tome
tabaco aun en la iglesia, por las narices, no lo tolera por la boca,
ni delante de los padres y superiores. Ello es una
preocupación, pero pasadera, y con la que probamos nuestro
respeto a algunas personas y lugares.
<<

[59]
Santo Tomás.
<<

[60]
Recreac. Filos.
, Tom. 4.º, Tarde 19.
<<

[61]
El Licenciado don Francisco Xavier
Peñaranda en su «Sistema económico y político
más conveniente a España».
<<

[62]
Es constante que los pobres son feudatarios
de los ricos y los que aumentan sus riquezas.
<<

[63]
Los miserables jornaleros que cultivan las
haciendas, los operarios que trabajan las minas, y los
artífices que labran los tejidos, etc., dan de comer y
sostienen el lujo de los ricos.
<<

[64]
Con ésos se habla.
<<

[65]
A ésos se dirige el apóstrofe,
no a los pobres viciosos, pues a éstos, si los ultrajan por su
mala conducta, bien se lo merecen. Ser pícaro a más de
pobre es gran desgracia.
<<

[66]
Este pontífice nació en un
pueblo en la marca de Ancona a 13 de diciembre de 1521. Fue su padre
un pobre labrador, como dice Moreri, o viñadero, como dice el
autor del
Diccionario de hombres ilustres
, llamado Peretti y
su madre Mariana. Cuidaba puercos o lechones, y pasando un religioso
franciscano por donde él estaba, ignorando el camino, lo
llevó de guía, y enamorado de la agudeza de sus
respuestas lo condujo a su convento. A poco tiempo tomó el
hábito de la orden seráfica, y correspondiendo sus
ascensos a su aplicación y talento, logró sentarse en la
silla de San Pedro. Restableció a la pureza de su origen la
edición de la Vulgata (Biblia); canonizó a San Diego,
religioso franciscano español; agregó a los DD. de la
Iglesia a San Buenaventura; mandó celebrar la fiesta de la
Presentación de la Santísima Virgen; hizo muchas otras
cosas excelentes. En tiempo de una grande hambre que padeció
Roma, por cuya causa hubo una sublevación, construyó
varios edificios, abrió algunos caminos y promovió el
famoso templo o Cúpula de San Pedro, que se creía
inacabable, en la que mantuvo diariamente a 600 operarios.
Últimamente, erigió un obelisco en la plaza de San Pedro
de 72 pies de altura. No sólo este Pontífice fue de
humilde y pobre ascendencia. Sin nombrar a San Pedro, San Dionisio,
Juan XVIII, Dámaso II, Nicolás I y otros se cuentan de
oscuro linaje. Adriano IV y Alejandro V de niños se alimentaron
de limosna, Urbano IV fue hijo de otro porquerizo, Benedicto XI fue
hijo de una lavandera de paños, Benedicto XII hijo de un
molinero, etc. (véase la historia de los Pontífices). Lo
que prueba bien que ni lo oscuro del nacimiento ni la última
miseria obstan para lograr los empleos más honoríficos,
cuando la ciencia y la virtud hacen a los hombres dignos de ellos.
<<

[67]
Así como puede haber una alma noble
en un plebeyo, así puede haber una alma ruin dentro de un
noble, y a ésta llamamos alma vil o vileza de espíritu.
<<

[68]
Se entiende, sin perjuicio de la justicia,
pues entonces no resultará del beneficio virtud sino agravio.
<<

[69]
No son defectos. El mundo mira con
desprecio a los pobres y a los que no brillan con la nobleza, pero
ésta es una de las locuras de que está el mundo
lleno. Los defectos que no penden del arbitrio del hombre, no son
vituperables, ni se deben echar en cara. Hacerlo es necedad.
<<

[70]
Del señor Benedicto XI se sabe que
siendo un pobre hijo de una lavandera de paños, exaltado al
pontificado fingió también no conocerla porque iba
vestida de seda; y así que fue a visitarlo con su humilde traje
de lana la conoció y obsequió.

Del señor Benedicto XII, dice la historia que habiendo sido
hijo de un molinero no quiso jamás reconocerlo sino en su
propio traje de molinero. Estos heroicos ejemplos de humildad han
quedado escritos para realzar más el mérito y la virtud
de tales personajes.
Véase el Onomásticon de
Guillermo Burio, secc. X., fol. 358.
<<

[71]
Desatino craso, aunque no nuevo en algunas
bocas. Nunca se debe esperar en Dios para tomar una venganza ni
satisfacer ninguna pasión pecaminosa, porque esto fuera
ultrajar su bondad y su justicia creyéndolo capaz de coincidir
con nuestros vicios. Dios permite el pecado, pero no lo quiere.
<<

[72]
Aunque, como se ha dicho, Perico era un
perdido, todavía ignoraba muchas cosas y términos de la
escuela de los tunos. Januario fue el que lo acabó de
adiestrar.
<<

[73]
Espiando sus manejos. E.
<<

[74]
Advertirle alguna trampa. E.
<<

[75]
Observar cuál es la carta primera. E.
<<

[76]
Se avisa a los concurrentes. E.
<<

[77]
Dividir las apuestas de modo que no les
toque por completo la rebaja de lo que el montero quita por estar la
carta que gana a la puerta. E.
<<

[78]
Doblar la punta, o hacer alguna otra
señal a una carta para ver dónde queda después
que se baraje. E.
<<

[79]
Cobrar la parada o apuesta del que se
descuida. E.
<<

[80]
Cobrarla y porfiar que es cosa suya. E.
<<

[81]
Éstos eran los amigos de Perico, y
sus consejos. Cierto que el demonio no podía aconsejarlo
peor. Por esto dijo muy bien el padre Gerónimo Dutari, que los
malos amigos son los diablos que no espantan.

Ese modo con aquí lo induce al robo y la fullería es
el que se usa prácticamente, y en la realidad es así: al
principio se comienza con miedo, pero después se hace el vicio
familiar. Por eso es lo mejor no comenzar.
<<

[82]
Véase la nota del primer tomo sobre
esta palabra. E.
<<

[83]
Bien pudo Periquillo haber explicado
aquí el mecanismo de estas fullerías, pero sin duda las
calló con estudio deseando prevenir a los lectores incautos en
los peligros del juego sin enseñarlos a maliciosos. Es bueno
saber que hay drogas, pero no saber hacerlas.
<<

[84]
Alusión al juego del billar, o al
del truco, pues que el primero no estaba en aquella época muy
generalizado. E.
<<

[85]
Esperanza pésima. No se debe esperar
en Dios para ofenderlo, ni valen para esto las devociones de los
Santos, antes es una injuria el invocarlos creyendo que
intercederán con Dios por los que lo ofenden en esa confianza.
<<

[86]
No es peor estar pobre que ser
ladrón, pero en la práctica se ve que muchos por no ser
pobres son ladrones, y cuanto malo hay.
<<

[87]
¡Buena caridad! Así son muchas
caridades que se ven en el mundo.
<<

[88]
De muchos años a esta parte los han
substituido unos billarcitos de la misma clase. E.
<<

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