—Más —solicitó Luka cuando pudo volver a hablar.
—Te casarás conmigo —aseveró Alex. Si era necesario se lo haría firmar.
—Sí.
—En la primera fecha disponible que nos de la iglesia.
—No.
—¿No?
—No. Sólo me casaré por lo civil.
—Vale. En la primera fecha disponible que haya por lo civil, da igual la ciudad, si es en un parque, en un castillo o en una sala del ayuntamiento.
—Vale —respondió Luka agarrando el pene semierecto que parecía decirle... "estoy aquí, solito, hazme algún mimo", y ella no podía dejarlo abandonado, ¿verdad?
—¿Quieres algún banquete, ceremonia o algo por el estilo? —preguntó gimiendo. Aún no, pensó él, todavía no. Tenía que dejar el tema de la boda bien hilado antes de continuar a lo suyo. Tan atado que ella no pudiera salirse por la tangente en ningún asunto.
—No, no hace falta. Sólo nuestra familia más cercana y nuestros amigos.
—Vale. —Sintió una patada contra el abdomen y se alejó un poco de ella—. Se ha quejado Bagoas —dijo renuente y asustado de nuevo. Ese era el nombre que iba a llevar su hijo.
—No, en absoluto, yo creo que con tanto movimiento se ha animado y está tan feliz como su madre.
—¿Segura?
—Absolutamente.
—Tema cerrado. —Le cogió la pierna, la colocó sobre su cadera y la penetró con cuidado. Había que recuperar el tiempo perdido.
Viernes 6 de agosto de 2010
Estaban en el Parque de las Naciones, en Alcorcón. Hacía media hora escasa que se habían dado el "sí, quiero" ante el teniente de Alcalde de Villaviciosa de Odón, y ahora estaban haciéndose las fotos de rigor con amigos y familiares. Después irían al restaurante a celebrar el banquete de bodas y al día siguiente saldrían para pasar una semanita en Torrevieja para su luna de miel. Se miraban el uno al otro embelesados. Si una cosa quedó clara a todos los presentes, era que ambos estaban perdida e irremisiblemente enamorados. Pili y Ruth se acercaron a su amiga sonriendo. —Quién lo iba a imaginar... casada y a punto de ser madre —comentó Pili sonriendo feliz.
—Y yo me preguntó —enarcó las cejas Ruth—, ¿cómo ha logrado convencerte Al ex?
—Pues, sinceramente... ¡yo qué sé!
Fin
Ltc Mayo 2011
[1]
Este diálogo pertenece a la película Memorias de África. Robert Redford, un hombre solitario que cree firmemente en la soledad, al final acaba enamorado de Meryl Streep, una mujer fuerte que le corresponde. Y la manera que tiene de decirle que la quiere es este diálogo.