Guía de la Biblia. Nuevo Testamento (58 page)

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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

BOOK: Guía de la Biblia. Nuevo Testamento
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1 Corintios 16.12.
Cuanto al hermano Apolo, mucho le encarecí que se llegara a vosotros...; irá cuando tenga oportunidad.

La amistad perduró, pues en una de sus últimas cartas Pablo encomienda a Apolo el cuidado de uno de los destinatarios:

Tito 3.13.
A Zenas, el jurisconsulto y a Apolo mira de proveerlos solícitamente para el viaje de modo que nada les falte.

Caridad

Pablo recomienda unidad a la iglesia de Corinto y pasa a responder preguntas concernientes a temas como el papel de la sexualidad entre cristianos. Pablo cree que es más deseable la continencia sexual, pero el matrimonio no es pecado, sino necesario cuando constituya el único medio de apartar al hombre de uniones irregulares establecidas por el azote del deseo.

Pablo lamenta claramente que el matrimonio sea necesario, puesto que él, al igual que la hermandad cristiana en general, está convencido de que pronto sobrevendrá el segundo advenimiento (la nueva esperanza mesiánica) y que, de todos modos, los asuntos mundanos tocarán a su fin:

1 Corintios 7.29.
Dígoos, pues, hermanos, que el tiempo es corto...

1 Corintios 7.31.
pasa la apariencia de este mundo...

Tras ocuparse de asuntos secundarios como la obligación de que el hombre adore con la cabeza descubierta y la mujer lo haga tapada, Pablo pasa al tema de los dones espirituales:

1 Corintios 12.1. No
quiero, hermanos, que ignoréis lo tocante a los dones espirituales.

La expresión «dones espirituales» es una traducción del griego «carisma» que significa «don».

Los griegos tenían tres diosas que personificaban todo lo que era delicioso y encantador. Eran conocidas por una palabra derivada, «Khárites», porque las cualidades deseables que hacían atractiva a una persona ante las demás se consideraban una gracia de esas diosas.

En latín, esas diosas eran las «Gratiae», palabra que también incluye la idea de «dones» entregados liberalmente sin referencia al pago (es decir, «gratis», por los que damos «gracias»).

En castellano, esas diosas son las Gracias. El uso estricto de la palabra ha venido a designar ese don de las Gracias que se caracteriza por un movimiento físico suave y armonioso: la «gracia»; a la persona que lo posee, se la llama «agraciada». En sentido más amplio, se refiere a una variedad de dones, siendo «graciosa» aquella persona capaz de cumplir tales dones con cierto aire placentero.

Los cristianos colocaron el énfasis en la gracia de Dios. Según la tradición judía la relación entre Dios y su «pueblo elegido» era la de una alianza o pacto. Dios se ocuparía de su pueblo a cambio de que éste obedeciera la Ley. Pero los cristianos abandonaban ahora la Ley arguyendo que en todo caso cualquier transacción hecha por el hombre no era apropiada para pagar el cuidado puesto en él por Dios. Lo único que recibía el hombre era un don gratuito de Dios, sin compromiso. Así, dice Pablo:

Romanos 6.15. ...
no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia
...

Pablo enumera algunos dones espirituales concedidos a los hombres por la gracia de Dios; dones que incluyen la sabiduría, la fe, la realización de milagros, la profecía y el don de lenguas (v. cap. 9). Pablo admite que todos son dones útiles, pero mantiene que uno de ellos es superior a todos los demás:

1 Corintios 13.1.
Si, hablando lenguas de hombres y de ángeles, no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.

1 Corintios 13.2.
Y si, teniendo el don de profecía, y conociendo todos los misterios, toda la ciencia, y tanta fe..., si no tengo caridad, no soy nada.

Pero ¿qué es caridad? La palabra griega que usa Pablo, aquí traducida por «caridad», es «ágape», palabra que normalmente se traduce por «amor». En efecto, en la Revised Standard Versión, el pasaje empieza así: «Si, hablando lenguas de hombres y de ángeles no tengo amor...».

La versión latina de la Biblia traduce «ágape» por «caritas», queriendo decir «caro». Algo es «caro» si puede alcanzar un precio elevado, o si no puede obtenerse siquiera por un precio alto. Si se ama algo, se conserva con cariño sin pensar en su valor intrínseco.

Por esa razón, «ágape» con el sentido de «amor» y «caritas» en el sentido de «algo querido», tienen mucho en común.

Lamentablemente, la traducción de «ágape» deja algo que desear en cada caso. Caridad ha venido a aplicarse concretamente a un aspecto de «algo querido»: el don de considerar tan queridos a los pobres y desgraciados, que se desea compartir la riqueza y fortuna propias con ellos. Por consiguiente, el sentido de «caridad» se ha reducido para significar limosna, y como ésta suele darse con desdén y a regañadientes, siendo aceptada con humillación y resentimiento disimulados, la palabra «caridad» ha llegado a tener cierto aire impuro.

De modo semejante, «amor» ha venido a aplicarse a esa variedad de «algo querido» que indica atracción sexual. Para .los que están acostumbrados a escuchar la palabra «amor» en el sentido que le dan las canciones populares, resulta casi molesto escuchar las alabanzas de Pablo. A veces ocurre el impulso de calificarlo y de traducir «ágape» por «amor divino», «amor santo», «amor espiritual», o incluso «amor cristiano». Sin embargo, aquellos que experimenten el «ágape», incluso de una manera leve, saben a lo que se refiere Pablo.

En cuanto a los restantes dones espirituales. Pablo considera el de profecía superior al de lenguas; en efecto, se muestra bastante impaciente con los que poseen ese último don. Si se les anima con mucha largueza, provocan confusiones en el culto. Por tanto, Pablo recomienda que sólo hablen uno a la vez cuando esté presente alguien que posea el correspondiente don de interpretación. Es interesante la distinción que hace Pablo entre profecía y lenguas, porque originalmente ambas cosas eran lo mismo (v. cap. I, 9).

Para más orden durante la adoración, Pablo recomienda que los profetas prediquen uno a la vez y que las mujeres no hablen en absoluto.

Éfeso

Al final de la epístola. Pablo predica con ardor la doctrina de la resurrección de la carne. Señala que si no existiese la resurrección, entonces no habría resucitado Jesús. Y si Jesús no hubiese resucitado, toda la doctrina cristiana se desmoronaría. Y si es así, ¿qué objeto tienen todos nuestros esfuerzos? ¿Por qué todo el mundo no debería vivir el momento?

1 Corintios 15.32.
Si por solos motivos humanos luché con las fieras en Éfeso, ¿qué me aprovechó? Si los muertos no resucitan, «comamos y bebamos, que mañana moriremos».

La frase que habla de luchar con fieras quizá sea puramente alegórica. Es posible que Pablo se refiera a sus luchas con las fieras del paganismo y del pecado.

Pero tal vez tenga cierto sentido literal. ¿Podría pensar Pablo en los alborotos provocados por los plateros? ¿Eran las fieras esos manifestantes? ¿O tal vez considerara la posibilidad de ser condenado por blasfemia a consecuencia del asunto y de sufrir el castigo de enfrentarse a fieras salvajes en el circo? Es imposible saberlo.

12. 2 Corintios

Timoteo • Corinto • Tito

Timoteo

Es probable que la Primera Epístola a los Corintios se entregara a Estéfana y a los demás para que la llevaran a Corinto. Pero junto a ellos, Pablo envía como emisario personal a su amado amigo Timoteo; para que los instruya nuevamente en la doctrina paulina:

1 Corintios 4.17.
Por esto os envié a Timoteo, que es mi hijo bien amado.... que os traerá a la memoria mis caminos... Y cuál es mi enseñanza por doquier en todas las iglesias.

Recomienda a los corintios que acepten amablemente a Timoteo:

1 Corintios 16.10.
Si llega Timoteo ahí, mirad que no se vea acobardado entre vosotros ...

Los Hechos de los Apóstoles recogen esta misión de Timoteo. Durante la estancia de Pablo en Éfeso en su tercer viaje misionero, poco antes de la descripción del motín de los plateros, el apóstol envía a sus emisarios:

Hechos 19.22.
Enviando
(Pablo)
a Macedonia... Timoteo y Erasto, él se detuvo algún tiempo en Asia.

Si este Erasto es el mismo aludido al final de Romanos (v. cap. 10), es de Corinto y se encamina a su casa.

Corinto

Finalmente, Pablo piensa ir a Corinto:

1 Corintios 16.5. Yo
iré hacia vosotros después de atravesar Macedonia...

1 Corintios 16.6.
y podrá ser que me detuviese entre vosotros y aun que pasara ahí el invierno...

Lo que, según los Hechos, se hizo, porque tras las manifestaciones de los plateros;

Hechos 20.1.
... Pablo... partió camino de Macedonia;

Hechos 20.2.
y atravesando aquellas regiones... llegó a Grecia,

Hechos 20.3.
donde estuvo por tres meses...

Si en Corinto permaneció precisamente tres meses, como parece muy probable, sería la segunda visita a esa ciudad mencionada en los Hechos de los Apóstoles. 2 Corintios (o parte de ella) se escribió, por lo visto, de camino a Corinto en el 57. Así, las dos epístolas a los corintios se redactaron antes que Romanos, que se compuso después de que Pablo llegara a Corinto y se asentara allí.

En relación con este viaje a Corinto, dice Pablo:

2 Corintios 13.1.
Por tercera vez voy a vosotros...

Al parecer, entre la primera y la segunda visitas a Corinto mencionadas en los Hechos, hubo una tercera. Suele sugerirse que la misión de Timoteo acabó en fracaso con la fuerte oposición de los corintios que seguían a otros apóstoles distintos de Pablo (v. cap. 11). Eso fue lo que llevó a Pablo a intentar otra visita personal.

Y esa visita rápida fue, por lo visto, otro fracaso (por eso tal vez no se mencione en los Hechos), pues a su vuelta escribió una carta iracunda:

2 Corintios 2.4.
Os escribo en medio de una tribulación y ansiedad de corazón con muchas lágrimas...

Esta carta, escrita con angustia, está, según se cree, efectivamente incluida en 2 Corintios tal como ahora la poseemos, formando los cuatro capítulos últimos.

Tito

Esta carta iracunda fue enviada a Corinto por mediación de Tito, compañero de Pablo que los Hechos no mencionan, pero del que se habla en varias ocasiones en las epístolas.

Tito es un gentil, pues en la Epístola a los Gálatas Pablo describe su llegada a Jerusalén en el 48 para asistir al Concilio de Jerusalén, y dice:

Gálatas 2.3.
[1]
...
ni... Tito, que estaba conmigo, siendo griego, fue compelido a circuncidarse.

Como el tema central que trataba el Concilio era el de que Pablo no obligaba, a los gentiles a circuncidarse tras la conversión (v. cap. 9), Pablo afirmaba su actitud con toda claridad en pleno territorio de la oposición.

Por medio de este Tito fue como Pablo envió su airada carta a Corinto, decidido a que la epístola surtiese sus efectos sin que él volviera a pisar esa ciudad:

2 Corintios 2.1.
He hecho propósito de no ir otra vez a vosotros en tristeza.

Sin embargo, cuando salió de Éfeso tras los alborotos de los plateros, y viajó en dirección oeste hacia Tróade, estaba preocupado porque Tito no había vuelto:

2 Corintios 2.15.
No tuve reposo en mi espíritu por no haber encontrado allí a Tito. Mi hermano;y... partí para Macedonia.

Allí había noticias buenas. Se encontró con Tito, que le comunicó que en Corinto había vencido la facción partidaria de Pablo:

2 Corintios 7.6.
...Dios... nos consoló con la llegada de Tito,

2 Corintios 7.7.
y no sólo con su llegada, sino con el consuelo que de vosotros nos trajo...

2 Corintios 7.9.
ahora me alegro... porque os entristecisteis para penitencia...

Por lo visto, parte de la penitencia comprendía el castigo contra cierto individuo por haber ofendido a Pablo, oponiéndose a él de manera sistemática tal vez cuando su segunda visita. No se nombra a tal persona ni se describe el episodio; pero el castigo es suficiente.

Inquieto por si su victoria engendraba un resentimiento tal que causara una escisión irrevocable, Pablo recomienda paciencia. Escribe una carta de conciliación (los nueve capítulos primeros de 2 Corintios), de nuevo entregada por Tito, recomendando moderación; del dirigente de la facción contraria comenta Pablo:

2 Corintios 2.5.
Si alguno me contristó, no me contristó a mí, sino en cierto modo...

2 Corintios 2.6.
Bástele a ése la corrección...

2 Corintios 2.7. ...
habríamos de perdonarle y consolarle...

Y finalmente, Pablo visitó Corinto, enviando 2 Corintios durante el viaje; nada se dice de disensiones posteriores.

13. Gálatas

Galacia

Galacia

El encabezamiento de la cuarta epístola es:

Gálatas 1.1.
Pablo, apóstol...

Gálatas 1.2. ...
a las iglesias de Galacia:

Inmediatamente surge el problema de la significación de «Galacia». La Galacia propiamente dicha era la región donde se asentaron los galos tres siglos antes de la época de Pablo (v. cap. 3). Era una zona relativamente pequeña al norte del Asia Menor central. Después de que los romanos se apoderaran del sur y del centro de Asia Menor cien años antes del tiempo de Pablo, las regiones conocidas como Licaonia y Pisidia estaban vinculadas a Galacia, formando las tres la «provincia de Galacia» de Roma.

Por tanto, la Galacia original puede denominarse «Galacia del Norte», y los territorios incluidos por Roma, «Galacia del Sur».

Durante el primer viaje misionero de Pablo, Bernabé y él salieron de Panfilia, pasaron por Pisidia y Licaonia («Galacia del Sur») y luego volvieron sobre sus pasos; de manera que ciudades como Listra, Derbe y Antioquía fueron visitadas dos veces.

En el segundo viaje misionero, el apóstol y (esta vez) Silas visitaron la Galacia del Sur:

Hechos 16.1.
Llegaron a Derbe y a Listra...

Más adelante, los Hechos dicen que después de eso:

Hechos 16.6.
Atravesando la Frigia y el país de Galacia...

Es posible que ese viaje incluyera zonas de la Galacia del Norte aunque no se menciona en concreto ninguna ciudad de esa región.

En el tercer viaje misionero, vuelve a repetirse:

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