Historia del Antiguo Egipto (46 page)

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Authors: Ian Shaw & Stan Hendrickx & Pierre Vermeersch & Beatrix Midant-Reynes & Kathryn Bard & Jaromir Malek & Stephen Seidlmayer & Gae Callender & Janine Bourriau & Betsy Brian & Jacobus Van Dijk & John Taylor & Alan Lloyd & David Peacock

Tags: #Historia

BOOK: Historia del Antiguo Egipto
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Ahmose Pennekhbet menciona en su inscripción funeraria que, durante una campaña que sólo conocemos por esta referencia, se trajeron numerosos «shasu» como prisioneros para Tutmosis II. Como el término étnico «shasu» se puede referir a gentes tanto de Palestina como de Nubia, esta breve mención probablemente se refiera a la expedición nubia del año 1. No obstante, es importante volver a mencionar que estas autobiografías fueron escritas en las paredes de la tumba varias décadas después de los acontecimientos que describen. Es posible que el efecto de crear una narración única haya hecho que ninguna de las entradas esté completa.

A juzgar por la estatua dedicada en la capilla de Wadjmose en Tebas, mencionada más arriba, Mutnefret, la madre de Tutmosis II, estuvo viva durante el reinado de su hijo. Si bien desconocemos la edad del rey en el momento de su ascenso al trono (y de su muerte), es bastante posible que fuera más joven que su hermana y esposa Hatshepsut. Esta era hija de Tutmosis I y Ahmose, la reina reconocida oficialmente durante el reinado anterior. Una estela del reinado de Tutmosis II muestra al rey seguido de Ahmose y Hatshepsut. Aparentemente, la segunda ya era «esposa del dios Amón» durante el reinado de Tutmosis I, al haber accedido al trono tras la muerte de Ahmose-Nefertari. No obstante, Tutmosis II no era tan joven como para no poder tener una hija, puesto que Nefrura aparece representada en Karnak junto a él y Hatshepsut.

La regencia de Hatshepsut

El reinado de cincuenta y cuatro años de Tutmosis III comenzó en su infancia, con Hatshepsut, su tía y madrastra, actuando como regente. Según Ineni, cuya «autobiografía» funeraria termina justo antes de que Hatshepsut se convierta en soberana: «Su hijo [de Tutmosis II] fue situado en su lugar como rey de las Dos Tierras, en el trono de quien lo había engendrado. Su hermana, la "esposa del dios" Hatshepsut, realizó los asuntos de las Dos Tierras según sus consejos. Egipto trabajaba para ella, con la cabeza agachada, la excelente semilla del dios, que vino a nosotros de él […]». La inscripción de Ahmose Pennekhbet también se refiere a la regencia de Hatshepsut en términos similares, describiéndola no sólo como «esposa del dios», sino también llamándola Maatkara, que fue el nombre de coronación elegido por ella (el prenomen).

Se ha sugerido que Hatshepsut ya se consideraba heredera de Tutmosis I antes incluso de que su padre muriera, lo que implicaría que la fecha del reinado de Tutmosis III se aplicaría tanto a su propio reinado como al del hijo del rey. También es posible que Hatshepsut capitalizara el papel de «esposa del dios Amón», sus recursos económicos y su relación con la familia de Ahmose-Nefertari (con la cual es posible que Hatshepsut estuviera relacionada genealógicamente por medio de su madre, Ahmose), para apoyar su regencia de un modo similar al utilizado por sus predecesoras femeninas, Ahhotep y Ahmose-Nefertari. También parece haber preparado a Nefrura para desempeñar el mismo papel.

No obstante, una vez que Hatshepsut se dio a sí misma un nombre de coronación y comenzó a transformarse públicamente en reina, sólo contó con un modelo anterior que pudiera seguir, el de Sobekkara Sobekneferu (1777-1773 a.C.), la mujer que gobernó a finales de la XII Dinastía (véase el capítulo 7). Hatshepsut no intentó legitimar su reinado afirmando que había reinado con o para su esposo Tutmosis II. En vez de ello hizo hincapié en su linaje y, en el período anterior a que adoptara un nombre de coronación, el mayordomo real Senenmut dejó una inscripción en Asuán (donde se conmemora la extracción de sus primeros obeliscos) donde la llama: «Hija del rey, hermana del rey, esposa del dios, gran esposa real Hatshepsut». En Deir el Bahari, las escenas y los textos afirman que Tutmosis I la había nombrado su heredera antes de morir y que Ahmose había sido elegida por Amón para engendrar al nuevo soberano divino. Hatshepsut poseía la misma genealogía pura que Ahmose-Nefertari, Ahhotep y Sobekneferu. Esta última nunca fue reina: era una hija de rey a quien aparentemente le bastó ser la encarnación del linaje puro de la familia para mantener su gobierno como faraón. Hatshepsut debe haberse considerado una encarnación de estos mismos aspectos y, durante casi veinte años, tuvo razón.

Su único vástago conocido (engendrado en ella por Tutmosis II) es Nefrura, que aparece descrita con frecuencia como «hija del rey», «esposa del dios» y también, en más de una ocasión, como «señora de las Dos Tierras» y «señora del Alto y el Bajo Egipto». Todavía se discute si fue esposa de Tutmosis III durante el período de la corregencia, pero lo cierto es que aparece junto a él como «esposa del dios» en una fecha tan tardía como su vigésimo segundo o vigésimo tercer año de reinado. En un momento dado, Tutmosis reemplazó su nombre por el de Sitiah, con la que se casó después de que comenzara su gobierno en solitario. En el caso de que Nefrura hubiera sido alguna vez «gran esposa del rey» Tutmosis III, el soberano debió terminar la relación formal poco después de la desaparición de Hatshepsut, en el vigésimo o vigésimo primer año de su reinado. No se identifica de forma explícita a ningún vástago nacido de Nefrura, aunque basándose en pruebas puramente circunstanciales se ha sugerido que el príncipe Amenemhat fue su hijo.

Los ambiciosos proyectos constructivos de Hatshepsut

Como soberana, Hatshepsut inauguró proyectos constructivos que sobrepasaban con mucho a los de sus predecesores. La lista de lugares donde habían actuado Tutmosis I y II se amplió en el Alto Egipto para incluir lugares favorecidos por los soberanos ahmósidas: sobre todo Kom Ombo, Nekhen (Hieracómpolis) y Elkab, pero también Armant y Elefantina. Tanto Hatshepsut como Tutmosis III dejaron numerosos restos en Nubia: Qasr Ibrim, Sai (una estatua sedente de la reina que recuerda a las de Ahmose y Amenhotep I), Semna, Faras, Quban y sobre todo Buhen, donde la reina construyó para el Horus de Buhen un templo períptero de un tipo habitual a mediados de la XVIII Dinastía. Las escenas originales de los muros del templo incluían imágenes tanto de Hatshepsut como de Tutmosis III, pero éste reemplazaría luego el nombre de ella por el suyo propio y los de su padre y abuelo. El templo de Buhen (en la actualidad trasladado al completo al Museo de Jartún) presenta escenas de la coronación de Hatshepsut y de la reina venerando a su padre.

Menfis también puede haber recibido la atención de Hatshepsut como soberana. Se ha identificado un fragmento de jarra de alabastro procedente de la zona del templo de Ptah; pero lo que resulta más significativo es que la esfinge colosal de alabastro egipcio situada dentro del muro sur del recinto del templo ramésida posiblemente formara parte de un acceso anterior al templo y es más que probable que contara con una compañera. Las canteras de Hatnub, fuente probable de la piedra de la esfinge, están situadas en el Egipto Medio, cerca de otro de sus monumentos: el santuario excavado en la roca de Beni Hasan que en la actualidad se conoce como Speos Artemidos. Aparte de las pruebas de extracción de piedra en las canteras de Hatnub, antes de Hatshepsut no hay rastros de que los reyes de la XVIII Dinastía construyeran en el Egipto Medio; la larga inscripción del Speos Artemidos documenta que la reina fue la primera en restaurar los templos de la zona desde los destructivos días de la guerra contra los hyksos. En esa época el Egipto Medio era una región estratégica, debido a la rutas que atravesaban el Desierto Occidental hasta los oasis y desde ahí hasta Nubia, en el sur.

Hatshepsut afirma en su inscripción haber reconstruido los templos de Hermópolis, Cusae y Hebenu (la capital del nomo del Oryx), además de haber actuado en favor de la diosa leona Pakhet, sagrada para la región en torno al propio Speos. Este trabajo se habría realizado bajo la supervisión de Djehuty, «supervisor del tesoro», nomarca de Herwer (en el Egipto Medio) y «supervisor de los sacerdotes de Thoth en Hermópolis». Las inscripciones de su tumba en Dra Abu el Naga mencionan los numerosos trabajos que supervisó en nombre de Hatshepsut e invocan a varias divinidades regionales, incluida Hathor de Cusae
[14]
. Los dioses de estos centros de culto (Thoth, Hathor y Horus, respectivamente) recibieron por lo tanto —como otras divinidades de Nubia y Egipto— un nuevo porcentaje de los recursos económicos de Egipto.

No obstante, ningún lugar recibió más atención por parte de Hatshepsut que Tebas. Bajo su supervisión, el templo de Karnak volvió a crecer con trabajos de construcción supervisados por varios funcionarios, incluidos Hapuseneb (su «gran sacerdote de Amón»), Djehuty («supervisor del tesoro», ya mencionado), Puyemra («segundo sacerdote de Amón») y, por supuesto, Senenmut («el mayordomo real», ya citado también). Como es evidente que el país estuvo en paz durante la mayor parte de su reinado de veinte años, Hatshepsut pudo explotar la riqueza de los recursos naturales de Egipto y también los de Nubia. El oro fluía desde los desiertos orientales y el sur, las valiosas canteras de piedra estaban activas, Gebel el Silsila comenzó a ser explotada en serio por su arenisca, se importaba cedro del Levante y el ébano llegaba desde África (quizá a través del Punt). En las inscripciones de la reina y sus funcionarios se describen con cierto detalle los monumentos y los materiales empleados en su construcción. Es evidente que Hatshepsut estaba complacida por la cantidad y variedad de bienes de lujo que podía conseguir y donar en honor de Amón; tanto, que hizo grabar una escena en Deir el Bahari para mostrar la cantidad de bienes exóticos traídos desde el Punt. Del mismo modo, Djehuty detalla los bienes del Punt donados por la reina a Amón y el electro de las minas del Desierto Oriental, con el cual se le encargó que embelleciera Karnak. Djehuty, Hapuseneb y Puyemra se describen como participantes en la construcción del santuario de ébano donado al templo de Mut de Isheru en Karnak. El trabajo en este templo fue dirigido por Senenmut, cuyo nombre aparece en una puerta, pero Hapuseneb dejó una estatua en el recinto.

En términos de su
imprimatur
personal, lo más significativo que Hatshepsut dejó en Karnak es el Octavo Pilono, un nuevo acceso meridional al recinto del templo. Situado en el eje procesional norte-sur que conecta Karnak central con el recinto de Mut, el nuevo pilono de arenisca fue el primero construido de piedra en esta ruta. Irónicamente, en la actualidad los esfuerzos constructivos de Hatshepsut son invisibles, puesto que la fachada del pilono fue borrada y redecorada durante los primeros años de Amenhotep II (1427-1400 a.C.), hijo de Tutmosis III. No obstante, el deseo de Hatshepsut de crear una nueva entrada principal formaba parte de un plan más ambicioso, diseñado para asegurar que su relación con el templo no sería fácil de olvidar. Al conectar Karnak con el templo de Mut, la reina estaba desviando la atención, quizá de forma intencionada, del acceso de Tutmosis II delante del Cuarto Pilono. Del mismo modo, en la avenida norte-sur construyó un templo dedicado a Amón-Ra-Kamutef, una forma creadora del dios. Tomadas en conjunto, sus construcciones en el templo de Luxor (al sur, que albergaba la fiesta anual de renovación regia), el templo de Mut (donde residía la consorte de Amón) y el santuario de Kamutef forman un grupo de edificios en los que Hatshepsut podía describir y celebrar su nacimiento como hija de Amón, ganarse el favor de los dioses para su reinado y desarrollar la reivindicación de divinidad para la propia realeza.

En algún lugar de Karnak central, Hatshepsut mandó construir un palacio para sus actividades rituales, además de edificar una serie de habitaciones en torno al santuario central de la barca, donde aparecía representada siendo purificada y aceptada por los dioses. El lugar concreto donde se alzaba su gran santuario de cuarcita para la barca sigue siendo objeto de debate, pero actualmente está reconstruido en el Museo al Aire Libre de Karnak. Este santuario cuenta con escenas de las procesiones asociadas a la fiesta Opet (durante la cual Amón de Karnak visitaba el templo de Luxor) y la Bella Fiesta del Valle. Durante esta última, Amón salía de Karnak para viajar hacia el oeste, hasta Deir el Medina y los templos de los demás soberanos. Durante el Reino Nuevo esta fiesta fue la más valorada en la orilla oeste de Tebas.

Hatshepsut hizo excavar una tumba en el Valle de los Reyes para ella como soberana. La Tumba KV 20 parece ser la más antigua del valle y la reina la amplió para dar cabida tanto a su propio sarcófago como a un segundo que en principio había sido tallado para la reina y luego regrabado para su padre, Tutmosis I. Tanto él como Hatshepsut pueden haber sido enterrados allí, pero posteriormente Tutmosis III se llevó el cuerpo de Tutmosis I a la KV 38, que había construido con un propósito similar. La confusión respecto a las múltiples tumbas y sarcófagos de Hatshepsut no ha terminado todavía, pero los trabajos de Luc Gabolde y otros han contribuido a comprender mejor los primeros momentos del Valle de los Reyes. La reina también construyó un templo para Amón en Medinet Habu, en el extremo meridional de Tebas. Completado por Tutmosis III, su capilla albergaba un culto importante del dios en el oeste y se convirtió en parte del ciclo procesional habitual, que incluía Deir el Bahari, Karnak y posteriormente también implicó a Osiris.

El templo de Deir el Bahari: un compendio del reinado de Hatshepsut

El templo de Deir el Bahari es el monumento más duradero de Hatshepsut. Construido con caliza y diseñado con una serie de terrazas dispuestas contra el acantilado de una bahía natural excavada por el río y el viento, el templo de Hatshepsut, llamado «Sagrado de sagrados» (
djeser djeseru
), es el compendio más completo de su reinado en forma material. El diseño del edificio sigue una forma conocida desde el Primer Período Intermedio, inspirada sobre todo por el templo de Montuhotep II (2055-2004 a.C.) de la XI Dinastía, situado inmediatamente al sur. Durante el Segundo Período Intermedio se continuaron construyendo templos con terrazas y posteriormente también, sobre todo a comienzos de la XVIII Dinastía Ahmose en Abydos. Hatshepsut tomó prestadas formas desarrolladas por muchos de sus predecesores regios; por ejemplo, las colosales estatuas osirianas dispuestas delante de los pilares cuadrados de sus columnatas se parecen mucho a las estatuas de Senusret I. No obstante, la inspiración de Hatshepsut pudo haber sido su padre, Tutmosis I, pues sus colosos osirianos de Karnak, aunque en arenisca, son similares a los de Deir el Bahari.

En el momento de su conclusión, el templo contenía escenas e inscripciones que caracterizaban cuidadosamente varios aspectos de la vida y el gobierno de Hatshepsut. Las zonas más accesibles, las columnatas baja e intermedia, mostraban por ejemplo una campaña nubia, el transporte de los obeliscos para el templo de Karnak, una expedición al Punt de donde se trajeron árboles de incienso y productos africanos, y el nacimiento divino de la soberana. Los funcionarios asociados a los trabajos aparecen mencionados por su nombre, incluidos Senenmut y el tesorero Nehesy. Las inscripciones funerarias de Djehuty y Senenmut sugieren que participaron activamente en la construcción y la decoración del templo «sagrado de sagrados» en Deir el Bahari.

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