Hollywood queer (57 page)

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Authors: Leandro Palencia

BOOK: Hollywood queer
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Parece que Thesiger encarnó en
La novia de Frankenstein
a la gran dama que era en la vida real. Esta película está considerada como la mejor de las de terror y fantasía que produjo Universal. Algunos la leen como una broma homosexual sobre la comunidad heterosexual. Ya desde la primera escena, en la que aparecen dos hombres muy maquillados, que miran, hablan y actúan como una caricatura de la feminidad —Lord Byron y Percy Shelley, a quienes ha juntado Mary Shelley (Elsa Lanchester)— se usa un humor subversivo para desmitificar el cine de terror y convertirlo en una parodia camp, función del personaje cómico que es Minnie (Una O'Connor). El guionista, el gay William Hurlbut, concibió al Dr. Pretorius como una "reinona". La novelización de la película en el Reino Unido, escrita por Michael Harrison en 1936, aún sería más clara pues le hacía decir «No cumplo el mandamiento bíblico de creced y multiplicaos».

Pretorius llega por la noche al cuarto del recién casado Dr. Frankenstein —Colin Clive (1900-37)— para tentarle con su deseo de crear vida sin la participación de las mujeres: «Usted, sin ayuda ha creado a un hombre, juntos crearemos a su compañera». Le quiere llevar a su casa para que vean a solas sus homúnculos: «Esperaba que los dos, no como profesor y alumno sino como científicos, explorásemos los misterios de la vida y la muerte». Porque «la ciencia, como el amor, guarda muchas sorpresas». A Pretorius le han echado de la Universidad, «por saber demasiado» y ahora aboga porque todos seamos «perversos y no unos angelitos» para que el mundo sea mucho más divertido. Una alianza blasfema de dos hombres en busca de descendencia que reemplaza el modelo heterosexual de parentalidad masculina y femenina. Dos gays, pues la unión marital del Dr. Frankenstein le ha dejado postrado en la cama o en cualquier otro sitio anhelando los sueños y fantasías de Pretorius. (En realidad, que Clive mantuviera tal languidez fue debido a su alcoholismo, que le había provocado que se rompiera una pierna durante el rodaje).
La novia de Frankenstein
no ve la homosexualidad como una "desviación" de la monogamia procreativa.

Pero la película sobre todo habla de un monstruo marginal que apela a la sensibilidad
queer.
Alguien que busca desesperadamente amor y sólo encuentra odio y crueldad porque no le entienden. Las escenas de Frankenstein con el ermitaño ciego (O. P. Heggie) pueden ser entendidas como un idílico amor homosexual antes de que sea destruido por la intransigencia heterosexual. Una especie de matrimonio alternativo al tradicional. El ermitaño «Le he rezado a Dios muchas veces para que me enviara a un amigo... Te cuidaré y tú me consolarás... Ahora acuéstate y duerme». Y mientras habla, mete en la cama a un atemorizado Frankenstein por tanta bondad. El ermitaño, extasiado, llora sobre él como si le estuviera practicando una felación y brilla un fálico crucifijo antes de que la escena se funda a negro. A ambos personajes se les ve compartiendo placeres domésticos como fumar o beber (¿una sátira de la familia nuclear?). Pero la sociedad no acepta que se ofrezcan mutuamente amor y el monstruo debe continuar su huida.

Whale diseñó el electrizante y bizarro peinado de la novia de Frankenstein, Lanchester (¿una
predrag queen
?). Su rechazo a emparejarse con el monstruo se convierte en un ataque a las instituciones heterosexuales del matrimonio y de la familia pues abomina del papel que se ha planeado para ella. Al fin y al cabo, para el falocentrismo, la mujer que se rebela también es un monstruo si no se circunscribe al ámbito del goce «de la cocina y de los niños». Y es que la narrativa clásica de Hollywood plantea un "problema femenino" —por ejemplo, El hombre tranquilo (John Ford, 1952)— en el que la mujer ha de inscribirse en un hogar, el orden familiar, para que se restaure el orden del mundo. Si ésta no acepta su papel "normativo" entonces será castigada por su trasgresión narrativa y social con la exclusión, la marginalidad legal o incluso la muerte.

TOMLIN, LILY

Mary Jean Tomlin

1 de septiembre de 1939 en Detroit (EE.UU.) —

Desde hace más de tres décadas mantiene una relación sentimental con Jane Wagner, colaboradora y directora de muchos de sus espectáculos cómicos en los que Tomlin —y sólo ella— interviene, sean para el escenario como para la televisión. Una pareja tan famosa que el Gay and Lesbian Center de Los Ángeles bautizó uno de sus locales como The Lily Tomlin Jane Wagner Cultural Arts Center. Su salida del armario ha sido relativamente reciente, en 2000, en "Gay TV", un programa de televisión por cable, Aaunque desde el inicio de su carrera sus seguidores la podían reconocer como lesbiana porque durante su trayectoria no se preocupó de ocultar su vida privada. Tal como Tomlin declaró, «Yo nunca fingí. Nunca fui a ningún sitio sin Jane». Pero no quiso convertirse en el póster de ninguna causa. De "Appearing Nitely" (1977, escrito por Wagner) cabe recordar el
sketch
de su papel desdoblado, como reportero cotilla que le pregunta a la Tomlin real cómo logró interpretar tan convincentemente a un heterosexual en Nashville (Robert Altman, 1975), película por la que fue nominada al Oscar. La Tomlin real le responde que gracias a que pudo observar y analizar a los heterosexuales durante toda su vida. Ganó un Tony por "The Search for Signs of Intelligent Life in the Universe" (1985, rees-trenada en 2000). Hay versión fílmica de 1991, dirigida por John Bailey.

Tomlin ha apoyado actos en favor de los derechos del colectivo y se encargó de la narración del aclamado documental
The Celluloid Closet
(Robert Epstein y Jeffrey Friedman, 1995), que interroga las imágenes negativas de ficción del cine anglosajón. Décadas antes rechazó el guión que le envió Vito Russo, el autor del libro en el que se basaba el documental (muerto de sida en 1990), porque no lo consideraba lo suficientemente radical desde un punto de vista feminista. En Rústicos en Dinerolandia (Penelope Spheeris, 1993) Tomlin hizo un guiño al encarnar a Miss Hathaway. El mismo papel que la actriz lesbiana Nancy Kulp (1921-1991) había interpretado en la teleserie original (1962-1971) como la solterona remilgada pero competente, inteligente y autosuficiente locamente enamorada del lerdo efebo Jethro. Este papel fue alabado por "Lesbian News" al crear un modelo para las lesbianas de los años sesenta. En 1999 Tomlin actuó como una arqueóloga abiertamente lesbiana en Té con Mussolini (Franco Zefferelli). Sus intervenciones más destacadas se encuentran en películas de Robert Altman, de quien fue parte de su equipo, y junto a Meryl Streep le entregó el Oscar honorífico que le concedieron a él en 2006. Tomlin también puso la voz en off a Superstar in a Housedress (Craig Highberger, 2004) otro documental, esta vez sobre su íntima amiga Jackie Curtis, la "diva" travestí de la Factory de Andy Warhol. Tomlin ha trabajado con otras actrices iconos gays, como Bette Midler en Ensalada de gemelas (Jim Abrahams, 1989) o Dolly Parton en Cómo eliminar a su jefe (1980), del director gay Colin Higgins (1941-1988), quien fue guionista de la película de culto Harold y Maude (Hal Ashby, 1972), sobre el amor de un joven suicida por una vieja. Por cierto, Parton ha dicho más de una vez que «si yo no hubiera sido una mujer podría haber sido una drag queen».

Tomlin bromeó con que «Siempre he querido ser alguien pero ahora me doy cuenta de que debía haber sido mucho más específica». Pero lo cierto es que ella tenía muy claro desde el principio hasta dónde quería llegar. Comenzó a trabajar en el teatro mientras se preparaba para médico, estudios que pronto dejó para irse a Nueva York y proseguir su carrera de comediante mientras servía mesas en un restaurante. En los
nightclubs
consiguió su primera prueba para la televisiónen 1966. En la televisión gana popularidad con el show "Laugh-In" (1969-1973). Lo que la permite dar el salto al cine. En 1971 conoce a Jane Wagner y pronto se mudan a California para comenzar una relación profesional que acabó siendo personal. En 2003 recibe el prestigioso Premio de Humor Mark Twain a toda su carrera por utilizar «el humor y la ironía como un vehículo para la verdad».

TRANSEXUALES

Una idea extendida es que el homosexual lo que en el fondo quiere ser es una mujer (caso de los gays) o un hombre (lesbianas). Pero esto sólo ocurre con los transexuales. Un tran-sexual tampoco es un travesti, éste puede haber elegido vivir de un modo completamente distinto al género con el que ha nacido, pero un transexual es quien decide cambiar de sexo mediante hormonas y/o una intervención quirúrgica.

No fue el primer transexual quirúrgico, pero hasta que en 1952 la noticia sobre la operación de cambio de sexo del atleta George a Christine Jorgensen (1926-1989) conmocio-nó al mundo, el mundo no tuvo muy claro las diferencias entre homosexualidad, travestismo y transexualidad. Y ésta última no había tenido cabida en el cine.
Glen or Glenda
(1953) del cineasta queer Edward Wood Jr. fue la primera en intentar capitalizar tal publicidad del "extraño" caso de un hombre que quiere convertirse anatómicamente en una mujer. Protagonizado por el propio Wood, la película cuenta dos historias, la de un travestí y la de un transexual mientras Bela Lugosi clama loas a favor de la tolerancia y se dicen frases como «El amaba tanto a los mujeres que ocultó que vestía como una», «¡Qué soy yo... un hombre o una mujer!» o «El mundo es un lugar extraño para vivir en él». El

mismo Wood sentía afición por el travestismo. Durante la Segunda Guerra Mundial desembarcó en la playa enemiga de Tarawa llevando sujetador, bragas y medias rojas bajo su uniforme de marine siendo uno de los 400 supervivientes de los 3.600 soldados muertos. La prenda favorita de Wood era los jerséis de angora que le prestaba su esposa y se consideraba la «quintaesencia del americano»: exsoldado, optimista, creativo, carismático y fértil en recursos. Se sentía atraído por las más inusuales personalidades y frecuentaba los peores ambientes. Con su filmografía, además de ser definida como la peor de la his

toria del cine, inspiró el
trash-camp
de los hermanos Ruchar o John Waters. Como muchas otras cintas posteriores, Glen or Glenda explotará el tema de la transexualidad con dramatismo, como si se tratara de un grave problema, hasta que el doctor solemnemente declare que su paciente fue "curada" gracias a la intervención y todos se sientan feliz por ella y su futura vida sexual. El director gay Irving Rapper hará en 1970 una película más ajustada a los verdaderos hechos, The Christine Jorgensen Story. Por cierto, Jor-gensen acabó como exitoso objeto de curiosidad en los nightclubs donde cantaba.

Aun siendo simbólico probablemente el transexual más famoso sea
Orlando,
el protagonista de la novela de Virginia Wolf inspirado en la amante de ésta, Vita Sackville-West. Sally Potter hizo en 1993 una versión cinematográfica de igual título. Tras dos siglos viviendo como hombre se despierta con un cuerpo femenino. «Igual persona —dice Tilda Swinton, quien lo encarna— simplemente diferente sexo». Es decir, que a menudo es sólo la ropa la que mantiene la apariencia masculina o femenina. En esta cinta Quentin Crisp encarna a la Reina Isabel I. Se considera que la primera aparición de un transexual en el cine —metafóricamente— fue en la comedia A Florida Enchantment (Sidney Drew, 1914). La protagonista encuentra cuatro semillas mágicas que le permiten transformarse en un hombre y viceversa. Incluso le da una de ellas a su novio cuando ella ya se ha convertido en hombre.

La representación del transexual se ha solido asociar a un espectáculo cómico. En
Myra Breckinridge
(Michael Sarne, 1970), basada en una novela de Gore Vidal, Raquel Welch es el transexual Myra (antes Myron) trasladada a Hollywood para acabar con el ordinario hombre estadounidense. Myra se servirá de él del mismo modo que el varón trataría a las mujeres. En Desperate Living (John Waters, 1979) se ofrece una parodia del transexual. Mole McHenry se injerta un pene porque quiere agradar a su bomboncito rubio, no obstante, ésta la rechaza y entonces McHenry opta por cortárselo con una máquina para sala-mi y se lo da a comer a un pastor alemán. John Lithgow en El mundo según Garp (George Roy Hill, 1982) hace de Roberta, musculosa amazona devota de sus amigos, o sea, un transexual simpático. En Medianoche en el jardín del bien y el mal (Clint Eastwood, 1997) aparece The Lady Chablis, una tempestuosa artista drag queen que se hormona antes del cambio final. Otras historias tragicómicas en las que se ve envuelto un transexual son Come Back to the Five and Dime Jimmy Dean, Jimmy Dean (Robert Altman, 1982) sobre un grupo de amigos de un pueblecito de Texas que comparten sus más dolorosos secretos. En la teleserie "Further Tales of the City" (2001), basada en la novela del escritor gay Armistead Maupin y ambientada en San Francisco, Olimpia Dukakis hacía de la bohemia Mrs. Madrigal, improbable mentora de sus jóvenes arrendatarios. O Nadie es perfecto (Joel Schumacher, 1999) donde Robert De Niro pasa de ser reticente a relacionarse con un vecino a punto de convertirse en transexual a darle lecciones de canto.

El cine también se ha preguntado qué le pasa a un individuo al que le impiden —o él mismo se niega— que le cercenen su pene. Según la mayoría de esas cintas se convierte en un asesino psicópata. Es lo que se muestra en
Doctor Jekyll y su hermana Hyde
(Roy Ward Baker, 1971) donde un Victoriano reprimido extrae hormonas de mujeres recién asesinadas. O en El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) donde Jame "Buffalo Bill" Gumb se confecciona un traje con la piel de 14 mujeres con la intención de convertirse en una. En la novela en la que se basaba no era homosexual. Vestida para matar (Brian de Palma, 1980) incluye una escena que explica cómo se produce el cambio de sexo, la penectomía. «Qué es eso», pregunta un detective, y el otro le responde, "«Bueno, ya sabes, cuando cogen tu pene y te lo quitan de en medio». En esta película Michael Caine interpreta al desequilibrado psiquiatra Dr. Elliot, cuyo lado masculino impide que emerja la mujer que hay en su interior. Su reacción a cuchillazos con las féminas que le resultan atractivas es porque le recuerdan que él todavía es un hombre. Como en
Psicosis
(Alfred Hitchcock, 1960), el doctor tiene serios problemas con su madre. Otra película preocupada por el "corte", aunque desde otra perspectiva, es Un año con trece lunas (R.W. Fass-binder, 1979) que relata los cinco días anteriores al suicidio de Elvira Weishaupt, nacida Erwin, quien ahora deambula por la carnicería donde una vez trabajó y de la que emana sangre como si lloviera. Erwin se enamoró de un hombre que le dijo que era una pena que no fuera una chica, ero cuando se presenta ante él como Elvira, aquél la rechaza. Fass-binder dijo que esta película trataba del «marginado entre marginados», que era «una historia sobre el abuso, sobre cómo la sociedad fuerza a los que no son iguales a los demás a convertirse en aceptables, psicológica y físicamente». La película muestra la mascarada del género, la imposibilidad de asumir la identidad a través del mismo. Ceux qui m'aiment prenden le train (Patrice Chereau, 1998), con Vicent Pérez haciendo de transexual, no abocaba a sus personajes a la marginalidad.

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