Sangre en el diván (28 page)

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Authors: Ibéyise Pacheco

Tags: #Ensayo, Intriga

BOOK: Sangre en el diván
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—Es decir, ya.

—Muchos van a padecer algo. Ya se advierten señales en el arte. Buena parte del
pop art
, incluyendo esa horrible música del rock ácido, no es sino la expresión de esa decadencia de la vocación espiritual de la creación. Los muchachos, entre la droga y el rock, lo que hacen es envilecerse, sin ninguna clase de percepción espiritual, ni de calidad de afecto. Son seres humanos robotizados. Si uno entra a una discoteca, oye la música y ve a los muchachos bajo el efecto de la cocaína y del efecto de poderosos amplificadores, que reproducen una música horrible, y concebida además bajo el efecto de la droga, y uno dice, ¿y? El futuro es cruel.

Quienes ejercemos la psiquiatría sabemos que ese es el drama fundamental. Es el momento de consulta número uno. El drama en el joven contemporáneo, ya el púber, ya el niño incluso de 9, 10 años. En las escuelas primarias están repartiendo drogas en las esquinas, y utilizando a los propios niños para repartir, como agentes del tráfico, para garantizar un semillero de consumidores y traficantes. Y hacerlos unos expertos. El resentimiento de los jóvenes, es parte de su frivolidad.

Basta pasearse por la imagen de los dirigentes políticos nacionales. Liscano hizo una selección de una docena de políticos cultos, de los cuales yo conozco buena parte de ellos. No son tales. ¿Quién es Bush? ¿Menem o Collor de Melho? No hay nada en ellos. Hay ausencia de liderazgo en el mundo. Recuerda que todo adolescente necesita modelos, su aprendizaje social es por modelos. Y hay una tremenda ausencia de liderazgo político, en virtud de que los líderes políticos no son sino vasallos,
office boys,
del Fondo Monetario Internacional.

En los Estados Unidos hay un profundo deterioro. Es el país de más alto consumo de droga en el mundo. De modo que así como cayó el imperio soviético, no pasará mucho tiempo sin que caiga el norteamericano, carcomido por dentro. Los valores de esa sociedad están verdaderamente desintegrados. Si uno se pone a analizar la producción ética y estética de los Estados Unidos en estos últimos años, es paupérrima. No produce nada. Así como en esta segunda mitad de siglo que termina, ha producido muy poco, si la comparas con Latinoamérica. Los grandes pensadores, los grandes escritores.

—Curiosamente, lo que más se ha desarrollado allí es la neurofisiología.

—Porque es una disciplina que deshumaniza, y la droga es parte de esa creación neurofisiológica. Hoy sabemos cómo actúan la cocaína, el alcohol, la marihuana, la nicotina, la cafeína, y estamos estimulando su consumo, no impidiéndolo. En parte, porque el capitalismo enroscó sus grandes operaciones financieras con el mercado de la droga. Es la segunda razón por la cual la droga crece de un modo tan desmesurado, tan incontrolable.

—Sobre todo entre los jóvenes.

—Claro, porque el adolescente sigue siendo el ser humano que es violentamente transformado por la presencia de las hormonas en su sangre, y está pasando de la niñez a otra etapa. Eso siempre fue así, y lo seguirá siendo. Claro está, en un mundo distinto. Pero naturalmente, lo que encuentra en la dirigencia del mundo, y en la mercadería que se le ofrece, es una frivolidad, una superficialidad que, por supuesto, le hacen mucho más fácil la evasión, por la vía de la droga. Es el escape de esta sociedad cruel, mercantil y sin fondo, en el que la glorificación la produce un instante de cocaína en su cerebro. Instante de glorificación, de grandeza y de poderío, que tiende a reproducirse y a repetirse.

—Efectos concretos en un joven.

—Daños severos de su sistema nervioso central, ampliación de los llamados ventrílocuos cerebrales (cavidades en las cuales circula el líquido céfalo raquídeo entre un hemisferio y otros). Es un daño irreversible. Y eso es lo dramático. He conocido adolescentes, ya muy dañados. Es más, después de cierto momento, uno se da cuenta de por qué la expresión del rostro, de la pobreza de ideas, la rigidez del comportamiento, y concluyes en que no hay vuelta atrás. Y todo lo que hemos hecho en materia de comunidad terapéutica en buena proporción resulta fallido, sin éxito. Y claro, las familias desesperadas.

—¿Y no son estas familias las responsables?

—Si seguimos aceptando que la familia es el núcleo de una sociedad, del tejido social que es la célula, y recurrimos a los símiles ya tradicionales, por supuesto cae remos en el lugar común de decir que es el padre, la madre; y la madre que a su vez es hija de mamá y papá, y se hace el triángulo edípico. Pero la familia tiende a desaparecer.

—Eso lo anunció la antipsiquiatría, David Cooper quien escribió «La muerte de la familia».

—Y no sólo Cooper, sino Laing y Basaglia. Ellos sostenían justamente, que una familia está toda enferma, porque la sociedad está toda enferma, porque la televisión está toda enferma. Naturalmente, el eslabón más frágil de ese tejido familiar, es el que se rompe: el drogadicto o el esquizofrénico. Entonces la familia se cierra para lamentarse, y no se da cuenta de que ellos también están enfermos. Como no se da cuenta tampoco una sociedad en su conjunto, que es capaz de elegir a un Presidente cada cinco años, que es el mismo personaje que los ha engañado una y otra vez. La familia tiene mucho que ver. Y ese fue un gran aporte de la antipsiquiatría. ¿De qué nos vale conocer esto? Si a su vez la familia forma parte de una gran rama mayor, es el mundo el que está enfermo. Es la civilización la que está enferma. Todos han fracasado, uno tras otro, frente al imperio de la tecnología del capitalismo. Por eso insiste Toffler, en que el poder del conocimiento, es el nuevo poder. Ya no es el dinero, es el conocimiento.

—Si lo redujéramos a la consulta, ¿sería posible elaborar alguna estadística sobre consumo de droga?

—No menos de 30 por ciento, incluyendo no sólo al consumidor, sino también a su familia; 50 o 60 por ciento, parejas con problemas; y 10 por ciento, problemas clásicos de la psiquiatría: esquizofrenia, depresión, etc.

—Terapias antidrogas…

—Los cubanos, sin ánimo de lucir
fan,
están en los primeros lugares. Los niveles más altos en diversas áreas están en Cuba. Traumatología, cirugía, psiquiatría, son muy buenas. Como ellos no tienen mucha experiencia en materia antidrogas, se puede manejar una terapia dentro de la isla. Pero cuando regresan, cuando vuelven a la sociedad, y encuentran a los amiguitos que no han hecho terapia y siguen consumiendo, se pierde todo. Por eso la tremenda dificultad de terapia, en materia antidrogas.

—Igual el alcohol.

—No es lo mismo, ya que evidentemente el alcohol no produce los daños cerebrales, ni los trastornos de comportamiento, que produce la cocaína. El efecto es instantáneo, intenso y destructivo. Pero el patrón de comportamiento es igual. Porque, ¿con qué autoridad le dice un padre alcohólico a un hijo consumidor de marihuana, que no lo haga? Venezuela es el primer país consumidor de alcohol por la riqueza, por el exceso de bonanza. Yo diría que por el exceso de antisocialismo, por la falta de austeridad de la clase media alta, que ahora se vio menguada de tomar whisky, y tomará ron o aguardiente puro, o seguirán tomando, y dejarán de comer, de vestirse o de cuidar a los hijos. Porque antes de todo está el trago, demasiado arraigado en nuestra culturas. Entonces, ¿para qué campañas?

—¿Qué harías tú?

—Recuerda que no soy adicto a esta forma de democracia, y no creo que por la vía del mero decreto, que no tiene seguimiento represivo, y por la vía de la impunidad absoluta, que es la que tienen en cierto modo los dirigentes del país, no se permite ninguna acción. La única forma, sería eliminar la impunidad. La gran pregunta que yo siempre me he hecho, es: qué hace un hombre de izquierda, pasado a un partido de derecha. ¿Fue a buscar ideología? ¿Fue a buscar identificarse con un ser humano de gran calidad? No. Fue a buscar impunidad parlamentaria, que le da el partido. El partido es un gran club social protector, de eso que muy inteligentemente Escovar Salom ha llamado la solidaridad automática. Solidaridad para la corrupción.

—¿Existen diferencias marcadas entre un cerebro masculino y uno femenino? Si no las hay, ¿cómo explicar las habilidades mayores o menores, de mujeres y hombres en determinadas áreas creativas y productivas? Por ejemplo, ¿por qué los grandes directores de orquestas son hombres, sin que hasta ahora ninguna mujer haya destacado en ese campo?

—La glándula que pende del hipotálamo, es la gran directora de la sinfonía endocrina, de la orquesta hormonal; la batuta está allí. Allí hay una estructura absolutamente distinta en el hombre que en la mujer. El comando de los estrógenos, es lo más maravilloso que puede ocurrir en el mundo, y controla la conducta de la mujer, sus ciclos ováricos, la posibilidad de ser fecundada, la reproducción; controla los caracteres secundarios que han sido y siguen siendo la locura de la humanidad, la forma y la morfología de la mujer; todo ese condicionamiento que es un gran circuito cerrado, entre la periferia ovárica, la periferia glandular y el centro hipotalámico, está controlado por el hipotálamo. Y allí los núcleos tienen que ser necesariamente diferentes, porque a su vez están gobernados por las hormonas, y éstas son híbridas, mitad neuronas, mitad glándula. Por cierto, que descubrieron lo de los homosexuales. Así como la zona del Golfo Pérsico es la zona explosiva del planeta, esa es la zona de la explosividad humana, incluyendo la de las diferencias sexuales. Es determinante. Detrás de esos núcleos están los hemisferios, está el resto, que son distintos, izquierdo, derecho. El derecho es mucho más intuitivo, más pensante. El izquierdo, es mucho más visual.

—Se ha dicho de esta diferencia de hemisferios que es la razón por la que no hay mujeres compositoras, o directoras de orquesta.

—Tengo una opinión totalmente personal. Hay hipótesis psicoanalíticas, pero muy descabelladas. Los estrógenos y la hembra, en consecuencia el cerebro de la hembra, tiene muchísimos más recursos para la modulación del cuerpo y también para la modulación de la laringe. La laringe humana femenina es increíblemente versátil. Hay que ver lo que es una negra norteamericana cantando. Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Houston, la misma Streissand. Tú sientes una capacidad de manejo de los músculos laríngeos, que no tiene jamás un cantante masculino. Ni Pavarotti o Plácido, cantando un bolero o un
blues
. No pueden. Son básicamente un torrente pulmonar, con una glotis también para otras cosas. Recuerda que la mano del hombre es el otro gran centro que exige del cerebro, un gran gobierno. El mono se hace hombre porque la mano se desarrolla; y la laringe se hace y da la voz, y da la posibilidad de comunicación verbal, porque la mano también se desarrolla. En la película
2001 Odisea del espacio,
en la primera escena, el hombre toma un garrote, lo eleva, y ve la nave espacial. En esa escena de la magia cinematográfica, se inscribe toda la historia de la ciencia y la tecnología, y todo el desarrollo del pensamiento humano. Yo creo que la laringe femenina, igual que las caderas femeninas, igual que el movimiento de la hembra, son inmensamente más ricos. En cambio, el toque de los instrumentos, que es toque de teclas de las bandas de un saxo, o las inflexiones de las muñecas sobre la cuerda de un violín, y unas manos que manejan una orquesta, son mucho más primitivas, mucho más simiescas, a pesar de lo sofisticado del producto. En cambio el movi miento interno de la voz, es mucho más rico en la mujer que en el hombre. Los grandes, desde el necio del gallego Julio Iglesias, hasta la exquisitez del mexicano José José, o del propio Sinatra, son muy pobres, al lado de la modulación de una voz femenina.

Entonces, sí hay diferencias. En rigor, sí hay una zona predominante como la zona de Brocan y el lado frontal izquierdo, que es lo que tradicionalmente se aprende en anatomía. Hoy por hoy, se van creando ciertas sinapsis lingüísticas, dispersas en todo el cerebro. Y es lo que le da a los lacanianos cierto asidero en el futuro, claro de otro enfoque, en la neurofisiología.

El personaje más genial que ha dado el mundo freudiano es Lacan.

—Eres lacaniano.

—En absoluto. No, porque entre otras cosas, yo no conozco todavía a alguno que pueda ser muy lacaniano, ni siquiera el propio Lacan. Una vez escuché decir a la hija de Freud que si su padre renaciese, sería el último psicoanalista. Yo estoy por decir que si Lacan, recién fallecido, resucitara, estrangularía a su hija, a su yerno, y a todos los lacanianos. Porque para ser lacaniano, hay que tener erudición. Lacan fue filósofo, estructuralista, lingüista. A los 30 años escribió un texto sobre paranoia extraordinario, era un psiquiatra y un médico de primera, y de una cultura igual que lo fue Freud en su época. Lo que no puedo entender es cómo existen lacanianos, porque hay que manejar a Saussure, hay que manejar a Chomsky, al propio conductismo, a todo lo que es Skinner, a Levi-Strauss, toda la antropología y por supuesto a Freud. Yo me pregunto cómo se hace alguien lacaniano, y se da ese nombre. Lo menos que se requiere para ser lacaniano son diez años, sólo estudiando y no viendo pacientes, que fue uno de los dramas de Freud y de todos los psicoanalistas. Yo se lo dije cuando vino a Venezuela, y fui uno de los pocos que lo adversó, porque me pareció que era demasiado sofisticado para nosotros. Es como si nos apareciéramos con Schoenberg (a menos que tuviésemos la técnica del amigo Machado), a enseñarles a los pemones a entender música atonal. Eso requiere una evolución del cerebro. Una cosa es tocar la flauta de pan y otra dirigir música atonal. Dodecafónica. ¿Quién entiende a Lacan aquí? Quizás García Bacca, que a mi juicio es el filósofo más grande del siglo XX. Tan grande como Heidegger, o como Sartre, que queda pequeño ante García Bacca. Y en Venezuela, Juan Ñuño, Federico Riu, gente de ese nivel, quizás.

—¿A quién cura Lacan? ¿Qué cura?

—A él lo han calumniado tanto, que cuando anunció que reducía la consulta a 50 minutos, se le acusó de mercantilista. Él no escribió nunca. Lo que hacía era hablar y hablar. Se llenaba el auditorio porque era un extraordinario improvisador.

—Una curiosa simplificación hace que aún se considere al conductismo como fascista y al psicoanálisis como marxista. ¿Cuál es la diferencia esencial, entre esas dos escuelas?

—Para manejar la dialéctica, yo voy a decirte todo lo contrario. Yo lo he dicho muchas veces: el conductismo es la tecnología psiquiátrica del marxismo. Y el psicoanálisis podría ser la del fascismo, o de las poblaciones de derecha, para llamarlas de alguna manera. Porque en última instancia, el pleito, el debate, la polémica, la controversia, se presenta ante el mentalismo extremo, que conduce al subjetivismo, que lo lleva a su vez el ensimismamiento, que es lo que es el psicoanálisis. Freud es el gran creador de ensimismarse. Del arte de ensimismarse en la elucubración del propio lenguaje, que en última instancia Lacan perfecciona cuando autoriza el inconsciente a través del manejo de la lingüística. Y el conductismo no es la prolongación de lo que Pavlov intentó hacer con el condicionamiento. Sólo que en él era muy simple porque era una campana y saliva. Y en Skinner es emisión de una respuesta, y consecuencia de la respuesta emitida con negación absoluta de lo que es la vida subjetiva del hombre; lo cual pareciera ser un requisito absolutamente válido para toda ciencia. No tomar en cuenta la subjetividad humana, porque la mente no existe sino como consecuencia de la acción de una cultura sobre un sistema nervioso excepcional.

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