Sex code (67 page)

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Authors: Mario Luna

Tags: #Autoayuda

BOOK: Sex code
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Yo: Creo que si no te importa te voy a llamar Sergio a partir de ahora.

Ella: Pero ¿me quieres decir por qué?

Yo: Más tarde, Sergio… ¿Cómo lo llevas?

Ella: Estás como una cabra.

Yo: Hace tiempo que no hablamos, Sergio. ¿Qué tal tu perro?

Ella: Bien, gracias.

Yo: ¿Y la novia?

Ella: Me he hecho homosexual.

Yo: Entiendo. Te veo un poco decaída, Sergio. Ya sabes, falta de acción.

Ella: Si soy chico y me llamo Sergio, ¿por qué dices «decaída»?

Yo: Todo a su tiempo, Sergio. No te irrites. Por cierto, ¿has visto lo de fuera?

Ella: ¿De qué coño hablas?

Yo: Sergio, sígueme. Te vas a quedar flipada, Sergio.

Esto último lo escribo si la veo receptiva. Si me sigue, le digo: «Aquí, mira…», y le hago DOS CHICAS PELEÁNDOSE FUERA.

Si no me sigue, continúo divirtiéndome con ella, aunque lo más probable es que me vaya a abrir otro Set de una manera más convencional para que ella me vea interactuar con otras personas de forma normal. A menudo, han venido luego invadiendo mi nuevo Set, pidiéndome la maquinita para escribirme algo y aportándome Prueba Social dentro de él.

En general, el uso de aparatos con teclado y pantalla luminosa puede ser muy ventajoso, especialmente en lugares oscuros y ruidosos, pues permite que te comuniques en ellos sin problemas.

Se trata también de algo que te desmarca, centra la atención en ti y proyecta Valor frente al resto de la sala. Además, a las otras chicas del lugar seguramente les divertirá la idea y querrán ocupar el lugar de la chica que mantiene contigo esa especie de correspondencia cara a cara… Y, por último, te da más tiempo para responder que la conversación normal.

El móvil también puede servirte para este propósito, si bien tiene el inconveniente de que lleva algo más de tiempo teclear y no todo el mundo sabe usar tus teclas. Otra alternativa es la de pasaros notitas y boli para establecer el diálogo. El problema es que no llama tanto la atención y en lugares oscuros puede crear problemas.

MENSAJE EN SERVILLETA (RADIR)

Te sorprendería la cantidad de mensajes provocativos, originales, sugerentes y divertidos que puedes escribir en una servilleta. Se trata de algo fácil y sencillo, que puede desmarcarte del resto de hombres solo por hacerlo.

Yo tengo un amigo que cuando una chica está sola y lo mira desde otra mesa, escribe en una servilleta cosas como: «El tío de mi izquierda me está mirando el culo. ¿Me ayudas a quitármelo de encima?», y se lo enseña después de haber captado su atención.

A veces no pasa nada, pero tampoco ha perdido o arriesgado nada. A menudo, sin embargo, la chica se acerca a su mesa y el enlaza con alguna rutina como MIEDO A LAS IGUANAS o PÁNICO EN LOS URINARIOS.

A partir de ahí, mi amigo tiene tanto juego que normalmente la chica está perdida.

También conozco Aven que se sirven con éxito de este recurso parodiando el romanticismo de la antigua correspondencia a caballo.

TRUCO DE MAGIA (RADIR)

Aprende algún truco de magia elegante y que pueda funcionar bien como Abridor. Lo esencial es que parezca espontáneo y que no dé la impresión de que buscas la atención o la compañía de nadie al aplicarlo.

Tengo un amigo, por ejemplo, que tras deslumbrar a su Objetivo con uno de sus trucos, le da la espalda y continúa con lo que quiera que esté haciendo. Por lo general, es ella luego la que se acerca a él y le permite continuar con cualquier otra rutina. A veces simplemente la chica no se muestra proactiva, pero aun en esos casos no ha perdido nada y ha ofrecido una DAV dentro del entorno en que se encuentre.

CARAMELOS PEZ
[739]
(RADIR)

Es más eficaz de lo que podría suponerse. Lo puedes usar donde sea, en casi cualquier situación y siempre arrancas unas risas. Y… ¿a quién no le gusta el Pez?

Para llevarlo a cabo, te acercas al Objetivo e inclinas la cabeza a un lado, todo con pinta seria. La miras un momento y esperas a que te haga el gesto de «qué quieres». Entonces, con una media sonrisa, sacas tu Pez.

Tú: ¿Pez?

Ella: jajjajaa… me encanta el Pez

Tú: ¿No te dijo tu mamá que no hay que aceptar caramelos de desconocidos?

Ella: Sí…

Tú: Y es malo para los dientes.

Ella: Sí, pero me mola…

Tú: ¿No es una pasada como lo peligroso puede ser tan excitante? ¿Sabes qué? (y de aquí pasas a otra rutina, a una extracción o a un cierre).

CARAMELOS PEZ, VARIANTE DE INAZUMA (RADIR)

Te acercas a ella lentamente, con actitud desafiante y la miras de arriba abajo. Sacudes la cabeza y dices:

«Yo ya tengo una rubia que me besa dulcemente cuando quiero».

La chica se queda atónita. Entonces meto la mano, saco el PEZ y le digo: «¿Quieres?».

A partir de ahí sigues normal, con él: «¿No te dijo tu mamá que no hay que aceptar caramelos de desconocidos?».

El problema es que, en ocasiones, pueden sospechar que ya lo tenías preparado. Por ello a veces es mejor usarlo como Abridor Situacional, una vez ellas te han abierto por alguna razón, o como Frase de Valor que refuerce a otro Abridor o te sirva de Mini Rutina en fases más avanzadas del juego.

ENCUESTA ESTÚPIDA (RADIR)

Me gusta servirme de este Abridor apuntándola autoritariamente con el índice antes de abrir la boca. Una vez he captado su atención, procedo con una avalancha de preguntas:

«Seda dental, ¿antes o después del cepillado? Rápido, solo tienes diez segundos para responder».

O: «Concéntrate, es muy importante que te concentres… ¿Sí? Vale. Piensa ahora en el rollo de papel higiénico que cuelgas en el portarrollos. La parte por la que cuelga el papel, ¿delante o detrás? Vamos, responde rápido… Ah, ¿sí? ¿Y serías capaz de justificar tu respuesta?».

En general, cuando haces estas cosas ni siquiera es recomendable que comiences con fórmulas del tipo: «Disculpa, ¿puedo haceros una pregunta?» o «¿Os importaría darme vuestra opinión sobre algo?» Es mucho mejor introducir este tipo de preguntas directamente, con familiaridad y autoridad. Después puedes hacerlo más divertido actuando como si fueses un presentador de concurso estresando a los participantes.

PREGUNTAS, PREGUNTAS Y PREGUNTAS (RADIR)

¿Sabías que puedes conocer a una mujer sin hacer nada que no sea preguntar? Si no se te ocurre cómo, te recomiendo que veas la película
Virgen a los 40
, en concreto la escena en la que el protagonista entabla por primera vez conversación con la dependienta de una librería. Si tienes la posibilidad de verlo en versión original, es aún mejor.

ÉRASE UNA VEZ (RADIR)

«Érase una vez un chico en un pafeto —o discoteca, o centro comercial, o lo que sea— que se encontraba solo y triste. Este chico se sentía triste porque su perrito acababa de morirse y la relación con su novia había perdido aquello que la hizo tan especial en un tiempo muuuuy lejano…

»—¿Qué podré hacer?, —se preguntaba este chico triste y solitario, mientras abandonaba su grupo de amigos para meditar un rato sobre sus problemas y encontrarles una posible solución.

»¡Ya lo tengo!, se dijo. Me alejaré un poco del grupo y encontraré una chica terriblemente atractiva, inteligente, intuitiva, comprensiva, ocurrente, imaginativa, aventurera, original, atrevida y audaz, espontánea, auténtica, sincera, cálida…».

Puedes alargar la lista de cualidades tanto como quieras, e incluso explotar el humor que hay en hacerlo…

«Una chica que me haga olvidar todos mis problemas, a saber, que mi perrito acaba de fallecer y que aquello tan especial entre mi novia y yo ya no es lo que solía ser en otro tiempo muuuuy lejano…».

Mientras le dices esto la miras a los ojos, dándole a entender que ella podría ser esa chica, para cortarle de repente sus expectativas con algo como:

«Sin embargo, lo único que encontró por allí fue una chica» —o grupo de chicas si es un grupo— «con un bolso cursi y unos zapatos horribles» —o cualquier otro defecto que puedas sacar de manera graciosa— «que apenas decía nada y que se limitaba a mirarlo con cara de boba».

Es importante que te recrees en la historia, que observes y extraigas información de sus reacciones mientras la cuentas para poderla utilizar luego o incluso sacarle partido dentro del cuento.

Si te fijas, verás que esta historia ha tenido en cuenta algunos de los principios expuestos en el manual a la hora de dar o sugerir información sobre su protagonista. Ni que decir tiene que el desenlace puede ser múltiple y tan ambiguo como quieras. Puedes dar a entender que el protagonista del cuento eres tú o sorprender con un comentario del tipo: «¡Por supuesto que no tiene nada que ver conmigo! ¿Qué te ha hecho pensar eso? Yo no tengo perro, sino un hámster amarillo, y en cuanto a mi vida sexual… Oye, ¿por qué me miras así? ¿Por qué te interesa tanto mi vida sexual?».

La cuestión es que te recrees, te diviertas, y utilices este tipo de historia como vehículo de tu personalidad y como medio para poner en práctica los principios del Juego. Puedes acabar de mil formas, con fórmulas tan absurdas como: «Y colorín colorado, este cuento no se ha acabado, pero es muy largo y…».

Te paras en seco, respiras, la miras con gravedad, en silencio, dejando que la Tensión Sexual se acumule, para de repente hacer como si acabaras de caer en la cuenta de lo que estás a punto de decir:

«Por cierto, ¿por qué te tengo que contar ningún cuento? ¿Acaso me has contado tú alguno? ¿No…? ¿No tenéis ninguno que contar? Bueno, pues terminad el mío por lo menos».

Si no son del tipo participativo y creativo, puedes transicionar a cualquier otro Abridor o Rutina de Valor. Aunque yo lo he usado bien con grupos, este Abridor parece funcionar mucho mejor con chicas solas.

PROVOCACIÓN (RADIR+SIT)

Puede que te rías, pero a veces he abierto grupos simplemente sacándoles la lengua con descaro. Otras veces, haciéndoles una burla infantil, como los dos palmos de narices o cualquier otro gesto o mueca. En otras ocasiones, tras establecer y prolongar el contacto visual, he abierto guiñándoles el ojo con una lentitud deliberada y paródica.

He llegado incluso a trazar una raya imaginaria en el suelo que supuestamente no podían traspasar. Como era de esperar, muchas han respondido a mi provocación cruzándola con descaro. Entonces yo las he desafiado a un pulso chino o a un duelo con revólveres tan imaginarios como la línea trazada. Puedes, por ejemplo, iniciar el duelo con revólveres y, si los árbitros que nombres no se ponen de acuerdo, solucionar el conflicto final con un pulso chino.

La idea es tratarlas con la familiaridad que usabas en párvulos con otros niños. Y recuerda que, lo que era divertido entonces, vuelve a serlo ahora.

Eso sí, recuerda que no hay que abusar de estas cosas ni llevarlas al extremo. Antes o después deberás mostrar que además de divertido y juguetón, eres una persona normal con otras cosas que ofrecer.

VOY A LIGAR CON LA MEJOR (RADIR+V+C)

Para que este Abridor funcione bien hay que hablar con lentitud y provocar reacciones con las pausas constantemente, creando expectación como lo haría un comediante o un actor.

«Hola. Vengo a ligar con vosotras…

»Miento, vengo a ligar con la mejor de vosotras…

»Es más, hoy voy a tirar la casa por la ventana. Y, en lugar de ligar con la más guapa como haría normalmente, voy a ligar con la mejor.

»Así que, a ver, ¿quién es la mejor? La que no se crea la mejor que levante la mano…». Si nadie la levanta, aprovecho para sacar partido de la situación. Si la levantan todas, me corrijo: «Quise decir, la que se crea la mejor».

«Entiendo. O sea, que todas os creéis la mejor.

»Tenemos un problema, ¿no?

»A ver… ¡tú! —pasando revista como un sargento a su escuadrón—. ¿Tú qué puedes hacer que te distinga de las otras? No me digas ser guapa, porque la belleza es común. Y además, tampoco sabes si eres mi tipo o si soy gay. Así que venga, véndete. Yo puedo leer tu mente, descifrar tu caligrafía y demostrarte que solo usas el 10% de tu cerebro. ¿Tú qué haces? ¿Para qué sirves?».

En todo momento, estoy abriendo posibles hilos de conversación que conducen a posibles rutinas que tengo preparadas en mi repertorio. En cualquier momento puedo desviarme a ellas si veo que el efecto no es el deseado. Además, estoy muy pendiente de sus reacciones, calibrándolas en todo momento para poder anticiparme a ellas.

Además, al haber dejado claro desde el principio que vengo a ligar, si su Radar no ha activado las Defensas, es posible que todo lo que haga a partir de entonces sea aceptado. Y he logrado impactar.

Equivaldría, más que a ser un lobo disfrazado de cordero, a ser un lobo disfrazado de cordero que se disfraza de lobo. Como es lógico, este Abridor combina a la perfección con el rol del Chulifresco Divertido. También resulta excelente para calentar, ya que te desinhibe por completo.

Está especialmente indicado para contextos donde todos los hombres actúan de forma borreguil y se niegan a abandonar la «zona segura».

ESA VIEJA ME HACE TILÍN (RADIR+SIT)

Este Abridor es ideal para parques, si bien puede usarse en cualquier entorno que se preste a ello. Digamos que te sientas en el banco de la chica que te gusta y, cuando menos se lo espera, dejas caer el siguiente comentario que dé pie al Abridor:

«Oye…» Pausa. Recuerda que las pausas son vitales en esto, ya que dan a entender que no estás intentando retener a nadie, proyectan seguridad y te permiten calibrar. Prosigues:

«Creo que tengo un problema…» Nueva pausa. Si no se interesa por tu problema, dices algo como: «Pero veo que no te interesa», y te levantas y te vas. Te pones a leer, o a hacer cualquier otra cosa que tuvieras prevista y puede que ella se sienta un poco inadaptada social.

Si muestra cierto interés, puedes proseguir:

«Verás, no sé si te has fijado, pero esa mujer de allí me lleva mirando un buen rato».

Señalas a una de las señoras jubiladas que haya sentadas en algún banco de enfrente, paseando o lo que sea. Recuerda que debes adaptar siempre lo que quiera que cuentes a la situación.

«El caso, —continúas—, es que al principio he intentado resistirlo, pero parece que está empezando a tener un efecto sobre mí. Tú… ¿crees que le gusto? ¿Crees que debería acercarme y decirle algo? ¿O debería más bien esperar a que lo hiciera ella? ¿Qué hago?, en serio. ¿Le guiño el ojo? ¿Te envío a ti para que rompas el hielo y me la puedas presentar a continuación? Pero ¿y si tiene novio? ¿Crees que puede estar interesada en mí solo como amante?

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