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Sin embargo, sea como sea, los expertos que analizan la partida coinciden en su diagnóstico: las blancas juegan… y pierden.
Conclusiones
Los propios informes policiales nos permiten afirmar dos cosas. En primer lugar, que no existe constancia alguna de que las famosas siete tarjetas de Morata fueran activadas antes de los atentados. En segundo lugar, que la mochila de Vallecas no sólo no estuvo nunca en los trenes, sino que tampoco fue encontrada en Vallecas, ni tampoco fue encontrada a la hora que nos dijeron, sino varias horas antes.
Aquella mochila fue, muy probablemente, depositada en los recintos feriales de IFEMA, localizada varias horas antes de la hora oficial de aparición y trasladada a comisaría sólo después de saberse que contenía una bomba.
¿Por qué ese retraso en la comunicación de que había aparecido una bolsa-bomba en IFEMA? ¿Quién podía tener interés en retrasar ese hallazgo unas horas? ¿A quién se le comunicó la existencia de esa bomba, y a quién se le ocultó que esa bomba había aparecido? ¿Quién estuvo a cargo de la custodia de esa bolsa entre su hora de aparición "
real
" y la hora de aparición "
oficial
"? ¿Tuvo alguien oportunidad de manipular su contenido? Pero, sobre todo, la pregunta fundamental es: ¿quién depositó esa bomba en IFEMA?
A estas alturas, pocas dudas caben ya acerca del inmenso ejercicio de manipulación que se puso en marcha aquel 11 de marzo. Aunque aún nos queda mucho por averiguar.
Informaciones de interés
Con el fin de ayudar un poco al juez Del Olmo y a los responsables policiales que deben enviarle cualquier tipo de información relacionada con el 11-M de la que dispongan, me permito enumerar algunos de los informes y pruebas materiales relacionados con el 11-M que no constan en el sumario (o por lo menos en la parte del sumario que conocemos) y que deberían constar. Sin ánimo de ser exhaustivo, sería necesario conocer la información siguiente:
1) Informes originales de los seguimientos realizados a las personas implicadas en la trama, en el marco de las investigaciones dirigidas, antes del 11-M, por los Juzgados Centrales de Instrucción números 4 y 5.
2) Transcripciones y listas de llamadas de los teléfonos intervenidos a Jamal Zougham antes y después de los atentados.
3) Informes originales redactados por los tedax que participaron en las labores de desactivación el 11 de marzo, y en particular los informes relativos a los dos artefactos explosionados por los tedax en las estaciones de Atocha y El Pozo, con descripción de las características observadas en cada uno e indicación de si se tomaron muestras de explosivo antes de proceder a la detonación controlada.
4) Listado de muestras recogidas por los tedax en los trenes y llevadas a la Unidad Central de Desactivación de Explosivos y NBQ el 11 de marzo.
5) Análisis químicos realizados a esas muestras, con enumeración de los componentes químicos encontrados en los distintos focos de explosión (incluidos los dos artefactos desactivados por los tedax)
6) Informes originales sobre intervenciones realizadas por los tedax y los equipos de guías caninos el 11 de marzo, con relación expresa de cuantos objetos o vehículos hubieran sido analizados y neutralizados y con indicación de si se produjo alguna intervención en IFEMA 7. Escritos relativos a las consultas que se le realizaran a las distintas operadoras telefónicas entre el 11 y el 14 de marzo, con indicación de la información suministrada por cada una y la fecha y hora en que dicha información fue suministrada.
Esa información resultaría bastante útil para aclarar las circunstancias acaecidas aquel día.
El medio es el mensaje
1) La mochila de Vallecas, que ni era mochila, ni era de Vallecas. La pista que enlazaba los trenes con esa mochila hace mucho que se vino abajo y poco a poco vamos clarificando los hechos de aquel día. Y me temo que todavía nos esperan más sorpresas sobre lo sucedido en aquellas primeras setenta y dos horas después del atentado.
2) Las tarjetas de Amena, para las que no existe constancia de que fueran activadas antes de los atentados. Con lo cual se desmorona la pista que enlazaba la mochila de Vallecas con Morata.
3) El artículo de Antonio Rubio en
El Mundo
de hoy, que parece sugerir que el juez Del Olmo se ha percatado por fin de que mucha de la información que la Policía cursó a través de la cadena jerárquica del Ministerio de Interior se ha ido quedando por el camino. Y también nos esperan más sorpresas a este respecto. Aunque lo importante del oficio de Del Olmo no es cuál sea la intención del juez, sino las consecuencias jurídicas: ningún responsable policial podrá escudarse en que "
yo cursé el informe a mis superiores
", ya que hay una orden expresa de enviar cualquier prueba de convicción directamente al juez.
4) La denuncia de Manos Limpias contra diversos funcionarios públicos por presunta negligencia en el 11-M, tal como relata El Semanal Digital. A la espera de conocer el texto de la denuncia, sí cabe decir una cosa: se ha intentado vender a la opinión pública que el 11-M fue una enorme negligencia y, al mismo tiempo, se ha negado toda posibilidad de investigar esa negligencia en sede parlamentaria. Como consecuencia, sólo quedaba abierta la puerta judicial, así que no es extraño que alguien la utilice. Personalmente, me parece vergonzoso que el gobierno del "
Queremos saber
" endilgue el marrón a funcionarios que, muy probablemente, no han hecho otra cosa que cumplir órdenes. ¿Sería mucho pedir que el gobierno diera la cara en el Parlamento y nos explicara de una vez la mayor masacre terrorista sufrida por nuestro país, ahorrando a esos funcionarios el trago de tener que pasar por sede judicial?
En cualquier caso, sí me gustaría resaltar una cosa: este libro es un perfecto ejemplo de la manida frase de McLuhan: "
el medio ES el mensaje
". Porque el mensaje no es lo que yo escribo en este libro. El mensaje ES la propia existencia de este libro, el mensaje ES el propio hecho de que miles de personas lo lean. Porque es la demostración viva de que la sociedad española no va a perdonar ni a olvidar la masacre, ni va a descansar hasta que se haga justicia, caiga quien caiga. Ante ESE mensaje, todo lo que decimos en este libro no es más que un medio dirigido a un único fin: hacer que esa justicia llegue cuanto antes.