Ulises (109 page)

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Authors: James Joyce

Tags: #Narrativa, #Clásico

BOOK: Ulises
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Una barba más blanda: una brocha más blanda si se le permitía intencionalmente permanecer de afeitado en afeitado en su espuma aglutinada: una piel más blanda si inesperadamente se encontraban personas conocidas femeninas en lugares remotos a horas desacostumbradas: tranquilas reflexiones sobre el transcurso del día: una sensación más limpia al despertarse después de un sueño más reparador dado que los ruidos matutinos, las premoniciones y perturbaciones matutinas, una cacharra de leche golpeada, el doble aldabonazo del cartero, un periódico leído, releído mientras enjabonando y volviendo a enjabonar el mismo sitio, un golpe, una explosión palpitación del corazón con suspensión pero sin ton ni son podría dar lugar a una mayor velocidad en el afeitado y un corte en que un tafetán cortado con precisión y humedecido y aplicado se adhiriese como era menester hacer.

¿Por qué la ausencia de luz le molestaba menos que la presencia de ruido?

Por la seguridad del sentido del tacto en su mano firme llena masculina femenina pasiva activa.

¿Qué cualidad poseía (su mano) pero con qué influencia contradictoria?

La cualidad operativa quirúrgica, salvo que él era reacio a derramar sangre humana incluso cuando el fin justificaba los medios, prefiriendo, en su orden natural, la helioterapia, la psicofisioterapéutica y la cirugía osteopática.

¿Qué había de manifiesto en los estantes inferior, medio y superior del aparador de cocina abierto por Bloom?

En el estante inferior cinco platos de desayuno verticales, seis platillos de desayuno horizontales sobre los que descansaban tazas de desayuno invertidas, una taza con bigotera, con platillo, de porcelana Crown Derby, cuatro hueveras blancas con borde dorado, un bolso de gamuza abierto mostrando unas monedas, principalmente de cobre, y una cajita de confites aromáticos de violeta. En el estante medio, una huevera agrietada conteniendo pimienta, un tarro de sal de mesa, cuatro aceitunas negras conglomeradas en un papel grasiento, un tarro vacío de carne en conserva Ciruelo, un cestillo ovalado de mimbre con fondo de fibra conteniendo una pera de Jersey, una botella medio vacía de oporto para inválidos, de la casa William Gilbey & Co., medio despojada de su envoltura de papel de seda rosa coral, un paquete de cacao soluble Epps, cinco onzas de té selecto Anne Lynch a dos chelines la libra en una bolsa arrugada de papel de estaño, un estuche cilíndrico conteniendo el mejor azúcar cristalizado en terrones, dos cebollas, una, la mayor, española, la otra, más pequeña, irlandesa, biseccionada, con más superficie y más olor, un tarro de nata Lechería Modelo Irlandesa, un jarrito de porcelana oscura conteniendo tres octavos de pinta de leche adulterada agriada, convertida por el calor en agua, suero acídulo y cuajos semisolidificados, que, añadida a la cantidad sustraída para los desayunos del señor Bloom y la señora Fleming, hacía una pinta imperial, la cantidad total entregada originalmente, dos clavos de especia, un medio penique y un platito conteniendo una tajada de chuleta fresca. En el estante de arriba, una batería de tarros de mermelada de diversos tamaños y procedencias.

¿Qué atrajo su atención en el saliente del aparador?

Cuatro fragmentos poligonales de dos tíquets de apuestas escarlata, desgarrados, con los números 8 87, 88 6.

¿Qué reminiscencias arrugaron temporalmente su frente?

Reminiscencias de coincidencias, la verdad más extraña que la ficción, preindicativas del resultado de la Copa de Oro handicap liso, cuyo resultado oficial y definitivo había leído él en el
Evening Telegraph
, edición última rosa, en el Refugio del Cochero, en el puente de Butt.

¿Dónde habían sido recibidas por él previas intimaciones del resultado, efectivo o proyectado?

En el establecimiento autorizado para bebidas de Bernard Kiernan, calle Little Britain, 8, 9 y 10: en el establecimiento autorizado para bebidas de David Byrne, calle Duke, 14: en la calle O’Connell baja, delante de Graham Lemon, cuando un hombre oscuro le puso en la mano un prospecto de los que se tiran por ahí (subsiguientemente tirado por ahí), anunciando a Elías, restaurador de la iglesia en Sión: en Lincoln Place delante del local de F. W. Sweny y Cía. (Limitada), farmacéuticos, cuando Frederick M. (Bantam) Lyons rápida y sucesivamente había requerido, leído y restituido el ejemplar del número último del
Freeman’s Journal and National Press
que él había estado a punto de tirar por ahí (subsiguientemente tirado por ahí), y había avanzado hacia el edificio oriental de los Baños Calientes y Turcos, calle Leinster, 11, con la luz de la inspiración refulgiendo en su rostro y llevando en sus brazos el secreto de la raza, grabado en la lengua de la inspiración.

¿Qué consideraciones modificadoras atenuaban sus perturbaciones?

Las dificultades de interpretación ya que la significación de cualquier acontecimiento seguía a su acontecer tan variablemente como el fenómeno acústico seguía a la descarga eléctrica, y de contraestimación en cuanto a una pérdida efectiva, por fallo en interpretar la suma total de pérdidas posibles derivadas originalmente de una interpretación con éxito.

¿Su estado de ánimo?

No había arriesgado, no esperaba, no había quedado decepcionado, estaba satisfecho.

¿Qué le satisfacía?

No haber sufrido pérdida positiva. Haber producido una ganancia positiva a otros. Luz para los gentiles.

¿Cómo preparó Bloom una colación para un gentil?

Echó en dos tazas dos cucharadas rasas, con un total de cuatro, de cacao soluble Epps y procedió conforme a las instrucciones para el uso impresas en la etiqueta, añadiendo a cada cual tras suficiente tiempo los ingredientes prescritos para su difusión en el modo y la cantidad prescritas.

¿Qué señales supererogatorias de hospitalidad especial mostró el anfitrión hacia su invitado?

Renunciando a sus derechos simposiarcales a la taza con bigotera de Crown Derby imitación, que le había regalado su única hija, Millicent (Milly), puso en su lugar una taza idéntica a la de su invitado y sirvió, extraordinariamente a su invitado y en medida reducida a sí mismo, la viscosa nata ordinariamente reservada para el desayuno de su esposa Marion (Molly).

¿Fue consciente el invitado y reconoció esas señales de hospitalidad?

Su, atención fue reclamada hacia ellas jocosamente por su anfitrión y él las aceptó seriamente mientras bebían en silencio jocoserio el producto de Epps para las masas, esa criatura que es el cacao.

¿Hubo señales de hospitalidad que consideró pero reprimió, reservándolas para otra persona y para sí mismo en futuras ocasiones a fin de completar el acto comenzado?

La reparación de un desgarrón de una y media pulgadas de longitud en el lado derecho de la chaqueta de su invitado. Un regalo a su invitado de uno de los cuatro pañuelos de señora, si y cuando se comprobara que estaban en condiciones presentables.

¿Quién bebió con mayor rapidez?

Bloom, teniendo la ventaja de diez segundos en el comienzo y tomando, de la superficie cóncava de una cuchara a lo largo de cuyo mango se conducía un flujo constante de calor, tres sorbos por cada uno de su oponente, seis contra dos, nueve contra tres.

¿Qué cerebración acompañó su acto frecuentativo?

Deduciendo por inspección, pero erróneamente, que su silencioso compañero estaba entregado a la composición mental, reflexionó sobre los placeres derivados de la literatura de instrucción más bien que de entretenimiento ya que él mismo había recurrido más de una vez a las obras de William Shakespeare para la solución de problemas difíciles en la vida real o imaginaria.

¿Les había encontrado solución?

A pesar de una cuidadosa y repetida lectura de ciertos pasajes clásicos, ayudada por un glosario, había obtenido del texto una convicción imperfecta, no correspondiendo las respuestas a todos los puntos.

¿Qué versos concluían su primera composición de verso original escrita por él, poeta en potencia, a la edad de 11 años en 1877 en ocasión de que el
Shamrock
, una publicación semanal, ofreció tres premios de 10, 5 y 2 ½ chelines, respectivamente?

Soñando que vería
en su revista impresa mi poesía
les mando esta modesta pieza mía.
Si me hacen tal honor,
pónganla con la firma, por favor,
de L. Bloom, su seguro servidor.

¿Encontró cuatro fuerzas separadoras entre su invitado temporal y él?

Nombre, edad, raza, religión.

¿Qué anagramas había hecho con su nombre en su juventud?

Leopol Bloom
Ellpodbomool
Molldopeloob
Bollopedoom
Oíd Ollebo, M. P.

¿Qué acróstico sobre la abreviación de su nombre de pila había enviado él (poeta cinético) a la señorita Marion Tweedy el 14 de febrero de 1888?

Poetas hubo antaño en noble rima
Ofrendando al amor que nos anima
Loas de la belleza en su alta cima.
Dándote a ti la palma, por encima,
Yo así te canto ¡oh tú, mujer divina!

¿Qué le había impedido acabar una canción de circunstancias (música de R. G. Johnston) sobre los acontecimientos del pasado, o características de los años actuales, titulada
Si Brian Boru volviera a ver ahora la vieja Dublín
, encargada por Michael Gunn, concesionario del teatro Gaiety, calle South King, 46, 47, 48, 49, para ser presentada en la sexta escena, el valle de los diamantes, en la segunda edición (30 de enero de 1893) de la gran pantomima anual de Navidad
Simbad el Marinero
(texto de Greenleaf Whittier, decorados de George A. Jackson y Cecil Hicks, trajes de la señora y la señorita Whelan, puesta en escena por R. Shelton el 26 de diciembre de 1892 bajo la supervisión personal de la señora Michael Gunn, ballets por Jessie Noir, número de arlequinada por Thomas Otto) y cantada por la protagonista Nelly Bouverist?

En primer lugar, una oscilación entre acontecimientos de interés imperial y local, el anticipado jubileo de diamante de la Reina Victoria (nacida en 1820, entronizada en 1837) y la aplazada inauguración del nuevo mercado municipal de pescado: en segundo lugar, temor a la oposición de círculos extremistas en las cuestiones de las respectivas visitas de Sus Altezas Reales, el duque y la duquesa de York (real), y de Su Majestad el Rey Brian Boru (imaginaria): en tercer lugar, un conflicto entre la etiqueta profesional y la emulación profesional en cuanto a las erecciones del Grand Lyric Hall en Burgh Quay y el Theatre Roy al en la calle Hawkins: en cuarto lugar, la confusión derivada de la compasión por la expresión del rostro de Nelly Bouverist, nada intelectual, nada política, nada de actualidad, y la concupiscencia causada por las revelaciones de Nelly Bouverist de ropa interior, nada intelectual, nada política, nada de actualidad, mientras ella (Nelly Bouverist) se encontraba en esas prendas: en quinto lugar, las dificultades de selección de música apropiada y alusiones humorísticas del
Libro de los chistes para todos
(1.000 páginas con una carcajada en cada una): en sexto lugar, las rimas, homófonas y cacófonas, asociadas a los nombres del nuevo alcalde, Daniel Tallón, el nuevo jefe de policía, Thomas Pile, y el nuevo procurador general, Dunbar Plunket Barton.

¿Qué relación existía entre sus edades?

Hacía 16 años, en 1888, cuando Bloom tenía la edad actual de Stephen, Stephen tenía 6 años. 16 años después en 1920 cuando Stephen tuviera la edad actual de Bloom, Bloom tendría 54. En 1936 cuando Bloom tuviera 70 años y Stephen 54, sus edades, inicialmente en razón de 16 a 0, serían como 17 1/2 a 13 1/2, aumentando la proporción y disminuyendo la disparidad según se añadieran arbitrarios años futuros, pues si la proporción que existía en 1883 hubiera seguido inmutable, suponiendo que eso fuera posible, hasta entonces, en 1904, cuando Stephen tenía 22 años, Bloom tendría 374, y en 1920 Stephen tendría 38 años, como tenía entonces Bloom, Bloom tendría 646, mientras que en 1952, cuando Stephen hubiera alcanzado la edad máxima postdiluviana de 70 años, Bloom, llevando en vida 1190 años y habiendo nacido el año 714, habría sobrepasado en 221 años la edad máxima antediluviana, la de Matusalén, 969 años, mientras que, si Stephen siguiera viviendo hasta alcanzar esa edad el año 3072 D. C., Bloom habría estado obligado a llevar viviendo 83.300 años, y habría estado obligado a nacer el año 81.396 antes de Cristo.

¿Qué acontecimientos podrían anular esos cálculos?

La cesación de existencia de ambos o de uno de ellos, la inauguración de una nueva era o calendario, la aniquilación del mundo y consiguiente exterminación de la especie humana, inevitable pero impredecible.

¿Cuántos encuentros previos probaban su conocimiento preexistente?

Dos. El primero en el jardín de las lilas de la casa de Matthew Dillon, Medina Villa, Kimmage Road, Roundtown, en 1887, en compañía de la madre de Stephen, teniendo entonces Stephen 5 años de edad y estando reacio a dar la mano en saludo. El segundo en el café del Hotel Breslin, un domingo lluvioso de enero de 1892, en compañía del padre de Stephen y del tío abuelo de Stephen, teniendo entonces Stephen 5 años más.

¿Aceptó Bloom la invitación a comer hecha entonces por el hijo y secundada luego por el padre?

Muy agradecido, con agradecida estimación, con sincera estimación agradecida, con estimativa agradecida sinceridad lamentándolo mucho, declinó.

¿Reveló su conversación sobre el tema de esas reminiscencias un tercer vínculo de conexión entre ellos?

La señora Riordan (Dante), una viuda con medios independientes, había residido en casa de los padres de Stephen desde el 1 de septiembre de 1888 hasta el 19 de diciembre de 1891 y también había residido durante los años 1892, 1893 y 1894 en el Hotel City Arms, propiedad de Elizabeth O’Dowd en la calle Prussia 54, donde, durante partes de los años 1893 y 1894, había sido constante informadora de Bloom quien también residía en el mismo hotel, siendo en aquella época un empleado al servicio de Joseph Cuffe, Smithfield 5, para la superintendencia de ventas en el adyacente mercado de ganado de Dublín, en la avenida de circunvalación norte.

¿Había realizado alguna especial obra de misericordia corporal para ella?

A veces la había empujado, en cálidos atardeceres de verano, viuda inválida de medios independientes, aunque limitados, en su cochecito de convaleciente, con lentos giros de sus ruedas, hasta la esquina de la avenida de circunvalación norte enfrente de los locales de negocios del señor Gavin Low donde ella había permanecido durante cierto tiempo escudriñando, a través de sus gemelos de campaña de lente única, ciudadanos irreconocibles en tranvías, bicicletas de turismo, equipadas con neumáticos inflados, coches de punto, tándems, landós particulares y de alquiler, calesas, carretelas y breaks pasando desde la ciudad a Phoenix Park y
vice versa
.

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