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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (31 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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Imaginemos ahora que dos personas imaginarlas permiten que el proceso mecánico de la justificación de sí prosiga sin ser obstaculizado y que no lo observan mientras obra en ellas, sino que ambas están por completo identificadas con él, por completo ocupadas en él, de hecho, les gusta y lo gozan plenamente, sin discernir nada en sí mismas. Empezarán a edificar lo que cabe llamar
sistemas negativos
en sí mismas, una contra la otra. Una vez que este proceso se inicia entre dos personas es muy difícil lograr que las cosas se arreglen. Sólo recordarán las cosas desagradables de cada cual, porque cuando una persona se siente negativa hacia otra, su memoria, obrando por asociación, sólo recuerda las cosas desagradables, de las cuales la actividad de la auto-justificación hace rápido uso. Y así proseguirá, del mismo modo que lo hace en la vida, sin obstáculo alguno desde el interior, pero obstaculizada por cosas exteriores tales como el temor a la ley, el temor a la difamación o la calumnia, el temor a perder la reputación o a hacer el ridículo, etc., en suma, por las restricciones externas que controlan a la gente y que, si se suprimen, la convertirían en otra clase muy distinta de gente. Es sabido lo que sucede en la guerra. Se conoce muy bien en qué se puede convertir la gente cuando las restricciones externas son suprimidas.

Supongamos ahora que esas dos personas imaginarias ya han logrado que el Trabajo desarrolle en ellas algunos rechazos y restricciones interiores y que cada una de ellas en cierto momento, recobra, por así decirlo, el sentido. Quiero decir, despierta un poco, se vuelve más consciente, y pasa a los "Yoes" del Trabajo y empieza a observarse a sí misma según el sentimiento del Trabajo y sus influencias, que son muy diferente de las influencias de la vida. Observa que se está justificando a sí misma. Se da cuenta de que sólo recuerda las cosas desagradables de la otra persona y ninguna cosa agradable lo que, en todo caso, es injusto. Piensa en lo que se dijo de ella y en lo que ella dijo. Busca en la memoria especial que la consciente observación de sí le ha formado, ejemplos de haber sido injusta en el pasado y encuentra varios que no había observado. De pronto toda su indignación la abandona. Ya no defiende más la falsa idea que tiene de sí misma. Ve la verdad, a menudo ella es injusta. Ahora bien, la justificación de sí no puede obrar en presencia de la verdad una vez que ésta se reconoce. Es el proceso de la mentira el que mantiene en nosotros viva y en perfectas condiciones la gran mentira central, es decir, la falsa personalidad. Supongamos ahora que esas dos personas se encuentran al día siguiente. Se darán cuenta instantáneamente de que cada una de ellas trabajó sobre sí, sin decir una palabra a la otra, y todo habrá terminado. Ya no están más en el pasado. Está concluido. Ambas están libres.

Todo lo que hemos dicho se refiere a la
psicología
y al
trabajo psicológico sobre sí
desde el punto de vista de esta enseñanza y de su método psicológico en la forma en que se aplica a uno mismo.

Birdlip, 28 de mayo, 1942
Comentario psicológico II. Del Ser

PARTE I.

Hoy hablaremos otra vez acerca del Conocimiento y el Ser. ¿Recuerdan ustedes algo de lo que se dijo antes sobre el Conocimiento y el Ser? Permítanme que les recuerde que esta enseñanza que estamos estudiando dice que en el hombre hay dos lados que deben desarrollarse en el curso gradual de su transformación: el lado del Conocimiento y el lado del Ser. Me han oído decir muchas veces que es preciso ante todo
conocer
este sistema y que ello exige tiempo y esfuerzo. Pero conduce a un desarrollo definido del conocimiento y al mismo tiempo debería conducir a un desarrollo del conocimiento de sí cuando el hombre trabaja. Ahora bien, no cuesta comprender que hay diferentes niveles de conocimiento. Pero cuesta más comprender que hay diferentes niveles de ser. Tratemos de comprender una vez más qué es el
ser.
Por lo general la gente confunde
existencia
con
ser.
Una piedra existe, una planta existe; pero existen de un modo por completo diferente. Es aquí donde entra la idea de ser. Por ejemplo, el ser de una piedra, el ser de una planta, el ser de un animal, el ser de un hombre, y el Ser Divino, están todos en niveles diferentes. El ser de una cosa es por causa de su origen, pero su existencia es por causa de su nacimiento, y la concepción tiene lugar antes que el nacimiento. Consideremos el ser de los animales. Todos los animales tienen existencia desde el nacimiento. Un caballo existe, un perro existe, una vaca existe. Tienen una existencia común. Pero el ser de un caballo, el ser de un perro, y el ser de una vaca son por completo diferentes y no dependen del nacimiento sino de la concepción.

Ahora volvamos al Hombre. El Hombre es diferente de los animales. Su ser es capaz de un desarrollo definido. Nació como un organismo que se desarrolla a sí mismo y por eso es incompleto, está en un nivel de ser inferior a aquel al que está destinado por su creación. Los animales están completos. Además, a diferencia de los animales, la crianza del hombre se extiende por un largo periodo, durante el cual
adquiere
muchas cosas en su ser, por educación, por imitación, por costumbre. Esta es una razón por la cual el ser de un hombre no es completamente similar al ser de otro hombre. Cabe comprender que el conocimiento de un hombre quizá no esté en el mismo nivel que el conocimiento de otro hombre. Pero no vemos tan claramente cómo el nivel de ser puede ser diferente. Ahora bien, desde el punto de vista de esta enseñanza no se considera a la humanidad como una sola y misma cosa. Los hombres no son iguales en relación con su ser. Para empezar, en esta enseñanza el concepto
Hombre
se divide en siete categorías: El Hombre Nº 1, cuyo centro de gravedad está en sus instintos y movimientos, en su vida física; luego el Hombre Nº 2, cuyo centro de gravedad está en su vida emocional; luego el Hombre Nº 3, cuyo centro de gravedad está en su vida intelectual. Estas tres categorías forman la humanidad mecánica, el círculo exterior de la humanidad, el de los hombres que no se comprenden los unos a los otros. Como saben ustedes, se le llama el círculo de la confusión de las lenguas, el círculo de Babel. Luego hay el Hombre Nº 4, cuyo centro de gravedad no está en el Centro Instintivo-Motor ni en el Centro Emocional ni en el Centro Intelectual sino que está distribuido entre ellos. Este es el
hombre equilibrado,
cuyo desarrollo ha dejado de ser parcial y que ha empezado ya a despertar. Luego está el círculo de la humanidad consciente: los Hombres Nº 5, Nº 6 y Nº 7, y éstos son hombres que han sufrido diferentes grados de transformación o renacimiento o desarrollo, en suma, los hombres que han logrado una nueva concepción. Ahora bien, estas siete divisiones de la idea general del
Hombre
significan siete grados o categorías de ser. Consideremos a los Hombres Nº 1, Nº 2 y Nº 3. Pertenecen al círculo de la humanidad mecánica, a la "humanidad dormida", pero presentan muchas diferencias en lo que respecta a su ser. Los tres pueden vivir sólo bajo influencias de vida, es decir, influencias A, a saber, influencias creadas en la vida desde la historia, desde el pasado, desde las costumbres, desde el giro que toman las cosas. Pero en algunos influyen tanto las influencias A como las influencias B. Les recordaré que las influencias B no son creadas por la vida sino que se originan fuera de la vida mecánica, en el círculo de la humanidad consciente, y les recordaré otra vez que los Evangelios son un ejemplo de las influencias B. Además, algunos hombres están más sujetos a las influencias A que a las B, o más sujetos a las influencias B que a las A. Algunos hasta llegan a ponerse en contacto con las influencias C, a saber, con alguien que pertenece al círculo consciente de la humanidad, con alguien que ha renacido, que es reconcebido, tal como los discípulos se pusieron en contacto con Cristo. Algunos ya están en camino de convertirse en Hombres Nº 4. Todos estos diferentes estados significan diferentes niveles de ser. Tal vez se hayan dado cuenta de que la idea del nivel de ser de un hombre siempre estuvo presente en el pensamiento religioso y fue considerada más importante que cualquier otra cosa. El nivel de ser de un santo era diferente del de un pecador. Hombres buenos, hombres malos, hombres malvados, hombres verídicos, mentirosos, hombres sinceros, hombres pacientes, hipócritas, hombres justos, hombres vanos, y así sucesivamente, son todos términos que se refieren al lado del
ser,
no al lado del
conocimiento
en el hombre. En la actualidad la gente ha llegado a creer que
lo que un hombre es no tiene importancia
en vista
de lo que conoce.
Hasta creen que un hombre que tiene un ser criminal puede ser un gran pensador o un gran científico o un gran artista o un gran escritor.

PARTE II.

Ocupémonos ahora del
conocimiento
de este Trabajo y sus relaciones con nuestro ser. Este Trabajo es dado como conocimiento y así ha de ser aprendido, del mismo modo que es preciso aprender cualquier otra clase de conocimiento. Pero este Trabajo proviene de una Mente Superior. No es el conocimiento ordinario. Es el conocimiento acerca de la transformación, del mismo modo que los Evangelios son el conocimiento acerca del renacimiento o de nacer otra vez, y ya sea que lo llamemos transformación o renacimiento, no tiene importancia alguna. Es conocimiento que proviene de aquellos que lograron un completo desarrollo interior y han alcanzado, por el crecimiento y la transformación de su ser, el estado de conciencia llamado Conciencia Objetiva. Ahora bien, el conocimiento enseñado en este Trabajo debe transformarse gradualmente en el conocimiento de ustedes, es decir, es preciso que
conozcan
el conocimiento que enseña el trabajo, antes que nada, y esto exige tiempo y esfuerzo. Pero ya que este conocimiento proviene de un nivel de humanidad muy por encima de nuestro nivel de ser, la plena
comprensión
de este conocimiento no será posible mientras nuestro nivel de ser no corresponda al nivel de conocimiento enseñado por el Trabajo. Como saben ustedes, la unión entre el conocimiento y el ser es necesaria para que se produzca la
comprensión.
Por esta razón el conocimiento que están estudiando debe ser aplicado a su ser, y por cierto no lo aplicarán si no valoran las ideas del Trabajo. Es necesario un desarrollo paralelo del conocimiento y del ser. Es decir, es preciso que trabajen sobre su ser según el conocimiento que se les enseña para elevar el nivel de su ser. Con el nivel de ser que poseen actualmente serán capaces de
comprender
el conocimiento del Trabajo hasta cierto punto. Si hay algo de
bueno
en su ser, serán capaces de
comprender
algo de este Trabajo y no meramente de
conocerlo.
En el Trabajo hay un dicho según el cual es preciso tener oro para conseguir oro. Esto se refiere a la calidad del ser que tiene una persona. Si hay algo de bueno en ella, ya tiene un poco de oro. Nadie puede comprender más allá del nivel de su ser.

Sabrán ahora por qué un hombre con un mal ser, un hombre degenerado, un embustero confirmado, un imbécil moral, un criminal, y así sucesivamente, no puede
comprender
este Trabajo, y también se darán cuenta de por qué se dice de la nueva gente que entra en el Trabajo que es necesario que su nivel sea el mismo que el del buen Amo de Casa. Pero aun en este caso, deben ser gentes que buscan algo, gentes que no creen realmente en la vida y que sienten que debe haber algo más, que su existencia en este planeta ha de tener otro significado.

PARTE III.

Es tanto lo que se dice en esta enseñanza sobre el ser que es imposible mencionarlo todo a la vez. Mencionaré una cosa que se dijo sobre el ser y que me interesó mucho cuando la oí por primera vez. La frase era la siguiente:
Su ser atrae su vida.
Este dicho me hizo ver en seguida que hay una relación entre lo que es
exterior
y lo que es
interior.
Por ejemplo, en escala general, el nivel de ser de la humanidad atrae la guerra. Si el nivel de ser de la humanidad estuviese en un nivel ligeramente superior, la guerra tal como es ahora sería imposible. En la escala individual, el ser de una persona atrae su vida. Siempre atraerá la misma clase de cosas, las mismas situaciones, la misma clase de amigos, la misma clase de gente, las mismas dificultades, y así sucesivamente, no importa dónde esté la persona o a dónde vaya. Cambiar el ser es cambiar nuestra vida, pero cambiar nuestra forma de vida no es cambiar nuestro ser. Alterando su situación exterior, no cambiará su vida, porque su ser seguirá atrayendo cierta clase de vida. Un caballo atrae hacia sí cierta clase de vida diferente de la de una vaca o de un perro, y es preciso comprender que esto se debe a su diferencia de ser. Al cambiar su forma de vida, una vaca no cambiará. No le gustaría que una vaca se sentara junto a usted al lado de la chimenea o en su cama, no sólo porque sería inconveniente, sino porque su ser es muy diferente del de un perro. En general nos damos cuenta de que el ser de los animales los conecta con cierta clase de vida. Una comadreja es atraída por la vida de una comadreja, una serpiente por la vida de una serpiente. Pero no vemos de un modo similar que la ley de que "el ser atrae la vida" es también válida para las pequeñas diferencias de ser en la gente. Claro está que es preciso estudiar el propio ser, para ver cuál es su clase de ser, y estudiar su vida, para ver cual es su clase de vida. A la gente le cuesta darse cuenta de que sus contornos son muy distintos y limitados. Se creen ilimitados y libres. Creen que pueden
hacer
todo lo que les da la gana y vivir como más les gusta. Pero si se estudia el propio ser —y al mismo tiempo la propia vida— se descubre que se tiene cierta clase de ser. Esta es una tarea muy larga. El Trabajo dice que
el estudio de nuestro ser es absolutamente necesario.

Como ustedes saben este Trabajo dice que somos máquinas impulsadas por impresiones externas. Ahora bien, mientras un hombre no tenga conocimiento de su ser, es por cierto una máquina. Porque una máquina no puede conocerse a sí misma. Si lo hiciera no seria una máquina. Pero el hombre máquina
puede
conocerse a sí mismo. Cuando un hombre empieza a conocerse a sí mismo ya no es más una máquina. En verdad, puede llegar a ser un
hombre.
Pero esto demanda mucho tiempo y grandes esfuerzos. Necesita una clase diferente de esfuerzo, desde luego, que el que se requiere para aprender lo que enseña este Trabajo. Esto es, trabajar conforme al conocimiento, y trabajar conforme al ser, requiere esfuerzos diferentes. Un hombre no puede llegar al conocimiento de sí mismo a menos que se observe a sí mismo con su atención interna, y no puede observarse a sí mismo de un modo inteligente a menos que haya una enseñanza definida sobre lo que debe observar y sobre la razón por la cual debe observarlo. Hay ciertos factores especiales en nuestro ser que impiden su desarrollo. Uno de ellos, por ejemplo, es la emoción negativa, tal como la auto-compasión. Ante todo es preciso conocer estos factores especiales como materia de conocimiento. Así se aprende primero el conocimiento del Trabajo. Pero luego es menester aplicarlo con el fin de obtener un conocimiento real del ser a la luz de la enseñanza. El conocimiento del propio ser es conocimiento de sí. Pero en esta enseñanza es una clase particular de conocimiento de sí porque esta enseñanza apunta a ciertas cosas en nuestro ser que es preciso observar y por último cambiar, a través de una creciente voluntad de cambiarlas.
Conocer
meramente que las emociones negativas son dañosas y nos mantienen en nuestro nivel de ser no es bastante. Pero muchas veces sucede que la gente no se observa a sí misma en el sentido de lo que se le enseña; o no relaciona lo que observa con lo que se le enseña; o da por sentado todo cuanto piensa y siente e imagina y hace y dice y no puede ver que hay algo que debe observar. ¿Pero cómo, entonces, se puede esperar un cambio de sí si todo lo que hay en uno mismo se da por sentado? Se es entonces una máquina, no un hombre. Causa asombro esta incapacidad de no poder observar cosa alguna en uno mismo. Es necesario que se produzca un choque. Debido a ello, a menudo una persona se vuelve negativa. Sin embargo, ya se da cuenta de que hay algo.

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