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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (33 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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PARTE III.

En la disertación que hemos leído la última vez, se dijo que en los escritos religiosos hay muchas cosas sobre el
ser.
La gente se divide según su estado de ser —en santos y pecadores, en hombres malos y buenos, etc. En los Evangelios se dicen muchas cosas que se refieren al ser. En la Parábola del Sembrador que siembra la semilla de la Palabra de Dios en la humanidad, las diferentes categorías de hombres que se mencionan se dividen con arreglo a su ser en relación con la Semilla de la Palabra, con la manera en que la reciben. En otro lugar, los hombres que tienen un ser equivocado son llamados "espinos" o "abrojos"; así en el pasaje donde Cristo dice: "¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?" Cristo luego compara a los hombres, en cuanto su nivel de ser, con árboles, y dice: "Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos." Significa esto que el nivel de ser de un hombre tiene la mayor importancia. Como saben ustedes, antes de llevar una persona al Trabajo es preciso conocer su nivel de ser. Aquí se trata de algo muy serio y ahora empezarán a comprender lo que significa. Es muy equivocada la tendencia a convertir a los criminales en héroes, tal como existe hoy. Dos signos de ser están presentes en la gente a quien se desea llevar al Trabajo. Ha de ser gente responsable y debe tener un
centro magnético.
En el pasado se dijeron otras cosas sobre este particular y ahora trataré de recordar algunas de ellas. Además de la idea del Buen Amo de Casa y del centro magnético, una persona que entra en el Trabajo debería tener un sentido natural de la vergüenza. Ya saben que muchas de las personas a quienes se llama "moralmente defectivas" no tienen sentido alguno de vergüenza, y ésta es muy mala señal. Y es preciso señalar aquí que siendo duro y no sintiendo vergüenza se detiene el desarrollo del propio ser. Además la gente que entra en el Trabajo debe tener algún sentido religioso, algún resto de impulso religioso en su vida —es decir, claro está, relacionado con el centro magnético, y con las pasadas influencias y la educación. Luego es preciso que tengan algún sentimiento de mortalidad, que tengan alguna percepción de la propia mortalidad. Todos estos factores y varios otros constituyen el punto de partida en su ser desde el cual pueden desarrollarse las ideas y las enseñanzas del Trabajo.

Birdlip, 19 de junio, 1942
Nota sobre la oración

RESPUESTA Y RUEGO

En la disertación que se leyó la última vez sobre la idea de la Oración tal como es dada en los Evangelios (que no está incluida en este volumen) se dijo que el Universo puede tomarse como la
respuesta al ruego.
El hombre ruega, y el Universo en toda su plena y total realidad, exterior e interior, le responde según lo que ha pedido. En cuanto a lo que se dijo la última vez, deseo que se preste atención a este hecho: son muchas las personas que han logrado una respuesta a ruegos que no se dieron cuenta de haber hecho. Si el Universo, visible e invisible, material y psicológico, grosero y fino, tal como lo aprehenden externamente los sentidos e internamente la mente y el corazón, es una respuesta a un ruego, entonces se ve la importancia de entender la clase de
ruego
que se está haciendo con el fin de comprender por qué se logra la respuesta, que en realidad se obtiene desde cualquier lado de la vida. El Trabajo dice: "Su ser atrae su vida". ¿No ven la relación? Sin saberlo, un hombre o una mujer pueden pedir algo y obtener así una respuesta del Universo entero que no les gusta. Ven la respuesta pero no ven lo que excita la respuesta, lo que hay en ellos que la atrae. La gente, en otras palabras, puede buscar la desdicha sin darse cuenta de lo que están haciendo. Sólo ven el resultado —es decir, la respuesta. Sólo ven los efectos, no las causas. Pensar únicamente a causa de los efectos es una cosa. Es así como piensa la gente mecánica. Pensar en las causas es una cosa muy diferente. Pertenece al pensamiento más consciente. Ahora bien, el nivel de ser forma parte del ruego tanto o aun más que el conocimiento. Alguien puede
pedir
la felicidad intelectualmente pero no ver cómo los factores que gobiernan su ser, cómo el amor por los estados negativos, los resquemores, las envidias secretas, la pereza, las antipatías, etc., piden algo por completo diferente, y que el Universo responde a estos factores que su ser anhela y afirma secretamente sin darse cuenta de lo que está haciendo. Comprenda que un
ruego cabal
debe contener al mismo tiempo pensamiento y voluntad —formulación y deseo emocional. El lado del conocimiento es el lado del pensamiento y un hombre sólo puede pensar a causa de su conocimiento. El lado del ser
quiere,
y un hombre sólo
quiere
lo que desea. Si le gustan los estados negativos, entonces su voluntad tiene esta cualidad. Su amor es su voluntad; atraerá la respuesta que le pertenece. Sólo el conocimiento de sí hará que perciba su estado de ser y pueda dar así comienzo a la observación de sí. Ya hemos dicho bastante sobre este tema —a saber, que una persona puede obtener
respuestas
que no espera ni desea, sin darse cuenta de que las está atrayendo.

Hablaremos ahora de algunas cosas que hemos dicho en el Trabajo, que se refieren, directa o indirectamente, a la Oración.

LA ENSEÑANZA SOBRE LA ORACIÓN EN EL TRABAJO

PARTE I. RECUERDO DE SÍ

En la enseñanza del Trabajo la idea de la
Oración
y la idea del Recuerdo de Sí están relacionadas de un modo tan estrecho que no se pueden separar una de la otra. Sin Recuerdo de sí, la Oración es imposible. Examinemos el significado de esto. El hombre tal como es no puede orar. Es decir, un hombre en su estado cotidiano ordinario no puede orar. Con el fin de orar un hombre debe estar en un estado de Recuerdo de Sí. Orar en el estado en que se está, en el estado ordinario, es orar en estado de sueño, y orar en estado de sueño es inútil. Nada puede suceder. Tal Oración no será contestada, porque no conduce a ningún lado. Recordemos lo que se dijo sobre los estados de conciencia en el Trabajo. Cuatro estados de conciencia son posibles, pero comúnmente el Hombre sólo conoce dos estados de conciencia y vive en ellos, y ambos son llamados en el Trabajo
estados de sueño.
El primer estado de conciencia o el más bajo es el del sueño corporal, que es un estado pasivo en el cual una persona descansa en la cama casi sin movimiento alguno. En ese estado un hombre pasa una tercera parte o más de su vida. El segundo estado de conciencia es el estado en el cual la gente pasa el resto de su vida, en el cual mueven los miembros, andan y hablan y también escriben libros e intervienen en política y se matan los unos a los otros, y en ese estado se consideran activos y lo llaman "conciencia lúcida o estado de conciencia despierta". No es exagerado afirmar que los términos conciencia lúcida o estado de conciencia despierta parecen haber sido dados en broma, especialmente cuando, por medio de la observación de sí, se empieza a comprender lo que en realidad ha de ser la conciencia lúcida, y cuál es en realidad el estado en que el hombre vive y actúa. Porque en este así llamado estado de vigilia un hombre no tiene conciencia de sí ni conciencia de los demás. Vive y muere en la oscuridad. Y sería mucho mejor para él si permaneciera pasivo en el primer estado de conciencia porque entonces no podría andar de un lado para otro y matar a su prójimo.

ESTADOS DE CONCIENCIA

(*)Conciencia de Sí, Percepción del "Yo" ( El hombre
[3]
puede ver las cosas tal como son en realidad).

El tercer estado de conciencia es el Recuerdo de Sí o Conciencia de Sí o el estado de Percepción de Sí. Por lo general nos consideramos en posesión de ese estado y creemos tener siempre percepción de nosotros mismos y que obramos, pensamos y sentimos con plena conciencia de lo que estamos haciendo. Pero la ciencia occidental ha pasado por alto el hecho de que no poseemos ese estado de conciencia. Y no podemos crearlo en nosotros mismos sólo por el deseo inmediato de lograrlo, ni por la resolución de que en adelante siempre viviremos en un estado de Conciencia de Sí. Pero este tercer estado constituye el derecho natural del
Hombre tal como es,
y si el Hombre no lo posee, se debe a las condiciones equivocadas de su vida. Hoy ese estado de conciencia sólo se presenta en la forma de raros destellos y únicamente por una larga práctica, por pruebas, un hombre puede empezar a restablecer un estado de Recuerdo de Sí en sí mismo.

Ahora bien, la ayuda sólo puede venir en el tercer estado de conciencia. No puede llegar a la oscuridad en que la gente vive su vida cotidiana y en que tan a menudo se contenta con existir. Por lo tanto, la oración que proviene del estado de sueño —la oración que proviene del así llamado estado de vigilia— equivale a soñar que se está orando, porque en el segundo estado de conciencia también soñamos y todo es irreal, salvo que no nos damos cuenta de ello a menos de experimentar un momento de conciencia que pertenezca al 3º o 4º estado de conciencia y ver el contraste. Así cuando un hombre ora debe recordarse a sí mismo. Debe estar consciente de sí mismo y tener conciencia del porqué de su oración. Debe sentir el significado de todo lo que dice y sentirse a sí mismo diciéndolo. Debe sentir que es realmente el "Yo" en él lo que ora y no los pequeños y asustados "Yoes" o una serie de "Yoes" mecánicos formados por el hábito. Y finalmente un hombre no puede orar ni recordarse a sí mismo a menos que sienta que en él hay un estado superior de sí y algo más elevado que él.

Es preciso considerar ahora el 4º estado de conciencia en relación con una clase de oración a la que se puede llamar
oración por la iluminación.
Cuando un hombre ora por la iluminación ora para poder ver las cosas tal como son realmente, fuera de su imaginación y de sus ideas subjetivas. En las religiones de todas las naciones hay indicaciones de tal estado de conciencia, que es llamado "Iluminación" y también recibe otros nombres, pero que no puede ser descrito en palabras porque trasciende todas las palabras. Cuando un hombre ora para llegar a la Iluminación ora por la Conciencia Objetiva. Pero primero debe estar en el Ser estado de conciencia porque sólo desde ese estado es posible alcanzarlo y retener la significación de toda experiencia o ayuda de quienes están en el 4º estado de conciencia. Pero es preciso comprender que si un hombre ora por la iluminación, cabe decir de él que ora por despertar y si un hombre pudiera despertar completamente a sí mismo y se viera a sí mismo tal como es en realidad, es decir, objetivamente, enloquecería. Es preferible rogar para obtener más comprensión. Pero desde luego esto es inútil si no hace esfuerzo alguno para comprenderlo mejor y sin ayuda alguna. Si un hombre en el Trabajo no trabaja ni sobre la Línea de Conocimiento ni sobre la Línea de Ser y sólo ora por más comprensión, su visión del Universo es muy ingenua. Es preciso que se dé cuenta de la dureza de las cosas y del precio que es preciso pagar y que se libre de sus opiniones infantiles y sentimentales. Debo repetir que rogar por algo por lo cual se debería trabajar, es completamente inútil. Pero la gente se atiene a puntos de vista vanos y no advierte su propio peligro. Es preciso luchar por el Trabajo y luchar por conservarlo, y no se lo podrá conservar a menos de aferrarse y perseverar en el Trabajo.

PARTE II. LOS TRES HERMANOS EN EL HOMBRE

La próxima cosa que el Trabajo dice de la Oración es que los tres centros en el hombre deben orar. Para empezar, si sólo la mente ora y el corazón no lo hace, no puede haber respuesta alguna. El hombre entero debe orar y el hombre entero es ante todo tres hombres —tres hermanos que no están de acuerdo. Si estos tres centros, en la casa de tres pisos que es el hombre, trabajaran en armonía, el Hombre ya estaría en el 3º estado de conciencia. Estaría suficientemente despierto como para recibir ayuda a su súplica. Pero estos tres hermanos en el hombre no cooperan y esto ocurre así especialmente hoy día. Por esta razón, echaremos una breve mirada a algunas de las enseñanzas que se dan en el Trabajo sobre el estado de nuestros centros tal como son ahora.

Ya saben que el estudio de la multiplicidad de nuestro ser que caracteriza nuestro
nivel de ser
empieza con la observación de los centros. Los tres centros trabajan independientemente debido a las condiciones anormales de la vida moderna, que produce desarrollos parciales. Cada percepción consciente y cada manifestación del hombre, todo cuanto se recibe y se exterioriza, debería ser el resultado del trabajo coordinado de los tres centros, de los cuales cada uno debería proporcionar su propia parte de asociaciones y conocimiento y experiencias. En lugar de esto, el trabajo de estos diferentes centros está casi por completo desconectado hoy en día. A consecuencia de ello, los centros intelectual, emocional e instintivo-motor no cooperan el uno con el otro y de este modo no se corrigen y se complementan uno a otro, pero, por así decirlo, andan todos por diferentes caminos y rara vez se encuentran. Por esta razón el Hombre es rara vez
consciente,
y nuevamente, por la misma razón, el Hombre es, en primer lugar, no un individuo, sino tres personas distintas que no armonizan. La primera se cree totalmente aislada de las demás; la segunda experimenta lo mismo; y la tercera actúa mecánicamente, de acuerdo con sus hábitos establecidos desde hace mucho tiempo. Si el desarrollo fuera normal, estos tres hombres en uno, el hombre intelectual, el hombre emocional y el hombre instintivo-motor, formarían un solo hombre, armonizando todos los diferentes aspectos de sí mismo. Tal como ocurren las cosas, el Hombre está, en sí mismo, en una condición de completa falta de armonía. Él es ante todo tres hombres, tres hermanos, que rara vez están de acuerdo, y que por cierto pasan el tiempo frustrándose el uno al otro, peleándose uno con otro y por turno dominando uno al otro. Cualquier resultado general de esta acción combinada en la que cada uno de ellos está de acuerdo y firma con su nombre, por así decirlo, en el convenio, ocurre rara vez, pero cuando ocurre, el hombre está en ese momento en otro estado de
conciencia.
De hecho, es consciente, en el sentido de la enseñanza del Trabajo, porque está en posesión simultánea de todas sus facultades y es consciente de cada una de ellas. Su conciencia abarca todos los centros al mismo tiempo, en lugar de estar limitada a uno u otro centro, o a una pequeña parte de un centro, a la vez. Esta extensión o expansión de la conciencia que incluye al mismo tiempo todos los centros no es supernormal sino que es lo que un hombre normal debería poseer en realidad. Este es el 3º estado de conciencia —el estado de Recuerdo de Sí o de Percepción de Sí— que pertenece por derecho al hombre y con el cual nació, pero que pierde muy pronto debido al efecto de la gente dormida que lo rodea. Es a causa de las influencias equivocadas, de la educación equivocada y de las condiciones equivocadas de la vida moderna que el Hombre renegó de su estado de conciencia, que es suyo por derecho natural, y que, si lo poseyera, haría imposible para él actuar como lo hace hoy en día.

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