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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (36 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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Por lo tanto tenemos una definición clara de lo que significa un estado de Ser más elevado. Un nivel de Ser elevado significa la aproximación a la unidad o unicidad de Ser. Si no hubiera nada por encima de nosotros, ninguna meta a la que se pudiera llegar, no habría desarrollo definido del Ser. Pero hay una meta. Para alcanzarla es necesario seguir instrucciones exactas —es decir, una enseñanza. El Trabajo en todos sus aspectos y detalles se refiere al modo de alcanzar esta meta. No es posible llegar a un nivel superior de Ser aparte del que se adquirió en la vida, si no es por medio de una fuerza adicional que actúe sobre uno. La unidad de ser no puede lograrse a través de la influencia de la vida. Sólo se puede lograr por la influencia de aquellos que han logrado este supremo desarrollo del Ser. Es decir,
es necesario un Conocimiento especial que debe ser aplicado al Ser.
Ahora bien, si reflexionamos sobre esta enseñanza, y vemos lo que representa para nosotros, se darán cuenta de que tanto en el aspecto psicológico como en el cosmológico, todo se refiere a elevar el nivel de Ser hasta la unidad. Todos los diagramas cosmológicos llevan a la unidad. Es imposible que nos ocupemos ahora de todo lo que se ha dicho sobre este particular. Uno de los grandes impedimentos para el desarrollo del Ser radica en los
topes
que nos impiden ver nuestras contradicciones interiores; sólo una prolongada observación y el sincero deseo de ser diferente conseguirán hacernos ver las contradicciones interiores. ¿Creen acaso que un hombre lleno de topes y de contradicciones interiores puede alcanzar una nueva etapa en la unidad de Ser? ¿Suponen acaso que lo logrará un hombre que no tiene discernimiento de sí? La continua acción del Trabajo ejercida mediante la observación de sí empieza a romper muchas contradicciones en el Ser individual, e imposibilita cada vez más muchas expresiones equivocadas de Ser. Por ejemplo, un signo de Ser es la capacidad de soportar las manifestaciones desagradables de los demás. ¿Por qué éste es un signo de Ser superior? La respuesta es que no se puede hacerlo a menos de haber visto uno en sí mismo lo que desagrada en los otros. Otro signo de Ser superior es la capacidad de recordar y cumplir los propósitos. ¿Por qué es éste un signo de Ser superior? Significa que se está más en sus "Yoes" conscientes próximos al verdadero "Yo". Si usted no ha aprendido aún a desconfiar y a no identificarse con "Yoes" que, como lo sabe, siempre lo han llevado al error, ¿cómo espera sentir más fuerza de Ser en sí mismo? Permite que los peores "Yoes" en usted se hagan cargo de su Ser. No ha empezado a
escoger
—a separar— para desechar los malos y conservar los buenos. Si quiere cambiar su nivel de Ser es preciso que vea antes cuál es su nivel de Ser —es decir, qué clase de persona es usted en un período dado— o, más estrictamente, qué clase de "Yoes" permite que se hagan cargo de usted en diferentes momentos, en un período, y recordar lo que ha observado. Si cualquier "Yo" puede aparecer y hablar a través de su boca, entonces su estado de Ser es mecánico y no puede cambiar. No tiene nada de consciente que trabaje en usted. No está trabajando sobre sí y por lo tanto este trabajo no actúa sobre usted y en realidad usted no existe.

Birdlip, 10 de octubre, 1942
Identificación

Esta noche hablaremos sobre la identificación. En este momento es preciso que todos pensemos intensamente sobre ese estado. Todos tenemos que luchar contra el estar identificados y todos tenemos que resistir a la vida. Para empezar haré esta pregunta a cada uno de ustedes: "¿Dónde coloca su sensación de "Yo"?" Es lo mismo que colocar la voz. Ahora bien, el lugar donde coloca la sensación de "Yo" más mecánicamente es el lugar donde uno más se identifica. Si pudiera colocar la sensación de "Yo" plenamente en el
recuerdo de sí,
y todo lo que esto significa, no se identificaría. Pero esta es una colocación consciente, porque nadie puede recordarse a sí mismo mecánicamente. El recuerdo de sí es un acto consciente, una colocación consciente del "Yo", que para empezar requiere
atención.

Por eso consideremos la
atención.
Cuando presta atención, ¿está usted identificado? Empiece con la identificación interior. Un hombre debe estar plenamente identificado con su estado interior; puede sentirse deprimido o tener miedo o estar herido o furioso, etc. —y
ser
sencillamente su estado. Entonces su sensación de "Yo" y su estado
son
una y la misma cosa. Esta es identificación interior. El hombre está identificado consigo mismo. Su sensación de "Yo" está colocada en su estado de ánimo. Supongamos ahora que observa su estado. Esto requiere atención. Como lo saben, la atención nos pone en la parte más consciente de los centros. Es preciso comprender claramente que nadie puede observarse a sí mismo mecánicamente. Una persona puede imaginar que se está observando a sí misma, pero no lo hace, y no aprende nada sobre sí misma sino que da vueltas en redondo. De hecho, la observación de sí mecánica es uno de los hábitos mecánicos que es preciso observar. Ahora bien, hagamos otra vez esta pregunta: Cuando está prestando atención ¿está usted identificado? Contestar a esta pregunta en relación con la identificación interior, significa: "Cuando está identificado con su estado interior y lo observa, ¿está todavía plenamente identificado?" ¿Cómo puede estarlo usted?.

En el Trabajo todos tenemos en nosotros un muy poderoso instrumento llamado no identificación. Pero se necesita mucho tiempo para que alguno de nosotros entienda lo que significa y sea capaz de usarlo. Si un hombre está siempre identificado con su estado interior momentáneo, con sus pensamientos y estados de ánimo, etc., en tal caso no puede cambiar. Para que un hombre pueda salir de la posición en que está, es preciso primero que se divida a sí mismo en dos. Es decir, es preciso que sea capaz de observar su estado. Si él es su estado, entonces nada puede tener lugar. Si se divide a sí mismo en un lado observante y en un lado observado —es decir, se convierte en
dos
— en tal caso empieza a ser capaz de cambiar de posición, de cambiar internamente. ¿Comprenden ustedes la profundidad de esta idea? Es la manera de liberarse de la prisión de sí mismo.

Ahora bien, en lo que respecta a estar identificado con la vida, tomemos el siguiente ejemplo: Si está prestando cuidadosa atención a los caballos en una carrera, a uno de los cuales ha apostado, ¿está usted identificado? La respuesta es: Sí y No. Hasta el punto en que está prestando atención no está identificado. Hasta el punto en que está ansioso por ver ganar su caballo, está identificado y no puede prestar atención. Así los dos estados —el estado de atención y el estado de identificación— luchan el uno con el otro. Tomemos un segundo ejemplo: Si tiene mucha prisa por terminar una carta importante, en tal caso está identificado. Pero después de varios intentos que no dieron resultado alguno, se da cuenta de que es preciso prestar la mayor atención a lo que está escribiendo; no está identificado
mientras está en ese estado de atención,
si bien puede permanecer identificado, por así decir, en el trasfondo —esto es, puede estar todavía identificado en las partes mecánicas de los centros, pero ya que tuvo que trasladarse a las partes más conscientes de los centros para escribir la carta en debida forma, mientras está en ellos no está identificado. En estos ejemplos, el hombre es consciente dentro de la mecanicidad. No dejaremos de observar que cabe también la posibilidad de ser mecánico dentro de la conciencia.

Ahora hablaremos de un modo general del estado de identificación con la vida. ¿Qué es la vida? No me propongo hacer esta pregunta en un sentido filosófico o teórico, sino en un sentido práctico.
La vida es una serie de eventos en diferentes escalas.
No son las cosas, la gente, los objetos, sino los eventos los que ubican a estas cosas y gente y objetos en diferentes relaciones con usted en tiempos diferentes. La lapicera que está sobre su mesa no es un evento por sí misma pero deviene parte de un pequeño evento cuando la toma para firmar un cheque. En este evento, la pluma, la libreta de cheques, la mesa, la tinta y usted mismo y la persona para quien firma el cheque, etc., de pronto están todos en relaciones recíprocas. Este es un evento. Un momento después la pluma, la libreta de cheques, etc., se separan, y todo permanece silencioso e inmóvil. El grifo de su baño no es un evento para usted excepto cuando necesita bañarse o a menos que pierda agua. Su cama no es un evento a menos que se acueste. Hay un clavo sobre una repisa. Esto no es un evento. De súbito, desea colgar un cuadro. Entonces el clavo ingresa en un evento. Su vecino de la casa contigua es quizá una persona a quien usted no conoce. Él no es un evento. Pero oye decir que lo ha llamado tonto y de súbito tiene lugar un evento entre usted y su vecino. En otoño las hojas caídas están inmóviles en un camino y de pronto se produce una ráfaga de viento que las incorpora a un evento. Un evento reúne las cosas, las pone en movimiento, y pasa. Consideremos el evento mundial de la guerra. Este es un evento en la escala de la humanidad. Los países —Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, etc.—, no son eventos en sí mismos, pero cuando la guerra de súbito se produce como un remolino de viento y los lleva de un lado para el otro, poniéndolos violentamente en ciertas relaciones recíprocas, entonces constituyen un evento. La guerra pone en contacto a la gente, la lleva de un lado para el otro: cuando ha pasado, los objetos, las cosas de la guerra, la gente, se separan, y todos, vuelven a su casa.

Ahora bien, si se empieza a estudiar la vida como una sucesión de eventos, lo que en realidad se estudia es la Ley de Tres Fuerzas, que dice que cada manifestación es el resultado de tres fuerzas. Una
cosa
no es un evento a menos que sea conductora de una de las tres fuerzas de una tríada: y cualquier cosa o persona puede conducir a una u otra de las tres fuerzas en tiempos diferentes y así estar en diferentes relaciones con un
evento
particular. ¿Comprenden ustedes lo que esto significa? Tenemos un bastón y dos personas. No hay evento. Son meramente tres cosas. Luego las dos personas se pelean y una pega a la otra con el bastón. Ahora todo ello conduce las fuerzas de una tríada y tiene lugar una manifestación —es decir, un evento. Alguien abre un viejo armario y ve una muñeca de paño. Esa muñeca estuvo en el pasado implicada en muchos pequeños eventos. Ahora es sencillamente una cosa. Cierra el armario: sigue siendo una cosa, que no está implicada en evento alguno.

Haremos la siguiente acotación: La vida puede y debería ser vista como una serie de eventos, no como un conjunto de cosas y personas, de meros objetos visibles. Si uno puede contemplar la situación en que está enredado como una clase particular de evento, para lograrlo se precisa un acto de atención, y esto posibilita el no identificarse demasiado con ello. Todos los eventos se repiten. Hay sólo un número determinado de eventos. Todos los eventos posibles en la tierra fueron creados, por así decir, con el Hombre. El Hombre fue creado con su vida —con todos los eventos posibles que pudieran sucederle. Los eventos están en diferentes escalas. Ahora hágase la siguiente pregunta: "¿En qué evento estoy yo? ¿Y estoy yo totalmente identificado con él?" Esto lo pone en atención, le impide que se identifique demasiado con el evento. La vida mantiene al Hombre dormido y extrae de él toda su fuerza, por medio de eventos muy gastados con los cuales siempre se ha identificado. Pero una persona debe entrar en el gran circo de la tierra llamado vida como si lo hiciera por primera vez y debe pasar por tantos dramas y comedias diferentes como le sea posible, de modo de acumular gran cantidad de material en los centros, una plenitud de experiencias, porque de otra manera el contraste necesario entre la vida y este Trabajo no es posible —es decir, una persona que no conoce nada de la vida ve escasa diferencia entre ella y el Trabajo y carece de base de contraste o de tensión de contrarios en ella. Es decir, toma la vida y el Trabajo en la misma escala. Si le es posible retirarse internamente de cualquier evento con el cual se haya identificado en la vida, y tratar de formular el evento —de este modo: "Esto se llama ser censurado por algo que yo no hice", "Esto se llama perder los estribos", "Esto se llama ser insultado", "Esto se llama ser dejado a un lado", "Esto se llama perder algo", "Esto se llama estar desencantado", Esto se llama estar en una situación difícil", "Esto se llama llegar tarde", etcétera, etcétera— en tal caso no se identificará demasiado.

Birdlip, 26 de octubre, 1942
El propósito personal

Todos comprendemos lo que significa un propósito en la vida. Nos procura una dirección. Sin propósito nos asemejamos a barcos que van a la deriva —no vamos a parte alguna. Aun cuando no tengamos ningún propósito en la vida deseamos vivir tanto tiempo como nos sea posible o conservar nuestro dinero, nuestro confort, etc. Éste es una especie de propósito, pero muy pobre. No nos lleva a sitio alguno y sólo nos mantiene aferrados a lo que tenemos. Pero podemos desear también un empleo definido o pasar un examen, y entonces tenemos en la vida un propósito y una dirección definidos. Vemos entonces que es preciso hacer sacrificios —desechar todo lo que es inútil y concentrarnos en lo que es útil para cumplir ese propósito, en la vida.

Nuestro propósito en el Trabajo es similar en algunos puntos a un propósito en la vida. Se puede compararlos hasta cierto punto, pero en realidad el propósito en el Trabajo no es exactamente lo mismo, porque es un propósito en una diferente dirección de la vida, y en cierto modo va en contra de la vida.

Esta noche nos referiremos al Propósito Personal, en el sentido del Trabajo, sobre el Ser. La definición más general de lo que significa el propósito en el sentido del Trabajo es que es preciso
oír
lo que el Trabajo enseña y
hacer
lo que dice.

El propósito en el Trabajo está siempre conectado con el acto de recuerdo de sí. Ello se debe a que en el estado de recuerdo de sí un hombre puede ser ayudado, ayuda que no puede llegarle en el estado ordinario de conciencia. Ciertas influencias en el Universo sólo pueden penetrar hasta el tercer estado de conciencia, donde un hombre es consciente
para sí
o consciente de sí. Si al mismo tiempo que se recuerda a sí mismo recuerda su propósito, puede recibir ayuda. Por ejemplo, le es posible comprender mejor el propósito que tiene en vista.

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