Read Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky Online

Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (60 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
5.8Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

En la última disertación hemos dicho que el trabajo sobre sí de un hombre se inicia en el momento en que empieza a sentir que hay en él
dos hombres.
Uno de ellos es pasivo y lo más que puede hacer es registrar y observar lo que le está sucediendo en manos del otro. El otro, el que se llama a sí mismo "Yo", es activo. Habla de sí mismo en primera persona. Se considera como si fuera el verdadero hombre, el hombre mismo. Obsérvese que se dice que el trabajo de un hombre se inicia en el momento en que empieza a sentir
dos
hombres en sí mismo, uno pasivo y el otro activo. Ahora bien, ¿cuántos, creen ustedes, pueden llegar a esta etapa? Permítanme que haga a cada uno de ustedes esta pregunta: "¿Ha llegado usted a esta etapa con una clara conciencia de tener en sí un lado activo que seguirá haciéndose cargo de usted en todo momento y un lado pasivo que sólo puede mirar y darse cuenta de que esto ocurre así, y que es por completo impotente frente al lado activo?" Si puede contestar con certeza que ha llegado a esta etapa, merece que lo feliciten porque significa que en usted tuvo lugar una división interior muy importante, necesaria para todas las etapas posteriores del Trabajo. Porque es exactamente ese lado pasivo, que se ha separado del activo, el que puede crecer. La evolución de un hombre en el sentido de Trabajo es una evolución del lado pasivo y no del lado activo en él. Pero debido a que esta división interior entre un lado pasivo y uno activo es tan difícil de lograr, y necesita tanto tiempo y es acompañada por tantos fracasos, el trabajo personal se detiene o gira en redondo.

Como este tema es tan importante y tan difícil de entender, permítanme que les plantee la cuestión de otra manera: "¿Comprende su
mecanicidad,
y la comprende siempre?" ¿Qué significa "comprender su mecanicidad"? Significa que empieza a darse cuenta que es una máquina que
reacciona
a las influencias exteriores.
Ella
no
actúa,
sino que
reacciona.
Todo lo que ha tomado como acción individual y consciente es mecánico. En otras palabras, comprender qué es la mecanicidad, es comprender que no puede comportarse de un modo diferente del que se comporta. Ahora bien, todos creen que son
libres
y que pueden actuar tal como desean o escogen. Todos creen que pueden decir esto o aquello por haberlo escogido o hacer esto o aquéllo por haberlo escogido. El Trabajo les enseña que esto es una ilusión. Dice que es la primera gran ilusión que debe ser disipada por el trabajo práctico sobre sí. El Hombre no puede
hacer.
Con el fin de
hacer,
un hombre ha de ser
libre
para hacer. Con el fin de
hacer,
primero un hombre debe
ser.
Y para
ser
un hombre debe llegar a ser una unidad. Entonces es
libre.
Pero el hombre tal como es no es
libre,
aunque acaricia la idea de serlo. Todo cuanto
hace
le es dictado por su máquina —es decir, por la clase de máquina que fue construida en él por las circunstancias, la educación, la imitación, la fantasía, los estados negativos, las actitudes, las opiniones y así sucesivamente. Este es uno de los principios fundamentales en la enseñanza
psicológica
de este Trabajo.
Un hombre no puede hacer. Ello hace,
en él —es decir, la máquina "hace". Esto es lo que significa la frase de que un hombre debe llegar a la etapa, por medio de una larga y a menudo penosa observación interior, de la comprensión de que hay en él
dos
hombres, uno activo y el otro pasivo. El hombre activo "hace" todo —reaccionando a las impresiones. El hombre pasivo —una vez que llegó a la existencia consciente— no puede hacer nada al comienzo. Sólo puede observar lo que el hombre activo "hace" y durante largo tiempo debe someterse a él, por más que a él le gustaría que las cosas fueran diferentes. Llegar a ser pasivo hacia uno mismo es la primera etapa del Trabajo. Requiere una gran actividad interior de
atención.
La cuestión del control de la personalidad surge más tarde (
no aquí).
Antes de que se plantee esta cuestión, un hombre debe estudiar lo que significa llegar a ser pasivo para consigo mismo, lo que significa no identificarse
consigo mismo en todo momento
—de otro modo estará todo el tiempo identificado consigo mismo. Esto incluye la totalidad de sí mismo —
todo cuanto
observa en el curso del tiempo— no sólo lo que personalmente cree malo, sino
todo.
Es por eso por lo que se dice tan a menudo que la observación de sí no debe ser
crítica.
Si es crítica sólo observará una parte y nunca pensará en observar otra parte con la cual puede estar relacionada. El hombre pasivo aun no tiene la fuerza suficiente para cambiar nada en el hombre activo —es decir, para controlarlo. Desdichadamente, la gente, desde el mismo comienzo, intenta controlar, intenta
hacer.
Esto es imposible, a menos que se establezca el punto exacto de control. El punto exacto de control deriva del fortalecimiento gradual del hombre pasivo.

Muchas veces se dice en el Trabajo que el hombre está en una prisión. Las charlas originales se referían a menudo a la "prisión" —y a "escapar de la prisión". Mas para escapar un hombre debe advertir primero que
está
en la prisión y ver en qué sitio está su prisión. Citaré unas palabras que se dijeron con referencia a este particular: "Si un hombre que está en la prisión tiene alguna probabilidad de escapar, ante todo es preciso que
se dé cuenta de que está en la prisión.
Si imagina que está libre, ¿cómo podrá pensar en escapar de la prisión? Contemplará esta idea como un disparate. Mientras no se dé cuenta de que está en la prisión, se creerá libre y no tendrá posibilidad alguna de liberarse. Nadie puede ayudarlo. Nadie puede liberarlo por la fuerza, contra su voluntad, oponiéndose a sus deseos. Para que la liberación sea posible, lo primero que se exige es que un hombre sienta que está en la prisión y empiece a estudiar la prisión en la cual está y los medios para escapar. Y sólo puede lograr la libertad de resultas de un largo trabajo —y con ello se quiere decir un esfuerzo consciente, dirigido hacia un propósito definido. Pero con el fin de escapar a la prisión, es preciso que un hombre sea ayudado. Es menester decirle lo que tiene que hacer y decírselo una y otra vez, y se lo tienen que decir aquellos que ya se han escapado y que a su vez han transmitido sus conocimientos a otros que se dieron cuenta que están en la prisión y se preparan para escapar".

De lo dicho en la cita que acabamos de mencionar, debemos comprender que no se alude a una prisión física ni tampoco a que el cuerpo es una prisión. Queremos decir que es preciso escapar de una
prisión psicológica.
Cada hombre está en la prisión de sí mismo. Si un hombre pudiera ponerse detrás de sí mismo —es decir, estar tras cada aspecto y cada manifestación de sí, sea que lo crea bueno o malo— entonces sería capaz de ver la prisión donde vive. Pero, con el fin de hacerlo, es preciso que sea
pasivo
consigo mismo. Es menester que vea todas sus reacciones, sea que las considere buenas o malas, pasivamente. Es preciso que vea todas las opiniones que expresa, sea que las considere buenas o malas, pasivamente. Es preciso que vea sus actitudes. Y cuando llegue a esta etapa, por una prolongada observación de sí, entonces estará realmente dividido en dos hombres —uno activo y el otro pasivo. El hombre pasivo está dentro o
detrás
del hombre activo. En esta etapa el hombre pasivo es impotente pero, si bien es impotente frente al hombre activo, ahora tiene
conciencia de él.
Ve su prisión. Este es el punto de partida de un verdadero cambio. Por eso les repetiré la pregunta que hice antes: "¿Han llegado a la etapa en que entienden que hay en ustedes un lado activo que se hace cargo de ustedes en todo momento y un lado pasivo que sólo puede mirar y es por completo impotente frente al lado activo?"

Cuanto menos se identifique un hombre consigo mismo, más llegará a ser pasivo para consigo mismo.

Birdlip, 9 de mayo, 1943
Consideración Interna y Consideración Externa X
sobre ser pasivo (4)

PARTE I. DE LA IDENTIFICACIÓN CONSIGO MISMO

Para ir de una habitación a otra, no podrá hacerlo si está atado a alguna cosa en la primera habitación. Supongamos que está atado a su sillón. Le será imposible moverse, excepto arrastrando el sillón al cual está atado. Y si la puerta es estrecha, será incapaz de cruzarla. Y es preciso imaginarse que estamos atados a muchas cosas que nos impiden pasar a un nuevo nivel de ser. Recuerdo, en una oportunidad, que el Sr. Ouspensky nos dijo que nos asemejábamos a hombres que llevaban una enorme cantidad de abrigos. Dijo que era necesario quitarse esos abrigos uno tras otro. De otro modo nuestro tamaño nos impediría cruzar la puerta. Una persona que cree en sí misma, en su virtud y mérito, es demasiado voluminosa en el sentido psicológico. Por eso no puede pasar por la "puerta estrecha" —o a través del "ojo de una aguja". Es un camello. El camello es una criatura voluminosa y empecinada. Claro está, se alude a una persona que psicológicamente es un camello.

En los Evangelios, una persona muy identificada consigo misma es llamada un
hombre rico.
Tiene una firme idea de su valor. Cree que sabe, tiene la certeza de poder hacer y está segura de que lo justo y lo injusto son evidentes para él. Tal persona está muy
identificada consigo misma.
Éste es el
hombre rico
de los Evangelios de quien Cristo dijo que sería más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino de los Cielos. En el caso que presentan los Evangelios, el hombre rico creía poseer la bondad y haber obtenido mucho mérito de todo lo que había hecho. Estaba identificado consigo mismo. De modo que todo lo que hacía iba a la parte equivocada de sí. Debido a ello Cristo le dijo: "Anda,
vende
lo que tienes". El rico se fue triste, porque tenía "muchas
posesiones"
—es decir, estaba identificado consigo mismo y con su valor. Empero, no estaba tan identificado consigo mismo como el fariseo que rogaba, diciendo: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana; doy diezmos de todo lo que gano", mientras que el publicano rogaba: "Dios, sé propicio a mí, pecador". El fariseo es un ejemplo extremo de identificación consigo mismo. Hemos de entender claramente que un hombre puede ser muy bueno en la vida y cumplir con su deber y seguir fielmente todo cuanto se le enseña y hacer frente al peligro con heroísmo y empero ser el
hombre rico
de los Evangelios. Significa ello que está identificado consigo mismo y con todo cuanto hace y está satisfecho de sí. Ahora bien, han de saber que en el Trabajo una frase dice que a no ser que el hombre llegue a la etapa en que comprenda su
nadidad,
le será imposible cambiar. Empezar a darse cuenta de la propia nadidad como
experiencia práctica es
empezar a dejar de ser un "hombre rico". En otras palabras, es empezar a dejar
de identificarse consigo mismo.

PARTE II.

Hablaremos ahora de la identificación consigo mismo desde diferentes lados. Empecemos por decir que
donde se
está identificado consigo mismo,
allí
no se puede ser pasivo consigo mismo. Estar identificado consigo mismo significa que se está atado a algo en sí a lo cual se considera como si fuera uno mismo. Supongamos que está atado a la idea de que es una persona verídica. Esto significa que está atado a esa imagen de sí mismo. Se imagina a sí mismo, para sí mismo, como si fuera siempre verídico. Por eso dondequiera esté, por así decirlo, lleva consigo esta imagen. No tiene existencia alguna fuera de ella.
Es esa imagen.
Lo acompaña a dondequiera vaya, aun cuando no diga la verdad. Carece de importancia para la imagen que tiene de sí mismo y a la cual está firmemente pegado. Si las circunstancias le hacen sentir momentáneamente que en alguna oportunidad no fue tan franco, empezará en seguida a justificarse a sí mismo y a explicar y a discutir hasta que se sienta otra vez cómodo interiormente y en paz con la imagen que lo domina. Esto es estar identificado consigo mismo. Es un ejemplo que pertenece a la clase de
identificación con imágenes de sí.
Desde luego, las imágenes son innumerables. Pero todos tienen alguna imagen especial de sí con la cual se identifican. Uno de los orígenes de nuestra falta de armonía interior y de nuestros estados negativos radica en las imágenes. Cuando se toca una imagen, por así decir, mostramos nuestra susceptibilidad ya sea por la depresión, ya sea por la cólera, en suma, por un estado negativo. Cuando llevamos muchas imágenes, la identificación consigo mismo es muy fuerte. Y cuanto más nos identificamos con nosotros mismos, más expuestos estaremos al enfado, al desaliento, al desengaño. Por supuesto, no sólo las imágenes hacen que una persona esté expuesta a todos estos trastornos. Pero las imágenes son en nosotros una fuente de inestabilidad. Las imágenes se forman con la vanidad y la imaginación —es decir, pertenecen a la Falsa Personalidad, que es un
"Yo" Imaginario.
Y nos
identificamos
en especial con todo cuanto pertenece a la Falsa Personalidad. Si pudiéramos ver por medio del discernimiento directo que no somos en absoluto como nos imaginamos, entonces el poder de la Falsa Personalidad se debilitaría. Por una parte perderíamos, aunque en realidad ganaríamos mucho más. Pero siempre nos defendemos a nosotros mismos, aun cuando nos damos cuenta de que no tenemos razón. Ello se debe a que dos gigantes llamados
orgullo
y
vanidad
no nos permiten ceder —al menos a los otros. Y por esa razón sólo la observación de

puede ayudarnos. Sólo uno mismo, viéndose, puede ceder a sí mismo. Así es preciso que se produzca una división en
uno mismo
entre el lado observante y el lado observado. Y al comienzo, todo debe ser observado pasivamente, y colocado a la luz de la conciencia sin crítica alguna. Si se ha forjado la imagen de que siempre dice la verdad, es preciso que observe durante un largo período cuántas veces miente. Sólo la
comprensión interior
destruirá el poder de la imagen con la cual se ha identificado y de la que ha sido esclavo.

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
5.8Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Time at War by Nicholas Mosley
The Tabit Genesis by Tony Gonzales
Exile for Dreamers by Kathleen Baldwin
Unknown by Unknown
Fair Game by Alan Durant
El comodoro by Patrick O'Brian
Galilee Rising by Jennifer Harlow