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Authors: Maurice Nicoll

Tags: #Autoayuda, #Esoterismo, #Psicología

Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky (37 page)

BOOK: Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky
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Un propósito puede ser demasiado general, o contener una contradicción interior, o ser demasiado difícil; o ser quizá demasiado complicado y requerir ser dividido en partes más sencillas; o puede carecer de todo sentido. Al proponerse algo la gente por lo general trata de correr antes de saber andar.

En relación con el Trabajo sobre el Ser, el primer propósito en este Trabajo es el conocimiento de sí —el Conocimiento del propio Ser—. Esto se aplica a todos los hombres. El Conocimiento del Trabajo es una cosa: El conocimiento de sí es otra. Sin conocimiento de sí no es posible proponerse nada para sí mismo. El verdadero conocimiento de sí es distinto de las ideas e ilusiones imaginarias sobre sí mismo porque sólo puede provenir de una directa y prolongada observación personal de los diferentes lados de uno mismo. Es por eso por lo cual este Trabajo empieza con la
observación de sí.
Es preciso que observe cómo actúa, cómo habla, y qué cosas están en usted, en esa cosa llamada "usted mismo" a la que da por supuesta. Este Trabajo le da cuidadosas instrucciones acerca de lo que debe observar; estas instrucciones deben ser seguidas no por sí mismas sino por el lugar adonde pueden conducirlo. Son medios, no un fin; le dicen qué cosas lo mantienen dormido. Todas las cosas que se le dice no hacer, y las pocas cosas que se le dice hacer, en el Trabajo, están relacionadas con la idea de que el Hombre puede despertar del sueño y ponerse bajo mejores influencias. Este es el gran propósito del Trabajo. Es preciso no olvidarlo nunca porque el propósito personal debe concordar con el propósito total del Trabajo, que es el despertar. Debe seguir el mismo rumbo y no otro o un rumbo opuesto, porque de este modo aparecería una contradicción. Si se está estudiando un sistema sobre el despertar del sueño, no se puede tener un propósito personal que nos induzca a dormir más profundamente que nunca.

Sólo se empieza a dar cumplimiento al propósito personal después de haber logrado un verdadero conocimiento de sí mediante la observación directa a la luz de las instrucciones del Trabajo. Con el fin de trabajar sobre el Ser, es preciso descubrir algo en él que permita trabajar. No se puede trabajar sobre la nada. Al principio todo está en la oscuridad y no se puede discernir nada en sí mismo. La observación de sí consciente y objetiva deja entrar un rayo de luz y así se empiezan a ver confusamente las cosas. Esta luz, creada por el roce de la observación de sí, debido a la práctica se volverá gradualmente más intensa hasta que le permita ver claramente y fuera de toda duda algo que está en usted. Probablemente se sorprenderá. Si es así, ya está en una posición que le permite tener un propósito personal —a saber, trabajar contra esa cosa que descubrió en sí mismo—. Supongamos que es alguna emoción negativa, alguna mala voluntad realmente dañosa. Antes se había identificado con ella y así usted era ella y ella era usted. Durante años estuvo bajo su poder. Ahora su tarea es la de
separar a usted mismo
internamente de esa emoción, y no, por así decirlo, tocarla internamente más de lo que puede remediar. Este es un propósito personal en el aspecto del Trabajo sobre su Ser. Pero la mayoría de la gente está satisfecha consigo misma, aunque no lo está con sus circunstancias. Por eso cuando se les dice que deben trabajar sobre su Ser, o no comprenden lo que significa o no ven por qué habrían de hacerlo. Ahora bien, si un hombre en el Trabajo es capaz de observarse sinceramente, no puede seguir satisfecho consigo mismo por mucho tiempo
a la luz del Trabajo.
Desde el punto de vista de la vida un hombre quizá no vea razón alguna para trabajar sobre sí mismo. Pero el punto de vista del Trabajo difiere del punto de vista de la vida. El Trabajo se refiere al despertar, mientras que la vida induce al Hombre a dormir y trata de impedir que despierte y le hace hacer cosas para que siga durmiendo.

Por eso es preciso distinguir entre la vida y el Trabajo. Quizá no haya razón alguna por la cual deba hacer algo en la vida, pero son muchas las razones para que no lo haga en el Trabajo. A menos de hacer este distingo, el significado del propósito en el Trabajo lo desconcertará. Por ejemplo, en la vida puede tenerle antipatía a todo el mundo si lo desea así, y odiar a la gente y difamarla y gozar de sus emociones negativas. Pero en el Trabajo no lo puede hacer porque se está destruyendo a sí mismo interiormente —está sencillamente envenenándose a sí mismo—. Si está en este Trabajo está bajo más leyes que la persona común. Esto quiere decir que es preciso hacer cosas adicionales. Tiene que
trabajar.
Pero las leyes bajo las cuales se pone usted lo llevan a su propia evolución interior y pueden llegar a liberarlo de las leyes de la tierra.

En el Trabajo a muchas personas les cuesta entender lo que significa el propósito personal, en lo que concierne al trabajo sobre el lado de su Ser —es decir, sobre la clase de personas que son mecánicamente—. Esta es una etapa definida en el Trabajo. No llegan a ver lo que deben trabajar en sí mismas. Una de las razones es que no aplican las ideas del Trabajo a sí mismas y no tratan de hacer
lo que el Trabajo les dice que hagan.
No se observan a sí mismas desde ese ángulo. Al estar satisfechas consigo mismas en la vida, no ven el
lugar,
por así decir, donde el Trabajo sobre sí empieza. No se valoran a sí mismas a causa de lo que el Trabajo dice, sino debido a normas de vida. Pero las normas del Trabajo son por completo diferentes de las normas de vida. Se puede tener razón en la vida pero equivocarse por completo en el Trabajo. Por eso es necesario comprender que el Trabajo es
una nueva forma de pensar.
Es una nueva norma, una nueva cosa desde todos los puntos de vista, a causa de la cual empiezan a valorarse a sí mismas a una luz por completo diferente —no a la luz de la vida externa sino a la luz del Trabajo—. Lo que el Trabajo se propone es hacer que uno piense diferentemente —que cambie su mente, que cambie sus maneras de pensar, de modo que empiece a examinarse a sí mismo de una manera nueva—. (Esto es
metanoia.
) Imaginemos un conjunto de monos. Tal vez sean muy buenos monos y muy satisfechos de sí. Pero si quieren llegar a ser seres humanos responsables, es necesario que adopten una nueva manera de pensar, un nuevo concepto de lo que quieren ser. Y, desde el punto de vista de la humanidad consciente —es decir, de los hombres plenamente desarrollados que han alcanzado el nivel de la Inteligencia divina del Sol y sus leyes— no somos sino monos y en realidad sin importancia alguna. No somos nada sino un experimento en la evolución de sí.

Todo propósito personal en pequeña escala es un medio, no un fin. Es un medio que induce a pensar y despertar, a mantenerse despierto. Todo propósito se da en diferentes escalas. El propósito en gran escala radica en despertar del sueño, en lograr la liberación interior. Pero decir que este es nuestro propósito no basta. Quizá uno vislumbre algo a lo lejos a lo que considera su propósito, pero con el fin de lograrlo le serán necesarios muchos propósitos menores. Se le ocurre decir que desea ir a China. Mas para ir allí, es preciso que haga muchas cosas en el interín y debe tener bastante dinero para comprar el pasaje. Ouspensky ha dicho que el propósito es semejante a esto: Alguien ve a lo lejos una luz que desea alcanzar. Pero al aproximarse encuentra muchas luces menos brillantes, como los faroles del alumbrado público a lo largo del camino, de modo que es menester que pase delante de todos antes de alcanzar su propósito final. Supongamos que un hombre se propone convertirse en hombre consciente, y escapar así del círculo de la humanidad mecánica. Claro está que no comprende bien lo que esto significa —es decir, no comprende su propósito—. Para llegar a ser el Hombre Nº 5 ó 6 ó 7, un hombre debe llegar a ser antes el Hombre Nº 4 —esto es, un Hombre Equilibrado, el hombre en quien todos sus centros trabajan correctamente— Intelectual, Emocional, Instintivo-Motor. Ahora bien, para convertirse en hombre
equilibrado
debe empezar por observar qué centro predomina en él e interfiere el desarrollo correcto de sus otros centros. Un hombre instintivo, por ejemplo, un hombre que considera primero su propia comodidad, que gusta de las sensaciones corporales agradables más que de cualquier otra cosa, no puede convertirse en
Hombre Equilibrado,
porque toda su energía psíquica es usada para sus agradables sensaciones corporales. Entonces debe proponerse trabajar contra el predominio de un centro que provoca en él un desequilibrio e impide desarrollarse a los otros centros. Pero si han comprendido todo cuanto se ha dicho hasta ahora, verán en tal caso que es tan sólo por la visión de sí mismo y la valoración de su estado interior
a la luz del Trabajo
como llegará a no estar satisfecho de sí. Examinándose a sí mismo desde la vida, no hay razón alguna para que intente ser diferente de lo que es. Tomemos un hombre cuyo centro de gravedad está en el Centro Intelectual. Sólo se interesa por las teorías y las abstracciones. En la vida, no hay razón alguna que le impida estar satisfecho de sí. Pero al observarse a la luz de la enseñanza del Trabajo, empezará a no estar satisfecho de su estado de ser.

Es sólo mediante la comprensión de las ideas del Trabajo como un hombre puede proponerse llevarlo a término. Es sólo empezando a pensar de una nueva manera y examinándose a sí mismo a esa luz como se puede tener un propósito de Trabajo. No puede tener un propósito de Trabajo quien sigue pensando como siempre lo ha hecho. Al verse a sí mismo a la luz del punto de vista del Trabajo el hombre puede ver lo que está equivocado en él
en el sentido del Trabajo.
En el sentido de la vida no verá nada equivocado. La vida no lo juzgará, pero en la medida de su valoración y comprensión del Trabajo, empezará a juzgarse a sí mismo. El hombre empezará a juzgarse a sí mismo, y una vez que esto empiece, el hombre tendrá en sí mismo un
punto en el Trabajo.

Ahora bien, en cuanto a la pregunta tantas veces formulada: "¿Puede darme ejemplos de lo que significa el propósito personal?" Desde el ángulo del conocimiento, el propósito personal significa que es preciso familiarizarse con las ideas del Trabajo. Desde el ángulo del Ser, el propósito personal significa que es preciso observarse a sí mismo a la luz del conocimiento del Trabajo y aplicarlo a sí mismo. El trabajo personal sobre el propio Ser empieza cuando se advierte en uno mismo algo que el Trabajo ya había dicho. ¿Advierte usted cuándo es negativo? ¿Advierte cuándo está demasiado identificado? ¿Advierte el soñar despierto? ¿Advierte el hablar equivocado? ¿Advierte qué significa la falsa personalidad en sí mismo? ¿Advierte cuándo se justifica a sí mismo? ¿Advierte la mentira en sí mismo? ¿Advierte qué significa el sueño? ¿Advierte qué significa rendir cuentas?, y así sucesivamente. Empiece con una sola cosa que ha advertido y comience a vigilarla e intente trabajar contra ella. Pero empiece con algo sobre lo cual no tiene duda alguna. Empiece con algo claro y preciso y trate por un tiempo de observarlo y no ceder internamente a ello. Una vez que ha empezado, el camino queda allanado. Pero en realidad es menester empezar desde algo definido y debe hacerlo a la luz del significado del Trabajo y de su gran propósito. Si ve que no puede cumplir su propósito tal como pensaba hacerlo, porque es demasiado difícil, modifíquelo, y entonces es posible que se le ocurra un mejor propósito, en especial si recuerda su propósito toda vez que trata de recordarse a sí mismo.

Todo lo que se enseña en este Trabajo en su aspecto práctico apunta a más de un propósito. Es preciso comenzar con una sola cosa. Pero al cabo de un tiempo debe incluir todo el resto. Por ejemplo, uno no puede limitarse sencillamente a trabajar, digamos, sobre una forma de irritación o una forma de emoción negativa y no hacer otra cosa. Si empieza realmente a trabajar sobre su ser, centrando el Trabajo en un solo punto, verá que es necesario hacer todas las demás cosas con el fin de cumplir su propósito. Es preciso comprender que si uno se detiene demasiado tiempo y exclusivamente en un propósito nimio y abandona todos los otros aspectos del Trabajo, éste resulta inútil. Su propósito, sea cual fuere el comienzo, debe estar eventualmente en relación con todas las demás cosas que se le enseñan en el Trabajo. Si lo hace de otro modo su propósito será ineficaz, cuando no peor, porque carecerá de apoyo. Es preciso empezar con una cosa definida que ha observado en sí mismo y entonces verá que todo lo demás que se le enseñó es también necesario si desea cumplir el propósito con el que empezó. Cada lado de la enseñanza práctica del Trabajo debe convertirse en su propósito. Y entonces, si le es imposible trabajar de una manera, verá que puede trabajar de otra. La enseñanza íntegra es necesaria para producir cualquier cambio en el Ser.

Aquí ofrezco algunas sugerencias que pueden servir de propósito:

Cualquier cosa antimecánica es un propósito temporario y nos ayuda a despertar. Todo esfuerzo que se hace contra la mecanicidad es un propósito. Los esfuerzos que se hacen cuando se está cansado son inútiles, si uno mismo los hace —y no de otra manera.

Toda persona puede forjarse un propósito sobre la charla equivocada, la charla negativa, el escándalo, los chismes que destruyen en ella la fuerza del Trabajo. Son formas de la mentira —y la mentira puede destruir hasta la esencia misma—. Intente observar lo que dice. Si no puede hacerlo en este momento, hágalo después. Trate de ver a qué se asemeja cuando habla y reflexiona sobre ello.

Descubra lo que lo ayuda y lo que le estorba en el trabajo y
lo que le impide trabajar.

Perseverando en el propósito de Trabajo creamos la voluntad. Es preciso sopesar su propósito y ver lo que está preparado a dar por él.
El propósito exige esfuerzo.

Observe lo que considera una molestia y manténgase pasivo por un tiempo.

Observe sus dudas interiores y trate de encontrarles ocasionalmente una respuesta clara según las ideas del Trabajo. En ciertas ocasiones éste es un buen propósito y obliga a pensar.

Observe su aburrimiento y su tendencia a hablar de la vida como de algo muy triste. Esto es muy importante, porque previene el auto-envenenamiento.

Cuando acaba de criticar a alguna persona, reconsidere cuidadosamente lo que dijo y aplíquelo a usted mismo. Esto neutraliza el veneno.

Cuando está solo no se abandone al pensamiento de que está completamente solo y fuera del Trabajo. La gente se permite cambiar demasiado a este respecto, se echa al abandono, por así decirlo.

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