Authors: Nassim Nicholas Taleb
Exposiciones más generales sobre la psicología de la decisión
: Klein propone (1998) un modelo de intuición alternativo. Sobre la manipulación social, véase Cialdini (2001). Obra más especializada, Camerer (2003) se centra en la teoría del juego.
Ensayos críticos generales y libros sobre la ciencia cognitiva
: Newell y Simón (1972), Varela (1988), Fodor (1983), Marr (1982), Eysencky Keane (2000), Lakoff y Johnson (1980). La MITEnciclopedia of Cognitive Science contiene reseñas de diversos autores.
Teoría evolutiva y dominios de la adaptación
: Véanse ios originales Wilson (2000), Kreps y Davies (1993) y Burnham (1997, 2003). Muy ameno: Burnham y Phelan (2000). En Trivers (2002) está la compilación de la obra de Robert Trivers. Sobre las guerras, véase también Wrangham (1999).
Política
: «El cerebro político: un estudio reciente sobre las imágenes del cerebro demuestra que nuestras preferencias políticas son producto del sesgo de confirmación inconsciente», deMichael Shermer, Scientific American, 26 de septiembre de 2006.
La neurobiología sobre la toma de decisiones
: Para una comprensión general de nuestros conocimientos sobre la arquitectura del cerebro: Ga2zanÍga y otros (2002). Gazzaniga (2005) aporta resúmenes de algunos temas. Más populares
Cárter (1999). También recomendables
: Ratey (2001), Ramachandran (2003), Ramachandran y Blakeslee (1998), Cárter (1999, 2002), Conlan (1999), el muy ameno Lewis, Amino y Lannon (2000) y Goleman (1995). Sobre la probabilidad y el cerebro, véase Glimcher (2002). Sobre el cerebro emocional, los tres libros de Damasio (1994, 2000, 2003), además de LeDoux (1998) y el más detallado LeDoux (2002), son los clásicos. Véase también el más reducido Evans (2002). Sobre el papel de la visión en la estética, y también en la interpretación, véase Zeki (1999).
Obras generales sobre la memoria
: En psicología, Schacter (2001) es una obra crítica de los sesgos de la memoria con vínculos con los efectos a posteriori. En neurobiología, véanse Rose (2003) y Squire y Kandel (2000). Baddeley (1997) es un manual general sobre la memoria (en el ámbito de la psicología empírica).
Colonias intelectuales y vida social
: Véase la exposición de Collins (1998) de los «linajes» de los filósofos (aunque no creo que fuera lo bastante consciente del problema de Casanova para tener en cuenta los sesgos que hacen que la obra de los filósofos en solitario tenga menos probabilidades de sobrevivir). Para una ilustración de la agresividad de los grupos, véase Uglow (2003).
Obra de Hyman Minsky
: Minsky (1982).
Asimetría
: La teoría de la probabilidad (Kahneman yTversky [1979] yTversky y Kahneman [1992]) explica la asimetría entre los sucesos aleatorios buenos y malos, pero también demuestra que el dominio negativo es convexo, mientras que el positivo es cóncavo, lo cual significa que una pérdida de 100 es menos dolorosa que 100 pérdidas de 1, pero una ganancia de 100 es también mucho menos agradable que 100 veces una ganancia de 1,
Correlatos neurales de la asimetría
: Véase el trabajo de Davidson en Goleman (2003), Lañe y otros (1997) y Gehring y Willoughby (2002). Csikszentmihalyi (1993, 1998) explica con mayor detalle el atractivo de las compensaciones sistemáticas con su teoría del «fluir».
Recompensas pospuestas y sus correlatos neurales
: McLure y otros (2004) demuestra la activación del cerebro en el córtex al tomar la decisión de posponer, y da ideas sobre el impulso límbico que se esconde detrás de la inmediatez y la acrividad cortical en la posposición. Véanse también Loewenstein y otros (1992), Elster (1998) y Berridge (2005). Sobre la neurología de las preferencias en el mono capuchino, véase Chen y otros (2005).
Sangrar o estallar
: Gladwell (2002) yTaleb (2004c). El estrés puede explicar por qué el sangrar es doloroso; Sapolsky y otros (2003) y Sapolsky (1998). Sobre cómo las empresas prefieren los beneficios constantes, véase Degeorge y Zeckhauser (1999). Poética de la esperanza: Mihailescu (2006).
Discontinuidades y saltos
: Según la clasificación de RenéThom constituyen siete clases; Thom (1980).
Evolución y probabilidades pequeñas
: Consideremos también la ingenua idea evolutiva que plantea la «optimalidad» de la selección. El fundador de la sociobiología, el gran E. O. Wilson, no está de acuerdo con tal optimalidad en lo que a los sucesos raros se refiere. En Wilson (2002), escribe:
Es evidenre que el cerebro humano evolucionó para comprometerse emocionalmente sólo con un pequeño trozo de la geografía, una franja limitada de parientes, y dos o tres generaciones en el futuro. No mirar más hacia delante ni más hacia acras es elemental en el sentido darwiniano. Estamos indinados de forma binara a ignorar cualquier posibilidad distante que no requiera análisis alguno. Se trata, dice la gente, de puro sentido común. ¿Por qué pensamos con ral cortedad de miras?
La razón es sencilla: es una parte integrada de nuestra herencia paleolítica. Durante cientos de miles de años, quienes trabajaban para obtener ganancias a corto plazo dentro de un pequeño círculo de íamiliares y amigos vivieron más y dejaron una mayor descendencia, incluso en ios casos en que sus afanes colectivos provocaban que sus gobernantes e imperios se desmoronaran a su alrededor. La ¡dea de futuro que pudiera haber salvado a sus discantes descendientes requería una visión de futuro y un altruismo generalizado intrínsecamente difícil de reunir.
Véase también Miller (2000)
: «La evolución no tiene previsión. Carece de la visión a largo plazo del director de un laboratorio farmacológico. Una especie no puede reunir capital de riesgo para pagar las facturas de su equipo de investigadores [...] Esto hace que sea difícil explicar las innovaciones».
Observemos que ninguno de los dos autores tiene en cuenta mi argumentación de la edad.
Las pruebas silenciosas reciben los nombres de clase de referencia errónea en el desagradable campo de la filosofía de la probabilidad, sesgo antrópico en física y sesgo de la supervivencia en estadística (los economistas gozan del interesante atributo de haberlo descubierto unas cuantas veces al tiempo que los desorientaba gravemente).
Confirmación:
En su Ensayo sobre la verdad, Bacon dice: «No existe placer comparable al de encontrarse afianzado sobre la base de la verdad (una colina que no hay que defender y donde el aire es siempre claro y sereno), y ver los errores, las divagaciones, las neblinas y las tempestades en el valle que se abre a nuestros pies». Estas palabras demuestran fácilmente que las grandes intenciones pueden llevar a la falacia de la confirmación. Bacon no entendió a los empíristas: Iba en busca del punro medio. Decía también su Ensayo sobre la verdad:
Hay tres fuentes del error y tres especies de falsa filosofía: la sofista, la empírica y la supersticiosa. [...] Aristóteles es el mejor representante de la primera, pues con su lógica corrompió la filosofía natural, de ahí que formara el mundo de las categorías. [...] Tampoco hay que insisrir mucho en su frecuente recurso al experimento en sus libros sobre Los animales, sus problemas y otros tratados, pues ya había tomado su decisión, sin haber consultado adecuadamente a la experiencia como base de sus decisiones y axiomas. [,,.] La escuela empírica produce dogmas de una naturaleza más deformada y monstruosa que la de la escuela sofista o teórica; no está fundada a la luz de las nociones comunes ila cual, por pobre y supersticiosa que sea, no deja de ser en cierto sentido universal y de tendencia genera]), sino en la reducida oscuridad de unos pocos experimentos. La idea falsa de Bacon puede ser la razón de que nos costara cierto tiempo entender que trataba la historia (y los experimentos) como una mera y vaga «orientación», es decir, la epilogía.
El mundo de la edición
: Alien (2005), KlebanofF (2002), Epstein (2001), De Bellaigue (2004) y Blake (1999). Para un listado divertido de rechazos, véanse Bernard (2002) y White (1982). El recuerdo de Korda (Korda [2000]) añade cierto color al tema. Estos libros son anecdóticos, pero veremos más adelante que los libros siguen unas estructuras constantes de escala invariable, con la implicación de un grave papel para la aleatoriedad.
Sesgo antròpico
: Véase la magnífica y exhaustiva exposición en Bostrom (2002). En física, véanse Barrow y Tipler (1986) y Rees (2004). Sornette (2004) considera que la derivación de la supervivencia de Gott es una ley potencial (power law). En economía, Sullivan y otros (1999) habla del sesgo de la supervivencia. Véase también Taleb (2004a). Estudios que ignoran los sesgos y formulan conclusiones inadecuadas: Stanley y Danko (1996) y e! más alocado Stanley (2000).
Los manuscritos y los fenicios
: Sobre la supervivencia y la ciencia, véase Cisne (2005). Obsérvese que el artículo tiene en cuenta la supervivencia física (como un fósil), no la cultural, lo cual implica una parcialidad en la selección. Cortesía de Peter Bevelin.
Ley de la eponimia de Stigler
: Stigler (2002).
Estadística sobre el libro francés
: Lire, abril de 2005.
Por qué importa la dispersión
: Más técnicamente, la distribución del extremum (es decir, el máximo o el mínimo) de una variable aleatoria depende más de !a varianza del proceso que de su media. Es más probable que alguien cuyo peso tienda a fluctuar mucho nos muestre una fotografía suya en que aparezca muy delgado, que que lo haga alguien cuyo peso sea como promedio más bajo pero permanezca constante. La media (léase destrezas) a veces desempeña un papel muy, pero que muy pequeño.
Registro fósil
: Agradezco al lector Frederick Colbourne sus comentarios sobre este tema. La literatura lo llama el «empuje de lo reciente», pero tiene problemas para calcular los efectos, debido a los desacuerdos. Véase Jablonski y otros (2003).
Conocimientos públicos no descubiertos
: Hay aquí otra manifestación de las pruebas silenciosas: uno puede realizar trabajo de laboratorio sentado en el sillón, para lo cual basta con unir trozos y retazos de investigaciones realizadas por personas que trabajan alejadas entre sí y no mantienen ninguna conexión. Mediante el análisis bibliográfico, es posible encontrar vínculos entre la información publicada que los investigadores no habían descubierto previamente. Yo «descubrí» la reivindicación del sillón en Fuller (2005). Sobre otros descubrimientos interesantes, véanse Spasser (1997) y Swanson (1986a, 1986b, 1987).
Delito
: La definición de «delito» económico es algo que se da a posteriori. Las reglamentaciones, una vez que se aplican, no tienen efecto retrospectivo, de modo que muchas actividades que producen beneficios nunca se sancionan.
Bastiat
: Véase Bastiat (1862-1864).
Casanova
: Agradezco al lector Milo Jones que me informara sobre el número exacto de volúmenes. Véase Masters (1969).
Problema del punto de referencia
: Tener en cuenta información pasada exige pensar en términos condicionales, una forma de pensar que, por raro que parezca, muchos científicos (en especial los mejores) son incapaces de manejar. La diferencia entre ambas posibilidades se llama probabilidad condicional. Computamos la probabilidad de la supervivencia condicionada al propio hecho de que aparezcamos en la muestra. Dicho de modo más claro, no se pueden computar las probabilidades si nuestra supervivencia forma parte de la condición de la realización del proceso.
Plagas
: Véase McNeill (1976).
Inteligencia y Nobel
: Simonton (1999). Si los resultados del coeficiente intelectual guardan correlación, lo hacen de forma muy débil con los éxitos subsiguientes.
«Incertidumbre»
: Knight (1923). La definición que doy de tal riesgo (Taleb, 2007c) es que se trata de una situación normativa en la que podemos estar seguras sobre las probabilidades, es decir, no sobre las metaprababilidades. En cambio, si la aleatoriedad y el riesgo son producto de la opacidad epistémica, la dificultad para ver las causas, entonces la distinción es necesariamente una bobada. Cualquiera que lea a Cicerón lo reconocerá como su probabilidad; véase opacidad epistémica en su De Divinatione, Liberprimus, LVI, 127:
Qui enim teneat causas rerum futuraruin, ídem necesse est ornnia teneat quae futura sint. Quod cum nemo (acere nisi deus possit, relinquendum est homini, ut signis quibusdam consequerma declara ntibus futura presentiat. «Quien conoce las causas comprenderá el futuro, con la salvedad de que nadie que no sea Dios posee tal facultad...»
Filosofía y epistemología de la probabilidad
: Laplace. Tratado, Keynes (1920), De Finetti (1931), Kyburg (1983), Levi (1970), Ayer, Hacking (1990,2001), Gillies (2000), Von Mises (1928), Von Plato (1994), Carnap (1950), Cohén (1989), Popper (1971), Eatwell y otros (1987) y Gigerenzer y otros (1989).
Historia de los conocimientos y los métodos estadísticos
: No he encontrado ninguna obra inteligente en la historia de la estadística, es decir, una obra que no sea presa de la falacia lúdica o del gaussianismo. Para una exposición convencional, véanse Bernstein (1996) y David (1962).
Obras generales sobre la teoría de la probabilidad y la información
: Cover y Thornas (1991); menos técnico pero excelente, Bayer (2003). Para una visión probabilística de la teoría de la información: el postumo Jaynes (2003) es el único libro matemático aparte de la obra de Finetti que puedo recomendar al lector común, debido a su enfoque bayesiano y a la alergia del autor al formalismo del sabio idiota.
Póquer
: Escapa de la falacia lúdica; véase Taleb (2006a).
Enfoque normativo de Platón sobre las manos izquierda y derecha
: Véase McManus (2002).
Bildungsphilister de Nietzsclie
: Véanse Van Tongeren (2002) y Hicks y Rosenberg (2003). Obsérvese que, dado el sesgo de la confirmación, los académicos dirán que los intelectuales «carecen de rigor«, y aportarán ejemplos de quienes carecen de él, no de quienes lo poseen.
Libros de economía que tratan de la incertidumbre
: Cárter y otros (1962), Shackle (1961, 1973), Hayek (1994). Hirshleifer y Riley (1992) encaja la incertidumbre en la economía neoclásica.