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Authors: Antonio Salas

El Palestino (25 page)

BOOK: El Palestino
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Mi última noche en Palestina no pude pegar ojo. Tenía un paquete de cintas de vídeo grabadas durante mis entrevistas con diferentes miembros de la resistencia a lo largo y ancho del país, y mi mayor angustia era pensar que la seguridad israelí pudiese interceptarlas en la frontera y perdiese todo el trabajo. Es extraño cómo reaccionamos a veces los periodistas... Pueden estar apuntándote con un arma, amenazándote con una paliza o con una detención, y tú lo único que piensas es en las cintas, por Dios, que no te quiten las cintas... Al final se me ocurrió una idea bastante absurda, pero quizás por ello funcionó. Durante todo el viaje, saltando de una ciudad a otra, no había tenido oportunidad de hacer la colada. Tiraba de ropa limpia en la maleta y almacenaba la sucia en una bolsa de plástico. Al cabo del tiempo, la bolsa despedía un olor bastante desagradable. A nadie en su sano juicio se le ocurriría meter las manos entre los calcetines, calzoncillos y camisetas sudados en los desérticos caminos de Tierra Santa. ¿Qué mejor valija diplomática para pasar las cintas por la frontera?

Yihadistas y ciberyihadistas en Zaragoza

Regresé a Europa con una lista de contactos de la resistencia palestina en Occidente. Nombres y direcciones a los que podía acudir, de parte de los miembros de Hamas o de Al Fatah que había conocido en Ramallah, Belén, Nablus o Yinín. Pero de todos aquellos nombres había uno que destacaba por encima de los demás. De hecho también encabezaba la lista de los terroristas palestinos más peligrosos del mundo, según la inteligencia israelí: Ibrahim Abayat. No me cabe duda de que si Ibrahim Abayat hubiese permanecido en Palestina unas semanas más, habría sido ejecutado en un asesinato selectivo. Igual que sus primos Atef o Muhammad, o su tío Hussein.

El contraste entre Oriente y Occidente se evidencia cuando regresas a Europa después de un viaje como este. Tras las carencias, la austeridad y sobriedad de la vida con mis anfitriones palestinos; tras la humillación constante de los controles israelíes; tras las restricciones de luz y agua... Lo mejor para valorar las comodidades, y sobre todo la libertad, que disfrutamos en países como el mío es pasarse una temporada en lugares donde esas comodidades y esa libertad no existen.

Desde esa perspectiva, resulta molesto, irritante, casi indignante ver cómo tus amigos, familiares o compañeros se frustran por no disfrutar del último diseño de teléfono móvil, por no vestir la prenda de la marca de moda o por no tener el coche tan tuneado como el vecino. Estúpidos y ridículos lastres consumistas, diseñados por el sistema para apresar nuestra conciencia y libertad. Eso es lo que percibieron, probablemente, los ideólogos del yihadismo terrorista, como Sayyid Qutb, al visitar Occidente y encontrarse con lo que ellos interpretaron como señales inequívocas de la decadente civilización materialista occidental. Me entristece reconocerlo, pero es evidente que existe una percepción distinta del mundo, de la vida y de las relaciones en la cultura occidental y en el Islam. Aunque estoy convencido de que esas diferentes formas de vida no son a la fuerza antagónicas, sino complementarias.

Lo cierto es que volví de Palestina muy sensibilizado con el conflicto árabeisraelí, y con mis cámaras, mis grabadoras y mis cuadernos de notas desbordantes de información que quería publicar de inmediato. Primero porque, en mi opinión, de verdad se trataba de testimonios y reportajes periodísticamente interesantes, y en segundo lugar porque me permitirían reafirmar mi identidad como cooperante árabe. Pero ocurrió algo que jamás me habría imaginado de no haberlo vivido yo mismo. A pesar de que ofrecí todos aquellos reportajes de forma gratuita a las revistas y publicaciones con las que siempre he colaborado como periodista, nadie quiso publicarlas. Tenía historias en primera persona, con nombres y apellidos, con fotos y testimonios grabados, de víctimas de la tortura en las cárceles israelíes, de víctimas concretas de la ocupación... sin embargo, todos los redactores de varios semanarios y diarios españoles a los que ofrecí aquellos temas me respondieron lo mismo: «Nadie te va a publicar en un medio nacional temas como esos que atacan a Israel». Pero es que yo no quería atacar a Israel, simplemente quería publicar lo que había descubierto durante mi estancia en Palestina... No hubo manera. Al final solo podría publicar aquella información en algunos medios alternativos o en los libros que escribí con mi identidad árabe y que yo mismo me autopubliqué más tarde para reafirmar dicha identidad en la comunidad islámica.

Ibrahim Abayat era mi objetivo prioritario al regresar a España. Sin embargo, en mi buzón de correo electrónico tenía acumulados cientos de e-mails pendientes de respuesta, y entre ellos una nueva sorpresa, difícil de creer si no la estuviese viendo con mis propios ojos en la pantalla del ordenador.

Durante mi estancia en Líbano y Palestina, el foro de Hizbullah-Venezuela continuaba funcionando y calentando los ánimos entre los musulmanes latinos. Pero en España, el ciberyihadista
Salaam1420
había avanzado mucho en la expansión de su mensaje en la primera mitad de ese año 2006, así que volví a retomar su pista. Sobre todo porque, según lo que me encontré en la red al regresar de Palestina, Ibrahim Abayat y
Salaam1420
estaban estrechamente relacionados...

No fue difícil seguirle el rastro. El 5 de enero de 2006,
Salaam1420
se registró como usuario de
www.blog.com
y seis días después ingresó en los foros del famoso
website
Islam en Línea. Ese mismo año su nick se daría de alta en otros cibersitios islámicos como ArabEspañol, Forolondres.com o Islamica Web Community. Palabras mayores son sus aportaciones a Almoltaqa y su conocido foro islamista internacional en inglés, donde se dio de alta en junio de 2006, definiéndose en su primer mensaje como «un artista de Al Andalus, partidario de Hamas, converso al Islam desde 1995». En ese primer mensaje en el foro, fechado el 17 de junio de 2006, a las 14:43, lanza toda una declaración de intenciones a los hermanos islamistas: «Estoy muy activo en estos días, trabajando a tiempo completo en la nueva obra de arte en el nombre de Allah».

Salaam1420
presentaba unas referencias excelentes. Una de sus caricaturas había sido seleccionada para una exposición colectiva en Teherán sobre la causa palestina y el Holocausto judío, convocada por el diario
Hamshari
y la Casa de la Caricatura de Irán. Se trataba de un excelente dibujo de Ariel Sharon caracterizado como oficial de las SS, sustituyendo la esvástica nazi por una estrella de David. El
New York Times
elogió su trabajo pero, en el fondo,
Salaam1420
y el
Hamshari
iraní que había convocado el concurso habían hecho lo mismo que reprochaban a los responsables del diario danés
Jyllands-Posten
y su concurso de caricaturas del profeta Muhammad. De la misma forma que puedo comprender la indignación de los musulmanes ante las caricaturas danesas, puedo imaginar la frustración que pudieron sentir los supervivientes del Holocausto al ver la frivolidad con la que se utilizaban los símbolos que tanto dolor causaron al pueblo judío. Pero es evidente que algunos musulmanes sienten el mismo respeto hacia los símbolos judíos que estos muestran hacia los símbolos islámicos. Y la caricatura de Sharon fue acogida con tanto entusiasmo por los islamistas egipcios, iraquíes, libaneses o sirios del foro como lo había sido por el jurado iraní. Además, en su primer mensaje
Sa laam1420
obsequiaba a los foreros con otra de sus creaciones: la caricatura de un niño palestino orinándose sobre la Casa Blanca.

«He decidido iniciar una línea de dibujos islámicos —añadía
Salaam1420
—, para hacer frente a la avalancha antiislámica de los artistas occidentales. Es hora de que nosotros devolvamos el golpe… He comprado el mes pasado el dominio SALAAM1420.COM a través de una compañía de alojamiento web islámico que solo permite el contenido Halal en sus servidores... En esta página puede ver la mezquita de Al Andalus, la nueva bandera islámica sobre la tierra de España, para cuando los tiempos del califato de Al Andalus. Una broma a los españoles que todavía miran con odio los días en que los musulmanes vivían en España y ahora odian a los musulmanes que viven una vez más en esta tierra. Estamos de vuelta así que mejor se dan cuenta de los hechos y aprenden a vivir con ellos...» El misterioso
Salaam1420
había dibujado un mapa de España sobre el que había colocado una enorme bandera de Andalucía, insertando dentro la
shahada
o profesión de fe del Islam:
(«No hay más dios que Dios, Muhammad es el mensajero de Dios»), y añadiendo las palabras «We’re back» («Hemos vuelto»). Obviamente, la nueva bandera del Islam andalusí entusiasmó a todos los islamistas que continúan alimentando el mito de Al Andalus como el culmen de la cultura árabe.

Otras creaciones de
Salaam1420
que llegaron a ese foro —y a través de él se reprodujeron en diferentes webs yihadistas de todo el mundo— son sus «demonios judíos», creados como respuesta a las caricaturas danesas del profeta Muhammad. Además, anunciaba futuras obras como: soldados iraquíes vestidos de muhayidín con bombas, las manifestaciones españolas en protesta contra la construcción de más mezquitas, la lucha de las tropas españolas contra los muyahidín en Afganistán «mientras se supone que deben estar allí para reconstruir el país y dar ayuda humanitaria», un helicóptero español estrellado en Afganistán el septiembre anterior («La versión oficial —dice el dibujante— es que fue un accidente, pero yo quiero establecer la duda de que fue derribado por fuego muyahidín»), una dura crítica contra los musulmanes moderados en España —
Salaam1420
criticaba especialmente a quienes defendían que los matrimonios homosexuales eran compatibles con el Islam—, la polémica del
hiyab
en Francia, utilizando dibujos de un cristiano con una gran cruz y un judío con el kipá para denunciar el doble rasero con los símbolos religiosos, etcétera.

Además de sus brillantes ilustraciones, acogidas y utilizadas con entusias mo por los islamistas, el joven anunciaba que «como el propietario del dominio
Salaam1420
.com, voy a usar un subdominio llamado
Califato.salaam1420.com
para traducir textos sobre el Khilafah al español, para que los hermanos españoles aprendan sobre el Califato. Tenemos la idea de iniciar un Hizb-ut-Tahrir, el capítulo y esto podría ser interesante para difundir la palabra y hacer proselitismo...».

Después de muchas noches delante del ordenador, y muchos litros de café, pude reconstruir el rastro de
Salaam1420
entre los miles de mensajes, intervenciones en foros y comentarios en chats. El misterioso ciberyihadista había dejado suficientes pistas sobre su identidad.

El usuario del nick
Salaam1420
utilizaba diferentes emails: salaam1420 @hotmail.com, [email protected], [email protected], o hassan@ vayamovida.com. También disponía de perfil en diferentes redes sociales, como
www.myspace.com/salaam1420
o
salaam1420.deviantart.com
. Y además, era propietario de varios dominios como
www.salaam1420.com
o
vayamovida.com
. En varios mensajes firmaba con su nombre árabe: Muhammad Hassan
.
Sin embargo, en algunos mensajes se reconocía propietario del apartado de correos 1468 de Zaragoza, donde podía dirigirse la correspondencia a su pequeño estudio de dibujo, Salaam Studio. Ese apartado de correos aparecía también en el registro del dominio
www.vayamovida.com
, comprado a nombre de un tal Gonzalo López Royo, y que acogía una página web de contenidos no islámicos, pero en la que encontré todos los dibujos de
Salaam1420
. Página que él mismo, en un foro islamista en inglés, reconocía como la continuación de su web
www.salaam1420.com
. El apartado 1468 de Zaragoza, además, aparecía como la dirección postal de El Hombre Mosca, comunidad virtual de dibujantes y artistas zaragozanos, entre los que figuraba un tal Hassan. Información que me facilitaba el rastro del ciberyihadista zaragozano.

Ese rastro se extendía por webs y foros no yihadistas. De hecho, algunos de esos
sites
eran el último sitio donde buscaríamos a un yihadista. Me refiero, por ejemplo, a la página
pornofreak
Puta Locura. Quizás en un gesto de pudor, en esa web que no se caracteriza precisamente por su contenido religioso
Salaam1420
utilizaba el nick de
Malik1420.

Con frecuencia los periodistas occidentales suponemos que los musulmanes, y especialmente los integristas, carecen de sexualidad. En los debates conspiranoicos sobre el 11-S o el 11-M, por ejemplo, se argumenta que tal o cual terrorista islámico no podía ser un yihadista si consumía prostitución o pornografía. Como si un radical del IRA, un asesino de ETA o un guerrillero de las FARC, protestante, católico o evangélico, no pudiese compatibilizar la lucha armada, sus creencias religiosas y el uso de la prostitución o del porno. Creo que no descubro nada si afirmo que pastores evangélicos, sacerdotes católicos y predicadores protestantes consumen tanta prostitución o porno como cualquier otro varón. Y con los musulmanes pasa exactamente lo mismo. Por desgracia, todos los hombres somos iguales en ese sentido, y no existe ningún conflicto entre nuestras creencias religiosas y nuestra primitiva pulsión sexual. Estoy seguro de que los burdeles de Egipto, Siria o Jordania se encuentran tan llenos de buenos y malos musulmanes como los europeos o americanos están repletos de buenos y malos cristianos. Buenos o malos musulmanes que mantienen las distribuidoras de cine porno en Turquía, Kuwait o Túnez. Salaam-Malik era musulmán, pero también era varón. Y por eso su fe no le impedía, por ejemplo, asistir al festival de cine erótico de Barcelona, en 2001, cuando ya llevaba seis años converso al Islam.

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