Falsas apariencias (23 page)

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Authors: Noelia Amarillo

Tags: #Erótico

BOOK: Falsas apariencias
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Interesante, pensó Alex, Luka ya había mencionado antes al Vinagres, parece que se iba a enterar de quién era ese tipejo.

"31 de enero de 2003.

El mes ha trascurrido según lo previsto, con tiempo claro y monótono en su mayor parte a excepción de algunos chubascos tormentosos los viernes a mi regreso de casa de Pili, debido principalmente a la negativa del Vinagres a que lo deje "solo y abandonado " en casa durante la tarde. Mar calma en fin de semana aderezada con aburrimiento crónico la noche de los sábados durante el polvo semanal... "sábado sabadete... Me echan un polvete". El ciclón Vinagres apareció eventualmente a mitad de mes debido a una equivocación en el menú de entre semana (cambié el pollo por la ternera y rompí el escalafón de las comidas), por lo que el ciclón descargó con vientos de componente histérico sobre la mesa del salón causando daños irreparables a gran escala y la consiguiente visita al Ikea en busca de nueva mesa. Como la rotura ha absorbido parte de los recursos domésticos, no podemos ir al cine este mes (por mi culpa específica Vinagres, él no se hubiera enfadado si yo hubiera seguido el esquema de comidas), motivo por el cual me veo obligada a usar al galán de la peli del mes pasado para los sábados sabadetes, lo cual me lleva al aburrimiento crónico que sufro en estos menesteres desde mediados de mes, ya que la última peli vista en el cine fue Harry Potter y cada vez que lo uso para mis fantasías polveriles me siento un poco infanticida... Tiempo previsto para el próximo mes: estable. Sin cambios. Invariable. Inalterable."

Mierda, ¿qué es esto?... ¿un diario? ¿Un parte meteorológico? Alex estaba totalmente perplejo, y sobre todo estaba muy enfadado. ¿Quién coño era el ciclón Vinagres? Fuera quien fuera, de una cosa estaba seguro, el tipo ese le caía fatal. Oyó en ese momento cerrarse el grifo de la ducha y tuvo un segundo de indecisión... ¿Guardaba el diario o no lo guardaba? Su experiencia con su madre y hermana le decía que las mujeres tras la ducha se daban cremas, se secaban el pelo y hacían más cosas que las tenían ocupadas al menos diez minutos más... Con el oído atento, continuó leyendo donde lo había dejado.

"28 febrero 2003.

Febrerillo el loco... Tiempo tormentoso durante el primer tercio mensual avanzando hacia claros soleados durante la mitad (quizá debido a San Valentín) y finalizando en chubascos de intensidad variable, con mar gruesa debido al cambio de la marca de vino a degustar durante la comida de la última semana (se terminó Don Simón en el mercado y compré Don Pepe). Fin del aburrimiento crónico polveril gracias al descubrimiento inesperado de Julie Garwood, su libro "el secreto" y su protagonista, Iain Maitlan, con el cual he descubierto una nueva dimensión a la hora de ejecutar fantasías solitarias. Tiempo previsto para el próximo mes: estable y sin cambios en la relación, con posibles imprevistos en la sección amistad debido a amenaza en el paraíso matrimonial de Enar. Carlos está introduciendo elementos poco destacables en el círculo de su familia. Me mantendré ojo avizor (o al menos todo lo que me permita el ciclón Vinagres).

Alex aguzó el oído, Luka acababa de abrir la puerta del baño. Rápidamente introdujo el diario en el cajón y esbozó su mejor sonrisa de "yo no he sido".

—¿Aún estás así? —preguntó Luka, embutida dentro de su albornoz gigante.

—No tenía nada mejor que hacer —contestó él dando unas palmaditas a la cama y esperando que ella se sentara a acompañarlo.

—¿No? Pues yo sí. Me voy a cenar.

—Valeeeee. Me ducho y te acompaño. —Alex se levantó imponente en su desnudez, su pene medio erecto al pensar en la ausencia de ropa interior bajo el albornoz de Luka.

—Como veas —dijo ella por decir algo, ya que sus ojos se habían clavado en cierto apéndice...

Alex sonrió al pasar por su lado, deteniéndose para depositar un prometedor beso en la frente de Luka...

Tras ducharse se dirigió al salón, Luka se había cambiado de ropa, ahora llevaba una camiseta enorme y desgastada de color rojo y estaba sentada en los cojines de Dani. Sobre el baúl que hacía de mesa había dos platos con comida, uno bastante más vacío que el otro. Observó cómo la mujer cogía distraídamente las pocas hebras de verdura y cordero que sobresalían del kebab y se las llevaba a los labios chupándose los dedos golosa para recoger hasta la última gota de salsa. No lo pudo evitar, se puso duro al momento. Debió gemir, porque en ese instante Luka lo miró y enarcó las cejas al ver que bajo la toalla que rodeaba sus caderas aparecía una "antena parabólica".

—¡Vaya! Llegas a tiempo —dijo ignorando con sus palabras, pero no con sus ojos, el estado en que él se encontraba.

Se acomodó como pudo sobre los cojines notando los testículos llenos y calientes y se dispuso a soportar la tortura. Vieron un rato la tele mientras comían, pero entre su imaginación desbordada y la lengua de Luka relamiéndose el labio para recoger la salsa que se escapaba del Kebab, su miembro corría peligro de explotar, así que decidió sacar un tema que le tenía intrigado y que además precisaba solución.

—Oye, qué te iba a preguntar —dijo como quien no quiere la cosa... ¡Ja!—, ¿Dani es bisexual?

—¿Dani? —respondió Luka extrañadísima—. No.

—Aps —Mierda, ella no sabía que a su jefe le iban tanto los hombres como las mujeres, demonios—. ¿Estás segura?

—Totalmente, a Dani jamás le han gustado las mujeres —dijo Luka seria. ¿Es que Alex no se había dado cuenta del tema al verlo con Luis?

—¿Es homo? —preguntó sorprendido.

—Sí. —Luka le miró irritada entendiendo mal su sorpresa—. ¿Tienes algún problema con eso? Porque me parecería retrógrado si así fuera —dijo a la defensiva.

—No. Ninguno... es que pensé... me dio a entender...

—¿Qué? —Se estaba enfadando; no permitiría que nadie se metiera con Dani por su tendencia sexual.

—Que había tenido una relación contigo. —¿¡QUÉ!?

—Eso. Me contó lo de tu tatuaje...

—El que no tengo...

—Sí, ese. Que lo había visto y, bueno, por la manera de hablar parecía que lo había visto muy en directo y tal...

—¿Sobre el tatuaje que no tengo?

—Sí, joder, sobre ese —se estaba empezando a sentir estúpido—, insinuó cosas...

—¿Qué cosas?

—Esto... que tus piernas eran larguísimas, que si el tatuaje daban ganas de comérselo, que si manejabas muy bien las palancas... —esto último lo dijo plantándose la mano en el pene, como especificando la palanca a usar.

—¿Las palancas? —interrumpió Luka mirando el movimiento de su mano.

—Sí, las palancas.

—¿Qué palancas? —Está grillado, o borracho, o loco...

—Las palancas de las plumas de los camiones.

—¿Y?

—¿Y? Pues que las manejabas muy bien, las agarrabas con ambas manos y hacías de todo con ellas... —Alex movía la mano sobre su pene como si se estuviera haciendo una paja.

—¿De todo? ¿Te refieres a descargar camiones? —dijo Luka flipada intentado asociar camiones, palancas y pajas.

—Joder. Dejémoslo. Me ha tomado el pelo, no lo entenderías.

—Mmh... —Luka sumó piernas larguísimas, tatuajes inexistentes dignos de ser comidos, manos manejando o pajeando palancas, y de golpe su cerebro hizo click—. ¡No! —y no dijo más... sólo empezó a reírse y siguió riéndose y siguió...

—Eh, a mí no me hizo ninguna gracia... incluso llegué a pensar que quería tener algo con nosotros dos, una especie de
menage a trois
o yo qué sé —dijo indignado; a él no le hacía maldita la gracia.

—Menage a trois.
—Dejó de reír Luka de golpe, eso no le gustó ni un pelo. No tenía, ni quería tener una relación con Alex, pero en estos momentos era suyo, y si a Dani se le pasara eso por la cabeza le cortaría los huevos.

—Sí... joder, me pasó el brazo por los hombros, me guiñó un ojo...

—¿Dani? — ¿Su Dani? Imposible, él jamás se mezclaría con mujeres y heteros... y entonces zas, lo entendió todo. Empezó a reír sin poder parar.

—¿Qué? ¿Qué te hace tanta gracia?

—Te la ha jugado pero bien.

—¿Qué?

—Una broma... te ha gastado una broma... Dani jamás querría nada con un hetero... dice que somos demasiado... cuadrados... rígidos... —decía entre carcajada y carcajada—, limitados... que somos limitados.

—Lo voy a matar. —Alex se levantó de golpe y empezó a recorrer el diminuto salón—. Te juro que lo mato.

—No, no seas tonto, no lo mates. Juégasela —dijo Luka con una mirada muy peligrosa.

—¿Qué? —Alex paró su caminar furioso.

—Que se la juegues. El te ha hecho creer "cosas", ¿no? Pues tú haz como que te las has creído... y que te han gustado. —Dios, su sonrisa era maligna, propia de una diablesa.

—¿Quieres que...? —Imposible, no podía estar diciendo eso.

—Que te insinúes tú también, que le pases la mano por el hombro, que le acaricies el muslo... ya sabes.

—¿Para qué? —Alex estaba intrigado. Se puso de cuclillas delante de Luka y esperó a conocer la totalidad del plan.

—¿Te has parado a pensar el aprieto en que le pondrás? Lo que pensará si ve que tú "entiendes" y que estás conmigo. Dani jamás quitaría su pareja a un amigo... y se verá en un terrible dilema, no ligará contigo, pero no sabrá cómo hacer para que yo me entere...

—Pero... —Dios, diabólica se quedaba corto, Luka era terrorífica.

—Sí. Lo va a pasar fatal.

—¿Estás segura de que quieres eso?

—Se ha reído de ti. Eso requiere venganza... una venganza muy especial —dijo con sonrisa torcida—; donde las dan, las toman.

—Joder. Recuérdame que jamás me meta contigo... —dijo dejándose caer a su lado.

—Llegas tarde, amigo... aún tengo la palabra "Condones" escrita en mi tripa...

—Argg —contestó Alex fingiéndose aterrado. Estaba claro que no se iba a aburrir con esta mujer.

Juntos planificaron al mínimo detalle la venganza, cada movimiento, cada insinuación. Alex sabía que era imposible que él ejecutara las cosas que ella proponía —se moriría de risa antes de conseguirlo—, pero era tan divertido comentarlo que se dejó llevar por el entusiasmo. No fue hasta que Luka bostezó cuando se dieron cuenta de lo tarde que era. Las dos de la mañana, el tiempo había pasado volando y al día siguiente tocaba madrugar. Recogieron entre los dos los restos de comida —escasos, Luka tenía muchísima hambre— y ella buscó a su iguana que, cómo no, estaba subida a las cortinas. La bajó y la encerró en su terrario para a continuación hacer las abluciones nocturnas y meterse en la cama.

—¿Dejas todo el día fuera a la iguana? —preguntó Alex con reparo. No quería toparse con ese bicho de improviso en cualquier momento.

—No. Solo la dejo fuera cuando estoy en casa.

—¿Por qué?

—Su terrario se le ha quedado pequeño y hasta que consiga ahorrar para pillar otro, la única manera de que tenga espacio es dejarla fuera.

—Ah. Menos mal que las tortugas están bien en su sitio, sino tendríamos que ir mirando el suelo para no pisar animales —comentó jocoso.

—Bueno, en realidad ellas también están algo estrechas... pero... qué se le va a hacer —contestó ella dando por zanjado el tema con un sonoro bostezo.

—La bella durmiente tiene sueño —canturreó Alex divertido. Estaba tumbado sobre la cama con los brazos cruzados detrás de la cabeza y el pene empinado bajo la sábana; cada vez que relacionaba "Luka" con "cama" su polla se erguía expectante.

—Qué va... —contestó Luka tapándose la boca ante un nuevo bostezo y dejando caer a continuación la mano sobre el pecho de Alex—, cómo voy a tener sueño con lo mucho que dormimos ayer...

—¿Te estás quejando?

—Qué va...

La mano de Luka se movía alrededor de los pezones de Alex sin un rumbo determinado, el sueño la estaba venciendo y acariciar el suave vello de su torso la relajaba. Una de sus uñas chocó contra el pezón masculino y este se tensó, repitió la caricia intrigada, el pezón se endureció un poco más. Miró la cara del hombre, tenía los ojos cerrados, la boca medio abierta y respiraba agitado. Bajó la vista hacia el pene, seguía erguido y alerta. Se acercó a la tetilla y la probó con la lengua. Alex gimió y arqueó ligeramente la espalda. Luka lo miró muy atentamente y volvió a lamerlo. Un nuevo gemido...

—¡Esto te gusta! —exclamó asombrada. Lo cierto es que su experiencia era bastante limitada: felación y penetración. El Vinagres no consentía nada más, pues lo consideraba una pérdida de tiempo. Claro, que también era cierto que tenía el "gatillo rápido".

—Demonios, sí.

—Estupendo, nunca lo habría pensado. —Los dedos recorrían juguetones el pezón.

—¿Qué? —preguntó asombrado abriendo los ojos e irguiéndose sobre un codo... Luka no era virgen, por tanto había follado,
ergo
tenía que conocer la anatomía erògena masculina... ¿no?

—Ohh, cállate y vuelve como antes.

—¿Cómo antes?

—Sí. Túmbate. Vamos. Ya. —Estaba totalmente despierta y quería investigar.

—Como ordene su majestad.

—Bien... y quédate quieto.

Luka se mordió el labio y pensó por dónde continuar. Recordó las caricias que le había prodigado Alex en sus anteriores encuentros y decidió empezar por ahí, luego ya improvisaría. Dejó la mano en donde estaba y se inclinó sobre su oído, lamió y mordisqueó tímidamente el lóbulo hasta que lo sintió gemir. Animada por el incipiente éxito apretó un poco más los dientes a la vez que movía la lengua, él jadeó.

—Esto es muy interesante —le susurró al oído.

—Me alegro —respondió sonriendo Alex; si ella quería investigar, por él perfecto.

Deslizó la lengua por el cuello, buscando cada vena y besándola para luego mordisquearla y lamerla; incluso se le fue un poco la mano en una succión y le dejó un pequeño chupetón bastante visible, ains.

—Mañana tendrás que ponerte algo con cuello alto —dijo cabizbaja.

—¿Por? —preguntó Alex entre las brumas del placer.

—Te he hecho un chupetón... —comentó esperando una mala reacción... una vez hizo algo parecido y la bronca fue tremenda.

—Perfecto. Sigue así —dijo Alex inclinando la cabeza para dejar la clavícula más accesible.

¡Vaya!

Si eso es lo que él quería, lo iba a tener. Luka prestó toda su atención a la clavícula sin olvidarse de acariciar los pezones y, de paso, ya que estaba puesta, recorrer las pantorrillas masculinas con sus pies desnudos. Alex comenzó a jadear. Luka paró de golpe.

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