La guerra de las Galias (31 page)

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Authors: Cayo Julio César

Tags: #Historia

BOOK: La guerra de las Galias
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2. La guarnición de Cohors estaba formada por los restos de los ejércitos galos. La decisión adoptada por César de hacer cortar la mano a todos los soldados no dejó de ser una atrocidad. César se mostró clemente en la guerra civil con los suyos, pero cruel y a menudo feroz con los galos. Cap. XLIV.

Notas

1
César no incluye en esta división el país de los alóbroges, ni a la Galia Narbonense, que formaban ya parte de la provincia romana.

2
Los suizos, llamados entonces helvecios, estaban ya comprendidos en la Galia, a la cual limitaba el Rin por este lado.

3
El país ocupado por los secuanos corresponde al Franco Condado.

4
Este consulado fue el año de 693 de Roma.

5
Quiere decir que le obligaron a que, atado con cadenas, amarrado en prisiones o aherrojado como estaba, se justificase y diese razón de sí. Este modo de proceder en las causas graves no fue particular de los helvecios, sino que se usó también entre los romanos. Tito Livio refiere un ejemplo en el libro XXIX, capítulo IX.

6
César:
familia ad hominum milia decem
. Este número no debe parecer exorbitante, porque la familia se componía de esclavos, horros o libertos, y criados que servían en casa, cultivaban los campos, pastoreaban los ganados y atendían a las demás haciendas y negocios, que crecían y se multiplicaban a proporción del poder y riquezas del dueño. Igual extensión da Suetonio a la voz
familia
en César, cap. X.

7
Algunos anotadores se detienen a inquirir la causa por que los helvecios trataron con tanta severidad a un príncipe de la nación, que les recomendaba proyectos no menos conformes al genio de ellos que ventajosos al Estado. El mismo César la insinúa con decir que aquel príncipe helvecio se dejó llevar de la
ambición de reinar
; y otros historiadores, como Dión y Paulo Orosio, la declararon expresamente, Orgetórige aspiraba a la soberanía universal de la Galia; receláronse de esto los grandes que entraron en la conjura; y como aborreciesen toda superioridad, le malquistaron con el pueblo hasta el término de obligarle a darse la muerte.

8
César:
molita cifraria
. No parece se deben entender aquí otras viandas: nuestro Henríquez traduce harina; Luis XIV
forines
, y
fariña
el italiano de Albrici. Ni se debe tener por insoportable tanta carga para un soldado, cuando de los de Escipión dice Mariana, «que en España llevaban en sus hombros trigo para treinta días y siete estacas para las trincheras, con que cercaban y barreaban los reales».
Historia de España
, libro III, cap. IX.

9
Territorio de Basilea. Los tulingos y los latobrigos no son conocidos; debían de pertenecer a alguna región de la Germania, vecina de Suiza.

10
La Baviera.

11
Ocupaban la actual Saboya y el Delfinado.

12
Esto es, dos años antes que los helvecios saliesen de su patria.

13
La Santonge.

14
Por pertenecer a la Galia Narbonense, que, como se ha dicho, estaba sometida a los romanos.

15
Pueblos de la Turantesa, del monte Genis, de Embrum.

16
Los ambarros ocupaban el territorio de Chalóns.

17
Corresponde al de Zurich.

18
Todos los meses se repartían las raciones a los soldados y se les pagaban sus haberes.

19
Cada compañía de caballos se componía de treinta hombres, y el primero de cada diez se llamaba decurión, semejante a nuestros sargentos; bien que aun después de varias reformas en la milicia romana se dio igual nombre al que mandaba toda la compañía.

20
César:
ancipiti proelio
. Se usa ordinariamente de esta frase latina para significar que
la victoria no se declara o in dina; que está pendiente, en peso o en balanzas, con suceso dudoso;
mas en este lugar de César, es de creer, por las circunstancias, que la batalla se daba en dos distintas partes, y que esto es lo que dice César,
que era doble el combate
. Así se debe entender también esta frase en el séptimo de estos
Comentarios
, cuando, en el sitio de Alesia, César escribe así:
Nec erat omnium (Gallorum) quisquam, qui aspectum modo tantae multitudinis sustinere posse arbitraretur, praesertin ancipite praelio; quum ex oppido eruptione pugnaretur, et foris tantae copae cornerentur.

21
Según el Diccionario de la lengua castellana, pasador es cierto género de flecha o saeta muy aguda que se dispara con ballesta.

22
Se ignora dónde estaba situado este cantón.

23
Dice expresamente Dión que el titulo de amigo del Pueblo Romano se confirió a Ariovisto en el consulado de César.

24
Ocupaban el territorio de Tréveris.

25
Véase la Vida de
Cayo Mario
en las
VIDAS PARALELAS
publicadas en esta Colección.

26
Véase la
Vida de Craso
en las
VIDAS PARALELAS
.

27
Habitaban la actual Lorena.

28
Cuando los romanos concedían a algún príncipe el título de amigo o aliado, le enviaban costosos regalos; las alhajas en que consistían pueden leerse en Tito Livio, lib. XXX, capítulo XVII, y en Tácito,
Anal.
IV.

29
Véase nota 5.

30
Los rovernates.

31
La derrota de los albernos por Fabio Máximo acaeció por los años de 628 de Roma.
Epít. Livian.
, lib. LXI. Cuando los romanos reducían alguna nación en forma de provincia, la sujetaban al vasallaje, privándola de sus fueros y nombrando un magistrado que la gobernase y cobrase los tributos en nombre del Pueblo Romano. Sigon., de
Antiq. jur. prov.
, lib. I, cap. I.

32
Los germanos estaban persuadidos de que las mujeres eran buenas adivinas, como escribe Tácito, lib. IV, Hist., capitulo LXI:
Vetere apud Germanos more, quo plerasque faeminanim fatídicas arbitrantur
. De las que estaban en el campo de Ariovisto refiere Plutarco en la
Vida de César
que facían sus observaciones mirando los remolinos del agua en los ríos, su movimiento, figura y ruido.

33
Los tribocos habitaban la Alsacia; los vangiones el territorio de Worms: Espicea los nemetes. Los sedusios las orillas del Rin, y los suevos, la Suabia y territorios vecinos. No se sabe con certeza la región que ocupaban los marcómanos.

34
En Roma eran como tesoreros y contadores de la República, que llevaban la cuenta y razón de las rentas, y cualquiera otra hacienda de ella. También con los capitanes generales del ejército de tierra y mar enviaban los romanos sus cuestores, que tenían cuenta de la paga del sueldo y de todos los otros gastos; a ellos se entregaba lo que pertenecía a la República de la presa que se tomaba de los enemigos.

35
Los procónsules y pretores empleaban el invierno, tiempo en que cesaban las operaciones militares, en decidir pleitos y administrar justicia dentro de sus provincias.

36
La guerra con los belgas comenzó por los años de 697 de Roma, año 56.

37
De Soisóns.

38
Plutarco, en su
Vida de César
, dice de ellos que eran ferocísimos y grandes guerreros.

39
Los aduáticos habitaban Namur; los condrusos, eburones, ceresos y pemanos habitaban Colonia, Lieja, Bovillón y el Luxemburgo, respectivamente.

40
Formando como un techo protector con sus escudos.

41
Los belgas eran reputados por los más valientes entre todos los galos.

42
Trátase, al parecer, de Soisóns.

43
César:
vincas agere... coepit
. Eran movedizas; por eso dice
vincas agere
: dentro de ellas metidos los soldados se iban acercando al muro para batirlo a su salvo.

44
César:
aggere iacto
. Los materiales del terraplén no sólo eran terrones, sino también piedras, leña y todo género de fagina:
dictus agger, quod aggerebant terram, lapides, liona,
etc. Sobre él levantaban las torres, que ordinariamente fabricaban de madera.

45
César:
turribis constitutis
. Así se llama propiamente este género de torres para la expugnación.

46
Beauvais.

47
Aun en aquellos tiempos rudos, y entre naciones tenidas por bárbaras se negaba la entrada a todo lo que podía servir al fausto y estragar las costumbres. Así merecieron los nervios crédito de grandes guerreros; bien como por la misma causa dice César, en el lib. I, que eran los belgas los más valientes de todos los galos.

48
Los de Arras y Veromandois.

49
De Namur.

50
César:
sub sarcinis
, esto es, con las cargas a cuestas. Los soldados romanos, cuando marchaban con las armas solas, se decían
expediti
o
in expeditionem
(pues, según escribe Cicerón, las armas no se tenían entre ellos por carga); cuando iban cargados de las mochillas, utensilios y estacas para el vallado,
impediti
o
sub sarcinis
.

51
César:
vexillum, quod erat insigne, quum ad arma concurri oporteret.
Colocábase sobre la estancia del general y tenía la figura de un sayo de grana.

52
César:
signum dandum
. Esto se hacía por medio de los soldados destinados para semejante oficio.

53
César:
decumana porta
. Véase nota número 59.

54
Plutarco, en su
Vida de César
, atribuye esta costosísima victoria, si bien a la pericia de los soldados, mucho más al extremado valor del mismo César; y su relación es conforme en todo con ésta de los Comentarios.

55
Los de Vannes, Cotentin, S. Pablo de León, Freguier, Brieu, Quimpercorentin, Leez, Maine, Perche Evreux y Rennes.

56
Estas fiestas se hacían por decreto del Senado, abriendo todos los templos de los dioses y cerrando los tribunales y oficinas, para que hombres y mujeres acudiesen libres de otros negocios a los sacrificios en acción de gracias por la victoria conseguida. Plutarco, en la
Vida de César
, lo pondera más. A Pompeyo, a quien se hicieron más honores que a todos los generales precedentes, se concedieron solamente doce días.

57
El alto y el bajo Valois.

58
Martigny.

59
Cuatro solían ser las de los reales: la
Praetoria
, en el frente de ellos, donde se alojaba el general; la
Decumana
, al lado opuesto, en las espaldas; la
Principal
por donde solían entrar y salir los oficiales de la plana mayor; la
Quintana
por donde se introducían las provisiones. La
Decumana
que se llama trasera o de socorro, tenía también los nombres
extraordinaria, quaesteria.

60
Las naves romanas no salían, en efecto, del Mediterráneo.

61
Los de Quimpercorentin, Coutance y Lisieux.

62
César:
pedalibus in latitudinem trabibus
: entiéndese que quiere decir que las vigas tenían un pie de grosor y otro de anchura, esto es, tanto de tabla como de canto, sin hablar del largo que vendrían a tener.

63
Esto es desde las diez de la mañana. Se sabe que los romanos dividían el día en doce horas, empezando a las seis de la mañana o desde que sale el Sol hasta que se pone; por consiguiente la noche en otras doce horas, a contar desde su puesta ante su salida, las cuales eran ya mayores, ya menores, según las estaciones del año.

64
En el tiempo de la guerra de Sertorio.

65
Territorio de Gascuña.

66
Esta casta de gentes, que se consagraban a su capitán con las veras que escribe César, no sólo se conoció en la Galia, mas también en Grecia, Germania y España.

67
Se ha repetido en la versión este trozo de periodo, porque a causa del paréntesis interpuesto también César lo repitió en el texto: tal es el estilo de los historiadores, que para anudar el hilo roto de la historia, repiten en gracia del lector y por amor de la claridad el principio de la cláusula, y aun del capitulo pendiente.

68
Los de Aire y Bazas.

69
Los de Bayona, Bigorra. Bearne, Bazas, Aire, Armañac, Condado de Gaure, Ausch. Burdeos, Leitoure y Dax.

70
Territorio de Colonia. En tiempo de César habitaban al otro lado del Rin. Agripa, bajo Augusto, los transportó a la orilla izquierda del rio.

71
Habitantes de las tierras de Amberes.

72
Los grisones.

73
Por esto Catón pretendía que César había violado el derecho de gentes, y con toda seriedad propuso en el Senado que fuese luego entregado a los bárbaros mismos en pena de su desafuero. Véase a Plutarco en la
Vida de César
.

74
Hay quien supone que el texto ha sufrido en este punto alteración, y que César habría querido indicar la confluencia del Rin con el Mosela.

75
César explica y desmenuza por partes este famoso puente, quizá el primero que se vio sobre el Rin. No hay comentador ni intérprete de César que no haya trabajado sobremanera por entender y aclarar tan célebre fábrica. Muchos han grabado curiosas láminas que representan, ya el puente concluido, ya a medio hacer, ya cada parte de por sí; algunos han glosado palabra por palabra todas las del texto para dar a entender la obra y su traza. En suma, tanto como César se esmeró en la estructura, han trabajado los intérpretes en explicarla. De mí sé decir que me ha costado mucho el entenderla, y no poco el traducirla con palabras significantes y propias.

76
En efecto, si se lee a Plutarco, se verá cuánta gloria mereció a César la construcción del puente y haber pasado por él con su ejército.

77
Veleyo Patérculo, Floro, Plutarco, Lucano, Tácito, escriben que esta nueva empresa de pasar a Bretaña sólo pudo trazarla un ingenio como el de César, acometerla ningún otro valor sino el suyo, acabarla sola su felicidad experimentada y sin contraste.

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