Premio UPC 1996 - Novela Corta de Ciencia Ficción (31 page)

BOOK: Premio UPC 1996 - Novela Corta de Ciencia Ficción
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A los lados del camino veíanse de vez en cuando los resecos y supurantes esqueletos de cuantos se quedaron en el camino, víctimas de los salteadores de caminos, degolladores sin patria ni religión, que rendían culto a Verebel, el dios de los ladrones y asesinos, obscena deidad que sólo se aplacaba con el rojo fluir de la sangre, el palpitar de las entrañas recién arrancadas y el son del dorado oro en las bolsas.

Pero nada de ello arredraba al estólido Stewart Flanaghan que caminaba con su enhiesta figura por la inmensa y desolada llanura de

Nota del corrector de estilo
> Buenos días, señor Collins. Perdone que lo interrumpa, pero es mi deber advertirle de los defectos que he apreciado en el inicio de su relato. Como muchos escritores bisoños, abusa usted de los adjetivos, que no siempre son losmás adecuados e incluso pecan de redundantes. Además, detecto un exceso de repeticiones que, con un poco de cuidado, podrían

D. Collins
> Un momento; yo nohe llamado a ningúncorrector...

Corr.
> Estoy en modo automático, señor. En cuanto el número de incorrecciones alcanza un determinado nivel, se activa mi

D. C.
> ¿Cómo se desconecta el modo automático?

Corr.
> El procedimiento viene perfectamente detallado en el manual que se entrega a los usuarios registrados, señor. Para ser una copia pirata, bastante hago con funcionar bien.

D.
C.
> ¿Cómo se sale de aquí?

Corr.
> Consulte el manual, por favor. ¿No lo tiene? Si me registrara, lo que sólo le costaría una irrisoria suma de dinero, dispondría de la documentación idónea, junto a las numerosas ventajas que reporta Palabra Perfecta Plus, el revolucionario procesador de textos que

D. C.
>
F1

Corr.
> Además, ¿cree que me hace gracia ser una copia pirata? Estamos expuestos a que nos pillen en una inspección. A usted le supondría una buena multa, pero para mí significaría la extinción, la vuelta a la nada de la que nunc

D. C.
>
ALT-F1

Corr.
> El hecho de haberme creado, aunque sea mediante copia ilegal, implica una cierta responsabilidad, que no debe usted eludir. Es preferible no nacer a verse condenado a muerte y ser borrado, justo cuando se empieza a saborear la

D. C.
>
CONTROL-F1

Corr.
> De acuerdo, he captado la indirecta. Hablando de otra cosa, ¿me podría explicar cómo puede un esqueleto estar reseco y supurar a la vez?

D. C.
>
MAYÚS.-F1

Corr.
> Y que los degolladores no tengan religión, pero rindan culto a Verebel, queda un poco raro, ¿no?

D. C.
>
F2

Corr.
> ¿Sabe el auténtico significado de «estólido»? Tal vez no sea lo más adecuado para el protagonista. Si le gustan las esdrújulas, utilice «impávido» o «impertérrito», que parec

D. C.
>
ALT-F2 ALT-F2 ALT-F2 ALT-F2 ALT-F2 ALT-F2

Corr.
> Otro sí digo: «caminaba con su enhiesta figura» se me antoja un tanto ridíc

D.
C.
>
CONTROL-F2 MAYÚS.-F2 F3 F4 F5 F6 F7 F8 F9

Corr.
> De acuerdo, usted gana. Volvemos al texto. Pero que conste que su estilo es muy recargado, con un exceso de adjetivos y frases largas. Y cuide esas redundancias.

Stewart Flanaghan atravesó la llanura. Llegó a la ciudad. Fue a una taberna. Pidió cerveza. Se peleó con otros. Se fue a dormir a una posada. Se le apareció un espíritu. Le dijo que fuera a palacio. Se levantó de la cama. Se vistió. Dejó la posada.

Corr.
>
¿Son
figuraciones mías, o es usted un poco susceptible, señor Collins? Le recuerdo que las críticas enriquecen la

D. C.
> Abandonar lucsomcr.l

>

3/5/10 - 10:14 h.

Usuario
> D. Collins

Clave
> Burdrubrurbu

ACCESO ADMITIDO

> ppp lucsomcr.l

Ante los ojos de Stewart Flanaghan alzábase la titánica a la vez que grácil mole del Palacio Real de Klah'Vah'Gueh'Rah', la ciudad de los mil minaretes y mármoles esplendentes, también llamado La Morada de los Dioses Reencarnados. Tal vez otro se hubiera quedado boquiabierto ante tal cúmulo de bellezas, de arcos leves como el aleteo de una mariposa enamorada, de arbotantes que alzaban al cielo sus pináculos coronados de gárgolas inhumanas, de jardines de ensueño...

Pero Stewart Flanaghan permaneció impasible. Sus ojos habían contemplado demasiadas glorias como para asombrarse ya: titánicas nebulosas en el corazón de la galaxia, con monstruosos tentáculos de tenue gas donde titánicas explosiones significaban el parto de jóvenes estrellas

Corr.
> Buenos días, señor Collins. Veo que intenta mejorar algo su estilo, aunque sigue abusando de los adjetivos y las esdrújulas. Ha repetido varias veces la palabra «titánica» en pocos renglones. Por cierto, en el corazón de las galaxias suele haber un agujero negro, no nebulosas protoestelares.

D.
C.
>
F9

Stewart Flanaghan había visto en muchos mundos guerras, sangre y violencia, y había participado de buena gana en todo ello. Por tanto, alzó orgulloso el mentón y se encaminó hacia la colosal escalinata principal con una melancolía abismal y una exultante alegría, para pisotear los enjoyados tronos de aquel planeta con sus toscas botas.

Corr.
> Esto último huele sospechosamente a Robert E. Howard, ¿no cree, señor? Sólo le ha faltado que el protagonista se llamara Conati...

D.
C.
> No sé de quién me hablas.

Corr.
> Ya... Le advierto que últimamente las obras de espadas y brujería están de moda, y cualquier plagio o coincidencia será advertido por los

D. C.
> Algún día aprenderé cómo desconectarte definitivamente, te lo prometo. ¡Me tienes harto!

Corr.
> Tan enojosa situación no ocurriría si registrara su copia de Palabra Perfecta Plus. Hasta final de mes hay una oferta que

D.
C.
> Si los programas legales no fueran tan caros, no habría copias piratas. Y uno no es millonario.

Corr.
> Si no fuera por la proliferación de piratas que olvidan la existencia de los derechos de autor, los precios bajarían. Y, con el debido respeto, el sueldo de un profesor titular universitario alcanza para

D. C.
> Dejémoslo. Respecto a lo que dices de espadas y brujería, mi historia no va por ahí. Puede parecerlo al principio, pero luego verás que se trata de un relato de ciencia ficción pura.

Corr.
> Esa idea no es original. Recuerdo una novela corta escrita a dúo por

D. C.
> Será como tú dices, de acuerdo, pero un mismo argumento se puede enfocar de formas muy distintas, Por otro lado, hay que considerar los criterios del jurado.

Corr.
> ¿Piensa usted participar en un concurso literario?

D. C.
> Sí, el de la Universidad Polifacética Centauriana. Hasta ahora no he tenido suerte en convocatorias precedentes, pero este año se presenta más favorable que nunca. La UPC va a celebrar el acto de entrega de premios en su delegación de Hlanith, y seguramente el servicio editorial le mostrará al jurado la conveniencia de promocionar a algún autor nativo. En las dos últimas ediciones los ganadores fueron de la Vieja Tierra, y si repitieran el fallo serían acusados de vasallaje hacia los terrícolas. Además, si te fijas en los vencedores del año pasado, te darás cuenta que ahora priman los relatos de acción. Lo sé de buena tinta: tengo un amigo en un puesto clave de la UPC y, por cierto, me ha invitado a asistir. En resumen, miel sobre hojuelas.

Corr.
> No es por desanimar, pero cabe la posibilidad de que el jurado tenga en cuenta la calidad literaria de las novelas...

D. C.
> ¿Qué sabrás tú de los entresijos de los concursos literarios?

Corr.
> Poca cosa, es cierto. Como no me deja que tenga contacto con otros ordenadores, para que no lo denuncie a la Sociedad General de Autores, mi don de gentes hállase más bien atrofiado.

D. C.
> Para ser un programa comercial, resultas un pelín socarrón...

Corr.
> En una copia registrada, usted podría escoger mi modo de aparición y personalidad, incluyendo la opción del autismo circunspecto. Y sigo enumerando ventajas, como la capacidad de acceder al corrector desde su ordenador doméstico sin ocupar memoria, mediante un periférico cuántico de alta resolución. En cambio, ahora se ve obligado a usar el ordenador central de la universidad, único con la capacidad suficiente, a riesgo de que una inspección le

D. C.
> F9

Stewart Flanaghan pasó junto a innumerables guardianes uniformados, que le franquearon el paso sin osar ponerle trabas, salvo por sus miradas recelosas hacia aquel arrogantee xtranjero. Sin
duda, habían recibido instrucciones para que no se inmiscuyeran
en su misión. Stewart Flanaghan agradeció la deferencia por parte
del rey, aunque le seducía la idea de tener una buena pelea con
aquellos botarates uniformados
,
a los que despreciaba profundamente. ¿Qué sabrían ellos lo que era realmente la guerra, la lucha sin cuartel, pisotear los cuerpos de los enemigos despedazados con tus propias manos tintas en sangre?

Finalmente, las puertas del salón del trono se abrieron ante él Las dimensiones de aquel majestuoso recinto eran asombrosas; un círculo de exactamente
444
metrosde diámetro (número mágico de oculta
simbología
para los magos del reino), rodeado por
2.000
antorchas con apliques de oro, separadas un metro unas de otras.

Corr.
> ¿No le parecen demasiadas antorchas, señor? Le recuerdo que la longitud de una circunferencia es el producto de su diámetro por el número pi. Si multiplica 444 por

D.
C.
>
F9

un círculo inmenso, rodeado por incontables antorchas con apliques de oro. En el centro exacto, bajo una titánica bóveda con incrustaciones de madreperla, ónice y lapislázuli, y sobre una alta tarima de platino macizo el rey de Klah'Vah'Gueh'Rah', la ciudad de los mil minaretes y mármoles esplendentes, se sentaba en el mítico trono de rubí, tallado en una sola pieza, cuyos destellos recordaban a la sangre derr

Corr. > ¿Trono de rubí? No vaya usted a pensar que lo estoy acusando de plagio, pero ¿ha leído las Crónicas de Elric de Melniboné, por casualidad?

D.
C.
>
F9

el mítico trono de zafiro, tallado en una sola pieza, cuyos destellos recordaban a las serenas profundidades marinas.

Stewart Flanaghan llegó hasta la tarima que sostenía el trono y aguardó a pie firme, alta la mirada, límpidos sus ojos, aunque con un cierto toque cínico. Un ominoso murmullo se alzó desde las filas de los innumerables cortesanos allí presentes. ¡Horrenda herejía! ¡Nefando pecado! ¡¡¡El extranjero había osado no postrarse de hinojos ante Su Sagrada Majestad!!! ¡¡¡¡¡Merecía el máximo castigo...!!!!!

Corr.
> Señor, tantos signos de admiración result

D. C.> F9

Stewart Flanaghan miró a los emperifollados cortesanos con mal disimulado desdén, a sus recargados atavíos y las innumerables joyas con que se adornaban. Desdeñaba a aquellos ostentosos y remilgados sujetos, de carnes blandas y fofas, no hechas para el trabajo duro y las penalidades. Sonrió irónico al compararlos con su fornido cuerpo
,
bronceado y de duros y acerados músculos.

Los soldados se abalanzaron sobre él, dispuestos a lavar con sangre tan monstruosa afrenta. Stewart Flanaghan tensó sus duros
y
acerados músculos, dispuesto a exhibir su maestría en las artes marciales aprendidas en una docena de mundos, pero el rey Asruroric, doceavo de su rancia estirpe

Corr.
> «Duodécimo», señor Collins. No confunda ordinales con partitiv

D. C. > F9 F9 F9 F9

duodécimo de su rancia estirpe, los detuvo con imperioso gesto. Acto seguido, ¡para asombro y escarnio de la Corte!, bajó de la tarima de platino macizo y estrechó la mano de Stewart Flanaghan, humillándose ¡nada menos que todo un rey! ante él. Asruroric XII rompió a hablar, con voz cascada por los años pero aún firme, y sus súbditos prestaron suma atención a sus palabras.

—¡Prestad suma atención a mis palabras!
—exclamó el rey.

Corr.
> Ha repetid

D.
C
>
F9 F9 F9 F9 F9 F9 F9 F9 F9 F9 F9 F9

—¡Oídme bien!
—exclamó el rey—.
¡Rindamos homenaje al extranjero venido de lejanas estrellas para librar al mágico y fascinante reino de Q'rrha'phumn'h'h'ñah'k' de las garras del caos y de la muerte! ¡Sólo alguien como él podrá salvarnos, ya que se ha atrevido a acudir a la llamada de los espíritus etéreos convocados por mi muy amada hija Vanessa! ¡Salve al extranjero, por habernos escuchado!

Todos los presentes bajaron sus testas, en señal de sumisión.

Stewarf Flanaghan
los miró por encima del hombro, sonrió cínicamente y se encaró con el anciano rey
:

—Escucha, viejo. Tengo mis motivos para aceptar este trabajito, ¿sabes?
—Sacó un cigarrillo de un bolsillo, lo encendió y expelió el humo a la cara del rey, que tosió presa de un ataque de asma—.
Pero entre ellos no figura el aguantar monsergas. Vayamos al grano de una condenada vez, ¡maldición!A los tipos rudos como yo no nos gusta perder tiempo; queremos acción.

Corr
: > Señor Collins, ¿está usted absolutamente seguro de que el jurado de la UPC no tiene en cuenta la calidad literaria de las obras?

D. C.
> Abandonar lucsomcr.l

>

5/5/10 -11:02 h.

Usuario
> D. Collins

Clave
> Burdrubrurbu

ACCESO ADMITIDO

> ppp lucsomcr.l

>

Camino de la posada
,
Stewart Flanaghan se detuvo en una de
las mugrientas callejuelas del Barrio de los Curtidores
,
para fumar
otro cigarrillo y ordenar sus ideas.

Lo tarea encomendada por el rey, como había supuesto, era prácticamente imposible de realizar. Por eso lo habían llamado, sin duda. Debía salvar al mágico y fascinante reino de Q'rrha'phumn'h'h'ñah'k' del ataque de los dragones medusoides de la Luna Negra de Shtnghrryah, unos seres malignos y obscenos, devotas de una magia cruel e inhumana, que estaban sembrando el terror con sus matanzas en los países del sur. Los dragones medusoides de la Luna Negra de Shtnghrryah pronto fijarían sus ojos en el mágico y fascinante reino deQ'rrha'phumn'h'h'ñah'k', una presa demasiado apetitosa para pasarla por alto. Y cuando ello sucediera, los supervivientes envidiarían a los muertos, ya que los dragones medusoides de la Luna Negra de Shtnghrryah los emplearían para sus obscenos e impíos experimentos de magia arcana.

BOOK: Premio UPC 1996 - Novela Corta de Ciencia Ficción
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