Read Zombi: Guía de supervivencia Online
Authors: Max Brooks
Conforme pasara el tiempo, los incendios se apagarían, las explosiones cesarían, los gritos se desvanecerían. Las zonas fortificadas empezarían a agotar sus provisiones, forzando a sus ocupantes a enfrentarse a sus atacantes no muertos durante misiones de pillaje, evacuaciones o batallas conducidas por una locura desesperada. Las bajas continuarían aumentando al igual que muchos humanos que estuvieran bien protegidos, bien equipados, pero que no tuvieran fuerza de voluntad, dejarían sus vidas en manos de la desesperación total.
A los saqueadores que hemos mencionado antes no les iría mucho mejor que al resto de los humanos. Estos bárbaros modernos se encontrarían así a causa de su falta de respeto hacia la ley, su repulsión hacia la organización y su elección de la destrucción en lugar de la creación. Su existencia nihilista y parasitaria se alimentaría de las riquezas de los otros en lugar de crear la suya propia. Esta mentalidad evita que se asienten y construyan una nueva vida. Ellos siempre están huyendo, luchando contra los no muertos sin importar dónde paren. Incluso si tienen éxito defendiéndose de esta amenaza externa, su necesidad de anarquía finalmente les encaminaría a atacarse entre ellos. Muchas de estas sociedades podrían mantenerse unidas por la fuerte personalidad de un jefe. Una vez que él o ella desapareciera, no habría nada que mantuviera al grupo unido. Una banda de gamberros que huyera en desbandada, que deambulara sin rumbo por territorio hostil, no podría sobrevivir siempre. Tras varios años, poco quedaría de estos depredadores humanos despiadados.
Más difícil decir lo que pasaría con los remanentes del gobierno. Ello dependerá en gran medida del país del que hablemos, de los recursos que tuviera antes de la crisis y del tipo de gobierno que fuera. Una sociedad que se rige por ideales como la democracia o el fundamentalismo religioso tiene mayores posibilidades de sobrevivir. Estos supervivientes no necesitarán depender del magnetismo personal (o la intimidación) de una única persona, Algún que otro dictador del Tercer Mundo podría mantener a sus acólitos juntos siempre y cuando él sobreviviera. Al igual que con las bandas de bárbaros, su muerte, o simplemente una demostración de debilidad podría significar el final del gobierno al completo.
Pero no importa lo que les ocurriera a los humanos que sobrevivieran, siempre habrá muertos andantes. Con ojos vidriosos y bocas abiertas, sus pútridas figuras cubrirán la Tierra, cazando a toda cosa viviente a su alcance. Sin lugar a dudas, algunas especies de animales se enfrentarán a su extinción. Otras que fueran capaces de escapar a este destino podrían encontrar maneras de adaptarse e incluso prosperar en un ecosistema completamente diferente.
Este mundo postapocalíptico tendrá el aspecto de un paisaje devastado: ciudades quemadas, carreteras silenciosas, casas desmoronadas, barcos abandonados oxidándose en la costa, huesos roídos y descoloridos esparcidos sobre un mundo que ahora dirigirían máquinas de carne muerta andante. Afortunadamente, no lo verás, porque antes de que esto ocurra, ¡tú ya estarás lejos de allí!
En «Defendiendo» aprendiste cómo preparar un lugar para lo que podría ser un largo asedio hasta el rescate. En «Huyendo» aprendiste cómo viajar por lo que podrían ser largas distancias hasta alcanzar la seguridad. Ahora es el momento de imaginar y prepararte para lo que sería el peor escenario posible. En este escenario, tú y tus amigos más cercanos y tu familia debéis ser capaces de escapar de la civilización, encontrar un rincón remoto y deshabitado de nuestro planeta (hay más de los que piensas), y reconstruir vuestra vida desde cero. Imagina a un grupo de supervivientes de un naufragio en una isla, o a una colonia de humanos en un nuevo planeta. Esta debe ser tu actitud si quieres sobrevivir. Nadie viene a salvarte, no hay plan de rescate. No hay fuerzas amigas a las que dirigirse, no hay líneas de batalla tras las que esconderse. ¡Tu antigua vida ha desaparecido para siempre! La nueva, en términos tanto de calidad como de duración, dependerá por completo de ti. Por muy horrible que esta posibilidad suene, recuerda que los humanos nos hemos adaptado y reconstruido desde el comienzo de nuestra historia. Incluso hoy en día, cuando la sociedad parece que nos ha ablandado más allá de la redención, el deseo por sobrevivir es profundo en nuestros genes. De forma irónica, en el peor escenario posible, el mayor desafío será enfrentarse al día a día de la vida y no los muertos vivientes. De hecho, si tu estrategia para sobrevivir funciona a la perfección, podrías no ver a un zombi jamás. Tu objetivo es crear un pequeño microcosmos del mundo seguro, equipado con todo lo que necesitarás no sólo para sobrevivir, sino para mantener una pizca de civilización.
¿Y cuándo es el mejor momento para empezar? ¡Inmediatamente! Una guerra total podría no tener lugar nunca. Podrían faltar años. ¿Pero y si es pronto? ¿Y si un brote de clase 1 ha empezado ya y no está controlado? ¿Qué pasa si ha empezado un brote de clase 2 o incluso de clase 3 en un país totalitario donde la prensa está muy censurada? Si es así, la guerra total podría estar a pocos meses. Con toda probabilidad, este no es el caso. Pero ¿hay alguna razón para no estar preparado? A diferencia de abastecerse para un asedio, prepararse para recrear un pequeño rincón de civilización lleva mucho tiempo. Cuanto más tiempo tengas, en mejor posición estarás. ¿Significa eso que debes abandonar tu vida entera y no hacer nada sino prepararte para el fin del mundo? Por supuesto que no. Este texto está preparado para coincidir con la media del estilo de vida convencional del ciudadano. Sin embargo, la preparación mínima llevaría no menos de 1500 horas. Incluso si se distribuye en el transcurso de varios años, esta es una cantidad extraordinaria de tiempo. Si crees que puedes lograrlo preparándolo todo en el último momento, por supuesto no muevas un dedo ahora. Pero deberías pensártelo dos veces antes de comenzar a construir tu arca cuando haya empezado a llover ya.
1. REÚNE UN GRUPO:
Como detallamos en capítulos anteriores, la respuesta colectiva siempre es preferible a un intento individual. Un grupo aumentará tus recursos financieros, permitiéndote la adquisición de una cantidad de terreno y equipo mayor. Al igual que en un asedio, estarán disponibles también una gran variedad de habilidades. A diferencia de un asedio, donde serás afortunado con cualquier talento que encuentres, preparar el peor escenario posible te deja tiempo para entrenar a los miembros de tu grupo en cualquier habilidad que necesites. Por ejemplo, ¿cuántos herreros conoces? ¿Cuántos doctores pueden encontrar medicinas en la naturaleza? ¿Cuántos verdaderos urbanitas saben algo sobre ganadería? La especialización también permite una preparación más rápida (un equipo explora el posible terreno mientras otro adquiere el equipo, etc.). Durante la crisis, puedes enviar a uno o a varios miembros del grupo a la zona segura designada para prepararla si la situación empeora. Por supuesto, hay peligros potenciales. A diferencia de los relativamente cortos asedios de áreas protegidas, el superviviente a largo plazo puede encontrarse con problemas sociales desconocidos para la sociedad moderna. La gente que cree que la ayuda finalmente llegará es mucho más probable que permanezca leal que aquellos que saben que el futuro es lo que ellos hagan. El descontento, los motines, incluso los derramamientos de sangre, siempre son una posibilidad. ¡Estate preparado! He aquí el mantra de este manual. Toma varias clases de liderazgo y de dinámica de grupo. Los libros y lecturas de psicología básica humana son siempre una obligación. Este aprendizaje será importante en la elección de los miembros y la forma de gobernarlos a continuación.
Reiterando declaraciones anteriores, formar un grupo de individuos que cooperan durante un largo periodo de tiempo es la tarea más complicada de la Tierra. Sin embargo, si se consigue, este grupo será capaz de cualquier cosa.
2. ¡ESTUDIA, ESTUDIA, ESTUDIA!:
Decir que tendrás que empezar desde la primera casilla es inexacto. Nuestros ancestros se encontraron en esta posición porque el saber se tardó mucho en descubrir, acumular e intercambiar. Tu mayor ventaja sobre los primeros primates conscientes será miles de años de experiencia puestos al alcance de tu mano. Incluso si te encontraras en un entorno desolador y hostil sin ninguna clase de herramienta, el conocimiento almacenado en tu cerebro te situaría a años luz del Neandertal mejor equipado. Además de los manuales de supervivencia comunes, también deberías añadir trabajos sobre otros tipos de escenarios en el peor de los casos. Se han publicado muchos libros relacionados con la supervivencia en territorio salvaje durante una guerra nuclear. Asegúrate de que estén lo más actualizados posible. Las historias sobre supervivientes reales también serán de gran ayuda. Los relatos sobre naufragios, accidentes de avión, incluso sobre los primeros colonizadores europeos contienen un tesoro oculto de las cosas que deben y no deben hacerse. Aprende sobre nuestros ancestros y cómo se adaptaron a su entorno. Los relatos de ficción, siempre que estén basados en la realidad, también pueden ser de ayuda, como Las aventuras de Robinson Crusoe. Absorber todas estas historias, de ficción o basadas en hechos reales, te ayudará a darte cuenta de que no eres el primero en enfrentarte a tal hazaña. Saber que ya se ha hecho debería ser una influencia tranquilizadora cuando te embarcas hacia tu nueva vida.
3. ABANDONA POCO A POCO LOS ARTÍCULOS DE LUJO:
La mayoría de nosotros soñamos con una dieta más simple y nutritiva. «Estoy dejando el café», «Tengo que tomar menos azúcar», «Intento comer más ensaladas» son frases que decimos y escuchamos con frecuencia en el día a día. Vivir un brote de clase 4 no te dejará mucha elección. Incluso en las condiciones ideales, sería imposible plantar o producir toda la comida y los productos químicos de los que disfrutas ahora. Pasar de tanto a nada de la noche a la mañana puede suponer un tremendo golpe para tu sistema. En lugar de eso, comienza a reducir los alimentos y los artículos de lujo que no tendrás en tu nuevo hogar. Obviamente, necesitarás saber cuál es este nuevo entorno y qué serás capaz de producir en él. Aunque no hagamos ahora una lista larga, el sentido común te dirá exactamente con lo que puedes vivir y con lo que no. Por ejemplo, por mucho que te gusten, el tabaco y el alcohol no forman parte de la fisiología humana. El deseo de vitaminas, minerales y azúcares pueden satisfacerlo los alimentos naturales. Incluso ciertos medicamentos como los calmantes leves pueden sustituirse por habilidades como la digitopuntura, varias técnicas de masajes o incluso, simple y llanamente, la meditación. Todas estas sugerencias pueden sonar algo extrañas o de biohippie para nuestra práctica sociedad occidental. Aunque recuerda que muchas de estas dietas y técnicas de curación no nacieron de la depresión del norte de California, sino de las sociedades del Tercer Mundo donde los recursos eran y son escasos. Ten siempre presente lo derrochadores que son los estadounidenses en comparación con el resto del planeta. Estudiar a los «menos afortunados», como así les llaman, podría permitirte comprender cómo tratar problemas con medios, si no tan cómodos, más simples.
4. PERMANECE VIGILANTE:
Desarrollar planes para un brote de clase 4 debería comenzar durante las primeras etapas de un clase 1. A la primera señal de un brote (homicidios extraños, personas desaparecidas, enfermedades insólitas, prensa contradictoria, intervención del gobierno), ponte en contacto con todos los miembros de tu grupo. Comienza a discutir vuestros planes de evacuación. Asegúrate de que no ha cambiado ninguna de las leyes sobre desplazamiento, permisos, licencias de equipo, etc. Si el brote aumenta a clase 2, prepárate para desplazarte. Cataloga y empaqueta todo tu equipo. Envía una patrulla de reconocimiento para preparar la zona segura. Empieza la primera etapa de tu coartada. (Si es el funeral de un ser querido, comenta que el ser querido está enfermo.) Prepárate para irte de un momento a otro. Una vez que el brote aumenta a clase 3, ¡lárgate!
5. ¡HASTA EL FIN DEL MUNDO!:
Puedes sentir la tentación de quedarte para siempre en tu casa o en tu fortaleza contra los zombis recientemente construida en lugar de dirigirte a territorio salvaje. Esto no es recomendable. Incluso si vives en alguna especie de complejo bien provisto y protegido, con medios para producir comida y agua para las próximas décadas, las posibilidades de que sobrevivas son insignificantes. En un futuro inmediato, las ciudades se convertirán en el centro de un combate cruel entre los vivos y los muertos. Aunque tu fortaleza sobreviviera a estas batallas callejeras, finalmente serías víctima de las extremas medidas militares, como el bombardeo masivo. Como se discutió anteriormente en «Defendiendo», los centros urbanos son las zonas más propensas a sufrir accidentes industriales, incendios grandes y demás. Dicho de forma simple: Quédate en la ciudad y tendrás muy pocas o ninguna posibilidad de sobrevivir. Las zonas residenciales o incluso los asentamientos cercanos al campo correrán más o menos la misma suerte. Conforme aumenta el número de muertos vivientes, con toda certeza acabarán encontrando tu vivienda. Un asedio que empieza con docenas de zombis, pasará a cientos de ellos, miles, y después cientos de miles en poco tiempo. Cuando te encuentren, nunca se irán, en todo caso, los gemidos, el alarido conjunto de varios miles de zombis, alertará a otros cientos de miles que se encuentren lejos de allí. En teoría, podrías verte asediado por más de un millón de zombis.
Por supuesto, puede que no llegues a eso. Si tu fortaleza está en los estados centrales de Estados Unidos, las Grandes Llanuras o incluso en las Montañas Rocosas, las posibilidades de que te asedien un millón de zombis son escasas (¡aunque no es imposible!). En estos lugares, sin embargo, hay mayor posibilidad de encontrar bandidos. No sabemos exactamente cómo serán estos bandoleros del futuro si viajarán en motocicletas o a caballo, si llevarán espadas o armamento militar. Lo que sí sabemos es que siempre estarán a la busca de botín. Conforme pasa el tiempo esto podría significar mujeres. Más tarde podría significar niños para esclavizarlos o convertirlos en nuevos guerreros. Y, por si la amenaza zombi no fuera lo suficientemente mala, estos matones podrían finalmente mirar a sus compañeros humanos como desesperada fuente de comida. Si descubren tu recinto, atacarán. Aunque rechaces con fuerza el asalto, un superviviente es suficiente para poner tu fortaleza para siempre en los mapas. Hasta que estas bandas se autodestruyan finalmente, siempre serás su objetivo. Así que cuando huyas, tendrá que ser muy lejos de la civilización. Lejos, pero no donde lo único que veas sea la carretera. No debe haber carretera, ni tendido eléctrico, ni líneas telefónicas, ¡nada! Debe estar en los márgenes del globo, un lugar no habitado por los humanos. Debe estar lo suficientemente lejos para dificultar la migración de los zombis, que haga un asalto bandido impracticable y el riesgo de la lluvia radiactiva y de los ataques militares insignificante. Sin volar a otro planeta o colonizar el fondo del océano, el refugio debe encontrarse tan lejos como sea posible de los focos de población.