Zombi: Guía de supervivencia (23 page)

BOOK: Zombi: Guía de supervivencia
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D. La habilidad de atrapar y preparar la comida sin usar combustible no renovable. En otras palabras, cocina de propano.

E. Conocimiento completo de cada animal y planta acuáticos. Todas las vitaminas y minerales que se obtienen en tierra pueden reemplazarse por un sustituto marino.

F. Un equipo completo de emergencia para cada miembro del grupo por si os vierais en la necesidad de abandonar el barco.

G. Conocer la localización de un refugio seguro. Todos los barcos necesitan un puerto, sin importar lo primitivo que sea. Podría ser un conjunto de rocas en Canadá o algún atolón yermo en el Pacífico. Da igual cuál sea; a menos que durante una tormenta sepas dónde se encuentra tu puerto, lo habrás, literalmente y en sentido figurado, hundido.

Teniendo en cuenta todo esto, debería ser más sencillo simplemente reducir tus condiciones de vida. Usa tu barco como casa móvil mientras buscas comida de islote en islote, o de costa a costa. Aun así, vigila que no haya zombis en las aguas menos profundas, y siempre, siempre, ¡vigila el ancla! En teoría, es posible llevar esta clase de vida, pero no es recomendable.

DURACIÓN

¿Cuánto tiempo tendrás que llevar esta existencia primitiva? ¿Cuánto tiempo ha de pasar para que los zombis se desintegren hasta convertirse en polvo? ¿Cuánto tiempo has de esperar antes de que la vida pueda volver aunque sea a una apariencia de normalidad? Lamentablemente, no hay cifra exacta. El primer zombi que aparezca tardará, a menos que se congele, embalsame o se preserve de cualquier otro modo, cinco años en descomponerse por completo. Sin embargo, para cuando los no muertos dominen el mundo podrían haber pasado ya diez años. (Recuerda, huirás cuando la guerra comience, no cuando acabe.) Cuando los zombis realmente dominen el planeta y ya no haya más humanos nuevos que infectar, realmente llevará cinco años que la mayoría de ellos se pudran. El clima seco y el frío preservarán a muchos, manteniéndolos operativos potencialmente durante décadas. Los bandidos, los refugiados y otros supervivientes como tú pueden convertirse más tarde en presas, añadiendo una nueva pero más pequeña generación a la antigua y decadente horda. Para cuando estos se conviertan en polvo, el único no muerto que quede será el que se haya conservado artificialmente o se haya congelado constantemente cada invierno. Tendrás que vigilar durante décadas su llegada. Tus hijos, e incluso los hijos de tus hijos, tendrán que tener cuidado con ellos. ¿Pero cuándo será seguro salir?

Año 1: Se declara el estado de emergencia. Huyes. Tus defensas están construidas; tu complejo está establecido. El trabajo se ha repartido. Comienza una nueva vida. Todo este tiempo controlas las emisiones de radio y televisión poniendo especial atención al desarrollo del conflicto.

Año 5 a 10: En algún lugar durante este periodo, la guerra termina. Han ganado los muertos. Ya no se recibe ninguna señal. Supones que han invadido todo el planeta. Continúas con tu vida, prestando especial atención a defenderte ya que los bandidos y los refugiados podrían empezar a entrar en tu zona.

Año 20: Tras dos décadas de aislamiento, consideras enviar una partida de reconocimiento. Al hacerlo te arriesgarás a ser descubierto. Si la partida no vuelve para una fecha fijada asumes que se han perdido, quizá incluso hayan divulgado tu localización. Permaneces escondido. No envías una nueva patrulla de reconocimiento y te preparas para la batalla. No enviarás otra partida de búsqueda hasta que pasen al menos cinco años y te preparas para la batalla. Si los exploradores vuelven, lo que hayan encontrado determinará tu siguiente paso.

Tus exploradores encontrarán un nuevo mundo en el que prevalece uno de estos tres escenarios:

1. Los zombis aún vagan por la Tierra. Entre los que se conservaron artificialmente y los que se congelaban cada invierno continúan existiendo millones. Aunque pueden ser infrecuentes, uno por cada tres kilómetros cuadrados, siguen siendo el depredador dominante del planeta. Casi toda la humanidad ha desaparecido. Aquellos que han sobrevivido permanecen escondidos.

2. Quedan pocos no muertos. La descomposición y la guerra constante han tenido su efecto. Quizá sólo se encuentra un zombi cada cien o más kilómetros. La humanidad ha comenzado a reaparecer. Grupos de supervivientes se han reagrupado y se están esforzando en reconstruir la sociedad. Esto podría tomar muchas formas, desde una colectividad armoniosa entre ciudadanos que respetan la ley hasta una sociedad feudal y caótica de bárbaros y señores de la guerra. De darse esta última, sería razón suficiente para permanecer escondido. Existe la posibilidad, sin importar lo pequeño que sea, de que todos o algunos de los gobiernos que estaban en el exilio den finalmente la cara. Armados con sus vestigios militares y de la policía, equipados con la tecnología almacenada y los conocimientos técnicos archivados intentan, con éxito, situar a la humanidad en un proceso lento pero continuo para restablecer el dominio global.

3. Nada ha sobrevivido. Antes de pudrirse finalmente, los muertos vivientes han eliminado todo vestigio de la humanidad. Los refugiados han sido devorados. Los bandidos o se han matado entre ellos o han sucumbido a los ataques de los gules. Los campamentos de supervivientes han caído ante un ataque, una enfermedad, la violencia interna o simplemente el hastío. Es un mundo silencioso, carente de toda actividad zombi o humana. Aparte del susurro del viento en las hojas, las olas rompiendo en la orilla y el gorjeo y la llamada de la fauna que quede, la Tierra ha encontrado una paz escalofriante no conocida en millones de años.

No importa cuál sea la situación de los humanos (o de los no muertos), el reino animal sufrirá su propia metamorfosis. Cualquier criatura incapaz de escapar será devorada por los muertos vivientes. Esto llevará casi a la extinción a muchas especies de animales de pasto, el alimento principal de los depredadores más grandes. Las aves rapaces también se enfrentarán al hambre, al igual que las aves carroñeras (recuerda que incluso después de que un zombi muera, la carne continúa envenenada). Incluso los insectos, dependiendo de su tamaño y velocidad, pueden ser el objetivo de zombis ambulantes. Es difícil decir qué formas de la vida salvaje heredarán la Tierra. Lo que se puede decir es que el mundo de los no muertos tendrá tanto o más impacto en el ecosistema global como la última Edad de Hielo.

¿Y ENTONCES QUÉ?

La ficción postapocalíptica normalmente muestra a los supervivientes de una nueva era reconquistando su mundo en pasos dramáticos, como la recuperación de una ciudad entera. Aunque esto crea una imaginería excitante, especialmente en emotivas películas, no representa un medio seguro y eficiente de recolonización. En lugar de cruzar el puente de George Washington para repoblar Manhattan, una postura más segura, inteligente conservadora de hacerlo sería ampliar tu espacio vital existente o migrar a un área mejor y, si se puede, relativamente aislada. Por ejemplo, si has construido tu hogar en una isla pequeña, la mejor opción sería ir a una isla más grande y que estuviera habitada antes, acabar con los zombis que queden y reclamar las estructuras abandonadas como tu nuevo hogar. En tierra, el equivalente podría ser, por ejemplo, migrar del desierto o la tundra helada a la ciudad más cercana que esté abandonada. Con manuales de supervivencia para el peor de los casos, al igual que muchos textos históricos, serán tu mejor guía para su reconstrucción completa. Lo que no pueden enseñarte a hacer y lo que debes hacer es cerciorarte de que tu nuevo y más civilizado hogar ¡sea seguro! Recuerda: El tuyo es el único gobierno, el único cuerpo de policía, el único ejército alrededor. La seguridad será responsabilidad tuya y aunque el peligro inmediato tal vez ya ha pasado, nunca debes darlo por sentado. No importa lo que te encuentres y tampoco los riesgos a los que te enfrentes, siéntete reconfortado al saber que has sobrevivido a una catástrofe jamás vista desde la extinción de los dinosaurios, en un mundo comandado por los muertos vivientes.

ATAQUES REGISTRADOS

Esta no es una lista de todos los ataques zombi a través de la historia. Este apartado simplemente relata todos los ataques cuya información se ha documentado, ha sobrevivido y ha hecho pública el autor de este libro. Los relatos de sociedades con una historia oral han sido más difíciles de adquirir. Demasiado a menudo estas historias se han perdido cuando sus sociedades se han fragmentado como resultado de la guerra, la esclavitud, los desastres naturales o simplemente la corrupción de la modernización internacional. Quién sabe cuántas historias, cuánta información vital —tal vez incluso una cura— se han perdido a través de los siglos. Incluso en una sociedad tan bien informada como la nuestra, sólo se registra una fracción de los brotes. En parte, esto se debe a varias organizaciones políticas y religiosas que juraron guardar en secreto todo conocimiento sobre los muertos vivientes. Esto también se debe a la ignorancia de un brote zombi. Aquellos que sospechan la verdad pero temen por su credibilidad, en la mayoría de los casos, ocultarán la información. Esto nos deja una lista corta pero bien documentada. Nota: Estos eventos se han ordenado en el orden cronológico de incidencia, no de descubrimiento.

60.000 A. C, KATANDA, ÁFRICA CENTRAL

Recientes expediciones arqueológicas descubrieron una cueva a orillas de la zona alta del río Semliki que contenía trece cráneos. Todos habían sido aplastados. Muy cerca de ellos había una gran pila de cenizas fosilizadas. Los análisis en los laboratorios determinaron que las cenizas eran los restos de trece Homo sapiens. En la pared de la cueva hay pintada una figura humana, con las manos alzadas en postura amenazadora y una mirada diabólica. Dentro de su enorme boca está el cuerpo de otro humano, este descubrimiento no ha sido aceptado como un incidente zombi auténtico. Una corriente de opinión afirma que los cráneos aplastados y los cuerpos quemados eran un modo de deshacerse de los gules, mientras el dibujo de la cueva sirve de aviso. Otros académicos solicitan algún tipo de prueba física, como un resto de Solanum fosilizado. Aún se están esperando los resultados, Si se confirma la autenticidad en Katanda, surgirá en nuestras cabezas la siguiente pregunta: ¿Por qué pasó un intervalo de tiempo tan grande entre este primer brote y el que le sigue?

3000 A. C, HIERACÓMPOLIS, EGIPTO

En 1892, una excavación británica desenterró una tumba sin inscripción. No pudieron encontrarse pistas que revelaran quién era la persona que la ocupaba ni nada sobre su posición en la sociedad. El cuerpo fue encontrado fuera de la cripta abierta, hecho un ovillo en una esquina y sólo parcialmente descompuesto.

Miles de marcas de arañazos adornaban la superficie del interior de la tumba, como si el cadáver hubiera intentado abrirse camino hacia el exterior. ¡Los expertos forenses revelaron que las marcas se habían hecho durante un periodo de varios años! El cuerpo mismo tenía varias marcas de mordiscos en el radio derecho. La marca de los dientes mostraba que eran humanos. La autopsia completa reveló que el cerebro seco y parcialmente descompuesto no sólo correspondía a los que están infectados con Solanum (el lóbulo frontal había desaparecido por completo) sino que también contenía restos del virus. Existe en la actualidad un debate enfurecido sobre si este caso provocó o no que los últimos egipcios extrajeran el cerebro a las momias.

500 A. C, ÁFRICA

Durante el viaje para explorar y colonizar la costa occidental del continente, Hanno de Cartago, uno de los antiguos marineros más famosos de la civilización occidental, escribió en su diario de a bordo:

A la orilla de una gran jungla, donde las verdes colinas esconden sus copas sobre las nubes, mandé una expedición tierra adentro en busca de agua dulce. [....] Nuestros adivinos nos advirtieron sobre esta expedición. Según ellos se trataba de una tierra maldita, lugar de demonios abandonado por los dioses. Ignoré tales advertencias y pagué el precio más alto. [ . . .] De treinta y cinco hombres que envié, sólo siete regresaron. [ . . .] Los supervivientes sollozaban un cuento sobre monstruos de la jungla. Hombres con colmillos de serpiente, garras de leopardo y ojos que ardían como las llamas del Infierno. Las espadas de bronce les cortaban la carne, pero no sangraban. Se alimentaron de nuestros marineros y el viento se llevó sus llantos [ . . .] nuestros adivinos nos alertaron sobre los supervivientes que habían sido heridos, afirmando que traerían dolor a todo aquel que los tocara. [ . . .] Nos apresuramos hacia los barcos y abandonamos a aquellas pobres almas en aquella tierra de hombres-bestia. Que los dioses me perdonen.

Como saben la mayoría de lectores, mucho del trabajo de Hanno resulta polémico y es tema de debate entre los historiadores académicos. Dado que Hanno también describió un enfrentamiento con grandes criaturas parecidas a los monos que él apodó «gorilas» (los gorilas actuales nunca han habitado esa parte del continente) puede deducirse que ambos incidentes son producto tanto de su imaginación como de la de los historiadores posteriores. Incluso si tenemos en cuenta esto y sin considerar la exageración obvia de los colmillos de serpiente, las garras de leopardo y los ojos ardientes, la descripción básica de Hanno se acerca bastante a la de los muertos andantes.

329 A. C, AFGANISTÁN

Una columna macedonia sin nombre, construida por el legendario conquistador Alejandro Magno, fue visitada muchas veces por las fuerzas soviéticas especiales durante su propia guerra de ocupación. A ocho kilómetros de este monumento, una unidad descubrió los restos antiguos de lo que se creyó que eran unas instalaciones militares del ejército heleno. Entre otros objetos, había una vasija de bronce pequeña. El dibujo de la inscripción mostraba: (1) un hombre mordiendo a otro hombre; (2) la víctima yaciendo en el lecho de muerte; (3) la víctima volvía de nuevo a la vida, y de nuevo volvía a (1) mordiendo a otro hombre. La naturaleza circular de esta vasija, al igual que los dibujos en sí mismos, podrían ser la prueba de un brote no muerto que Alejandro presenció o que le relató alguien de las tribus locales.

212 A. C, CHINA

Durante la dinastía Qin, todos los libros no relacionados con asuntos prácticos como la agricultura o la construcción fueron quemados por orden del emperador para protegerse contra «pensamientos peligrosos». Nunca sabremos si los relatos sobre los ataques zombis terminaron en llamas. Esta sección oculta de un manuscrito médico, preservado dentro de la pared de la casa de un erudito chino que fue ejecutado, podría ser la prueba de tales ataques:

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