Cuentos completos (464 page)

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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Ciencia Ficción, Misterio, Fantástica, Cuentos

BOOK: Cuentos completos
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—Pero ¿qué? —preguntó Drake.

—No te preocupes —dijo Avalon, y levantó un dedo admonitorio—. Estoy pensando en algo. Manny, ¿no se utiliza en la Biblia la voz "Rahab" como sinónimo poético de Egipto?

—Sí, tienes razón —dijo Rubin en el colmo de la exaltación—. En algún lugar de los Salmos, creo. —Volvió las páginas musitando—. Ojalá tuviéramos un diccionario bíblico. Es algo que el club debería comprar y agregar a los libros de consulta. ¡Por Dios, aquí está! —gritó—. El cuarto verso del Salmo 87: Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí Palestina y Tiro con Etiopía.

—¿Cómo sabes que Rahab significa Egipto, allí? —preguntó Gonzalo.

—Porque a todo lo largo de la historia del Antiguo Testamento, los grandes poderes rivales fueron el del Valle del Tigris y el Eufrates y el del Nilo. Babilonia tipifica claramente al primero, de modo que Rahab simboliza al último. No hay ninguna discusión sobre eso. Los estudiosos de la Biblia concuerdan en que Rahab simboliza a Egipto en este caso.

—Si es así —dijo Avalon—, no creo que tengamos que recurrir a Henry. Sospecho que es a Miss Egipto a quien nuestro misterioso amigo busca. Y eso tiene sentido, también. Hay un par de millones de judíos en esta ciudad; y considerando la actual situación entre Israel y Egipto, cualquiera de ellos que esté un poco trastornado, puede sentirse tentado de amenazar a Miss Egipto.

—Interesante. Sólo que existe un problema —dijo Gordon.

—¿Cuál, señor?

—No hay ninguna Miss Egipto. El concurso de Miss Universo, según ustedes verán, no es tan simple como el concurso a Miss E.U.A., pues en éste ustedes se encuentran con una participante de cada uno de los cincuenta Estados, porque la política exterior no cuenta en absoluto. En el concurso Miss Universo, las naciones hostiles a los Estados Unidos, o aquellas que consideran decadentes los concursos de belleza, no participan. Este año, ningún estado árabe está representado. Por otro lado, algunas naciones están representadas por más de una concursante, cada una de ellas bajo un nombre diferente. Algunos años atrás, por lo que yo sé, hubo dos bellezas alemanas. Llamaron Miss Alemania a la que recibió más votos y, a la otra, Miss Bavaria.

Avalon estaba claramente molesto.

—Si no existe Miss Egipto, no sé qué puede significar "Rahab" —concluyó.

—¿Qué quiere decir en la Biblia? —preguntó Gonzalo—. ¿Por qué le dan ese nombre a Egipto? Tiene que haber una razón.

—Bueno —dijo Rubin—, Egipto era un reino a orillas de un río y Rahab era un nombre relacionado con las aguas. En realidad era un vestigio mítico de la leyenda pre-israelita de la creación. Los Sumerios creían que la tierra había sido creada del mar. Veían al mar como un enorme monstruo llamado Tiamat, que debía ser dividido en dos para que la tierra emergiera entre sus mitades. En la mitología babilónica, fue Mardoc quien mató a Tiamat.

»Los escritores sacerdotales del primer libro del Génesis barrieron con los mitos babilónicos y eliminaron el politeísmo, pero quedaron vestigios. Según el capítulo I, versículo 2, del Génesis, al principio, antes del primer día de la creación, la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Bien; la palabra hebrea traducida como "el abismo" es "tehom", y algunos comentaristas creen que ésta es una versión de Tiamat y que este versículo es todo lo que queda de aquella lucha cósmica.

—Eso me parece muy rebuscado —dijo Drake.

—No sé. Hay algunos versículos aislados en la Biblia que parecen referirse a aquel mito de la creación, que era más antiguo y menos sofisticado. Hay uno casi al final de Isaías… Veamos si puedo encontrarlo… Solía saber dónde estaban todas estas citas. —Volvía las páginas, enfervorizado, una tras otra, sin prestar atención a la copa de coñac que Henry había puesto frente a él. Gordon bebía el suyo y lo observaba tranquilamente, sin intentar detenerlo ni llevar la discusión al punto inicial.

—¿A dónde conduce todo esto? —intervino Trumbull, empero.

Rubin agitó las manos excitado.

—¡Lo encontré, lo encontré! Escuchen esto: Isaías, capítulo 51, versículo 9: Despiértate, despiértate, vístete de fortaleza, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab y el que hirió al dragón? ¿Ven?: "cortó a Rahab" e "hirió al dragón" es otro ejemplo de paralelismo. Rahab y el dragón son expresiones equivalentes que simbolizan al océano embravecido que debe ser derrotado y dividido para que pueda crearse la tierra. Algunos comentaristas sostienen que ésta es una referencia a Egipto ya la división del mar Rojo; pero, en mi opinión, es indudablemente una versión de la lucha con Tiamat.

La frente de Rubin traspiraba profusamente mientras él continuaba agitando su mano izquierda pidiendo silencio en tanto volvía las páginas con la derecha.

—Hay algunas referencias a esto en los Salmos, también. Puedo encontrarlas si me conceden un minuto solamente. ¡Ah! Salmo 89, versos 9 y 10: Tú tienes dominio sobre la bravura de la mar: cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas. Tú quebrantaste a Rahab como a un muerto. Y hay otro más: salmo 74, versos 13 y 14: Tú hendiste la mar con tu fortaleza: quebrantaste cabezas de ballenas en las aguas. Tú magullaste las cabezas del Leviatán. Leviatán era otro nombre del océano primitivo.

—¡Maldito seas, Manny! ¿Te crees un predicador? —aulló Trumbull—. ¿A dónde nos lleva todo esto?

Rubin levantó los ojos indignado y cerró la Biblia.

—Si me permites hablar, Tom —dijo con exagerada dignidad— y reprimes tu tendencia a aullar, te lo diré. —Echó una mirada imponente a su alrededor—. Ahora sospecho que, para el tipo que escribió esta nota, Rahab simboliza el poder del océano. ¿Quién es hoy, la potencia de los mares? ¿Quién controla los océanos? Los Estados Unidos. Con nuestros porta-aviones, nuestros submarinos nucleares, nuestros misiles Polaris, tenemos el poder de Rahab. Creo que quizá quiera atentar contra Miss Estados Unidos.

—¿Te parece? —preguntó Halsted—. Los Estados Unidos son la mayor potencia marítima sólo desde la Segunda Guerra Mundial. No han tenido tiempo de entrar en la leyenda. La leyenda y la historia le cantan a Gran Bretaña como reina de los mares. Recuerda lo de "Britania, reina en las aguas". Yo voto por Miss Gran Bretaña.

—No hay ninguna Miss Gran Bretaña, pero hay una Miss Inglaterra —aclaró Gordon.

—Muy bien. Voto por Miss Inglaterra.

—No hay modo de saber qué pasa por la cabeza de ese loco —dijo Drake—. Quizás haya utilizado ese nombre para indicar su manera de actuar. Rubin mencionó eso de "magullaste las cabezas" y "quebrantaste" al citar los versos de los salmos. Quizás el autor de la nota quiso decir que usaría algún instrumento pesado…

—Uno de los versos decía "cortó a Rahab" —dijo Rubin meneando la cabeza.

—Si Rahab es un adversario de Dios —hizo notar Gonzalo—, el autor puede haber pensado en los nazis. Jeff dijo que podría ser un judío que buscase a Miss Egipto; ¿por qué no a Miss Alemania?

—¿Por qué necesariamente judío? —observó Trumbull—. La mayoría de los fundamentalistas son protestantes y en su época se han dirigido al Papa con términos bastante fuertes. Lo llama "la prostituta de Babilonia", y para algunos de ellos Rahab fue una prostituta. No creo que haya una Miss Ciudad del Vaticano; pero ¿y si fuera Miss Italia?

—Perdonen, caballeros —intervino Henry. Gordon alzó los ojos.

—¡Ah!, ¿tiene alguna sugerencia, Henry?

—Sí, señor. Si es útil o no, no lo sé… Usted dijo, Sr. Gordon, que las reglas son más bien flexibles en el concurso de Miss Universo en lo que respecta a las naciones representadas. Algunas naciones no tienen representantes, algunas tienen dos o más bajo diferentes nombres. Usted mencionó a una Miss Alemania ya una Miss Bavaria, por ejemplo.

—Así es —dijo Gordon.

—Y dijo, además, que no había una Miss Gran Bretaña, pero sí una Miss Inglaterra.

—Es cierto.

—Que haya una Miss Inglaterra ¿implica la existencia de una Miss Escocia, también?

—En realidad, sí. —Gordon entrecerró los ojos—. Además hay una Miss Irlanda y una Miss Irlanda del Norte, también.

Gonzalo colocó ambas manos sobre la mesa.

—Apuesto a que sé a lo que Henry quiere llegar. Si el autor de la nota es irlandés, puede ser que ande detrás de Miss Irlanda del Norte. Consideraría que ella representa una división política que es un títere de Inglaterra e Inglaterra es quien gobierna los mares y es Rahab. Henry sacudió la cabeza.

—No es tan complicado, según creo. Siempre he pensado que, en igualdad de condiciones, la explicación más simple es la mejor.

—La ley de Occam —susurró Avalon.

—Debo admitir —dijo Henry— que nunca había oído hablar de Rahab hasta ahora, pero la explicación del Sr. Rubin fue muy, reveladora. Si Rahab es un monstruo que representa al mar, y si este monstruo también suele ser llamado Leviatán, y si Le… viatán es el nombre que se le da a un monstruo marino real, el más grande que existe, ¿por qué no podría referirse el autor a Miss Gales?

—¡Ah! —exclamó Gordon. Henry se volvió hacia él.

—¿Era ésa la respuesta, Sr. Gordon?

—Es una posibilidad —admitió Gordon, gravemente.

—No, Sr. Gordon —dijo Henry—. Usted sabe mucho más de lo que ha dicho. Vino acá a ponerme a prueba. ¿Cómo puede ponerme a prueba con una adivinanza cuya respuesta no conoce?

Gordon lanzó una carcajada.

—Gana nuevamente, Henry —dijo—. Todo lo que les he dicho es verídico, excepto que sucedió el año pasado. La persona en cuestión fue atrapada. Llevaba un cuchillo en la mano, pero no era realmente peligrosa. Se rindió sin resistirse y ahora se encuentra en un hospital psiquiátrico. Era bastante incoherente. Nunca supimos con certeza cuáles fueron sus motivos, excepto que él estaba convencido de que su víctima era particularmente malvada. El inconveniente fue que tuvimos que asignar una buena cantidad de hombres a este caso y nunca descubrimos qué era lo que Rahab significaba… Pero cuando lo detuvimos se dirigía al camarín de Miss Gales. Tendríamos que haberlo tenido con nosotros el año pasado, Henry. Es usted un detective excepcional.

—Son loS Viudos Negros, señor. Ellos analizan el enigma; yo sólo recojo lo que queda.

Broadway y sus canciones de cuna (1974)

“The Lullaby of Broadway “

Por primera vez en la historia de los Viudos Negros, el banquete mensual se celebraba en un departamento privado. Emmanuel Rubin había insistido en términos parlamentarios, mientras su barba rala se sacudía furiosa de un lado a otro.

Él sería presidente la próxima vez, había dicho, y el presidente era monarca absoluto dentro de las cláusulas del reglamento. Pero en ningún lado de éste se determinaba específicamente el lugar de reunión.

—De acuerdo con las tradiciones —comenzó a decir Geoffrey Avalon con esa solemnidad que lo caracterizaba—, siempre nos hemos reunido aquí.

—Si la tradición es el amo —dijo Rubin—, ¿para qué existe el reglamento?

Y al final consiguió lo que quería, al concluir diciendo que era un cocinero magistral. Entonces Mario Gonzalo sonrió.

—Vamos para oler cómo quema las hamburguesas —dijo.

—Jamás sirvo hamburguesas —dijo Rubin acaloradamente, pero ya todo el mundo había aceptado la invitación. Avalon y James Drake habían llegado en el mismo tren desde el otro lado del Hudson y estaban en el vestíbulo del edificio de departamentos de Rubin, en West Side, esperando que el portero les prestara atención. Era evidente que no podrían entrar sin el permiso del portero, a menos que recurrieran a la violencia.

—Es la mentalidad de fortaleza —musitó Avalon—. La misma que hay en toda Nueva York. No puedes ir a ningún lado sin que te observen estos ojos de lince y te registren de armas.

—Tienes razón —dijo Drake con su voz ronca y suave, y encendió un cigarrillo—. Es mejor eso a que te asalten en el ascensor.

—Supongo que sí —dijo Avalon sombríamente.

El portero se volvió hacia ellos. Era bajo, de cara redonda y calvo. Una franja de cabello gris hacía juego con su bigote corto e hirsuto como el de Drake, pero más generoso. No parecía en absoluto imponente, pero su uniforme gris le daba un aire de autoridad que, aparentemente, era suficiente para disuadir a cualquier intruso.

—¿Señores? —dijo.

Avalon se aclaró la garganta y habló con su voz de barítono más impresionante para ocultar una timidez que a nadie se le habría ocurrido suponer en un individuo tan alto, derecho e imponente.

—El Dr. Drake y el Sr. Avalon buscan el departamento del Sr. Emmanuel Rubin, en el 14, AA.

—Drake y Avalon —repitió el portero—. Un momento. —Se dirigió hacia el intercomunicador y habló por el micrófono. El sonido áspero de la voz de Rubin se oyó claramente.

—Hágalos subir, hágalos subir.

El portero les abrió la puerta para dejarlos entrar, pero Avalon se detuvo dudando en el umbral.

—A propósito, ¿suelen tener muchos incidentes aquí?

El portero asintió con aire de importancia.

—Algunas veces, señor. Por mucho que se haga, siempre suceden cosas. Hubo un robo en un departamento del vigésimo piso el año pasado. No hace mucho tiempo atacaron a una señora en los lavaderos. Suceden cosas así.

—¿Puedo acompañarlos, señores? —dijo una voz amablemente.

Drake y Avalon se volvieron a mirar al recién llegado. Hubo una pausa perceptible en que ninguno de los dos lo reconocieron, pero en seguida Drake lanzó una breve risita.

—Henry, cuando no trabaja en el restaurante se vuelve usted de lo más elegante.

Avalon tuvo una reacción bastante más explosiva.

—¡Henry! ¿Qué hace…? —Se interrumpió incómodo.

—El Sr. Rubin me invitó, señor. Dijo que ya que la comida no se realizaría en el restaurante y yo no podría tener el placer de servirles, sería entonces su invitado. Creo que ése era su propósito al insistir en que la comida se celebrara aquí. Uno no lo diría, pero el Sr. Rubin es un caballero sentimental.

—Espléndido —dijo Avalon con gran entusiasmo, como si quisiera reparar su sorpresa anterior—. Portero, este señor viene con nosotros.

—¿Quisiera consultar con el señor Rubin, señor? —dudó Henry.

El portero, que había mantenido la puerta abierta pacientemente todo ese tiempo, dijo:

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