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Authors: David Lodge

Tags: #Humor, Relato

Intercambio (20 page)

BOOK: Intercambio
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De Philip a Hilary

Pichoncito:

Sólo cuatro letras apresuradas para decirte que me lo pensaría bien antes de admitir a esa protegida de Zapp en casa. Seguramente, es la amiga de Zapp. Que él sea o no el padre de la criatura que espera, es otra cuestión, pero eso no afecta al probable carácter de sus relaciones. Comprendo perfectamente que te hayas compadecido de la muchacha y quieras ayudarla, pero creo que debes considerar tu situación y la de los niños; especialmente de Amanda. Se encuentra en una edad muy sensible e impresionable. ¿Has pensado en las consecuencias de tener a una madre soltera en casa? Y lo mismo pasa con Robert. No creo que eso sea bueno para los chicos. Zapp estaría entrando y saliendo todo el día, y posiblemente también de noche. ¿Has pensado en eso? Soy una persona razonablemente tolerante, pero no hasta el punto de ofrecer una habitación de mi casa al señor Zapp para que fornique en ella con su amante embarazada, y me pregunto si serías capaz de afrontar una situación así, caso de presentarse. Además, hay que hacer frente al hecho, guste o no, de que la gente hablará, y no me refiero sólo a los vecinos, sino también a nuestros conocidos de la universidad.

No me inclino a favor de que des cobijo a esa muchacha, pero, desde luego, haz lo que creas mejor.

Aquí la situación está poniéndose fea. Han roto los cristales de algunas ventanas y las fichas del catálogo de una de las pequeñas bibliotecas especializadas fueron desparramadas por el suelo. Todos los días, a la hora de la comida, hay un enfrentamiento que observo desde la terraza a la que da mi despacho. Una gran multitud de estudiantes, si no abiertamente simpatizante con los huelguistas, por lo menos hostil a la policía, se reúne para ver desfilar a los piquetes. Finalmente, hay un enfrentamiento, la policía interviene, la multitud grita y aúlla, se tiran piedras, la policía sale corriendo de la
mêlée
, seguida por la multitud que la abuchea, y se lleva a rastras a algún estudiante que queda detenido en los calabozos provisionales que han montado en los bajos del edificio de la administración. Seguro en mi terraza, me siento un poco despreciable, como esos reyes de otros tiempos que observaban las batallas desde torres especialmente construidas al efecto. Después uno se va a casa y lo ve todo de nuevo en el telediario de la televisión local. Y a la mañana siguiente hay información y fotografías en el
Diario de la Eufórica
, el periódico del campus, confeccionado, con increíble rapidez y profesionalidad, por los estudiantes; comparado con él, nuestro semanario
El Enterado
parece cosa de aficionados.

Con amor,

Philip

P.D. Espero que comprendas que Mary Makepeace es, casi con toda seguridad, una inmigrante ilegal a los ojos de la ley, y que podrías meterte en un lío al acogerla en casa.

De Hilary a Philip

Amor mío:

Iré al grano, sin rodeos. He recibido de Euforia una carta monstruosa, un anónimo en el que me dicen que tienes un lío con la hija de Morris Zapp. Ya sé que no puede s verdad, pero, por favor, escríbeme enseguida para decirme que no lo es. No paro de llorar y no puedo decirle a nadie por qué.

Con amor,

Hilary

xy42 AB 151 INTL PLOTINO EUF 60 9

WESTERN UNION

MRS HILARY SWALLOW

49 ST JOHNS RD

RUMMIDGE

INGLATERRA

CHORRADAS TONTERÍAS GILIPOLLECES BURRADAS COMPLETA IDIOTEZ NATURALMENTE STOP HIJA ZAPP SOLO NUEVE AÑOS STOP

SIGUE CARTA AMOR PHILIP

PHILIP SWALLOW

1037 P PITÁGORAS

PLOTINO EUF

De Morris a Désirée

¿Quieres hacerme el favor, Désirée, de mover el culo hasta el número 1037 del paseo de Pitágoras y ver qué pasa allí? Esta mañana he recibido un anónimo en el que me dicen que Philip Swallow vive allí con Melanie. Ríete todo lo que quieras, pero hazme el favor de comprobarlo. ¿Lo harás? Hay en ello cierta lógica atroz que me hace pensar que pueda ser verdad. Se ajusta a la idea que tengo de Swallow y del papel que parece destinado a tener en mi vida. Después de destruir mi prestigio profesional en el
Times Literary Supplement
, ahora se dedica a follar con mi hija. Todo encaja. ¡Tiemblo, Désirée, tiemblo!

Morris

P.D. El sobre está franqueado en la universidad, de manera que debe ser alguien de la facultad o una secretaria quien me envió el anónimo. ¿Quién?

De Philip a Hilary

Pichoncito:

Ésta es la carta más difícil que he tenido que escribir en mi vida.

Morris Zapp
tiene
una hija, además de la de nueve años. Su nombre es Melanie, y me acosté con ella una vez. Sólo una vez. De manera que el telegrama que te envié no decía toda la verdad. Pero tampoco era mentira. Acabo de descubrir que Zapp es el padre de Melanie, y para mí ha sido una impresión tan grande como haya podido serlo para ti. Déjame que trate de explicarme.

Melanie es hija del primer matrimonio de Zapp. Se hace llamar Melanie Byrd, que es el nombre de soltera de su madre, porque no quiere que se la relacione con su padre en la Eufórica, por varias razones de peso. Vino a estudiar aquí porque, como hija de un catedrático de la universidad, tiene derecho a enseñanza gratuita, pero se ha mantenido a distancia de Zapp todo lo posible y ha conservado su relación familiar con él en el más estricto secreto. He obtenido esta información directamente de la señora Zapp y de Melanie esta tarde. Estaban juntas en mi casa cuando llegué. Debo explicarte que Melanie es una de las muchachas que viven en la planta baja. Cuando hacía poco que yo vivía aquí, me invitaron a una especie de fiesta que celebraban abajo. Venía de una fiesta que dieron los Hogan y estaba un poco achispado. Creo que entre una cosa y otra acabé por colocarme, pero cuando estaban haciendo preparativos para una orgía, me retiré discretamente. Sin embargo, Melanie hizo lo mismo, y dio por supuesto que debíamos dormir juntos. Y, lo siento, eso fue lo que hicimos.

No trato de excusarme o de justificarme. Me sentí muy desgraciado después, al pensar en lo que te había hecho. La cosa no fue precisamente agradable, porque yo estaba trompa y Melanie medio dormida. Estoy absolutamente seguro de que aquello no significó nada para ella, y debes creer que aquélla fue la única vez. De hecho, después —esto sería divertido en una situación menos angustiosa—, se hizo novia de Charles Boon. Dadas las circunstancias, me pareció que no era necesario hablarte de un incidente que ya empezaba a caer en el olvido. Cuando recibí tu carta, despertó mi sentimiento de culpabilidad, aunque ni por un momento relacioné a Melanie con Morris Zapp. Sospecho que alguien ha preparado una mala jugada, aunque no pude ni puedo todavía presumir quién ni por qué motivo. Pero me ha puesto en un difícil dilema moral.

Como sabes, me incliné por el camino más fácil, pensando que lo sería también para ti. Pero al descubrir cómo están las cosas, me decidí a confesártelo todo. Es medianoche, así que puedes comprender cuánto me ha costado hacerlo. Estoy triste, muy triste, Hilary. Por favor, perdóname.

Con todo mi amor,

Philip

De Désirée a Morris

Querido Morris:

Por mucho que me disguste hacerte un favor, la curiosidad pudo más que yo y me indujo a ir al 1037 del paseo de Pitágoras siguiendo tus imperiosas instrucciones. Tuve que dar un rodeo por el centro de la ciudad, ya que el tránsito estaba cortado a causa de unos tumultos en el campus y en la entrada de la calle del Tranvía. Oí el estallido de las granadas lacrimógenas, muchos gritos y el ruido del helicóptero de la policía dando vueltas por la zona continuamente. Te aseguro que esto se parece cada día más al Vietnam.

El número 1037 del paseo de Pitágoras es una casa que fue convertida en dos apartamentos. Nadie respondió a mi llamada en la planta baja, así que subí al piso superior. Finalmente, me abrió la puerta Melanie, sonrojada y con aspecto de haberse vestido aprisa y corriendo. Antes de que empieces a rechinar los dientes y a chasquear el látigo, déjame terminar. Las dos quedamos sorprendidas; Melanie más que yo, naturalmente. «¡Désirée! ¿Qué haces aquí?», exclamó. «Iba a hacerte la misma pregunta», respondí con mi mejor imitación de Perry Mason. «Creí que Philip Swallow vivía aquí.» «Vive aquí, pero ha salido.» «¿Quién es, Mel?», preguntó una voz desde el interior, «¿la Gestapo?» Miré por encima del hombro de Melanie y allí estaba Charles Boon, apoyado contra la pared, envuelto en una toalla de baño y fumando un cigarrillo. «Alguien que quiere ver a Philip», contestó Melanie. «Philip no está en casa», dijo Boon. «Está en la universidad.» «¿Te molestaría que le espere?», le pregunté a Melanie, que se encogió de hombros y contestó: «Como gustes.» Crucé el umbral y penetré en el apartamento. Melanie cerró y me siguió. «Es Désirée, la segunda esposa de mi padre», le explicó a Boon, que se quedó boquiabierto. «Y éste es …» «Conozco al señor Boon, querida», interrumpí. «Coincidimos en una fiesta hace unas semanas. No tuve entonces oportunidad, señor Boon, de decirle lo mucho que detesto su programa.» Sonrió y sacó humo entre los dientes mientras pensaba una réplica. Con uno de sus ojos me miraba y con el otro recorría el apartamento, como en busca de una inspiración. «Si a una persona de su edad le gustara mi programa», dijo por fin, «sabría que he fracasado.» Intercambiamos algunas pullas por el estilo, midiéndonos el uno al otro. Era evidente que Boon vivía en casa de Philip, lo cual me sorprendió, debo decirlo, porque tenía entendido que detestaba a ese tipo. Sea como fuere, todo parecía indicar que Boon y Melanie habían estado follando, y como ninguno de los dos demostró la menor alarma cuando oímos que Swallow abría puerta del vestíbulo, di por supuesto que ninguno de los dos tenía el menor interés en disimularlo. Se sorprendió verme allí, como es natural, y se apresuró a ofrecernos té, pero no me pareció que estuviera a la defensiva. Pensé q sus relaciones con Melanie eran similares a las de un tío con una sobrina hasta que salió en la conversación que eres su padre. Entonces palideció, Morris. Quiero decir que, si acabara de descubrir que había follado con su propia hija, no habría mostrado mayor consternación. Supongo, pensándolo bien, que hay algo de incestuoso en acostarse con la hija del tipo con quien has intercambiado trabajo. Aunque si tienen relaciones sexuales, la situación debe de ser bastante complicada, porque Charles Boon está liado con la chica, eso es seguro.

En cuanto al autor del anónimo que has recibido, casi aseguraría que se trata de Howard Ringbaum, que tiene motivos y es lo bastante mezquino para aprovechar el correo de la universidad con ese fin; es la clase de individuo que, si pudiera, haría colectas para pagarse llamadas a teléfonos eróticos.

Désirée

De Morris a Désirée

Muchas gracias por tu rápida respuesta, pero, ¡por Dios! ¿por qué no se lo preguntaste directamente a Swallow? Te incluyo una fotocopia del anónimo para que puedas ponerlo ante sus narices. Es un miserable. Su esposa parecía muy triste la última vez que la vi, por lo que supongo que habrá recibido un anónimo similar. Me he dado cuenta de que es una persona de buenos sentimientos, y lo siento por ella. Dicho sea de paso, me explicó que Boon, cuando estudió en Rummidge, fue alumno de Swallow. Sí, son viejos compinches, de manera que es muy probable que sus relaciones con Melanie sean muy corruptas. ¡Pobrecita Melanie! Me siento muy triste al pensar en ella. Desde luego, en los tiempos que corren no imaginaba que fuera virgen, ni mucho menos, pero no es vida para una chica como ella que dos sátiros se la follen por turnos. Quizá si tú y yo empezáramos una nueva vida, Désirée, ella querría vivir con nosotros.

Morris

De Désirée a Morris

Querido Morris:

¿Quieres acabar con tu comedia de padre solícito y preocupado antes de que me muera de risa? Es ya un poco tarde para empezar a hablar de darle una vida hogareña estable a la «pobrecita Melanie». Tendrías que haber pensado en ello antes de abandonarlas, a ella y a su madre. Te diré, por si lo has olvidado, que la «pobrecita Melanie» no te lo ha perdonado, y puesto que fue por mí por quien la dejaste (después de darle un billete de cinco dólares para comprar caramelos, si no recuerdo mal: la transacción más sórdida en toda la historia de las limosnas para descargar la conciencia), no es exactamente afecto lo que muestra hacia mí cuando me ve.

No tengo la menor intención de pasarle por las narices a Philip Swallow tu cochino papel. Ni él ni Melanie me deben explicación alguna. Escríbeles y pregúntaselo, si quieres. Pero antes de que sigas derramando virtuosa indignación, ya que las explicaciones están a la orden del día, deberías aclarar qué pasa con esa despampanante rubia que has aparcado en casa de la bondadosa señora Swallow. Circula el rumor de que está preñada. No me digas que vas a contaminar el planeta con otro pequeño Zapp, ¿eh, Morris? He oído hablar de la hipocresía de los ingleses, pero no sabía que fuera contagiosa.

Désirée

De Philip a Hilary

Pichoncito:

Hace ya dos semanas que te escribí, y se me hace penosa la espera de tu respuesta. Si no me has escrito toda por favor, no me hagas aguardar más. Pensé que explicándote con toda sinceridad lo ocurrido sería posible que perdonaras y olvidaras, y que podríamos considerarlo agua pasada.

Espero que no estés pensando en el divorcio ni en ninguna tontería por el estilo.

Es difícil tratar de estas cosas por carta. ¿Cómo sincerarte con alguien cuando te encuentras a diez mil kilómetros de esa persona? Es necesario que nos veamos, hablemos, nos besemos y hagamos las paces. Se me ha ocurrido que podrías venir por Pascua, cuando tengo diecisiete días libres. Ya sé que el pasaje es caro, pero, ¡qué demonios! Supongo que tu madre podría hacerse cargo de los niños durante esas vacaciones, ¿no? O tal vez podrías dejarlos con esa chica, Mary Makepeace. Serían unas verdaderas vacaciones para nosotros dos, lejos de los niños y de todo. Lo que se llama una
segunda luna de miel
; una frase banal, quizá, pero no una mala idea. ¿Te acuerdas de lo que nos divertimos en aquel apartamento, pequeño y modesto, de Eseyefe?

Piensa en ello seriamente y no te inquietes por los disturbios estudiantiles. Hay indicios de que al final del trimestre de invierno las cosas se enderezarán y se llegará a un arreglo entre los estudiantes y la administración. Hoy no ha habido detenciones por primera vez desde hace varias semanas. Tal vez el tiempo tenga algo que ver con ello. Ha llegado la primavera, en toda su plenitud: las colinas están verdes y el cielo azul; el termómetro marca veintisiete grados a la sombra. La bahía centellea al sol y los cables del puente de Plata brillan como las cuerdas de un arpa en el horizonte. Me he paseado por el campus a la hora de la comida y he notado el cambio. Chicas con vestidos veraniegos y gente tocando la guitarra. Podrías disfrutar de todo esto.

Con todo mi amor,

Philip

BOOK: Intercambio
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