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Authors: Craig Russell

Tags: #Intriga, #Policíaco

Resurrección (51 page)

BOOK: Resurrección
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En el autobús, mirando por la ventana aquella Hamburgo de postal, reflexionó sobre su misión. No sabía por qué le resultaba tan importante localizar a la hermana de Karl Heymann e informarle de que habían encontrado el cuerpo de su hermano. Siempre imaginó que a ella le había angustiado no haber podido dar a su hermano un funeral y que tal vez le proporcionaría algún solaz o consuelo tener un lugar donde visitarlo y llorar su pérdida de sesenta años. Frank Grueber tenía razón en algo: la verdad es la deuda que tenemos con los muertos.

Frau Amberg recibió a Fabel y le hizo pasar a una luminosa sala de día que tenía ventanales que daban a un gran jardín con una fuente en el centro. Pero bajo aquella gruesa y brillante capa de nieve, del jardín y de la fuente apenas se insinuaban los contornos.

Frau Pohle estaba sentada en una silla de respaldo alto cerca de la ventana. Fabel se entristeció al ver cuan juvenil parecía para sus ochenta y ocho años; sintió que había sido engañada por el deterioro de su mente. Llevaba una ropa muy elegante y Fabel volvió a sentirse dolorido al pensar que ella debía de haber escogido deliberadamente su mejor atuendo porque casi nunca recibía visitantes. Cuando Fabel se acercó, ella le sonrió con entusiasmo. Con esperanza.

—Buenos días, Frau Pohle. Me llamo Jan Fabel. He venido a hablarle de su hermano, Karl. —Fabel extendió la mano para estrechar la de Frau Pohle. Ella se la cogió con ambas manos.

—Oh, gracias por venir, Herr… —El nombre de Fabel ya se le había escapado—. Me alegro mucho de que viniera. Debe de estar exhausto, después de un viaje tan largo. Hace tanto tiempo que espero noticias de Karl. ¿Cómo se encuentra? —Se echó a reír—. Apuesto que a estas alturas tiene un horrible acento americano. Dígale cuando lo vea que estoy muy enfadada. No recuerdo la última vez que supe de él. Por favor… siéntese y cuénteme todo sobre cómo vive Karl en ese país.

Una asistente les trajo té y galletitas y Frau Pohle continuó explicando que Karl siempre hablaba de marcharse de Alemania e ir a los Estados Unidos antes de que los nazis lo obligaran a entrar en el ejército. Ella siempre supo que él había usado la confusión de los bombardeos para desaparecer, para escapar. ¿Fabel también venía de América, y Karl estaba bien?

A pesar de la profunda tristeza que lo invadió, Fabel sonrió mientras escuchaba la fantasía de una anciana sobre la supervivencia y la prosperidad de su hermano en una tierra lejana. Una fantasía que había sostenido a Frau Pohle durante sesenta años. Ahora, en su mente vacilante, aquella fantasía se había convertido en una realidad concreta.

Fabel se quedó allí sentado durante quince minutos, mintiéndole a una anciana. Inventó una vida y una familia que debería haber existido pero que jamás lo hizo. Cuando se levantó para marcharse, Fabel vio lágrimas en los ojos de Frau Pohle y se dio cuenta de que estaban causadas por una amarga alegría.


Goodbye, Mrs. Pohle
—se despidió en inglés, y la dejó allí sentada, junto a la ventana que daba al jardín cubierto de nieve.

A veces la verdad no es la deuda que tenemos con los muertos.

Agradecimientos y menciones

Debo mi agradecimiento a una gran cantidad de personas que me han proporcionado su tiempo, sus conocimientos y sus consejos.

En primer lugar a mi esposa Wendy, cuyos comentarios y sugerencias ayudaron a que éste fuera un libro mejor. Mi excelente agente, Carole Blake, y todos los que trabajan en Blake Friedmann Literary, Film and TV Agency. Estoy enormemente agradecido al doctor Bernd Rullkótter, mi traductor al alemán y amigo quien, como siempre, trabajó muy de cerca conmigo para las versiones tanto en inglés como en alemán de
Eternal
.

Me gustaría ofrecer un agradecimiento especial a mi editorial en español, Roca Editorial, específicamente a Patricia Escalona y Blanca Rosa Roca por el apoyo y aliento que me han brindado.

Durante la escritura de esta serie, he contado con el apoyo irrestricto y entusiasta de una de las mejores fuerzas policiales del mundo: la Polizei Hamburg. No tengo palabras para expresar lo abiertos y colaboradores que se han mostrado los miembros de la Polizei de Hamburgo. Debo un agradecimiento especial a la Erste Hauptkommissarin Ulrike Sweden, quien dedicó buena parte de su tiempo libre a leer y corregir mi manuscrito; al Polizeipräsident Werner Jantosch, por su entusiasmo y palabras amables sobre mi obra; al Leitender Polizeidirektor Bernd Spöntjes, jefe de la Wasserschutzpolizei, al Kriminaldirektor Ralf Meyer y a todos los de la Presse-und Offentlichkeitsarbeit, así como a todos los otros agentes de la Polizei de Hamburgo que me ofrecieron su apoyo, sus consejos y su ayuda mientras escribía la serie de Jan Fabel: Dirk Brandenburg, Birte Hell, Peter Baustian, Robert Golz, Jorg Ley, Wolfgang Weidemann, Ullrich Frost, Michael Krohn, Boris Manzella, Andre Schonhardt y Rene Schonhardt.

Quiero manifestar mi gratitud a Anja Sieg y Anna von Bestenbostel, quienes leyeron el manuscrito y se aseguraron de que yo volcara correctamente los detalles de las regiones de Ost-Friesland y Norderstedt. Agradezco particularmente a Ka-trin Frahm, mi profesora de alemán; a Udo Robel, ex director de
BILD
y hoy en día también autor de novelas policíacas, por su entusiasmo y su amistad; a Menso Heyl, director de
Hamburger Abendblatt
. Y un agradecimiento personal a Holger y Lotte Unger.

Y, por supuesto, deseo mencionar y agradecer a una de las mejores ciudades del mundo por haber inspirado la serie de Fabel.
Hamburg, ich bedanke mich nochmal
.

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