The Unknown University (34 page)

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Authors: Roberto Bolaño

Tags: #Poetry, #General, #Caribbean & Latin American

BOOK: The Unknown University
2.77Mb size Format: txt, pdf, ePub

 

Te hace bromas, te acaricia.
Un paseo solitario por la
plaza de los cines.
En el centro una alegoría en bronce: «La batalla contra los
franceses.» El soldado raso con la pistola levantada, se diría a punto de disparar
al aire, es joven; su rostro está conformado para expresar cansancio, el pelo
alborotado, y ella te acaricia sin decir nada, aunque la palabra caleidoscopio
resbala como saliva de sus labios y entonces las escenas vuelven a transparentarse
en algo que puedes llamar el ay del personaje pálido o geometría alrededor de tu ojo
desnudo.

 

She teases you, caresses you.
A solitary walk through
the plaza by the cinema.
In the middle an allegory in bronze: “The Battle Against
the French.”
The private soldier with his pistol raised, as if on the verge of
firing blind, is young; his face is twisted to express exhaustion, his hair wild,
and she caresses you saying nothing, even though the word kaleidoscope drips like
saliva from her lips and then the scenes go transparent again in something you might
call the gasp of the pale protagonist or the geometry around your naked eye.

 

Después de un sueño (he extrapolado en el sueño la
película que vi el día anterior) me digo que el otoño no puede ser otro sino el
dinero.

El dinero como el cordón umbilical que te comunica con las muchachas y
el paisaje.

El dinero que no tendré jamás y que por exclusión hace de mí un
anacoreta, el personaje que de pronto empalidece en el desierto.

 

After a dream (in the dream I’ve extrapolated the film I
saw the day before) I tell myself autumn can be nothing else without money.

Money like the umbilical cord that connects you to girls and the
landscape.

Money that I’ll never have and that by exclusion makes me a hermit,
the protagonist who suddenly goes pale in the desert.

 

«Esto podría ser el infierno para mí.» El caleidoscopio
se mueve con la serenidad y el aburrimiento de los días.
Para ella, al final, no
hubo infierno.
Simplemente evitó vivir aquí.
Las soluciones sencillas guían nuestros
actos.
La educación sentimental sólo tiene una divisa:
no sufrir
.
Aquello
que se aparta puede ser llamado desierto, roca con apariencia de hombre, el pensador
tectónico.

 

“This could be hell for me.”
The kaleidoscope moves
with the serenity and torpor of the days.
For her, in the end, there was no hell.
She simply sidestepped living here.
Simple solutions guide our actions.
Sentimental
education has only one motto:
Don’t suffer
.
The thing moving away can be
called desert, rock that looks like a man, the tectonic thinker.

 

La pantalla atravesada por franjas se abre y es tu ojo
el que se abre alrededor de la franja.
Todos los días el estudio del desierto se
abre como la palabra «borrado».
¿Un paisaje borrado?
¿Un rostro en primer plano?
¿Unos labios que articulan otra palabra?

La geometría del otoño atravesada por la desconocida solamente para
que tus nervios se abran.

Ahora la desconocida vuelve a desaparecer.
De nuevo adoptas la
apariencia de la soledad.

 

The screen, crossed by strips, opens up and it’s your
eye that opens around the strip.
Every day the study of the desert opens up like the
word “erasure.”
An erased landscape?
A face in the foreground?
Some lips shaping
another word?

The geometry of autumn crossed by the stranger, just to open up your
nerves.

Now the stranger disappears again.
Once more you assume the look of
solitude.

 

Dice que está bien.
Tú dices que estás bien y piensas
que ella debe estar realmente bien y que tú estás realmente bien.
Su mirada es
bellísima, como si viera por primera vez las escenas que deseó toda su vida.
Después
llega el aliento a podrido, los ojos huecos aunque ella diga (mientras tú permaneces
callado, como en una película muda) que el infierno no puede ser el mundo donde
vive.
¡Corten este texto de mierda!, grita.
El caleidoscopio adopta la apariencia de
la soledad.
Crac, hace tu corazón.

 

She says she’s okay.
You say you’re okay and think she
must really be okay and that you really are okay.
Her expression is gorgeous, as if
she were seeing for the first time the scenes she’d wished for her whole life.
Then
comes the rotten breath, eyes hollow even though she claims (while you keep quiet,
as in a silent film) that hell can’t be the world she lives in.
Cut it out with this
bullshit text!
she screams.
The kaleidoscope assumes the look of solitude.
Crack,
goes your heart.

 

Al personaje le queda la aventura y decir «ha empezado a
nevar, jefe».

 

The protagonist is left with adventure and saying,
“It’s started snowing, boss.”

 

De este lado del río todo lo que te interesa mantiene la
misma mecánica.
Las terrazas abiertas para recibir el máximo sol posible, las
muchachas aparcando sus mobilettes, las pantallas cubiertas por cortinas, los
jubilados sentados en las plazas.
Aquí el texto no tiene conciencia de nada sino de
su propia vida.
La sombra que provisionalmente llamas autor apenas se molesta en
describir cómo la desconocida arregló todo para su momento Atlántida.

 

From this side of the river everything that interests
you keeps the same mechanics.
The balconies open to let in the most sun possible,
the girls parking their mopeds, the screens covered by curtains, the retirees
sitting in the plazas.
Here the text isn’t conscious of anything but its own life.
The shadow you’re provisionally calling author barely even bothers to describe how
the stranger prepared everything for her Atlantis moment.

 

No es de extrañar que la habitación del autor esté llena
de carteles alusivos.
Desnudo, da vueltas por el centro contemplando las paredes
descascaradas, en las cuales asoman signos, dibujos nerviosos, frases fuera de
contexto.

Resuenan en el caleidoscopio, como un eco, las voces de todos los que
él fue y a eso llama su paciencia.

La paciencia en Gerona antes de la Tercera Guerra.

Un otoño benigno.

Apenas queda olor de ella en el cuarto .
.
.

El perfume se llamaba Carnicería Fugaz .
.
.

Un médico famoso le había operado el ojo izquierdo .
.
.

 

It’s hardly surprising that the author’s room is full
of allusive posters.
Naked, he paces around contemplating the peeling walls, where
he begins to make out signs, nervous drawings, out-of-context phrases.

Ringing in the kaleidoscope, like an echo, are the voices of all those
he used to be, and this he calls his patience.

Patience in Gerona before the Third War.

A benign autumn.

Her scent barely lingers in the room .
.
.

The perfume was called Fleeting Butcher Shop .
.
.

A famous doctor had operated on the left eye .
.
.

 

La situación real: estaba solo en mi casa, tenía 28
años, acababa de regresar después de pasar el verano fuera de la provincia,
trabajando, y las habitaciones estaban llenas de telarañas.
Ya no tenía trabajo y el
dinero, a cuentagotas, me alcanzaría para cuatro meses.
Tampoco había esperanzas de
encontrar otro trabajo.
En la policía me habían renovado la permanencia por tres
meses.
No autorizado para trabajar en España.
No sabía qué hacer.
Era un otoño
benigno.

 

The real situation: I was alone in my house, I was 28,
I’d just come back from a summer spent working outside the province, and the rooms
were full of cobwebs.
I no longer had a job and my money, really stretching it,
would last me four months.
And I had no hope of finding another job.
At the police
station they had renewed my visa for three months.
Not authorized to work in Spain.
I didn’t know what to do.
It was a benign autumn.

 

La dos de la noche y la pantalla blanca.
Mi personaje
está sentado en un sillón, en una mano un cigarrillo y en la otra una taza con
coñac.
Recompone minuciosamente algunas escenas.
Así, la desconocida duerme con
perfecta calma, luego le acaricia los hombros, luego le dice que no la acompañe a la
estación.
Allí observas una señal, la punta del iceberg.
La desconocida asegura que
no pensaba dormir con él.
La amistad –su sonrisa entra ahora en la zona de las
estrías– no presupone ninguna clase de infierno.

Es extraño, desde aquí parece que mi personaje espanta moscas con su
mano izquierda.
Podría, ciertamente, transformar su angustia en miedo si levantara
la vista y viera entre las vigas en ruinas los ojillos de una rata fijos en él.

Crac, su corazón.
La paciencia como una cinta gris dentro del
caleidoscopio que empiezas una y otra vez.

¿Y si el personaje hablara de la felicidad?
¿En su cuerpo de 28 años
comienza la felicidad?

 

Two in the morning and a blank screen.
My protagonist
is sitting in an armchair, in one hand a cigarette and in the other a cup of cognac.
He’s carefully reworking some scenes.
There.
The stranger sleeps with perfect calm,
then she rubs his shoulders, then she says not to walk her to the station.
There you
pick up a signal, the tip of the iceberg.
The stranger assures him she hadn’t
planned on sleeping with him.
Friendship — her smile now enters the wrinkle zone —
doesn’t presuppose any sort of hell.

It’s odd, from here it seems my protagonist is swatting flies with his
left hand.
Surely I could transform his angst into fear if he were to lift his gaze
and see, in the decayed rafters, a rat’s beady eyes fixed on him.

Crack, his heart.
Patience like a gray tape inside the kaleidoscope
that you turn over again and again.

And if the protagonist were to speak of happiness?
Does happiness
begin in his 28-year-old body?

 

Lo que hay detrás cuando hay algo detrás: «llama al
jefe y dile que ha empezado a nevar».
No hay mucho más que añadir al otoño de
Gerona.

Una muchacha que se ducha, su piel enrojecida por el agua caliente;
sobre su pelo, como turbante, una toalla vieja, descolorida.
De repente, mientras se
pinta los labios delante del espejo, me mira (estoy detrás) y dice que no hace falta
que la acompañe a la estación.

Repito ahora la misma escena, aunque no hay nadie frente al
espejo.

 

What’s there behind when there’s something behind:
“call the boss and tell him it’s started snowing.”
There’s not much more to add to
autumn in Gerona.

A girl showering, her skin pink from hot water; wrapped around her
hair, like a turban, an old discolored towel.
Suddenly, while she puts on lipstick
in front of the mirror, she looks at me (I’m behind) and says there’s really no need
to walk her to the station.

I’m replaying that same scene now, though no one’s in front of the
mirror.

 

Para acercarse a la desconocida es necesario dejar de
ser el hombre invisible.
Ella dice, con todos sus actos, que el único misterio es la
confidencia futura.
¿La boca del hombre invisible se acerca al espejo?

Sácame de este texto, querré decirle, muéstrame las cosas claras y
sencillas, los gritos claros y sencillos, el miedo, la muerte, su instante Atlántida
cenando en familia.

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